Del corsé al ¡Wonderbra!

Que yo sepa, no sabemos con exactitud el por qué las mujeres un día decidieron cubrirse los pechos a la vista del público, al menos en las regiones tropicales del mundo. Se entiende donde y cuando hace frio, pero, por ejemplo, con los calores de verano en Madrid bien podrían ir “topless” por las calles, que yo no les diría nada. Ahora bien, es posible que una Homo sapiens de la prehistoria algún día se haya cansado de las miradas lascivas de los hombres del clan, y decidió ocular sus atributos para ahorrarse problemas. Peor aún sería que hubiese sido un macho el que, por celos o por envidia, le haya obligado a taparse, y entonces los antropólogos deberían centrar sus esfuerzos en averiguar quién fue el capullo. El caso es que desde hace muchos siglos, las mujeres han recurrido a una gran variedad de artilugios para mantener en su sitio lo que la gravedad a veces quiere llevarse consigo.

La historia del sostén es tan antigua como la moda. Las primeras evidencias de su uso las encontramos en la civilización minoica, establecida en la isla de Creta hace más de 3.000 años, y existen Diosa de la Serpientevarias pinturas que muestran a mujeres con el pecho descubierto pero con una prenda que empujaba los pechos hacia arriba para hacerlos más visibles. Una figura encontrada en Knossos por el arqueólogo Arthur Evans, la famosa Diosa de la Serpiente, presenta una versión similar del sistema de levantamiento que parece estar hecho de cintas que ajustan y comprimen las redondeces como si fueran un corsé, aunque insisto, todo ello al descubierto. Los griegos (o las griegas) inventaron un sistema parecido llamado apodesmos o mastodesmos, cintas de lino o lana cruzadas sobre el pecho ajustadas por un broche en la espalda.

En Roma se daba una particularidad poco común, y es que nuestros amigos gladiadores consideraban los pechos grandes Bikini_mosaiccomo algo cómico e incluso desagradable (vete tú a saber que bicho les picó), e intentaban por todos los medios ceñirlos, muchas veces con tiras de tela, pero si eran de tamaño “normal”, simplemente utilizaban un método parecido al de los griegos con bandas cruzadas que iban desde abajo, pasando por el canalillo del escote, rodeando el cuello y atadas en la espalda. También existía la versión “bikini” que podemos observar en diversos frescos (Villa Cassale y Pompeya) que muestran a mujeres haciendo gimnasia con dicha prenda, muy parecida a las que vemos en nuestras playas modernas.

Diosa Artemisa, Museo de Atenas. (Foto de Giovanni dall'Orto

Diosa Artemisa, Museo de Atenas. (Foto de Giovanni dall’Orto).

En la Edad Media, como bien sabemos, las cosas no avanzaron mucho y las mujeres, si es que usaban algo, simplemente se ceñían una tela sin importarles lo incómodo o poco atractivo que pudiese ser. Sólo entre las damas de la nobleza parecía haber una cierta Medieval braintención de mostrar de mejor manera lo que se tenía, y utilizaban vestidos muy ajustados que por sí solos mantenían la forma del pecho lo mejor posible. No fue hasta finales de la edad oscura que aparecen los primeros ejemplos de la que será la prenda favorita durante los próximos siglos, el corsé. Fabricado típicamente de tela y, a menudo, con varillas de madera, huesos de ballena e incluso metal para darle forma, el corsé se ajustaba desde la cintura hasta el pecho para darle forma a todo el torso. Para mayor efecto, el corsé tenía, y tiene pues todavía se utilizan excepcionalmente) una serie de cintas que se ajustaban fuertemente en la espalda y así forzar el ajuste de la cintura hasta obtener el grado de “avispa” que muchos recordamos en mujeres del pasado, y del presente. La leyenda atribuye su invención a Catalina de Medicis, erróneamente, pues hay evidencias de que existían mucho antes. Lo único que la famosa italiana hizo fue darle un impulso al uso del corsé al prohibir las cinturas anchas.

El primer “brassiere” moderno no aparece hasta finales del siglo XIX, y existe un debate sobre quién fue en realidad el o la inventora al igual que muchas patentes otorgadas en varios países. Entre las más importantes, podemos reseñar el sostén que daba “simetría redonda” a la portadora, patentado por un tal Henry Lesher de Brooklin, Nueva York, en 1859. Cuatro años después aparece la versión del “sustituto del corsé” del también norteamericano Luman L. Chapman. En Europa, la francesa Hermine Cadolle se atribuyó la invención del primer sostén

Ilustración de la patente de Mary Phelps Jacobs.

