Una granada para ganar una guerra.

El principio del fin para Hitler.

Estoy seguro que esta mañana ya os habréis topado con una buena variedad de artículos relacionados con la efeméride que celebramos hoy, y  no es para menos. El 6 de junio de 1944, hace 70 años, se inició la invasión armada más imponente de la historia para liberar Europa del yugo nazi. Como no podría ser de otra manera, hace ya días que pensé que Ciencia Histórica debía hacer un homenaje a los miles de caídos durante aquella trágica pero necesaria batalla. Sin embargo, y como es mi costumbre, he decidido no centrar mi crónica en el desembarco en sí, que para eso habrá decenas de artículos más en periódicos y blogs, sino en un par de hechos menos conocidos pero igualmente relevantes que contaré en una serie de artículos empezando hoy y hasta el domingo. Espero sean de vuestro agrado.

Overlord

Una misión de la envergadura del Día-D tuvo que ser necesariamente planeada con mucho tiempo de antelación. Desde que las tropas de Hitler invadieran Polonia en 1939 provocando el conflicto más sangriento de nuestra historia y, principalmente desde que los Estados Unidos se vieran involucrados después del Churchillataque a Pearl Harbour, los aliados buscaban una manera de abrir un frente secundario que rebajara la presión sobre la Unión Soviética, enfrascada en una lucha a muerte con el enemigo desde 1941. Se presentaban varias alternativas, una de las cuales fue sugerida por el Primer Ministro británico Winston Churchill, quien creía que el punto débil de los alemanes estaría en las costas del sur de Francia, la “barriga suave”, como solía decirle el estadista de los puros y el whisky. Su propuesta había ganado puntos desde que los aliados habían logrado desembarcar en Sicilia en julio de 1943, pero ni los estadounidenses ni Stalin, quien reclamaba con urgencia la apertura de un segundo frente, consideraban dicha acción recomendable. Los generales norteamericanos preferían una invasión al norte, más cercana a las costas inglesas, donde sería más fácil acumular las tropas y el equipo necesario para una misión que podría cambiar el curso de la guerra.

Para liderar el esfuerzo aliado, el presidente Roosevelt y su Jefe del Estado Mayor George Marshal decidieron nombrar Comandante Supremo Aliado a Dwight “Ike” Eisenhower, un Iketaciturno y hábil gestor con cualidades diplomáticas, ya que tendría que lidiar con generales y políticos de media docena de países. Su primera misión, desembarcar una fuerza armada en el continente europeo para abrir ese segundo frente que los soviéticos tanto ansiaban. Decidir el mejor lugar para la invasión no iba a ser fácil, y durante un tiempo se siguieron barajando las posibilidades del frente sur o incluso de un ataque en el punto más cercano entre Gran Bretaña y Francia, el Pas de Calais, pero al final los generales decidieron recomendar las costas de Normandía, con sus amplias y largas playas, como el lugar idóneo. A partir de septiembre de 1942 comenzaron los preparativos, la fecha, el 5 de junio de 1944, aunque la invasión tuvo que ser retrasada un día debido al mal tiempo.

Una granada para ganar una guerra.

La hora planeada para el inicio de las hostilidades era las 6 de la mañana. Justo unos minutos antes del amanecer, decenas de miles de soldados de varias nacionalidades llegarían a las costas de Normandía en varios cientos de lanchas de desembarco repartidas en cinco playas: Utah y Omaha para los americanos; Sword, Gold y Juno serían asignadas a una fuerza multi-nacional compuesta principalmente de británicos y canadienses, pero también de polacos, franceses y voluntarios de al menos diez países más, incluida España. Una flota de más de 5.000 barcos entre transportes y buques de guerra apoyarían la acción, además de una fuerza aérea con 300 escuadrones que asegurarían la superioridad en los cielos para impedir un contraataque. No obstante, antes de que los primeros hombres pisaran la arena, eran necesarios algunos preparativos tras las líneas enemigas, acciones puntuales de cuyo éxito dependería toda la misión.

Horsa

A las 22:56 del 5 de junio, seis planeadores Horsa remolcados por bombarderos Halifax partieron de la base aérea de  Tarrant Rushton. A bordo, el 2º Batallón aerotransportado de Oxfordshire y Buckinghamshire al mando del Mayor John Howard; su misión, tomar por la fuerza dos puentes en las inmediaciones de Caen que, tras el desembarco, servirían a las tropas inglesas para salir de la cabeza de playa antes de que el enemigo pudiese contraatacar. No es fácil sobreestimar la importancia de este encargo, sobre todo considerando que la 21 División Panzer se encontraba en la zona y que, si esta actuase a tiempo y pudiese utilizar el puente Bénouville sobre el Canal de Caen y el de Ranville que cruzaba el Rio Orne, podrían llegar fácilmente a las playas y rechazar la invasión inglesa, poniendo en serio peligro las posibilidades de éxito de toda la misión.

