Un día decisivo en la historia de Europa.

La Batalla de Waterloo: Segunda Parte.

Inicio de la batalla.

Bonaparte decidió esperar a que el terreno se secara, y su decisión es en definitiva una de las claves del resultado final. Ahora bien, en retrospectiva es muy fácil criticar una decisión sabiendo su efecto negativo, pero analizando la alternativa, esto es, atacar sobre el lodo, tampoco es que el caudillo hubiese podido elegir mejor.

Aparentemente, y lo digo así porque no hay un registro concluyente, las hostilidades comenzaron poco antes del mediodía, cuando napoleón ordenó a su Grande Batterie abrir fuego sobre las líneas defensivas de Wellesley. Era la estrategia que tan bien le había servido en algunas de las batallas que le habían convertido en amo y señor de Europa, principalmente en Austerlitz y Borodino. Ochenta cañones escupieron hierro al unísono apuntando al centro aliado, con la intención de abrir una brecha en las filas enemigas, pero sin conseguir el objetivo a pesar de causar muchas bajas.

Poco antes del inicio de la andanada, una brigada francesa había intentado conquistar el complejo de Hougoumnot, con cierto éxito inicial cuando un capitán francés logró derribar la puerta con un hacha, pero los británicos contraatacaron y lograron volver a cerrar la puerta, atrapando y matando a los que habían entrado. Durante el resto del día Hougoumont sería el objeto de constantes ataques de la infantería apoyados por los cañones, pero la guarnición resistió y fue clave en mantener ocupada a la artillería y un buen número de soldados franceses.

Waterloo de Hillingford

El primer ataque de infantería.

Alrededor de las 13:00, Napoleón observó a lo lejos las primeras tropas prusianas. Aún confiado en que Grouchy podría mantenerlas ocupadas, sabía que debía acelerar el ritmo para vencer al enemigo antes de que este recibiera refuerzos. Inmediatamente ordenó a uno de sus generales más veteranos avanzar con la infantería. D’Erlon, que ya se había enfrentado a Wellesley en España, decidió primero Maqueta de la lucha en la Haye Sainteintentar tomar la granja de la Haye Sainte, en el centro del campo de batalla. Varios regimientos la rodearon y, a pesar del reducido número de defensores, 400, estos lograron mantener la posición. Mientras los ataques continuaban, D’Erlon movió tres divisiones más en un frente de un kilómetro, directamente sobre las líneas enemigas. Casi 15.000 hombres llegaron a la cresta y la escalaron manteniendo la formación. Detrás les esperaban casi el mismo número de británicos y alemanes (Hanover), quienes se levantaron y comenzaron a disparar. No obstante, la veteranía de los franceses consiguió empujar al enemigo, y por unos minutos pareció que Napoleón podría llevarse la victoria en Waterloo.

Primer contraataque aliado.

Bajo presión, y a falta de instrucciones de Wellesley, alguien tenía que tomar la iniciativa. El mérito correspondió al Mariscal Uxbridge, segundo en el mando aliado, quien ordenó y el mismo lideró a sus dos brigadas de caballería pesada, en número de 2.000, cargar contra las líneas francesas. Durante varios minutos fue difícil decir quien prevalecía en la confusa cacofonía de acero y sangre. Tropas de uno y otro bando disparaban en ocasiones hacia sectores donde los uniformes se entremezclaban sin orden. A pesar de la poca experiencia de algunas unidades, la caballería aliada consiguió en un primer momento romper el ala izquierda francesa, pero pronto se vieron rodeados y diezmados. Uxbridge no había organizado una reserva para el refuerzo, un error que posteriormente confesó, y los valientes jinetes cayeron por centenas. Aún así, los franceses no aprovecharon su momentánea superioridad al haber perdido el orden de las filas en un espacio reducido y al haberse desperdigado algunas unidades. Poco a poco los hombres de D’Erlon retrocedieron ante el ataque de la caballería. Una hora después, las tropas habían vuelto a su punto inicial, pero con 3.000 bajas, 2.000 de ellos hechos prisioneros. Todo volvía a quedar en tablas.

Caballería británica al contraataque.

Caballería británica al contraataque.