Ilustración de la patente de Mary Phelps Jacobs.

moderno, en realidad un corsé partido en dos que ajustaba separadamente tanto la cintura como el pecho. Su producto fue mostrado en la Exposición Universal de 1889, la misma que vio nacer la Torre Eiffel, y presumía de “liberar” a las mujeres de la opresión. Ya en el siglo XX, las necesidades de la mujer emancipada que deseaba unirse al hombre en actividades que requerían más soltura y flexibilidad, provocaron una explosión en las patentes de sostenes. El primer brassiere producido en masa fue la versión del alemán Sigmund Lindauer en Böblingen en 1912, y dos años antes la joven norteamericana Mary Phelps Jacobs patentó el primer sostén con ornamentos de lazo. Las necesidades de metal en la Primera Guerra Mundial dieron la puntilla al corsé y a partir de mediados de la década de 1910 se expandió el uso del brassiere a las mujeres de todo el mundo.

El sostén no ha parado de cambiar desde entonces. La moda y el nuevo estilo de vida de las mujeres dejaron su clara impronta en la invención y producción de artilugios más cómodos y bellos. El plástico, el nylon y otros materiales sintéticos más flexibles Wonderbraencontraron el camino hacia los pechos agradecidos de las mujeres, aunque no todas estaban tan contentas y hubo, y hay, movimientos feministas que lo veían como un ejemplo de la “opresión” machista, cuestión que rechazo discutir en público. Finalmente, hombres y mujeres de los años 90 dieron la bienvenida al Wonderbra, un sostén que “empuja” hacia arriba para resaltar los atributos femeninos a cotas, en ocasiones, de vértigo. No era en realidad un producto novedoso pues había sido patentado dos décadas antes por una empresa canadiense, pero el auge de la publicidad y la entrada de productos femeninos en los medios y, probablemente la vista de los resultados, lanzaron a este producto a la fama mundial.

Esta vez no voy a lanzar vítores a ningún producto o inventor, no vaya a ser que me meta en un berenjenal. Dejaré que cada lector se forme su propia opinión y haga los homenajes o investigaciones pertinentes de manera privada. Eso sí, si alguien quiere hacerlo en público, es bienvenido a dejarnos unas líneas en este foro.

18 thoughts on “Del corsé al ¡Wonderbra!

  1. Hola Jesús,
    primero una broma antes de ponerme más serio, los sujetadores podríamos compararlos con los amigos,¡nos sostienen! (lo siento, no he podido evitarlo).
    Pues yo sí (me atreveré) a dejar mi opinión, y creo que muchas mujeres (y hombres) no van a estar de acuerdo conmigo pero en fin, lo hago desde el punto de vista médico. ¡Maldita sea el día que se inventaron los sujetadores, corsés o wonderbrás! sobre todo si se usan tallas inadecuadas o sujetadores con varillas ya que pueden ser causa de eczemas y roceduras en la piel (algunas se sobreinfectan), dolores de espalda y aparición de bultos de grasa. Es más, se calcula que el 30% de las consultas por dolores de la mama están directamente relacionadas con la utilización inadecuada de esta prenda de ropa íntima. En fin, desde el punto de vista estético puede haber sido un avance pero desde la salud (excepto en algunos casos concretos en los que pueden estar indicados), sin duda, no (ahora lo siento si me he puesto más serio). 😉
    Un abrazo

    • Algo ya había oído sobre el daño que pueden causar los sujetadores, imagino que alguna víctima se ha quejado en mi presencia, pero nunca mejor que un experto en la materia para dar los detalles. Imagino que las mujeres lo saben y que vosotros los médicos se los repetís continuamente, pero imagino también que es una cuestión de imagen, y que puede ser muy importante en el bienestar de la mujer. Ahora bien, yo no sería el primero en quejarse si dejaran de usarlo…;)
      Muchas gracias por tu comentario e interesante aportación, siempre es bienvenida cualquier información que pueda completar mis entradas.
      Un saludo Francisco.

    • como mujer que soy tengo que darte un voto a tu favor pues yo misma he sufrido muchas de esas consecuencias por culpa del sujetador, en primer lugar los molestos bultos de grasa que duelen horrores y dolores de mamas o varillas que se clavan pero si me pongo a pensar en la estetica tengo que romper una lanza a favor del sujetador pues me parece que seria incapaz de salir a la calle sin esa prenda, incomoda o no, que me acompaña desde los 13 años; sin el me siento desnuda, hay una parte de mi que no se siente comoda, y eso si no hablamos del molesto problema que sufrimos cuando una parte del pecho reacciona al frio y quiere hacerse notar, las demas mujeres no se pero yo puedo asegurar que en esos momentos paso verdadera verguenza, me quedo con el sujetador.

      • Hola Maribel, personalmente tengo poca experiencia en el tema 😉 pero si escucho muchas quejas. Imagino que hay un nicho de negocio para aquel que encuentre una solución más cómoda y saludable…
        Gracias por comentar y un cordial saludo.

