Probablemente el error más costoso de la historia.

Escucha el episodio sin salir de la página:

Imaginaos que un conocido ladrón se acerca a un indefenso transeúnte y le amenaza con una pistola. El pobre ciudadano no puede defenderse, pero llama a la policía y un agente muy respetado se les acerca. Entonces, el policía, en lugar de arrestar al caco, no vaya a ser que dispare su pistola, se sienta a negociar con él, y termina obligando a la víctima del atraco a que entregue al ladrón la mitad de lo que lleva en la cartera. Un primer error, pero la cosa no termina ahí.

El policía consigue que el delincuente le firme un documento prometiendo que no lo volverá a hacer, y se va a la comisaría a presumir que ha convertido al ladrón en un ciudadano de bien y que ya no será una amenaza para la comunidad.

¡WTF! Pensaréis algunos, ¿desde cuándo alguien puede creerse las promesas de un ladrón? Una actitud muy ingenua, especialmente cuando este delincuente está construyendo en su casa el mayor arsenal visto hasta la fecha y entrenando a sus hijos a seguirle en el negocio. Perverso como poco, pero algo parecido fue lo que hicieron Neville Chamberlain y Éduard Daladier en septiembre de 1938.

El Primer Ministro Británico y el Presidente de Francia, se encontraron con que el Canciller alemán Adolf Hitler amenazaba con invadir Checoslovaquia, y bajo esta amenaza, los políticos demócratas, sin consultarlo siquiera con el gobierno checoslovaco de Edvard Benes, entregaron al pequeño país del centro de Europa al dictador, con la promesa, eso sí, de que ya no amenazaría más países. Y se lo creyeron.

Robo

Munich

Los antecedentes de la crisis de Munich giran en torno al nacimiento de Checoslovaquia, creado con los despojos del Imperio Austro-Húngaro tras su desaparición después de la Primera Guerra Mundial. Al igual que el antiguo imperio, el nuevo estado estaba compuesto por una gran variedad de grupos étnicos, entre los cuales tres millones, o 25% de la población, eran de origen alemán, los llamados Sudetes. Octubre de 1933, pocos meses después de la llegada de Hitler a la cancillería, Konrad Henlein, un sudete pro-nazi, fundó el Partido Alemán Sudete como una rama del Partido Nazi de sus vecinos.

1935, el SdP ya era la segunda fuerza política en Checoslovaquia. En marzo de 1938, poco después de la anexión de Austria por Alemania, Henlein acudió al llamado de su Führer, quien le ordenó hiciera peticiones inaceptables al gobierno, como la igualdad entre los sudetes y el resto de los checoslovacos, y un estatuto de autonomía. El Presidente Benes accedió en lo concerniente a la igualdad, algo que ya estaba en progreso, pero negó la autonomía a los alemanes étnicos. Esa era la excusa que Hitler necesitaba. De ahí vendría el error.

Pero no es que le hiciese falta. El 20 de mayo, el dictador alemán ya había presentado a sus generales un borrador de lo que se llamaría Operación Green, la invasión de Checoslovaquia, ya fuese con una “oportunidad particularmente favorable”, una “adecuada justificación política”, pero también “sin ninguna provocación”. La suerte estaba echada, y Hitler estaba dispuesto a “aplastar Checoslovaquia” a cualquier precio. La fecha, antes del 1 de octubre.

Mapa de los "Sudetes".

Mapa de los «Sudetes».

El miedo a Hitler

El resto de Europa veía con aprensión la escalada de amenazas. Nadie estaba preparado para repetir el error y la carnicería de la Primera Guerra Mundial, o al menos nadie quería cargar con la responsabilidad de haberla iniciado. La experiencia del verano de 1914 había dejado la lección de que los malentendidos y los Chamberlainultimatums no eran el mejor camino y que si se le daba tiempo, la diplomacia podía encontrar el camino de los acuerdos pacíficamente negociados.

Eso pensó Neville Chamberlain, el frio Primer Ministro Británico desde 1937.  Cuando a principios de septiembre los sudetes de Henlein lanzaron una campaña de revueltas para provocar al gobierno checo y Hitler amenazó con tomar cartas en el asunto para “proteger” a sus compinches, a Chamberlain se le ocurrió una idea, según él, con la intención de lograr la paz. Su plan era volar para ver al Führer en persona y hacerlo entrar en razón, convencerlo de que la guerra no era el camino.

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Las amenazas

El 15 de septiembre de 1938, la comitiva británica aterrizó en un aeródromo cercano a Berchtesgaden y fue conducida en coche hasta el refugio de montaña de Hitler, el Berghof. Durante las conversaciones, Hitler exigió a Chamberlain que los sudetes pudiesen ejercitar su auto-determinación y unirse al resto de Alemania. Esa era su posición, y los ingleses podían tomarla o dejarla. Chamberlain respondió que él personalmente estaba de acuerdo con cumplir sus exigencias, pero que antes de tomar una decisión debía consultarla con su gabinete, con sus aliados los franceses y con los checos.

