Como vimos en un artículo hace unos días, el mapa del mundo a principios del siglo XX reflejaba cómo un puñado de potencias europeas controlaba buena parte del planeta, con la única excepción de América, donde la mayoría de territorios había consumado su independencia de España Y Portugal cien años atrás. Para un Imperio como el Británico, el más grande del mundo en aquellos días, las posesiones en ultramar podían ser una ventaja en tiempos de guerra a la hora de disponer de más hombres y recursos naturales que sus enemigos del Pacto Tripartito, encerrados como estaban en el centro de Europa y aislados de sus colonias, precisamente por la Marina Imperial Británica. No obstante, los derechos conllevan responsabilidades y Londres debía mantener guarniciones de tropas en cada uno de sus territorios, no sólo para reprimir a los nativos y cualquier atisbo de rebelión, sino porque todo el mundo sabía que las colonias, podían ser fácilmente robadas por el enemigo. Un simple telegrama cambió todo.
Situación complicada.
Alemania estaba al tanto de ello y desde el principio de la guerra se marcó como objetivo acosar a los británicos en sus colonias y distraerlos del campo de batalla principal en Europa. De paso, la Marina Británica se vería obligada asimismo a mantener buena parte de sus naves patrullando los siete mares, con lo que contaría con menos unidades para el bloqueo de la Kaiserliche Marine en el Mar del Norte. Además, el Kaiser quería vengarse de dicho bloqueo atacando a todo buque que se aproximara a las costas inglesas. Gran Bretaña, como isla que es, dependía de los suministros importados para sobrevivir, y por ello la importancia de mantener la supremacía en los mares.
Pero a pesar de que la flota alemana había sido reforzada en la década previa con algunos de los buques de guerra más modernos, sus números no podían compararse con la inglesa. Al inicio de la PGM, la Marina Imperial Alemana contaba con 22 pre-dreadnoughts (acorazados monocalibre), 14 dreadnoughts y 4 acorazados-cruceros de combate y 30 destructores. Tres acorazados más de la clase König y dos de la clase Bayern fueron botados durante la guerra.
Por otra parte, la Armada Británica presumía de 18 dreadnoughts (más seis en construcción), 20 acorazados, 10 acorazados-cruceros de combate, 20 cruceros intermedios, 15 cruceros exploradores, 200 destructores y 150 cruceros más de construcción previa a 1907. Simplemente los alemanes no podían competir con la Royal Navy en poder naval, pero pronto se sacaron de la manga un arma con la que intentarían equilibrar la balanza de fuerzas navales y que bien pudo haber decantado la batalla de su lado, cambiando el rumbo de la historia.
Guerra Submarina.
La Kaiserliche Marine empezó la guerra con 29 U-Boots, (Unterseeboot, bote submarino), e inmediatamente desafiaron al enemigo, hundiendo cinco cruceros británicos en las primeras diez semanas. En los próximos cuatro años, los alemanes botarían un total de 260 U-boots, que fueron responsables del hundimiento de más de 11 millones de toneladas de barcos aliados. En un artículo posterior, trataré este tema con más detalle. Lo que nos importa hoy, es que para finales de 1916, la batalla submarina no estaba teniendo el éxito que se esperaba, principalmente debido al hecho de que los aliados habían diseñado el sistema de convoyes para proteger su línea de suministros. Además, el hundimiento de una serie de barcos estadounidenses y la pérdida de ciudadanos de este país, estaba teniendo un impacto en la opinión pública norteamericana hacia Alemania. Por eso es tan extraño el giro de los acontecimientos gracias a un simple telegrama.
El Telegrama.
