El invento que verdaderamente liberó a la mujer.

Desde tiempos inmemorables, el hombre se adjudicó la responsabilidad de ganarse el pan mientras la mujer, que siempre ayudó a tal efecto, ya fuese descuartizando el producto de la caza o recolectando frutos, se quedaba en el campamento para cuidar de los críos y encargarse de las labores del hogar, cocinando, limpiando o simplemente manteniendo la cueva o refugio en un estado más o menos habitable. Y así durante siglos, aunque siempre hubo alguna doncella que se rebeló contra el orden establecido y alcanzó logros dignos del más bravo de los guerreros. En algunas civilizaciones clásicas, notablemente Roma y, aunque pareciese lo contrario, las mujeres disfrutaban de casi tantos derechos que sus parejas, y ostentaron altas cotas de poder, al menos en la sombra, como sigue ocurriendo en muchos casos. La Edad Media no fueron precisamente los años de gloria para las féminas, viéndose abocadas a la tarea de parir y poco más, y eso en el caso de las nobles, pues si eras campesina o sierva muy probablemente morirías en el parto, antes de los 25 años.

Sufferagette Emily Pankhurst at London's Trafalgar Square

Emmeline Pankhurst reclamando en Londres el derecho de la mujer al voto.

No fue sino hasta finales del siglo XIX cuando aparecieron los primeros movimientos organizados para reclamar la igualdad de derechos entre los dos sexos. Ya en 1792, la inglesa Maty Wollstonecraft publicó “Una Reivindicación de los Derechos de la Mujer” en respuesta a un político francés que había declarado que las mujeres no debían de recibir más que una educación doméstica, para hacer su trabajo como madre y esposa. Wollestonecraft replicó que las mujeres eran tan humanas como los hombres y que merecían estudiar tanto como sus maridos para ser “compañeras”, más que simples esposas u objetos ornamentales. Probablemente su artículo no tuvo el efecto deseado, pues las cosas no cambiaron mucho, y no fue hasta 1903 que se fundó en Inglaterra la Unión Social y Política de las Mujeres (WSPU por sus siglas en inglés), bajo el liderazgo de la sufragista Emmeline Pankhurst, el primer movimiento ciertamente activo a favor del derecho a votar de las mujeres. Pero independientemente de todos los intentos de conseguir la liberación de la mujer se quedaron muy cortos comparados con el efecto que tuvo un ingenio humano, una maravilla mecánica que liberó a la mujer de una de las tareas más duras y menos agradecidas del hogar: la lavadora automática.

Retrocedamos en el tiempo tan sólo un puñado de generaciones, cuando nuestras bisabuelas o tatarabuelas se pasaban horas restregando la ropa contra la tabla de surcos, inventada en 1797, machacándose manos, uñas y espalda para que la familia tuviese 4048-7088ropa limpia. Con un poco de suerte, podían hacerlo de pie en una pila especialmente construida para ello y probablemente a cubierto de las inclemencias de la climatología, pero para la mayoría la única opción sería hacerlo directamente en el rio, sobre las piedras y de rodillas. Y así para cada prenda. No era sólo el tiempo que pasaban, sino el desgaste para la salud, intentad si no lavar a mano tan sólo la colada de un día en el fregadero. Eso sí, siempre prácticas y multi-tareas, nuestras parientas aprovechaban para ponerse al corriente de las últimas noticias nacionales e internacionales, o simplemente las del vecindario.

El primer intento por desarrollar una lavadora mecánica se lo debemos al norteamericano James King, quien en 1851 patentó la primera máquina con un tambor similar al que se usa ahora. Sólo Manualtenía el inconveniente de ser manual, pero era un paso en la dirección correcta. Poco después, en 1858 y en el mismo país, Hamilton Smith presenta su máquina lavadora giratoria, impulsada por un motor de gasolina de un cilindro, y con el dispositivo añadido de dos rodillos para exprimir la ropa, y algunos cuantos dedos, antes de colgarla. En 1874, William Blackstone de Indiana construyó su propia versión de la giratoria para regalársela a su esposa el día de su cumpleaños. No existen registros de la reacción de su mujer, Rotaryque probablemente esperaba alguna joya, pero si sabemos que fue la primera lavadora construida para ser usada en casa. La primera lavadora eléctrica se la debemos a Alva J. Fisher, de la Hurley Machine Company en Chicago, quien patentó, construyó y distribuyó la “Mighty Thor” o “Poderosa Thor”, con un tambor perforado que giraba ocho veces sucesivas en cada dirección gracias a la energía de un motor Westinghouse. La Thor fue también la primera lavadora producida en masa, y entró por miles en los hogares de las mujeres norteamericanas, el resto del mundo tendría que esperar al final de la Primera Guerra Mundial. Y aquí es donde entra mi tesis.