Para entonces, sin embargo, ocurrió un hecho inesperado, Napoleón abandonó el campo de batalla y se retiró a uno de sus cuarteles dos kilómetros detrás de las líneas. Al no existir ningún documento que confirme la razón de su ausencia, se ha especulado que Bonaparte sufría de problemas de salud, incluyendo fuertes dolores estomacales, y falta de sueño debido al estrés. En cualquier caso, en las dos horas que estaría ausente, tuvo lugar una de las etapas cruciales de la batalla.

Alrededor de las 16:00 horas, Ney observó movimientos del enemigo haca la retaguardia y creyó que se trata de una retirada. Pero su juicio le jugó una mala pasada, pues no se trataba de una retirada, los ingleses sólo están llevando sus heridos a la retaguardia. Ney, actuando bajo su propia autoridad ante la ausencia del emperador y, como cualquier otro general de la época hubiese hecho, ordenó una carga de caballería para barrer al enemigo, 4.800 caballeros, pero sin apoyo de la infantería, como debía haber hecho, pues lo que quedaba de las formaciones originales estaba ocupada ya fuese en Hougoumont o reorganizándose aún después del primer ataque. Wellesly respondió con la célebre la formación de cuadros.

Los cuadros consistían en formar a las tropas en dicha figura geométrica con cuatro líneas de infantería, dejando un amplio espacio interior donde podían situarse los artilleros durante el ataque. Cada cuadro contenía aproximadamente 500 hombres apuntando en Diorama Waterloo, cuadroslas cuatro direcciones, protegiendo sus flancos. La ventaja de este concepto frente a la caballería, es que los caballos no embisten líneas de bayonetas, sino que rodean los cuadrados, mientras que las tropas que los forman disparan a los jinetes. Ney repitió los ataques una y otra vez hasta doce veces, según algunos testigos, e incluso añadió 4.000 jinetes más en sus fútiles ataques, cada uno con menor fuerza debido a la pérdida de unidades en cada intento. Cuando Napoleón volvió, se dio cuenta del desastre y fustigó a Ney, diciéndole que había destruido su caballería por enviarla una hora antes del momento adecuado. Aún así, Ney volvió a atacar con la infantería y fue nuevamente rechazado por los restos de la caballería de Uxbridge, aunque con severas bajas para los jinetes ingleses que ya poca acción verían el resto de la tarde.

Aproximadamente al tiempo que napoleón volvía al frente, los franceses lograron tomar la granja de Haye Sainte, un punto estratégico en el centro del campo de batalla. Para Napoleón, conquistar Haye Sainte era el milagro que estaba necesitando. Wellesley ordenó recuperarla a cualquier precio, pero los franceses rápidamente habían ocupado todos los edificios y situado francotiradores en las azoteas, además de un par de cañones que pronto causarían enormes bajas en los cuadros aliados. Wellesley perdió a varios de sus generales en la empresa y quedó pronto sin reservas. Encerrado el mismo dentro de un cuadro de infantería, se dio cuenta de que él también necesitaba un milagro podía salvarse. Y el milagro llegó.

En la entrada de ayer vimos que entre las claves de la batalla estaba el hecho de que, dos días antes, en Ligny, Napoleón no había podido destruir el ejército prusiano de von Blücher. Este se había retirado perdiendo contacto con su perseguidor, el General Grouchy, y se había dirigido hacia el norte, y no hacia el este, hacia Prusia, donde los franceses pensaron que huiría. Von Blücher no sólo se mantuvo cercano a las tropas de Wellesley, sino que estuvo en contacto con su aliado todo el día, mientras en Waterloo se desarrollaban los acontecimientos. Napoleón sabía que los prusianos podían volver, pero confiaba en que Grouchy los entretendría lo suficiente para darle tiempo de vencer a Wellesley.

Aliados en azusl, franceses en rojo, prusianos en gris.

Aliados en azusl, franceses en rojo, prusianos en gris.