En enero de 1917, la inteligencia británica interceptó un telegrama del Ministro de Asuntos Exteriores Arthur Zimmermann al Embajador del Imperio Alemán en México, Heinrich von Eckardt. En él, se anunciaba la pronta declaración de la guerra submarina sin restricciones, que probablemente provocaría a los Estados Unidos a entrar en la guerra del bando de los aliados. Para neutralizar su participación, Zimmermann proponía a México invadir a su vecino del norte, con ayuda militar y económica alemana, para recuperar los estados de Texas, New Mexico y Arizona, usurpados al país latinoamericano siete décadas antes. Reproduzco el texto del telegrama a continuación:
“Pensamos iniciar el 1 de febrero campaña submarina sin restricciones. Debemos intentar a pesar de ello mantener neutral a los E.E.U.U. En caso de que no lo consiguiéramos, proponemos a México una alianza con los siguientes criterios: hacer la guerra conjuntamente, lograr la paz conjuntamente, apoyo financiero generoso y el entendimiento por nuestra parte de que México reconquistará los territorios perdidos de Texas, Arizona y New Mexico. Los detalles del acuerdo se dejan a vuestra consideración. Informará Vd. al presidente de lo anterior de la manera más secreta tan pronto las hostilidades con los Estados Unidos sean inevitables y añada la sugerencia de que, por su propia iniciativa, el presidente debería invitar inmediatamente a Japón a unirse y al mismo tiempo mediar entre Japón y nosotros. Por favor llame la atención de presidente al hecho de que el uso implacable de nuestros submarinos ofrece la posibilidad de obligar a Inglaterra a firmar la paz en pocos meses.” Firmado, Zimmermann.
México dice «No».
Ni qué decir que el Presidente Venustiano Carranza rechazó la propuesta del telegrama, arguyendo que la capacidad militar de México no le permitía una aventura militar de tal magnitud, y en que no creía capaz a Alemania de apoyar financieramente la expedición, pero no informó inmediatamente a sus vecinos. En un principio, los británicos tampoco advirtieron al Presidente Wilson, y guardaron la información para un momento más adecuado a sus intereses. Ese día no tardó en llegar. El 1 de febrero de 1917 Alemania anunciaba su campaña de ataques submarinos sin importar la bandera o condición de los buques.
Wilson se sintió traicionado por los alemanes por el telegrama. Unos meses antes, estos se habían quejado de que los británicos bloqueaban sus comunicaciones codificadas desde su embajada en Washington a Berlín y reclamaron al respecto a Wilson, quien les permitió el uso de líneas seguras. Además, había razones para temer una invasión mexicana, pues ese país latinoamericano llevaba siete años de lucha armada y más de uno de los bandos era abiertamente hostil a sus vecinos del norte. Todo ello sin contar que el bandolero Pancho Villa ya había hecho una incursión en tierras estadounidenses en marzo de 1916, atacando y quemando el pueblo fronterizo de Columbus, Nuevo México, donde murieron 17 norteamericanos.
La opinión pública norteamericana enfureció y en ese momento comenzó a inclinarse hacia la participación en el conflicto. Un mes después de haber tomado posesión para su segundo mandato en marzo de 1917, el presidente que utilizó en la campaña el lema de “Él nos mantuvo fuera de la guerra”, declaró la guerra a Alemania. Eventualmente, a pesar de que ni el gobierno de los Estados Unidos ni el ejército estaba preparado para una guerra en Europa, los inmensos recursos de la república y los refuerzos de tropas frescas a partir de otoño de 1917 inclinaron la balanza hacia el bando de los aliados en poco más de un año. Sería la primera vez que la potencia americana rescataba a Europa, pero no la última.
Hola Jesús,
esto me recuerda una anécdota que tuvimos con un taxista de New York. Al preguntar de dónde éramos y responderle que de España, nos pidió… ¡perdón! Nosotros nos miramos y no pudimos evitar preguntarle porqué nos pedía disculpas si no le conocíamos de nada. Fue entonces cuando nos explico que EE.UU no hizo nada para «salvarnos» de la Guerra Civil que sufrimos en 1936-39. Estupefactos, después de llegar a nuestro destino (por cierto, es deporte de riesgo coger un taxi en esa ciudad, ¡Buf, cómo conducen!), comentamos entre nosotros la anécdota y llegamos a la conclusión de que muchos estadounidenses tienen la percepción de ser protagonistas activos en la historia contemporánea del mundo, sea dónde sea. Y aquí dejo la anécdota… cada cuál que saque sus propias conclusiones.
Un abrazo
Jeje, qué cosas tienen los yankees. Es verdad que algunos se creen con la misión de rescatar al mundo de todos sus males, pero también ellos tienen limitaciones. Nos hicieron un par de favores en el siglo XX, y como están las cosas, probablemente los necesitemos otra vez, pero espero que la próxima vez seamos nosotros quienes resolvemos nuestros problemas.
Los estadounidenses están muy divididos al respecto. Los hay quienes quieren volver al aislacionismo de antaño, y otros que quieren hacer todo el trabajo sucio del mundo. Por otra parte, en Europa muchos los ven como invasires, cuando la verdad es que desde las posesiones que ganaron en la guerra contra España en 1898, no han vuelto a quedarse con ningún territorio conquistado. Pero como bien dices, hay para todos los gustos, y el debate continuará por muchos años.