Tan sólo tres horas de conversación y la delegación visitante marchaba de nuevo al aeropuerto para emprender el vuelo a casa. Al día siguiente, el Presidente francés voló a Londres para reunirse con Chamberlain y discutir las condiciones de Hitler. La situación no era muy prometedora y Daladier, a pesar de estar en contra de ceder, temía que la guerra estallara en cualquier momento y que su país no estuviese listo. Renuentemente y, a pesar de que Francia tenía un pacto de defensa mutua con los checos, se alineó con los apaciguadores para arrodillarse ante el maniaco cabo austriaco. Otro error.

error en Munich

Chamberlain y Hitler

Arrodillados ante el Führer

Chamberlain voló nuevamente a Alemania, esta vez a Colonia, para entrevistarse nuevamente con Hitler e informarle que sus exigencias eran aceptadas, pero no contaba con la muy común costumbre de los delincuentes de pedir más cuando algo se les concede. La autonomía de los sudetes ya no era suficiente dijo Hitler, Checoslovaquia debía desaparecer y sus territorios repartidos entre Alemania, Hungría y Polonia. El típico error. Cede y te pedirán más.

El Primer Ministro inglés se sintió traicionado, como no podría ser de otra manera, y decidió abandonar la conferencia y retirarse a su hotel para consultar con sus asesores, pero esa misma noche, Hitler, que por un momento creyó que se había excedido en sus demandas, llamó a Chamberlain y le dijo que aceptaría la anexión de los Sudetes y que esta sería su última exigencia territorial, con la condición de que esta se llevase a cabo el 26 de septiembre. El inglés le convenció de que moviera la fecha al 1 de octubre, y Hitler accedió.

De vuelta en Londres, cuando Chamberlain intentó vender el acuerdo a su gabinete, este no se mostró tan solícito. Halifax, el Secretario de Exteriores, escribió en su diario: “Hitler, nos ha dado nada, y está dictando las condiciones como si hubiese ganado una guerra, pero sin haberla tenido que pelear”. La respuesta francesa y checoslovaca fue aún más contundente, y ambas naciones rechazaron terminantemente el acuerdo.

El farol de la invasión. Otro error

Chamberlain envió entonces a su hombre de confianza, Sir Horace Wilson, a Berlín para intentar convencer a Hitler de que había hecho todo lo posible por satisfacer sus demandas, pero sólo consiguió enfurecerlo. Ese mismo día, el Führer dio la orden a sus tropas de élite para que ocuparan sus posiciones en la frontera checa. La invasión, insistió, comenzaría el 1 de octubre, tal y como ya lo había anunciado en mayo.

Sin importarle lo que sucediera en Londres, la mañana del 24 de septiembre Hitler publicó el Memorándum Godesberg y por la tarde lo leyó ante sus fanáticos en el Sportpalast en Berlín. En el documento se exigía a Checoslovaquia que entregara los territorios sudetes a Alemania no más tarde de las 14:00 del día 28. Si no lo hacía, Alemania los tomaría por la fuerza. Europa se acercaba cada vez más al precipicio y no parecía que nadie pudiera detenerla. Hitler estaba extasiado, no sólo continuaría absorbiendo países vecinos, sino que por fin podría mostrar el poderío militar que llevaba media década construyendo. Chamberlain le quitó el placer en el último momento. Pero el Primer Ministro inglés pronto cometería su más grave error.

Segunda Parte, aquí.

13 thoughts on “Probablemente el error más costoso de la historia.

  1. En las primeras actuaciones de Hitler, algunos paises e incluso miles de alemanes, le creyó y siguió por ese carisma que tenia de convencer… cuando se dieron cuenta que el ladrón, aquí llamado Hitler, por desgracia ya era muy tarde y eran muchos los que habían caido en sus redes
    .
    Hablando de atracadores, hace un par de años en la misma puerta de mi piso, dos adolescentes me arrancaron tres cadenas de oro con pequeños recuerdos de mis viajes, grité, salieron vecinas y luego fui a la comisaria a denunciar. No me quiero alargar….. tuve un juicio pues la policia decian que era falso, por suerte despues de dos años, gané el juicio!!!!!!!!!

    El viaje bien, Mis paseos por los madriles y otros lugares, de fábula, y el rato compartido con un café con leche (no en la plaza Mayor), excelente. Abrazos…

    • Hola Rosa,
      Hitler definitivamente embaucó a media Europa,, y a casi toda Alemania. Ese fue el gran problema. Muchos creyeron que era un hombre con el que se podía negociar, tratar temas de estado, cuando no era más que un magolmaniaco asesino. Como bien dices, cuando se dieron cuenta de su verdadera naturaleza, ya era demasiado tarde.
      Que horror saber que fuiste atracada, pero me alegra que todo salió bien. Estás con nosotros y llena de vida, y eso es lo que importa.,
      Disfruta el finde amiga! ojalá y el clima te lo permita.
      Gracias por tu comentario, y un besín de los de siempre.

