Chinampas: eco-tecnología azteca de vanguardia.

Al sur de la Ciudad de México, a una media hora de distancia del monumental Estadio Azteca, está el pueblo de Xochimilco. Si por algo es conocido este peculiar paraje, es por sus canales, por los que navegan las chalupas, pequeñas embarcaciones recreativas adornadas con cientos de flores de colores que son la delicia de los visitantes. Los que se fijan bien, al lado de los canales pueden ver algunas chinampas.
Pero dirán los no-chilangos – ¿qué carambas son las chinampas?
Ah, pues son una especie de franjas de terreno, creadas por el hombre en las orillas y aguas poco profundas de los lagos. En ellas se plantaban vegetales, maíz y flores, para consumo propio o para su venta.
Las chinampas fueron la respuesta a la necesidad de terreno cultivable en la Gran Tenochtitlan, la capital del imperio azteca fundada sobre una isla, en el centro de un lago. Con poca tierra pero mucha agua a su disposición, las chinampas proliferaron y alimentaron a decenas de miles de ciudadanos mexicas.
Bien observadas, las chinampas son, además, un gran avance de la tecnología ecológica azteca. Son un invento diseñado casi mil años antes de que existieran los términos “ecología”, o “sostenibilidad”.

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Historia de las chinampas

Aparentemente fueron las tribus toltecas las primeras que construyeron chinampas en los lagos del centro de mesoamérica. Los mayas ya cultivaban en franjas de terreno tipo chinampas, en mapa chinampaslas riberas de los ríos, pero no eran terreno ganado al agua.
Las chinampas surgieron desde el principio de la colonización mexica de los lagos de Texcoco, Xochimilco y Chalco, en el siglo XII de nuestra era. Conforme Tenochtitlán creció, también lo hizo el área del lago ocupada por las chinampas.
Cuando llegaron los españoles en 1519, consideraron que las chinampas eran un método de agricultura poco eficiente, y las desdeñaron. No obstante, nunca desaparecieron por completo, y aún se utilizan en varias zonas del centro de México.

Especificaciones técnicas

Una chinampa es una especie de balsa, aunque no está flotando. Su construcción se inicia con la demarcación del área elegida, por varios troncos. Los aztecas solían hacer las suyas de alrededor de 10 metros de largo por uno o dos de ancho.
Una vez marcadas las esquinas, se procede a montar un armazón en todo el perímetro, con ramas y otro tipo de vegetación. Lo que queda es una especie de alberca en medio del lago. Entonces, el espacio se rellena con tierra y materia orgánica.

Estructura de las chinampas

Estructura de las chinampas.

Lo que era agua se convierte en terreno, y ya se puede cultivar. Maíz, calabazas, frijoles (habichuelas), chiles (guindillas) y flores eran los favoritos. Los cultivos obtienen los nutrientes de la materia orgánica, y el agua directamente del lago.
Entre chinampa y chinampa, se dejaba un pequeño canal para dejar pasar las canoas. Los canales crean un efecto óptico, que hace parecer que las chinampas están flotando,. Erróneamente se les ha llamado “jardines flotantes”, pero por lo general no lo son. Sin embargo, yo he visto alguna chinampa flotante en el Lago de Texcoco.

Ganar territorio

Con el tiempo, y el descuido, algunas chinampas acumulaban mucha materia o tierra. Por las mismas razones, los canales se llenaban de sedimentos y se obstruían hasta que el agua dejaba de correr. Las chinampas pasaban a ser tierra firme.
En ocasiones este proceso fue provocado por los urbanistas aztecas, para ganarle territorio al lago, y permitir que la creciente población de Tenochtitlan se expandiera sobre las aguas. Cuando los españoles conquistaron el imperio, sólo continuaron la costumbre, hasta que la mayor parte del lago quedó bajo la Ciudad de México.
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Tenochtitlan

La Gran Tenochtitlan.

Eco-tecnología

Las chinampas pueden bien ser un invento de hace un milenio, pero en los últimos años han sido rescatadas por su valor como tecnología sostenible. Son una manera muy adecuada de cultivar la tierra sin afectar permanentemente el paisaje. Además, ya que se aprovechan de los nutrientes y el agua del entorno, no hace falta añadir fertilizantes a sus cultivos, ni desviar fuentes de agua.
Eso sí, las chinampas no son eficientes en la agricultura a gran escala, que es lo que necesita el mundo actual. Probablemente funcionen para pequeñas poblaciones, pero no son la solución a los problemas de distribución que aquejan al mundo.

Conclusión

En cualquier caso, son un buen ejemplo del ingenio azteca, y de agricultura sostenible. Son también un trozo vivo de historia. Para los que nos gusta esto de lo antiguo, ver las chinampas es como ver las inundaciones estacionales del Nilo, desaparecidas tras la construcción de la Presa Aswan.
Si algún día tienes la oportunidad de visitar la Ciudad de México, seguro visitarás su centro histórico y su Templo Mayor, además de la cercana Teotihuacán. Pero tampoco te pierdas Xochimilco, sus chalupas y sus chinampas. No te arrepentirás.

Xochimilco

Xochimilco.