Puente Pegasus (antes Bénouville)

El primer planeador tocó tierra a las 00:16 del 6 de junio, apenas cincuenta metros del Puente de Bénouville, dos más aterrizaron muy cerca en los dos minutos siguientes, aunque el tercero cayó en un canal inundado por los alemanes y uno de sus ocupantes pereció ahogado cuando la frágil aeronave se partió en dos. Reagrupados, dos pelotones se dirigieron hacia el puente y un tercero hacia las trincheras alemanas al noroeste. El Teniente Dan Brotheridge, al mando el primer pelotón, cargó con su unidad contra las casetas de los centinelas gritando y disparando al aire y contra el primer alemán que se encontró en su camino, el primero disparo del Día-D. Los otros dos pelotones consiguieron limpiar de alemanas la zona y se atrincheraron para aguardar refuerzos, pero durante la trifulca el Teniente Brotheridge cayó herido y no pudo ser auxiliado, convirtiéndose en la primera baja en combate de la invasión. Media hora después llegaron refuerzos en tres planeadores más y el Mayor Howard recibió la noticia de que el Puente Ranville también había sido tomado. Ambas estructuras habían sido preparadas para ser demolidas en caso de ataque, pero las cargas de explosivos no habían sido conectadas. La clave “Ham & Jam” fue enviada al cuartel general indicando que los dos puentes habían sido tomados intactos.

Sin embargo, uno de los centinelas de Bénouville había escapado y dado la alarma, por lo que Howard esperaba que los alemanes intentaran retomar el puente. Desgraciadamente para él, al haber llegado por aire, sus fuerzas no contaban con armas pesadas y mucho menos con cañones, por lo que sus posibilidades de resistencia eran muy reducidas. Aún así, distribuyó a sus hombres como mejor pudo y esperó a que el enemigo tomase la iniciativa.

A las 2:00, el General Feuchtinger del 192 Regimiento de Granaderos Panzer ordenó a su segundo batallón, a la 1ª Compañía de Panzerjager y a parte del Batallón 989 de Artillería Pesada que retomaran los puentes y atacaran las zonas de llegada de los paracaidistas de refuerzo. Cuando todas esas unidades se acercaron al puente desde el norte, un tanque avanzó sobre un cruce de caminos y se encontró a  media docena de defensores británicos. Parecía una lucha desigual con ventaja para los teutones, pero  el destino suele ser caprichoso y, en ocasiones, un elemento aparentemente insignificante puede darle vuelta a la balanza cuando todo parece estar perdido.

Entre las pocas armas disponibles a los británicos en ese momento, se encontraba una PIAT (Projector, Infantry, Anti-Tank), un arma portable anti-tanque desarrollada por los ingleses que lanzaba una bomba de 1.1 kg. a una distancia efectiva de poco más de 100 m. En realidad la PIAT no era muy favorecida por susPIAT_bomb usuarios, principalmente por la dificultad de cargarla y por el grueso moratón que producía en el hombre a cada disparo, pero la situación no estaba como para elegir y, si querían detener al enemigo, el PIAT sería su única posibilidad. Para más inri, apenas contaban con tres proyectiles. El Sargento Wagger Thorton no se lo pensó demasiado y apuntó al tanque de vanguardia, esperó unos segundos a que se pusiera a tiro y, cuando la mole de acero se encontraba a menos de 50 metros, apretó el gatillo.

La granada dio en el blanco, justo en la sección inferior, donde el blindaje era menor. Una explosión hizo sacudir al tanque y el fuego penetró el interior matando a sus ocupantes, excepto a uno que pudo salir, sin piernas. Sorprendidos por el ataque y, pensando que las fuerzas británicas poseían armas anti-tanque muy poderosas, el resto de unidades retrocedió inmediatamente. El Puente de Bénouville estaba a salvo por el momento, al igual que el resto de la operación.

Ataque del tanque

La toma de los puentes de Caen fue sin duda uno de los pilares sobre los que descansaba el éxito del desembarco en Normandía. Si no hubiera sido por el disparo certero del Sargento Thorton muy probablemente los nazis los hubiesen recuperado y con ellos el camino hacia las playas estaría abierto. Hubo muchas acciones más que pudieron haber decidió la batalla, pero los mismos generales estuvieron de acuerdo en que el heroísmo y la suerte, esa noche, habían estado de su lado. Mañana relataremos otro de estos incidentes.

 

 

16 thoughts on “Una granada para ganar una guerra.

  1. Excelente. Me apasiona todos los temas de guerra, y esta anécdota sobre la granada PIAT es impresionante. Muchas felicidades por todos tus artículos que son de gran interés y amenidad. Un saludo.

    • Muchas gracias por tu comentario Sebastián. Te pido disculpas por no haber respondido antes este mensaje pero se había escondido entre muchos y no sabía cómo encontrarlo.
      Me alegra que te guste mi blog, espero consiga tu interés en los próximos artículos.
      Muchas gracias nuevamente y un abrazo.

