La Batalla más Extraña, en serio.

En el día en que Ciencia Histórica cumple un año, en lugar de las consabidas auto-felicitaciones, he creído más adecuado publicar una entrada especial, de esas que tienden a gustar mucho a los lectores, si no tanto por el tema, por lo poco conocida que es esta historia y por lo extraña que resulta esta batalla.

Ya en la universidad había estudiado situaciones parecidas, no escasas en el contexto de finales de la Segunda Guerra Mundial, pero lo sucedido en el Castillo de Itter el 5 de mayo de 1945, cuando tropas norteamericanas, algunos generales y políticos franceses fueron ayudados por soldados alemanes para defender la fortaleza de las fanáticas Waffen SS, se lleva la palma a lo más estrambótico.

Castillo de Itter, sede de la batalla

Castillo de Itter, sede de la batalla.

El escenario

El castillo en cuestión se encuentra en lo alto de una pequeña colina a las afueras del pueblo de Itter, en el norte del Tirol austriaco. No se trata de una construcción muy impresionante ni resalta por su belleza en una zona bien dotada de palacetes, aunque si es notable por su difícil acceso y por la solidez de sus muros.

Probablemente por estas razones, después de la anexión de Austria por la Alemania nazi, el castillo fue confiscado por las SS (Schutzstaffel), la organización elite de los matones nazis, para convertirla en prisión, bajo el mando administrativo del campo de concentración de Dachau. En mayo de 1943, terminadas las obras de acondicionamiento, llegaron sus primeros prisioneros, una lista de VIP franceses entre los que se encontraban los antiguos Primeros Ministros Édouard Daladier y Paul Reynaud.

También estaba el anterior Comandante en Jefe del Ejército Francés Maurice Gamelin, el General Maxime Weygand, la estrella del tenis convertido en político Jean Borotra, el líder de la organización derechista François de la Rocque, Marie Agnès Cailliau, hermana mayor del General Charles de Gaulle y el dirigente sindicalista Léon Jouhaux. A todos ellos se les sumaron prisioneros menos célebres de Dachau, para encargarse de la limpieza y el mantenimiento de la prisión.

Vida tranquila

Poco o nada notable sucedió durante la estadía de los prisioneros, aparte de que se quejaban constantemente de las deficiencias de las instalaciones, después de todo, personajes de alto calibre esperaban un mejor trato. Pero en los convulsos días finales de la guerra, tanto carceleros como presos dudaban cuál sería el siguiente paso, para no arriesgar la vida tan cerca de la línea de meta.

Al menos uno de ellos si supo tomar una decisión. Zvonimir Čučković, un miembro de la resistencia yugoslava prisionero en el castillo, escapó el 2 de mayo, tres días después del suicidio de Hitler. Pocos kilómetros al oeste, se encontró con un destacamento de la 103 División de Infantería de los Estados Unidos, con el Mayor John Kramer, a quien informó de los prisioneros en Itter.

Kramer decidió el 4 de mayo acercarse a ver Josef Ganglqué podía hacer, pero su avance fue detenido por las SS. También el Teniente John C. Lee de la 12ª División Armada se topó con el Mayor de la Wehrmacht Josef Gangl y una docena de soldados alemanes, quienes inmediatamente mostraron la bandera de tregua. Gangl confirmó la información dada por Čučković y se ofreció para ayudar a los norteamericanos a tomar el castillo.

Cuando llegaron, sin embargo, no tuvieron que luchar mucho por él, pues el comandante de la prisión ya había huido y los prisioneros franceses se habían hecho con el control del castillo y su reducido cache de armas.

Los alemanes llegan

El problema fue que la información llegó a una unidad de las Waffen SS, en retirada desde Munich, y que recibió la orden de retomar el castillo y fusilar a sus huéspedes. El asalto comenzó en la madrugada del día 5, cuando la reducida fuerza de las SS emprendió la subida de la pendiente. Dentro, los 14 notables franceses, 7 soldados norteamericanos, dos miembros de la resistencia austriaca que habían acudido en su ayuda junto con un miembro de las SS convaleciente de una herida en Itter y la unidad de Gangl se prepararon para la batalla, en total 41 defensores.

