Una guerra tan esperada, tan deseada, tan buscada por varios de los futuros combatientes de la Primera Guerra Mundial, necesariamente tendría que ser planificada. No se movilizan millones de hombres en varios frentes sin un detallado proyecto que asigne hombres, máquinas y recursos a las zonas donde se prevén ataques o acciones defensivas y, siendo los alemanes tan escrupulosos con la organización y el orden en todos los aspectos de sus vidas, sus planes de guerra recibirían el mismo minucioso trato, reflejo de una sociedad rigurosamente estructurada y disciplinada. A decir verdad, Alemania no se sacaba de la manga el temor a un nuevo conflicto. Desde que en la Guerra Franco-Prusiana se hubiesen anexionado los territorios de Alsacia y Lorena, los alemanes temían que Francia se lanzase a recuperarlas y por ello, a finales del siglo XIX, encargaron a uno de sus más talentosos estrategas que preparara un plan para tal contingencia que sería conocido por el nombre de su diseñador: el Plan Schlieffen.
Alfred Graf von Schlieffen nació en el seno de una familia militar prusiana, sin embargo, en su juventud no mostró mucho interés por la vida castrense y se enroló en la universidad para estudiar Derecho. No fue sino hasta después de su periodo en el servicio militar obligatorio que decidiría iniciar una carrera en el ejército, y qué carrera, pues en sus 53 años de uniformado llegaría a las más altas cotas de poder e influencia en el Estado Mayor. Su amplia hoja de servicio, su capacidad organizativa y, en especial, sus conocimientos del terreno y del clima alemán, fueron la clave para que en 1897, fuese elegido para actualizar los planes estratégicos alemanes.
Contrariamente a lo que leemos en muchos libros, el origen del Plan Schlieffen se basaba en el contraataque dentro de una guerra defensiva. El Estado Mayor entendía que Alemania era inferior en número respecto a sus principales enemigos potenciales, Francia y Rusia, y no contemplaba la idea de iniciar las hostilidades. Schlieffen sí fue el primero en sugerir el flanqueo de las tropas francesas a través de Bélgica, pues se esperaba que estas atacaran frontalmente en Alsacia y Lorena, y sólo rodeándolas podrían ser derrotadas. Tras varios borradores, sin embargo, y, obedeciendo a la oscilante situación política en la que Rusia aparecía como el enemigo de un posible segundo frente, Schlieffen se fue decantando más por una estrategia ofensiva para derrotar a un enemigo en una campaña de corta duración (Francia) antes de volverse contra el mayor peligro en el este (Rusia), pero siempre como respuesta a un ataque francés.
El fundamento del Plan Schlieffen para la ofensiva contra Francia, como habíamos visto, era el despliegue de dos “alas”, la primera y más débil, defendería el principal ataque francés en la frontera al sur de Luxemburgo, mientras que la segunda y más fuerte atravesaría Bélgica por el norte para rodear al ejército francés y golpearlo por la retaguardia. Ni los líderes militares ni los políticos dieron mucha importancia a la neutralidad de su pequeño vecino, un error que traería consecuencias al inicio de las hostilidades. La garantía del éxito del Plan, defendía su autor, estribaba en la fuerza del ala derecha, y en la rapidez de su avance en un territorio que se esperaba fuese débilmente defendido por el enemigo. Mientras tanto, sólo un 20% de las fuerzas alemanas serían desplegadas al frente oriental para detener al ejército ruso, que se esperaba tardaría al menos seis semanas en movilizarse, periodo en el que Francia debía ser derrotada antes de que Alemania pudiese volverse con todas sus fuerzas contra las tropas del Zar. En teoría, el Plan Schlieffen tenía muchas posibilidades de alcanzar el éxito y a punto estuvo Alemania de repetir la victoria de 1870. No obstante, Schlieffen se retiró en 1906, y su sucesor, Helmuth von Moltke (imagen), no compartiría la confianza en el Plan, y antes de que se llevase a cabo, hizo algunas modificaciones que resultarían desastrosas.
El cambio elemental de von Moltke descansaba en la naturaleza táctica de la acción. Mientras que Schlieffen la veía como una acción de contraataque ante un enemigo superior en fuerzas, su sucesor creía que el espíritu ofensivo sería suficiente para cumplir los objetivos y, con ello en mente, redujo la fuerza del ala derecha, esencial según Schlieffen para alcanzar la victoria. Como demostraremos en el mes de agosto durante la narración del primer mes de la guerra, las modificaciones de von Moltke tuvieron mucho que ver con el fracaso de la ofensiva, y con el inicio del estancamiento que llevó a los ejércitos a atrincherarse.