Te agradezco mucho tan simpática anécdota y el que hayas comentado este artículo, siempre añades un excelente punto de ista.
Un cordial saludo.
Pobrecito México…. los alemanes con tal de ganar no les importaba un pimiento que los probrecitos mexicanos metieran sus narices…cuanta suciedad, muertes a diestro y siniestro para ser los amos del mundo…Muy interesante todo lo que explicas y de tal manera que se entiende todo a la perfección. Y… como me des las gracias por poner comentarios, te «declaro la guerra» a no escribir más…vale????, no sabes que tu me ilustras!
Pues si, mis paisanos no tenían nada que ver en el entierro y esos alemanes belicosos los querían involucrar. Gracias al buen juicio de Carranza no pasó nada.
Y lo siento mucho, pero soy de la generación del gracias y del por favor, así que y puedes lanzarme tus tripas que te seguiré agradeciendo tus valiosos, amables y simpáticos comentarios…tengo muchas bombas de risas…;)
Un besín y feliz domingo!
Es curioso el tema realmente, uno de los muchos episodios de «metetismo» que se dieron en la guerra, al respecto y con tu permiso añado un enlace a un artículo que escribí sobre estas cosas:
http://dessjuest.wordpress.com/2012/03/20/los-metetes-en-la-i-guerra-mundial/
Abrazos.
Menudo artículo que nos aportas Dess, muy bueno, y recomiendo a mis lectores leerlo.
En verdad hubo muchos episodios de «metetismo», en todos los bandos, y creo que la mayoría tuvieron resultados negativos, y no hay mejor ejemplo que el Telegrama Zimermann.
Muchas gracias por tu valiosa aportación, un abrazo.
Todavía sigue siendo una buena propuesta para México, la tendremos muy presente; por otra parte era obvio que a un maldito cerdo judío-deicida como lo era el «carranclan o ratero» Venustiano Carranza no le convenía aceptar tan excelente propuesta, pues a su asquerosa, esclava, repulsiva y maldita raza judía-deicida esclavizadora de los descendientes de los «mayordomos anglosajones» (los cerdos gringos) les desajustaba el panfleto programado. Y el asqueroso descendiente de vascos. Doroteo Arango alías Pancho Villa era otro gato-esclavo (como los cerdos maricones de la eta) al servicio de los putos gringos , contratado por otro cerdo judío deicida inmundo: francisco i. madero, el «sedicioso» (pues se demostró con el correspondiente juicio, su delito) y quien además era masón, éste último en suma un cerdo que con ayuda de otros cerdos judíos-deicidas como él, causaron la muerte de más de tres millones de mexicanos con la revolución mexicana. E ahí las obras de los cerdos inmundos semitas; otro de esos cerdos semitas apellidado bahamonde se alió con su asquerosa raza semita tras ser cómplice de la muerte de José Antonio…
La verdad que los alemanes perdieron las dos guerras por malas decisiones. Estaban empates en EUROPA Y SE BUSCAN TAMAÑO ENEMIGO, La guerra con Mexico ubiera sido una matanza, pero los gringos no ubieran participado en Europa, veo en el mundo paralelo algunas victorias iniciales de Mejico y lugo un contrataque feros de USA, veo tambien una resistencia terrible de los mejicanos en california, y algunos fusilamientos de los gringos a los hispanos, por no participar en los combates contra los mejicanos. Al final los gringos devuelven una porcion de territorio a MEJICO, se puede ver un ejercito mejicano que se retira ordenado, tambien mujeres participan de la lucha, algo importante, de alemania del futuro envian aviones raros (suoersonicos) que no utilizan combustible normal, debido a esta participacion en el mundo paralelo, la frontera no es el rio grande y San Isidro es de Mejico.
Jeje, Hola Amigo/a,
coincido contigo en que Alemania se buscó enemigos por encima de su nivel, y el Telegrama Zimmerman lo demuestra, al igual que el resultado de ambas guerras mundiales. No sé qué hubiese pasado con México, pero en aquel entonces, lo cierto es que estaba muy debilitado por la Revolución. Por otra parte, su ejército tenía experiencia, y al menos algo de daño hubiese causado en los estados sureños. Food for thought!
Muchas gracias por comentar. Un cordial saludo.
hola , que boludos buscarse tamaño enemigo.