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Lee lideró la acción, a pesar de que los generales franceses le superaban en rango, pero su estilo abrasivo y su alta autoestima no eran fáciles de frenar. En todo caso, todos los hombres cogieron sus rifles y retornaron el fuego desde ventanas, terrazas y almenas y, desde la puerta principal, el único tanque disponible, el “Besotten Jenny” de Lee, hacía lo propio.

El tanque Sherman de Lee, "Besotten Jenny". Después de la batalla

El tanque Sherman de Lee, «Besotten Jenny».

La batalla

El combate se alargó durante toda la mañana sin que la situación cambiara mucho. Luego, el disparo de un arma antitanque de 88 mm acabó con Besotten Jenny y sirvió de señal para que las tropas atacantes presionaran. Mientras tanto, los refuerzos del Mayor Kramer se acercaban, pero no estaban seguros de la situación del castillo y mucho menos del número de atacantes, por lo que su Jean Borotraavance era muy lento. La batalla no presentaba un dominador.

Lee se dio cuenta que la munición de los defensores escaseaba y decidió aceptar la oferta de Borotra de salir del castillo para ir a buscar al Mayor Kramer. En un momento de heroísmo puro, el que fuera el primer ganador de Wimbledon de habla no inglesa, cruzó 40 metros de campo abierto en un momento en el que el fuego se había reducido, esquivó a varias unidades de las SS en el bosque y logró llegar hasta la localidad de Wörgl, donde le esperaba Kramer. Borotra guió a los norteamericanos por las sinuosas calles evitando encuentros no deseados.

De vuelta en el castillo, Lee sabía que en cualquier momento se les acabaría la munición y preparó a todos para luchar con su bayonetas y hasta “con los puños” si hiciese falta.

La caballería

Los primeros hombres de las Waffen SS estaban ya a las puertas del castillo preparando un cañón antitanque para derribarla, pero en ese momento escucharon el inigualable sonido de las armas automáticas de los yanquis y un alemán, que desde dentro del castillo gritaba – Amerikanische Panzer!- obteniendo gritos de júbilo de sus sitiados compañeros, y a la vez consiguiendo que los atacantes pusieran pies en polvorosa. La batalla había terminado.

La Batalla del Castillo Itter había terminado. Lee y sus hombres fueron condecorados, y el oficial de la Wehrmacht Gangl, a pesar de haber fallecido en l batalla, fue nombrado héroe de Austria. Fue una acción más en una sangrienta guerra, pero fue la única en la que soldados alemanes lucharon como aliados de los franceses y norteamericanos, en contra de sus más fanáticos compatriotas.

Más información:

http://www.historynet.com/the-battle-for-castle-itter.htm

http://www.liveleak.com/view?i=763_1376677387

14 thoughts on “La Batalla más Extraña, en serio.

  1. Quizá muchos tenían que haber dado pasos semejantes mucho antes, en Alemania había mucha gente que no era nazi, pero la gran mayoría no asomaron mucho la cabeza.

    Ahora, si hablamos de batallas extrañas creo que ninguna en la historia superará jamás a Karánsebes, cuando preparé la entrada al respecto no podía ni creérmelo.

    Abrazos mozo.

    • Hola Dess,
      coincido contigo, quizás esto debió haber ocurrido antes, y tengo que confesar, que creo que los alemanes que se unieron ese día a los aliados lo hicieron porque sabían que la guerra estaba perdida, y no tanto porque creyeran que las SS eran tan malas. Pero al menos lo hicieron y seguro que salvaron algunas vidas. Ahora bien, el evento de Karánsebes se merece bien e título que le confieres, y aunque se perdieron muchas vidas, no dejo de pensar que fue algo gracioso. La verdad es que hacía tiempo que quería dedicarle una entrada, pero me has ahorrado el trabajo, y con tu permiso, rebloguearé l tuya uno de estos días.
      Muchas gracias caballero, un abrazo!

