La Guerra Falsa, de Coña o de Broma.

Tiene varios nombres, dependiendo del idioma. Los ingleses la llamaron la Guerra Falsa, “Phoney War; para los franceses fue de broma, “Drôle de guerre”. Los alemanes la bautizaron como la “Sitzkrieg”, la Guerra Sentada. En castellano, puede ser la Guerra Falsa, de Coña o de Broma, o como a mí me gusta, el “Remedo de Guerra”.

Con esos apelativos nos referimos al periodo de tiempo que transcurrió entre las declaraciones de guerra de Gran Bretaña y Francia contra Alemania, el 3 y 4 de septiembre de 1939, respectivamente, y el inicio de las hostilidades reales, el 10 de mayo de 1940.

Durante ese tiempo en el que Alemania invadía y conquistaba Polonia, los aliados se preparaban para el combate. Pero guerra de lo que se dice guerra en el frente occidental, muy poca. Nadie se atrevía a dar el primer paso, pensando en que aún había posibilidades de paz. Ingenuos.

Phoney war, la guerra falsa

Estaban avisados

Desde que accedió al poder en enero de 1933, Hitler había dado amplias muestras de sus objetivos. En 1934, había ordenado la remilitarización de Renania, zona al oeste del Rin que había sido ocupada por los franceses tras el armisticio de 1918.

En 1938 llegó el turno de la anexión de Austria, obligada a incorporarse al Reich tras un golpe de estado promovido por los nazis. Los Sudetes y luego el resto de Checoslovaquia fueron invadidos entre septiembre de 1938 y marzo de 1939. Hitler quería ocupar toda Europa.

Hubo, sin embargo, quienes creyeron todo este tiempo que se podía dialogar con “Herr Hitler”. Buena parte de los líderes europeos estaban cegados por su pacifismo, y promovían la idea de que era mejor ceder en todo lo que pedía el Führer a desatar otra guerra.

Por ello, cuando finalmente no tuvieron otra opción que declararla, prefirieron no hacer mucho en contra de la Wehrmacht. Al Ejército Alemán, que de ninguna manera estaba preparada para un segundo frente, le vino de perlas.

Sin novedad en el frente occidental

La realidad es que Francia e Inglaterra tenían una excusa, la falta de preparación. Para no provocar a Hitler, poco se había hecho en materia de armamento. Sólo hasta la invasión de Checoslovaquia se activaron programa de construcción de aviones en Gran Bretaña, por ejemplo.

Por otra parte, Francia estaba dividida políticamente, la Tercera República en caos, debilitada, estaba apunto de colapsar. Sin líderes en el bando aliado, nadie se atrevía a dar el primer paso.

Así, cuando la guerra empezó con la invasión de Polonia el 1 de septiembre de 1939, Francia dio la orden de movilización, y el Reino Unido comenzó los preparativos para enviar una Fuerza Expedicionaria al continente.

La guerra falsa, o de broma

No obstante, se dieron claras instrucciones a los comandantes de no provocar al enemigo, y de no atacar. No vaya a ser que el enemigo responda.

La Guerra Falsa

Tanto miedo tenían los aliados a Alemania, que sus políticas bordaron el surrealismo. Los pocos alemanes que defendían la Línea Sigfrido, no eran suficientes para detener un ataque francés. Pero a los franceses les dio miedo atacar, y prefirieron a su vez esconderse en la Línea Maginot.

Llaman la atención algunas de las decisiones que se tomaron en esos días de Guerra Falsa, insisto, para no molestar al enemigo.

En lugar de bombas, por ejemplo, aviones ingleses soltaron octavillas sobre las ciudades alemanas, invitando al pueblo a derrocar a los nazis. Cuando se permitieron algunos bombardeos simbólicos, se les prohibió atacar fábricas de armamento, con aquello de que los alemanes podían hacer lo mismo.

En un caso, se prohibió incluso a los pilotos bombardear un almacén de munición en la Selva Negra, el Secretario de Estado del Aire inglés respondió que el bosque era propiedad privada, y no se podía atacar.

La Ofensiva del Sarre

Apenas unos días de iniciada la guerra, los franceses si planearon una ofensiva. El  7 de  septiembre, 40 divisiones, incluyendo 40 batallones de tanques, debían cruzar la frontera alemana y avanzar sobre un frente de 32 kilómetros.

Pero Francia no pudo movilizar las 40 divisiones, y el ataque sobre la Región del Sarre comenzó con 11 divisiones. Tras un avance de hasta ocho kilómetros, el día 16, el General Maurice Gamelin, Comandante Supremo Francés, ordenó la retirada.

Ofensiva del Sarre

Ofensiva del Sarre.

