La Abuela de Todos los Humanos.

No es precisamente de la que nos habla la Biblia, al menos no es la esposa de Adán, ni salió de su costilla, pero si podemos decir con seguridad, que una mujer que vivió hace aproximadamente 150.000 años en el este de África, es la madre o abuela ancestral de todos los humanos de la actualidad.

¿Y cómo lo sabemos? Por el estudio del legado genético llevado a cabo en decenas de miles de personas durante las últimas décadas. Es muy sencillo decirlo pero no tanto explicarlo, y después de leer este artículo, seréis vosotros los que me diréis si lo he logrado.

La abuela de todos los humanos

Cuestión de genes

Empecemos por los antecedentes. Como recordaréis de vuestros estudios de secundaria, en nuestro organismo existe una substancia llamada ácido desoxirribonucleico, o ADN por sus siglas en castellano. Dicho ácido contiene en su estructura molecular las instrucciones genéticas de lo que debe

Estructura del ADN

Estructura del ADN

hacer cada célula para convertirse en parte de los muy diversos tejidos de nuestro cuerpo. Las combinaciones entre las cuatro moléculas que forman la famosa doble hélice, guanina, citosina, adenina y timina, establecen si un bebé heredará los ojos azules de su padre o los verdes de la madre o incluso los marrones de su abuelo. S

abemos también que durante el proceso de reproducción, al fusionarse el óvulo femenino con el esperma masculino, cada uno aporta un 50% de su propio ADN que se mezclará con el otro para formar un nuevo y único ADN para el nuevo ser. De esta manera, los hijos de una pareja no serán idénticos a ninguno de sus progenitores, sino que llevarán la mitad de los genes, y por ende, las características, de cada uno de los padres.  ¿Voy bien o me regreso? Pues sigamos.

Secuencia

Desde finales del siglo pasado se ha llevado a cabo una frenética carrera para conocer más a fondo y secuenciar el código genético de cientos de especies animales y vegetales y así entender mejor su evolución, desarrollo, fortalezas y debilidades, con el fin, la mayoría de las veces, de ayudar a crear vacas, cerdos, ovejas, tomates, cereales y hasta humanos más robustos y mejor protegidos contra las enfermedades. Consideraciones éticas aparte, el mundo de la genética ya está aquí y deberíamos acostumbrarnos a ello.

Pero hay otro campo en el que la genética ha resultado ser un maná caído del cielo, una fuente de información de la que hasta hace no mucho nadie soñaba con poder utilizar: el estudio de la evolución humana. Si el siglo XIX fue el del nacimiento de la Teoría de la Evolución y el XX el de la arqueología, el actual bien podrá ser considerado en el futuro como el siglo de la genética.

Hasta antes del advenimiento de la genética, los antropólogos habían basado sus investigaciones sobre la evolución humana en el estudio de los fósiles de homínidos encontrados, con todas sus deficiencias y limitaciones. Ahora, y gracias al Proyecto del Genoma Humano, un esfuerzo conjunto de más de cien universidades en una docena de países, una nueva herramienta nos ha ayudado a esclarecer los orígenes y expansión de Homo sapiens por todo el planeta. Entra en escena Stephen Opppenheimer.

ADN Prueba [Convertido]

El estudio

En su libro “Fuera del Edén: el poblamiento del mundo”, este médico, geneticista y autor británico compiló los resultados del PGH y los utilizó para seguir el “rastro” genético de nuestros ancestros. Según los datos que nos daba la arqueología, los europeos descendían de un grupo de africanos que se estableció en el creciente fértil hace aproximadamente doscientos mil años. Entre esos africanos estaba nuestra abuela.

Pero las conclusiones de Oppenheimer dieron un vuelco a todas las teorías anteriores, y difícilmente pueden contradecirse dichas conclusiones pues están basadas en una evidencia no circunstancial, como el hallazgo intermitente de restos humanos, sino en un marcador genético comprobable.

La abuela mitocondrial

Mapa Oppenheimer

(Has click para ver mejor).

He mencionado antes que el ADN de un nuevo ser incluye el 50% de cada uno de los progenitores, por lo cual resultaría casi imposible seguir la huella genética de nuestros ancestros, pues el número de mezclas que el ADN de cada persona ha sufrido en cientos de generaciones es demasiado alto.

Sin embargo, en las mitocondrias, los orgánulos de la célula que producen la energía para que esta pueda funcionar, existe una rama de ADN distinta al resto, y es que este no se mezcla con el ADN del padre, sino que es heredado idéntico de mujer a mujer, de abuela a madre, de madre a hija.

De esta manera y, a pesar de que el ADN ha sufrido diversas mutaciones a través de los tiempos, podemos seguir el “mapa” de las poblaciones femeninas conforme han emigrado de un continente a otro. Mirando hacia atrás, los marcadores del ADN mitocondrial (ADNmt) llevaron a Oppenheimer y demás investigadores hasta las estepas del Valle del Rift en el este de África, donde hace 150.000 años, vivió una mujer, la dueña original del ADNmt encontrado en millones de mujeres de la actualidad.

Dicha mujer, nuestra abuela, una de las primeras Homo sapiens, no sería muy diferente de la que adorna esta entrada, a excepción de la ropa, y pasaría desapercibida si nos le encontrásemos en las calles de nuestras sobrepobladas ciudades. La llamada “Eva Mitocondrial”, es La Abuela de Todos los Humanos. El mapa adjunto ilustra el camino que las poblaciones humanas, descendientes todos de Eva, siguieron desde su exilio hasta poblar todos los continentes.

Que cada uno saque sus conclusiones

Ahora bien, como siempre en estos casos, existen los detractores, pero yo me había propuesto daros a conocer las conclusiones científicas más fiables al respecto y no tengo espacio para incluir las opiniones contrarias (muy pocas), por lo cual me disculpo. Aún así, este es un tema muy complejo y con una gran variedad de ramificaciones científicas, morales y metafísicas, y no soy ningún experto, por lo que os recomiendo busquéis por vuestra cuenta más información para que podáis sacar vuestras propias conclusiones. Por mi parte, espero esta reseña os haya servido de introducción a la materia tan apasionante y edificante del estudio de la evolución humana.