  2. Yo tenía un tío sumamente culto, que cuando los inicios de la televisión decía – Que la dichoza máquina lo había instruído muchísimo sobre…. Los soutienes…En punta, con aro, con puntilla, con elástico, prendido adelante, etc.Creo que si hoy pudiera leer ésto, se divertiría muchísimo.
    Pobres mujeres con el corset, y la cintura avispa. Yo hice en Presentaciones, una pequeña reseña del 900 sobre la moda, basándome en fotos familiares.Creo que todos me han perdonado.
    Muy bueno lo tuyo.
    Un abrazo.
    Hasta pronto.

    • Hola Stella, que razón tenía tu tío, pues cuando yo era niño también aprendí bastante sobre los sostenes gracias alos comerciales de la televisión, incluso antes de que conociera las protuberancias que intenta proteger…;)
      Si aún tienes la presentación, seguro que a más de uno nos alegraría verla, pero entiendo que a tus familiares no les hiciera mucha gracia. Me conformaré con imaginármela…
      Muchas gracias nuevamente por tu comentario y te envío un fuerte abrazo.

  3. Mi trabajo está en este entorno y tengo que educar a muchas mujeres y enseñarles su talla correcta y algunas aún se resisten, porque están influenciadas por los anuncios o la estética. Por suerte son las mínimas y cada vez más se dejan asesorar, pues en un sujetador no sólo hay que tener en cuenta la talla de pecho, si no, también es muy importante la del contorno ( lo que mide las costillas y la espalda) y es muy importante llevar la talla adecuada.
    Muy interesante este blog.
    Saludos, hasta la próxima visita
    Cristina

    • Hola Cristina, muchas gracias por comentar y por tus muchos «Me gusta». Yo no soy un experto en la materia ;), pero mi colega Francisco Javoer Tostado si lo es y puedes ver su comentario arriba, muy en la línea con el tuyo. Sólo puedo decir que espero más y más mujeres os hagan caso.
      Gracias nuevamente y un cordial saludo.

      • Si lo he leído y me gusta que el como médico nos enseñe. Hace muchos años que consulte y pedí a un médico que me explicara para poder asesorar bien.
        Cuando entró por primera vez a un blog me gusta pasearme y ver el contenido y si me gusta lo expreso.
        Buenas noches y hasta pronto
        Cristina

  4. Me gustan mucho tus artículos. A éste tengo dos matizaciones que hacerle: la primera es que no eran huesos de ballena lo que se ponían en los corsés, sino ‘ballenas’, es decir esa especie de ‘dientes’ planos y flexibles que tienen determinadas especies de ballenas.
    La segunda tiene que ver con la falsa idea de la Edad Media como oscura. Si los primeros siglos son caóticos, en seguida comienza el proceso de fusión y creación de nuestra civilización. Desde que leí ‘Los pecados de los príncipes rusos’ de Chesterton (http://wp.me/p3QO9M-lt) jamás he vuelto a repetir el tópico, porque comprendí el sentido de ese tiempo y que nuestra época no es mejor que aquella en otras muchas cosas. Gracias y enhorabuena de todas formas.

    • Muchas gracias Chester por tu comentario. Te doy la razón en los dos puntos, pues es verdad que las varillas que se utilizaban en los brassieres no eran huesos, sino el tipo de dientes que mencionas. Igualmente con el apelativo de Edad Oscura, que probablemente no se lo merece, aunque comparado con las etapas que le precedieron (el Imperio Romano) y sucedieron (el Renacimiento), la Edad Media dejó mucho que desear respecto a los avances tecnológicos y sociales.
      En todo caso, te agradezco tu lectura y colaboración al tema, pues sabes bien que aprendemos mucho de todos vuestros comentarios.
      Muchas gracias nuevamente y un cordial saludo.

  5. Hola a todos: No os imagináis lo incomodo que puede llegar a ser un sostén inadecuado.
    Cristina dices bien cuando te refieres a esas dos partes de la prenda: (Contorno y copas) pero yo me atrevo a decir que todavía no están reguladas las medidas y mirad que llevamos tiempo usando los gemelos. El sujetador que te viene bien de copa te sobra de contorno o viceversa, lo ideal sería que la prenda viniera en dos partes: Una las copas y otra el contorno y regulable. Este comentario va para las diseñadoras.

    Contestando a J.G. Barcala no es posible en estos tiempos ir sin sostén, sobre todo las mujeres que hacemos deporte y caminamos a modo de carrera, sería algo grotesco…………siempre y cuando no os estéis refiriendo a chicas de 15 a 30 años. En ese caso me callo.