Las primeras unidades prusianas en acercarse fue el IV Cuerpo del general Bülow, alrededor de las 15:30. Wellesley le había dado instrucciones de atacar en caso de ver presionado el centro aliado, lo cual sucedía justo en esos momentos. Bülow entró en la pequeña población de Plancenoit, a la sazón vacía, pero Napoleón observó el movimiento y envió dos cuerpos a rechazar el ataque. No lo lograron hasta que Bonaparte añadió ocho batallones de su Guardia Joven como refuerzo, que tomaron Plancenoit a un gran coste. Wellesley aprovechó la distracción para activar sus reservas en el ala oeste, alrededor de Hougoumont, y obligó a los franceses a retroceder. Hacia las 19:00 horas, las líneas francesas habían dejado de presentar una frontal recta, sólo adelantadas en el centro pero presionadas en los flancos, dejando ver una forma de herradura. Al mismo tiempo, continuaban llegando por el este los refuerzos prusianos. A Napoleón se le reducían las opciones.

En un último y desesperado intento, el general que había asolado Europa durante diez años, activó a su propia Guardia Imperial, invicta durante años, la creme de la creme del ejército francés. Como siempre, Napoleón atacó por el centro, intentando dividir al enemigo. Al frente la Guardia Media y la Guardia Vieja como reserva, con artillería de apoyo protegida por cuadros al mando de Ney. Veterana y segura de sí misma, la Guardia avanzó impasible ante el fuego, laceros, granaderos, carabineros, cercano a los 8.000 hombres. Los aliados contraatacaron pero no pudieron parar la embestida, y en media hora las primeras tropas de la Guardia habían llegado a la cresta, donde Wellesley había formado sus líneas originales, encontrándola cubierta de cadáveres y aparentemente abandonada. En ese momento, 1.500 Guardias de a Pie británicos que se habían tirado al suelo para protegerse de los cañones, se levantaron y dispararon una andanada que causó grandes bajas a la Guardia. No sólo eso, sino que la sorpresa fue tal que se desató el pánico en los franceses. La Guardia podía ser muy veterana y valiente, pero no dejaba de ser humana.

Napoleón envía a la Vieja Guardia

Napoleón envía a la Vieja Guardia

Cualquiera familiarizado con cuestiones militares es consciente de la importancia de mantener la disciplina en las filas. En el complejo ambiente del combate, en el que los soldados de a pie apenas y conocen la situación y unos dependen de los otros, sólo hace falta que un pequeño grupo de hombres se bata en retirada para contagiar a sus compañeros. La moral de las tropas lo es todo, decía Napoleón, y nunca mejor dicho que cuando sus hombres dieron la lucha por perdida y retrocedieron. Es posible que estuvieran cansados, o que después de tantos años sin entrar en combate hubiesen perdido su instinto vencedor, pero es posible también que comprendiesen que su situación, ya en inferioridad numérica, y que prefiriesen salvar la vida que sacrificarla por una causa perdida, y la del emperador, lo era. Wellesley agitó su sombrero montado sobre su caballo, para ordenar la ofensiva final.

Napoleón Bonaparte perdió la Batalla de Waterloo a causa de varios factores, pero aún si hubiese prevalecido en los campos de Flandes aquel día era cuestión de tiempo que su frágil imperio se desmoronara ante la coalición. Bonaparte ya no disfrutaba de la popularidad de años pasados, ni del apoyo de la aristocracia o los bancos, y tarde o temprano acabaría derrotado. Como fue, Pocos días después de aquel 18 de junio, Napoleón abdicaba y se entregaba a los ingleses, que lo enviaron a las Isla de Santa Helena en el Atlántico, para no volver más.

Tanto expertos como aficionados a la historia familiarizados con Londres y París y, en especial aquellos que viajan por tren entre estas dos grandes capitales, notarán la ironía de que dos de sus principales estaciones llevan los nombres de sendas batallas en las Guerras Napoleónicas. En la ciudad del Sena, la estación al sureste, de la que parten los trenes a Madrid y Barcelona, fue bautizada en honor de la más importante victoria de la Grande Armée bajo el mando del general corso, Austerlitz. Del otro lado del canal, la terminal que hasta hace unos años recibía los convoyes Eurostar (ahora llegan a  St. Pancrass), precisamente de París, era la Estación de Waterloo, en honor al pequeño pueblo belga donde la suerte de Napoleón quedó sellada para siempre. Waterloo terminó con las Guerras Napoleónicas e inició con una nueva etapa, con el surgimiento de nuevos países y el renacimiento de nuevos imperios. Durante un siglo la paz reinaría en tierras europeas, hasta que la Primera Guerra Mundial la sangre volvería a regar los fértiles campos del viejo continente, algunos dicen, para arreglar los desaguisados geográficos y nacionales impuestos por los aliados después de Waterloo…

6 thoughts on “Un día decisivo en la historia de Europa.