  2. Me resulta extraño comprobar como, por ejemplo, cuando la Unión Soviética -en virtud del pacto con Alemania- invadió la mitad oriental de Polonia el 17 de setiembre de 1939, ninguna de las «democracias» se dio por enterada. Como tampoco se parecen haber enterado de las invasiones de la Unión Soviética a Estonia y Letonia en junio de 1940, Lituania en agosto del mismo año y de la brava Finlandia en noviembre de 1939. Por alguna razón oculta las democracias occidentales no consideraban al régimen soviético como un peligro?? Mi pregunta es ¿la unión soviética si tenia libertad de expansión? Por qué? ¿que intereses hay de por medio?¿que alianzas hay? Alemania la gran malvada que por eso fue destruida por completo

    • La cuestión de por qué los aliados no reaccionaron a las atrocidades soviéticas, en mi opinión, es que para entonces el enemigo número uno ya era Hitler. No creo que nadie se haya hecho ilusiones sobre la honestidad de Stalin, pero venía muy bien como aliado. Winston Churchill fue quiin más advirtió del peligro rojo, pero hacia el final de la guerra, el Reino Unido había perdido mucha de su capacidad de influencia, y Roosevelt estaba viejo y cansado, y quería que la guerra acabara pronto.
      Si me permites, creo que los aliados debieron haber terminado con la amenaza soviética cuando pudieron, esto es, en 1945, pero también entiendo la cuestión del agotamiento de todos los países.
      Alemania fue destruida porque inició la peor guerra de la historia, y bien se lo merecía. La URSS tuvo la suerte de haber tenido a los nazis de enemigos, y por ello se le perdonaron muchas cosas. Pero todo eso es ya historia, y nada podemos hacer para cambiarla.
      Muchas gracias por comentar y un cordial saludo.

      • Gracias Jesús por contestar y por los articulos!!! Yo es que tengo mi versión de los acontecimientos jeje esta claro que la empresa belica no era liberar Polonia. Para mi era eliminar un pais paria y peligroso. Pero para quién exactamente era enemingo numero uno??yo creo que detras hay capitales internacionales, banqueros o empresas, financieros. .. algo relacionado mas con lo economico que lo político o ideales… Alemania en tan solo 9 años, habia dejado de ser un pais pobre con el 100% mensual de inflacion y una duracion promedio de sus gobiernos de un años y medio y habia pasado a ser una potencia que basaba su prosperidad en la economia real. La alta finanza no podia permitir esto…..Muchos dicen: ¨Ford ayudo a los alemanes¨. Y bueno….ami me parece que muchos tienen serios problemas para distinguir la especulacion financiera de la actividad economica real. Los alemanes no lo tenian. Condenaban la 1ra y fomentaban la 2da. Por eso Hitler nacionalizo la banca y suprimio el prestamo con interes…haciendo balance supongo que los liberales tenian mas terror a los alemanes que a los marxistas. Esto es porque los segundos eran dependientes de estos??????. Los alemanes tambien pactaron con el gran capital, es cierto, pero eran independientes. Si no conseguian cerrar con los capitalistas, no hay drama. Conseguian lo que querian por otros medios. Los sovieticos en cambio jamas pudieron hacer eso. No es broma el sacar un pais de la edad media y volverlo una potencia militar-industrial la industrialización y cambios sovieticos no mejoraba la situación a corto plazo. De no ser por el abastecimiento Norteamericano a la URSS mediante el puerto polar de Marmunsk, en la laponia rusa, Stalin habria recibido a los alemanes con piedras y palos. Los alemanes en cambio, solo necesitaban materia prima. Cosa mas facil de conseguir que la manofactura.

        • Hola Alfonso,
          En ni opinión es muy difícil que un buen grupo de humanos se ponga de acuerdo en nada, mucho menos países. La Segunda Guerra Mundial fue la culminación de muchos antecedentes, muchos malentendidos, y muchas malas personas. Me cuesta trabajo creer que alguien la haya planificado, y la veo más como el resultado de la ineficacia de los políticos de la época. En todo caso, ya es historia, y lo único que podemos hacer es estudiarla, pero desde los hechos, y no desde las teorías.
          Muchas gracias por tus amables comentarios. Un cordial saludo.

  3. La Alemania nazi económicamente era inviable; se basaba en gasto público desaforado, tanto en armas como en políticas sociales. Su economía no podía sostener semejante dispendio, por lo que necesitaban continuamente víctimas. Primero fueron los judíos a los que se les incautó todo lo que se pudo, pero eso les dio para poco tiempo. Luego fue Austria, pero a penas les sirvió para unos meses. Así que necesitaban nuevas víctimas a las que expoliar.

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