    Francisco Javier: En estos momentos hay un modelo de sostén en el mercado, tipo deportivo que es de lo más cómodo, no sexi, pero de lo más saludable.
    Yo me he preguntado siempre, ¿Por qué las mujeres llevamos las glándulas mamarias (pechos) sujetas y los hombres llevan sueltas las glándulas seminales…..vamos en un calzón y casi siempre vulgar. ¿Por qué no se le ha ocurrido a nadie crear un sujeta huevos sexi de blonda de espino o esparto? Me refiero a este tipo de material para que no se vea poco masculino. Lo propongo para estar en igualdad de condiciones.

    El humor y la coquetería son inseparables.

    • Hola amiga,

      muchas gracias por tu comentario. No soy un experto en el tema de la salud y por ello sólo me he referido a la historia. Gracias a mi amigo Francisco, y a hora a tu valiosa colaboración, hemos aprendido algo nuevo, que espero se divulgue para que las mujeres dejen de sufrir inútilmente los sostenedores dañinos.
      Os entiendo, créeme, se que sufrís, pero habiendo alternativas sólo queda pensar que, como dices, el coqueteo es muy importante.

      Muchas gracias nuevamente y un saludo.

  6. Me alegra mucho que ya hayan puntualizado la cuestión de las ballenas y la época oscura, es una pena que esta última cuestión sea una concepción tan popular… En lo referente a los corsés, hubiera sido muy interesante que les hubieras dedicado un pelín más de atención -¡ese apartado se te queda muy corto!-, dado cambiaron enormemente a lo largo de los siglos tanto en forma como en largo, cuestión por la qué, según el momento, resultaron más o menos perjudiciales para la salud.
    En lo referente a los sostenes, me siento en la obligación de manifestar una queja que resulta tan recurrente por mi parte que las personas que me rodean deben estar hasta las narices de escuchármela: el dolor de espalda que genera un pecho grande que resulta enormemente incómodo y hasta doloroso no llevar sujeto. Supongo que estos deben ser los casos en los que los sostenes sí son muy recomendables, dado que el siguiente paso es un corsé médico para corregir la postura encorvada viciada de la espalda generada por esta cuestión.
    Es evidente que hay un serio problema en lo referente al conocimiento del sujetador por parte de las mujeres que se extiende a un problema de tallajes, razón por la cual los médicos se encuentran con tantos problemas en lo que a esto refiere. Tal y como menciona Cristina, nada tiene que ver el contorno de tu tórax bajo el pecho y el tamaño que necesites de copa por tu tamaño de mamas. El problema está en la casi nula oferta, al menos en España, de tallas especiales, concretamente para mujeres con mucho pecho y poco contorno. En estos casos, los sujetadores deportivos no son siquiera una opción, dado que sus tallas no contemplan estas cuestiones. Algún día escribiré formalmente un artículo al respecto…

    Un saludo!

  7. Una vez leí una publicación tuya donde decías que agradecías haber nacido en este tiempo, con sus ventajas y desventajas incluídas, antes que en cualquier otra época.
    Bueno, yo como mujer, también lo agradezco, y admito que la razón número uno es por el «corpiño», como le decimos en Argentina.
    Si hoy en día tenemos problemas con estos encantadores artefactos, no quiero ni saber lo mal que me llevaría con los corsé del pasado. No considero una opresión machista usarlos, en especial porque hay una enorme lista de hombres que maldicen a los sostenes, ¿no? Como mujer que cuenta con atributos notorios, es una forma de comodidad, ya que como estoy maldecida con pechos grandes, cada movimiento es muy incómodo si no se sostienen con algo. Aunque en el pasado los hayan creado para dar figura a las mujeres, y tapar la tentación a los hombres, actualmente, en un mundo en el que nos movemos tanto como ellos, necesitamos mantenerlos en un punto fijo. No entiendo esas mujeres que se operan para tener sus pechos grandes, ¡no saben la bendición con la que nacieron! Si hay alguien a quien criticar por desperdiciar dinero, son a ellas.
    Eso sí, son incómodos para caminar, más para correr, pero a la hora de dormir, ¡libérenlos!
    ¡Saludos!

    • Hola amiga,
      es verdad que suelo decir que me alegro de vivir en esta época, con sus grandes avances tecnológicos, su vida tan cómoda (que tengo la suerte de disfrutar pero que soy consciente no todos la tienen) a pesar de todas sus injusticias. También es verdad que seguramente me sentiría cómodo en cualquier época que hubiese nacido, pasada o futura, pues seguramente hubiese sido mejor que la anterior.
      Sobre los corpiños, poco puedo decir pues nunca me he puesto uno, ni tengo pechos prominentes. Alguna queja ha llegado a mis oídos, pero la verdad es difícil imaginar lo que sufrís si no es en carne propia. En todo caso, espero que la tecnología poco a poco encuentre mejores soluciones para todas, las de gran pecho que deben llevar la carga, y las de pequeño que quieren más. Ya sabes, nunca estamos contentos con lo que tenemos…:P
      Mil gracias por comentar. Un cordial saludo.

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