La lavadora automática permitió reducir dramáticamente el tiempo empleado en hacer la colada, lo que redundó en una verdadera liberación para la mujer, y eso sin contar los beneficios para la salud. Admito que las mujeres aún tardarían décadas en alcanzar una mayor paridad de derechos respecto al hombre, y fue precisamente durante el primer conflicto internacional que ellas acudieron a las fábricas de armamento y otras industrias para ocupar las labores de sus maridos. Pero no sólo eso, el tiempo ganado a la colada les permitió involucrarse significativamente más en los asuntos que antes estaban restringidos a los hombres.

Aún queda mucho trabajo por delante para conseguir que las mujeres de todo el mundo gocen de los mismos derechos que los hombres, al menos en algunos países, pero no cabe duda que la invención de la lavadora automática hizo mucho más por el Publicidad de lavadorasbienestar de las mujeres que cualquier otro movimiento político. En mi humilde opinión, la mal llamada “liberación femenina” de los años sesenta del siglo pasado lo único que concedió a las mujeres fue el derecho a trabajar fuera de casa, pero sin quitarles sus responsabilidades en el hogar, una trampa que siguen sufriendo millones de esposas en todo el mundo. La nota positiva es que cada vez avanzamos más en la concienciación de los hombres para que participemos activamente en las labores del hogar, tal y como corresponde. Como colofón, la lavadora automática no sólo liberó a las mujeres, sino que aquellos hombres que hemos elegido la libertad frente al yugo, también agradecemos su invención.

Os dejo con vuestras conclusiones, que yo tengo que poner una carga en la lavadora.

 

 

18 thoughts on “El invento que verdaderamente liberó a la mujer.

  1. Gracias amigo por reconocer que la mujer siempre se ha llevado la peor parte de la vida. Antes, siglos atrás eran tratadas como animales y muy pero que muy lentamente hicieron algunos logros, tuvo que llegar a últimos del siglo 18 y 19 que el hombre reconoció que debíamos tener un mejor logar en la sociedad. Hasta pasados los 60 del siglo pasado no se obtuvo grandes mejoras. como la famosa «píldora», donde la mujer pudo declarar que era dueña de su sexo. Y sí, a pesar de que hemos tenido un gran avance, el Hombre sigue siendo omnipotente ante nosotras. No soy feminista, soy femenina, como el hombre de debería ser machista sino masculino. Un buen abrazo pues te lo mereces (eso no quiere decir que otras veces NO lo merezcas…) eres estupendo.

    • Otro invento que ha hecho mucho por la libertad de la mujer, la píldora, sin duda un gran paso para que las mujeres se dieran cuenta de que no dependen del hombre. Aun queda mucho, pero poco a poco mejoraremos, o eso espero.
      Muchas gracias por el abrazo, y soy el primero en saber que a veces no me lo merezco, pero es que soy humano…
      Tu si que eres estupenda, y me siento honrado de que me leas.
      Un besazo y buen domingo.

  2. No hace falta remontarse un puñado de generaciones, con remontarse a una sola ya encuentras ejemplos

    • Tienes toda la razón Chus, es más, en algunos países, las mujeres aún lavan en el río o a mano en casa, pues no todas tienen acceso a una lavadora. Triste, pero cierto.

      Gracias una vez más por comentar, un cordial saludo.

    • jeje, yo tuve una reacción similar al nombre, pensé que destruiría toda la ropa, Pero no cabe duda que es un gran invento, si no, pregúntale a Risa Ave Fénix…
      Gracias una vez más, un saludo.

  3. Ahhhhhhhhhhhh… se me olvidaba el motivo de esta entrada…. Si se rompe la lavadora, prefiero estar un mes a pan y agua que sin lavadora, eso que vivo sola y nadie me reclama ropa limpia!!!!!!
    Cómo que no te mereces el abrazo..??????????????’..te mando ESE y otro mayor!!!!!!! ale!!!