    • Me parece que hay que tener mucho cuidado al juzgar desde nuestro punto de vista moderno las actuaciones de los pueblos alemán y austriaco en las épocas de la brutal dictadura nazi. Hoy en día es muy fácil decir «yo habría protestado», pero si sabes que pones en peligro tu vida y la de tu familia por solo decirle a un nazi que es feo, te lo piensas dos veces. Y a pesar de ello hubo resistendia civil, tanto en Austria como en Alemania, partisanos, redes de espionaje, gente que ayudaba judios, etc, etc. No todos eran nazis, ni siquiera la mayoría, lo que pasa es que eso en las películas no se ve…

  2. Hola Jesús,
    una muestra más de la sinrazón de la Guerra Mundial y entrada acertadísima para celebrar este aniversario. Permíteme darte las consabidas (y merecidas) felicitaciones.
    Abrazos

    • Hola Francisco,
      tienes toda la razón, la SGM, como todas las guerras, fue un despropósito, y no me cansaré de escribir sobre ella para intentar que todo el mundo conozca y entienda sus consecuencias. Esta historia, sin embargo, cuenta un ángulo diferente de lo que el hombre es capaz de hacer en situaciones extremas. Una anécdota extraña, para un conflicto desbocado.
      Muchas gracias por el comentario y por las felicitaciones, que ya sabes son correspondidas.
      Un abrazo fuerte y Feliz Día de Reyes!

  3. Gracias por deleitarnos (ya podemos decir un año más!) con ese montón de pequeñas historias desconocidas que ayudan muchísimo a comprender que pasó realmente.

    • Muchas gracias a tí Tomás, por este y todos tus comentarios. Sois el fundamento y la savia de este blog, y no podré nunca agradeceros lo suficiente. 😉 Un abrazo.

  4. Jamas me hubiera imaginado esta historia. Es como cuando en la primera guerra , en navidad juegan al foot ball. Lo peligroso son los fanaticos fundamentaliastas.
    feliz 2015 Barcala.

    • Hola Christian,
      es una historia poco conocida, de esas que se pierden en los casi infinitos archivos de eventos durante la Segunda Guerra Mundial. La anécdota de Navidad, que hace unos días reseñé en este blog, es una de mis favoritas, pues muestra que los seres humanos también somos capaces de reaccionar positivamente en momentos oscuros. Y estoy de acuerdo contigo, el fundamentalismo es uno de los mayores peligros de nuestra sociedad. A ver cómo lo eliminamos…
      Un cordial saludo y gracias por tu amable comentario.

  5. Se parece mucho a la historia de como mi bisabuelo salió de Alemania. Siendo español fue adoptado por un capitan de la Lufhtwaffe en el 38 durante la CGE y se fue a Alemania. Siendo SS la rendición lo tomó en Stettin en donde junto a otros soldados de las waffen se unieron para escapar: un griego de la Charlemagne, un coronel danés-judío de la Nordland entre otros. Después de muchas peripecias en Hungría se les unieron un judio de la fuerza aérea rumana, y dos judíos de transilvania y así se apoyaron entre todos para salir por Turquía y al fin en Marsella, en donde los apresaron y los enrolaron a la fuerza en el ejército de la Polonia libre. Pasaron muchas peripecias, e incluso mi bisabuelo fue a Corea a combatir. Mi esposa es bisnieta de ese coronel judío-danes de las SS. Siempre el viejo se jactaba de que el haber ganado 2 guerras de 3 estaba bien.

    • Impresionante historia Nano, digna de un buen libro o de al menos una película. Anécdotas como las que contamos, hay muchas, pero todas con sus historias personales de sufrimiento y triunfo, con detalles que merecen ser contados aunque, desgraciadamente, sus protagonistas no hayan logrado llamar la atención. Me quedo con las vidas de los que sobrevivieron a la barbarie, sin olvidar a las víctimas, pues al final, la guerra es siempre una cuestión de seres humanos.
      Muchas gracias por tu valiosa aportación, y no dudes en ponerte en contacto conmigo si puedes expandir la información de tus familiares, nos encantaría publicar un texto tuyo al respecto, si te animas.
      Un abrazo.

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