  2. Hola Jesús,
    ciertamente en el día de hoy la «invasión» de noticias sobre el desembarco está siendo ingente. Se agradece tu artículo. Diferente, desconocido (al menos para mí) y sobresaliente.
    Un abrazo y espero el siguiente incidente.

    • Muchas gracias Francisco, como siempre, por tu amable comentario. No me gusta competir con lso profesionales de la historia, y busco siempre los hechos menos conocidos que a veces se cuelan entre las rendijas del pasado. Estas acciones fueron muy importantes para el éxito del Día D, aunque normalmente nos fijamos en lo general. Espero los próximos artículos también te resulten interesantes.
      Gracias nuevamente y un abrazo.

  3. Yo vuelvo a decirlo, lo mejor de leerte es precisamente que no te centras en lo que todo el mundo sabe o puede leer en cualquier periódico, sino que cuentas los acontecimientos echando el ojo a pequeñas historias que ojo, quizá hasta dan una visión del asunto más acertada.

    Al respecto del día «D», quisiera saber tu opinión sobre una peli, que fijo que has visto, «Salvar al Moñas de Ryan» y una serie de televisión, que ya es probable que no, «Hermanos de Sangre».

    Abrazos.

    • Hola Dessjuest,
      muchas gracias por tus halagos, sólo intento poner mi granito de arena y, como los profesionales ya cubren los grandes temas, yo me fijo en los pequeños, no menos interesantes e importantes.
      Respecto a «Salvar al Soldado Ryan», tuve la «suerte» de verla por primera vez cuando vivía en Alemania, tengo que decirte que me revolvió el estómago, aunque es una película estupenda. La historia está basada en hechos similares aunque el personaje de Ryan es inventado.
      El 13 de noviembre de 1942, los cinco hermanos Sullivan de Waterloo, Iowa, murieron al hundirse el buque en el que todos servían. A partir de ese momento, el Secretario de Defensa dio la orden de prohibir que hermanos sirviesen en las mismas unidades, así como la institución de la política del «último hermano». Durante el desembarco de Normandía hubo un hecho similar, y de tres hermanos, el único que sobrevivió fue enviado de vuelta a casa, aunque no costó mucho trabajo encontrarlo.
      Blood of Brothers es también una magnífica pieza de historia de las manos de Steven Spielberg. Relata las aventuras y sinsabores de un pelotón de la (creo) 101 aerotranspoirtada, que sufrió el ataque repentino de los nazis en la Batalla de la Bolsa. Como suele suceder, mezcla ficción con realidad, pero creo que es un buen trabajo de divulgación histórica.
      A tí te han gustado?
      Muchas gracias como siempre por tu aportación.
      Un cordial saludo.,

      • «Salvar al moñas Ryan» me gustó, el principio y el final, la parte central creo que se alarga en exceso y no consigue interesar demasiado.

        «Hermanos de Sangre» me gustó mucho, salvo el capítulo que dirigió Hanks precisamente, sobre todo me gustó el capítulo donde descubren el campo de concentración.

        Curiosamente de esta división, la 101, creo que era también el personaje de Moñas Ryan ¿no?

        Abrazos.

        • Se que el personaje que inspiró la película si pertenecía a la 101, pero no recuerdo si Ryan también, sólo que los rescatadores deran de la 29 de infantería. Ahora tengo que salir, pero busco más información luego y te lo confirmo.
          Gracias nuevamente y un abrazo.

  4. Mi comentario será muy corto, pues no se mucho sobre as guerras, pero ya sabes que tal como lo explicas, magistralmente, me gusta leerlo para ilustrarme mas.

    • Hola Rosa, puede que sea corto en palabras, pero largo en cariño…las guerras son terribles, pero de vez en cuando hay que hablar de ellas, por eso de que no se repitan…
      Un besito guerrero…

  5. Chucha «la reportera», un placer leerte hermano un abrazo (pancho)

    • Gracias Pancho, hacemos lo que podemos con lo que nos han dado…otro abrazo pa’ tí chilango-irlandés…;)

    • Efectivamente Luis, fue el ahora llamado Pegasus Bridge, que recibió su nombre por la insignia de ese caballo mitológico que llevaba el batallón involucrado en la batalla.
      Muchas gracias nuevamente y un cordial saludo.

  6. Me encanta la honestidad y humildad con que manejas este intenso tema!
    Las secciones de la Propaganda utilizada y el impacto en la Tecnología son de especial integre para mí…
    Estaré al pendiente 😉

    • Gracias Diana, no podría hacerlo de otra manera, es un tema demasiado serio y extenso como para creer que alguien lo domine al completo.
      El tema de la propaganda siempre me ha gustado mucho, tanto por la estética, como por su trasfondo sociológico. Pero no entiendo mucho de estas cosas, y quizá alguien con mejor entendimiento se atreva a escribir un artículo…;) no se, maybe my cousin?

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