  4. Lamentablemente, una de las principales causas de que la mujer fuera relegada, y sea aún en muchos países, es y ha sido el Best Seller más grande de todos los tiempos. Aún actualmente, la iglesia, de las religiones más importantes del mundo, mantiene una posición terrible en contra de las mujeres. Penoso, muy penoso.

    Un abrazo.

    • Bueno Paco, es verdad que la iglesia católica no siempre ha sido ecuánime con las mujeres, pero la desigualdad existía mucho antes de la aparición de dicha religión. Mucho tienen que ver también los aspectos físicos, pues definitivamente era más fácil para el hombre cazar una pieza.
      Muchas gracias por tu comentario y un abrazo.

  5. De verdad que fue un gran invento! Y es increíble que aún las mujeres sigamos luchando contra una igualdad de derechos con respecto a los hombres. Todos somos seres humanos y tenemos los mismos derechos y obligaciones!

    • Hola Marychel, sorry por haber tardado tanto en responder.
      La lavadora es importante porque liberó a mujeres, y algunos hombres, de la tediosa labor de lavar la ropa a mano, pero también mejoró nuestra salud, razón de más para hacerle un homenaje a sus inventores. Y estoy de acuerdo en que todos tenemos derechos y obligaciones, sólo espero que cada vez más personas lo entiendan.
      Muchas gracias por comentar, un besito.

  6. Con lo bien que te ha quedado el texto y lo que te has esforzado en defender la situación de la mujer apoyándola como hombre, la has cagado con el comentario personal del «yugo».

    • Hola Kristen, no recuerdo haber utilizado la palabra «yugo». Me podrías decir dónde la usé para así poder explicarla o corregirla?
      Muchas gracias por comentar…un saludo.

    • Ah! ya lo encontré, me refería al yugo del matrimonio 😉 y esperaba que se entendiese como una broma.
      Gracias nuevamente.

  7. Excelente historia! Quedé fascinada… mi bisabuela murió de una bilharzia que agarró precisamente lavando en el río… pero lo que más me gustó es eso del engaño de la liberación femenina… siempre lo he pensado y ahora lo vivo en carne propia pues soy madre soltera de dos criaturas (bueno divorciada pero víctima de esos que también se divorcian de los hijos) y trabajo en la calle y luego en el hogar… Así que esa liberación fue una cruel trampa… recuerdo en una oportunidad que visité el emirato de Catar y una catarí no dudó en expresarme su horror sobre la vida que llevábamos las occidentales, a su juicio: criar hijos, atender el hogar y encima tener que aportar dinero… excelente blog! Un abrazo!

    • Hola Alex,
      yo recuerdo a algunas vecinas dale que te dale contra el lavadero, y no se lo pasaban muy bien. Gracias a Dios mi madre tenía lavadora, porque éramos seis hijos, y ya sabes lo que eso significa en ropa…Siento lo de tu abuela, por cierto.
      Respecto a la liberación de la mujer, es mi teoría, pero muchas mujeres me ha confirmado estar de acuerdo conmigo. Sólo esperemos que cada día que pase más hombres echen una mano en las labores del hogar, esa sí que sería la igualdad que buscamos.
      Muchas gracias por comentar. Un cordial saludo.

  8. Tampoco hace falta remontarse mucho más atrás… en muchos hogares y hablo de familias jóvenes, entre las que incluyo la mía, en las que las lavadoras facilitan el trabajo, pero siguen sin educar al hombre de neardental con el que contamos muchas, o mejor dicho, con el que no contamos. Mi meta actualmente, consiste en evitar que mis dos retoños sigan ese ejemplo y se comporten como es debido cuando les corresponda… espero que el ejemplo a seguir en casa… sea el adecuado.
    Acabo de descubrirte y me encantan tus artículos.
    Un abrazo.

    • Hola Ingrid,
      como suele suceder, la tecnología no siempre llega a todos, y cuando lo hace, no siempre es utilizada de la mejor manera. Otra cosa, y muy importante, es la educación que mencionas, que ningún invento será capaz de sustituir. Los hombres debemos aprender a compartir las tareas del hogar sin excusa, y creo que vamos por el camino correcto, con desviaciones y muchos obstáculos, pero aún falta mucho para alcanzar la meta. Loable es tu labor de educar a tus hijos, ojalá y todos los padres del mundo siguieran tu ejemplo.
      Mil gracias por comentar. Un cordial saludo.

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