  1. A pesar de que Waterloo constituyó la némesis oficial de las Guerras Napoleónicas, no debemos olvidar la Batalla de las Naciones, cuyo bicentenario no sé si se llegó a conmemorar en 2013. En ese caso fue la Sexta Coalición la que derrotó decisivamente a Napoleón en Leipzig, entre el 16 y el 19 de octubre de 1813, provocando el primer confinamiento del corso en la meditarránea isla de Elba, muy cerca de su tierra.

    Fue aquella una coalición con más países que la séptima y con mayor número de efectivos, si bien el emperador no tuvo a su disposición tantas tropas como en Waterloo.

    En mi opinión, y si se me permite el símil taurino, Lepzig fue la estocada y Waterloo la puntilla.

    Como siempre, desearía saber tu opinión al respecto.

    Un abrazo y felicidades de nuevo por el blog y su nuevo «look».

    • Hola Rudolf,
      Coincido contigo en que la clave de la derrota de Napoleón se puede encontrar en otros momentos anteriores, y en otras batallas. Waterloo simplemente fue, como bien dices, la que le dio la puntilla a un Bonaparte vencido, pero es la batalla que se llevó la fama por ser la última. Leipzig fue sin duda su gran derrota, y su escape de Santa Elba sólo eran los coletazos de un pez muerto. Ya no contaba con el apoyo popular, y Francia estaba quebrada, sólo era cuestión de tiempo que la 7ª coalición le derrotara para siempre.
      Muchas gracias por tu amable aportación, y me alegra que te haya gustado el nuevo look, aunque tengo que decir que no es definitivo… 😉

      Un abrazo.

  2. Bueno bueno bueno, en realidad eso de 100 años de paz en Europa no es cierto. Las guerras entre 1815 y 1914 no fueron de las «grandes» pero si las hubo. Francia por ejemplo fue invadida y derrotada en 1870.
    Las guerras de unificación italiana y alemana, las de independencia griega, la guerra entre Rusia y el Imperio Otomano, la guerra austroprusiana, las guerras de los ducados etc

    • Hola Dani,
      tienes mucha razón en que hubo otras guerras en ese periodo de tiempo. Pero considerando la historia europea, en mi opinión los conflictos que mencionas, y otros, fueron más bien escaramuzas de corta duración, nada que ver con los siglos y siglos de sangre y fuego del pasado, y con lo que vendría en el siglo XX. Lo importante es que Waterloo marcó un antes y un después en la historia de nuestro continente, y eso que sólo fue la batalla que dio la puntilla a Napoleón, pues su imperio estaba ya derrotado. La historia utiliza eventos concretos para organizarse, y Waterloo es uno de esos momentos que, a pesar de su menor importancia estratégica, quedó marcada en los libros de historia, para bien o para mal…

      Muchas gracias por comentar. Un cordial saludo.

  3. Sobre las maldiciones de Bath (comentarios cerrados) una -de otra zona- llegó a conocimiento de Tolkien e inspiró su saga:
    DEVO NODENTI SILVIANVS ANILVM PERDEDIT DEMEDIAM PARTEM DONAVIT NODENTI INTER QVIBVS NOMEN SENICIANI NOLLIS PETMITTAS SANITATEM DONEC PERFERA VSQVE TEMPLVM DENTIS
    Al dios Nodens. Silviano ha perdido un anillo y donará la mitad [de su valor] a Nodens. A quienes se llamen Seneciano no permitas que gocen de buena salud mientras no devuelvan el anillo al templo de Nodens.

    • Hola Redhead,
      Tengo que confesar, a pesar de las críticas que pueda recibir, que no soy un gran fan de El Señor de los Anillos, soy más bien de Star Wars. Me parece un detalle súper interesante el que mencionas, y seguro sorprenderá a os seguidores de Tolkien. Aprovechando tu cmentario, y con tu permiso, buscaré más información, a ver si podemos sacar otra entrada con el tema.

      Un cordial saludo y muchas gracias.

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