La huída se debió a que Alemania ya había vencido a Polonia, y aunque esta aún no se rendía, Hitler podía ya reforzar su frente occidental con tropas veteranas. El miedo no anda en burro, y Gamelin ordenó la vuelta a la Línea Maginot.

La guerra verdadera, en el mar

Si no hubo apenas acciones en tierra o en el aire, en el mar todo fue diferente. Desde el primer día del conflicto, la Royal Navy tuvo que esforzarse para mantener a raya a los submarinos alemanes. Con poco éxito.

El 3 de septiembre, el submarino U-30 hundió al trasatlántico británico Athenia. A pesar de que el capitán del submarino pudo haberse equivocado, 117 mujeres y hombres perdieron la vida.

Dos semanas después, el 17 de septiembre, el portaaviones (anteriormente crucero) HMS Courageous fue hundido por el submarino U-29, con la pérdida de 519 vidas.

En una osada acción, el U-47 del capitán Gunther Prien entró en Scapa Flow y hundió el acorazado HMS Ark Royal, en su propia base.

El HMS Ark Royal

El HMS Ark Royal.

Por su parte, los británicos acorralaron y dañaron al Almirante Graf Spee, un acorazado de bolsillo que estaba causando estragos en las líneas de navegación aliadas. El Graf Spee tuvo que internarse en el puerto de Montevideo para llevar a cabo reparaciones, pero ante la negativa del Gobierno de Uruguay, fue hundido por su propia tripulación.

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¿Qué hubiese sucedido si atacan?

Después de la guerra se confirmó lo que algunos, como Churchill, adelantaban. Alemania no tenía la fuerza suficiente para detener un ataque aliado en el periodo de la Guerra Falsa. Los generales de la Wehrmacht se lo habían dicho a Hitler. Este insistió, confiado en la cobardía que hasta ese momento Francia e Inglaterra habían demostrado.

El ejército francés, a pesar de que muchos creen lo contrario, era el más poderoso del mundo en ese momento. Junto con la Fuerza Expedicionaria Británica, reunían 110 divisiones, frente a las 23 alemanas.

El General Siegfried Westphal, ayudante de Rommel, afirmó que, si el Ejército Francés hubiese atacado, la Wehrmacht sólo hubiese podido aguantar “una o dos semanas”. Alfred Jodl, Jefe de Operaciones del Alto Mando alemán, repitió lo mismo en los Juicios de Nuremberg.

Ceder ante el chantaje nazi antes de la guerra fue uno de los errores más caros de la historia. No atacar a Alemania cuando esta no estaba preparada durante la Guerra Falsa, otro gran error. En mayo de 1940, aún con una desventaja numérica, los nazis atacaron Francia. Seis semanas después habían conquistado París.

La guerra falsa

Más miedo

La invasión de Francia fue otro ejemplo de cómo el miedo a los supuestamente invencibles alemanes pudo con un país. Las tropas francesas, en lugar de luchar, corrieron ante la aparición de los panzers. Fue la última oportunidad, y la desperdiciaron.

Durante la batalla, cientos de miles de soldados aliados quedaron atrapados en las playas de Dunkerque. Su evacuación fue lo único que en Londres y París se pudo considerar como una victoria.

Si de algo sirvieron los despropósitos aliados antes de la guerra y durante la Guerra Falsa, fue que acabaron con la confianza en el Primer Ministro Neville Chamberlain. El mismo día que los alemanes iniciaron su campaña en el oeste, Winston Churchill fue nombrado Primer Ministro.

2 thoughts on “La Guerra Falsa, de Coña o de Broma.

  1. Y al final de este período de «guerra falsa» debemos incluir la invasión por parte de la Wehrmacht de Dinamarca y Noruega, a partir del 9 de abril de 1940 (Operación Weserübung). La ocupación de Dinamarca fue un paseo para las tropas alemanas, pero Noruega fue otra historia. Los ingleses entraron allí en combate de modo efectivo contra los alemanes por primera vez en la guerra, sobre todo en el sector de Narvik. Finalmente, las tropas inglesas terminaron de ser evacuadas el 8 de junio de 1940, a punto de producirse la caída de Francia, que siguió a la de Holanda, Luxemburgo y Bélgica (Operación Fall Gelb).

    • Acertado como siempre, mi querido Antonio. Los aliados no dieron una en los primeros meses de la guerra, no estaban preparados.
      Sobre la batalla de Narvik, tengo un articulo pendiente. Fue una de las acciones más extrañas, de la que los ingleses se retiraron después de haber conquistado el puerto.
      Sobre las Operaciones Gelb y Rot, mañana en el artículo de Dunkerque… (aunque es posible que luego las trate más en detalle… 😛 )
      Mil gracias como siempre y un abrazo!

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