Solemos decir que es muy difícil saber qué hubiese ocurrido si esto o aquello hubiese sido de tal o cual manera, en este caso, ¿cuál hubiese sido el resultado de la PGM si von Moltke hubiese respetado el Plan Schlieffen original? Pero la historia dio al viejo mariscal una segunda oportunidad para demostrar su valía, cuando en la Segunda Guerra Mundial, los ejércitos de Hitler repasarían la estrategia y la aplicarían más fielmente que en 1914, con el resultado por todos conocido. El 10 de mayo de 1940, tropas nazis cruzaron la frontera belga con dirección a París; el armisticio con el que Francia admitía su derrota fue firmado el 22 de junio, exactamente seis semanas después de haberse iniciado la ofensiva.
Alemania hubiera perdido la guerra de todas todas, aun conquistando Francia, como hizo años después, en una guerra así moderna en la que se involucran varias potencias creo que siempre se acaba por imponer el más fuerte o la suma más fuerte, a Alemania le perdió la debilidad austrohúngara.
Abrazos.
Dear Dess,
esta vez no estoy tan seguro de poder estar de acuerdo. La situación de 1914 era muy diferente a la de 1940. Yo creo que si Alemania hubiese conquistado París la guerra hubiese acabado de manera similar a la guerra Franco-Prusiana. Inglaterra no tenía la capacidad ni el liderazgo necesario para luchar sola, como si pudo hacerlo por un tiempo en 1940. Segundo, Rusia tampoco estaba capacitada pare ganar, y una vez derrotada Francia, no me cabe duda que las tropas alemanas hubiesen llegado a Moscú, Hay que considerar que con sólo el 30% de sus fuerzas, Alemania tuvo bien controlada a Rusia durante 3 años. Estados Unidos tampoco estaba muy por la labor, y sólo entró a regañadientes cuando los alemanes decretaron la guerra submarina sin restricciones, cosa que no hubiese sido necesaria si hubiesen conquistado Francia. Además, el Kaiser no pensaba conquistar el mundo, y se hubiese conformado con derrotar a los franceses y llevarse un buen trozo de Rusia, y probablemente los aliados al final lo hubiesen aceptado, cosa que no podían hacer con Hitler.
Pero en fin, ya es historia y no podemos cambiarla, pero si entretenernos discutiéndola…
Un abrazo y gracias por darle un poco de chispa a esto…;)
Yo creo que una vez que Inglaterra entró en guerra no se hubiera rendido ni aun haciéndolo Francia, e invadir Inglaterra no era cosa sencilla, aun sin Francia hubiera tenido Alemania que repartir sus tropas en ambos frentes, eso creo que les hubiera penalizado, la situación no hubiera sido muy distinta y Alemania cada mes que pasaba estaba a un mes de perder la guerra menos,.
Abrazos.
La cuestión es que, si Francia se rendía, no era necesario que lo hiciese Inglaterra, pues esta simplemente se vería obligada a retirarse a su isla y quedarse ahí. Dudo mucho que el Kaiser hubiese intentado conquistarla, y dudo aún mas que Inglaterra hubiese tenido la capacidad de invadir el continente y liberar a Francia por si sola. Aún con Francia luchando, Inglaterra estuvo a punto de perder la guerra debido a las enormes pérdidas que la guerra submarina le causaba, y eso que tenía bloqueado el Mar del Norte. Imagínate si los alemanes hubiesen podido disponer de los puertos atlánticos franceses! Por otra parte, es posible que Alemania si hubiese tenido que dejar algunas tropas en la Francia ocupada, pero no el 70% de ellas, como eran necesarias en la batalla. Vencida Francia dejaba de ser un frente, y sólo quedaría el oriental. En todo caso, Rusia se estaba desmoronando, y como vimos en 1917, terminó por rendirse.
Qué ilusión me hace debatir con alguien que sabe…
Saludos caballero…
Todos tus artículos son tan precisos….. Como tantas otras ceves no tenía conocimento de este plan. Lástima que esas mentes tan brillantes sean aplicadas a las guerras… Ya se que siempre digo lo mismo más o menos, pero es lo que mi corazón dicta. No obstante también afirmo que no podemos ovlidar lo que es Historia.
Un gran sakudo…
No se qué decir Rosa, lo hago lo mejor que pudo, dentro de mis muchas limitaciones…y esto de la guerra no es eterno, ya volveremos a reirnos con los romanos en septiembre, pero sinceramente, creo que los millones de jóvenes que dejaron sus vidas en las trincheras, merecen este homenaje…y tienes razón, es historia…
Un beso histórico para tí…