De cómo un barco alemán es en buena parte responsable de lo que sucede en el Medio Oriente.

Puede parecer difícil que un simple barco pueda cambiar la situación política de toda una región, especialmente de una tan compleja, pero en esta entrada intentaré demostrar que así fue. Es obvio que mucha agua ha corrido desde que el SMS Goeben hizo una de las incursiones más estrambóticas de la Primera Guerra Mundial, y que el Medio Oriente es una zona del mundo en la que demasiado factores se reúnen en un ovillo de complejo tejido, pero la historia nos enseña que esa nave, y su acompañante el SMS Breslau, fueron los detonantes de las acciones que dibujaron el mapa geográfico y político que hoy tanto nos preocupa y son en buena parte responsables de la situación actual.

El Goeben ya con bandera otomana.

El Goeben ya con bandera otomana.

El 3 de agosto de 1914, horas antes de que el Reino Unido declarara la guerra formalmente a Alemania, el crucero de batalla Goeben y el crucero ligero Breslau formaban el grueso de la flota alemana en el Mediterráneo, donde patrullaban desde dos años antes. El Almirante Souchon, al mando de la flotilla, tenía instrucciones de que, en caso de guerra, debía efectuar ataques en el Mediterráneo Occidental para hostigar el traslado de tropas francesas del norte de África a Europa, o de intentar abrirse paso por Gibraltar hacia el Atlántico para intentar volver a puerto. Siendo el Goeben uno de los barcos más modernos de la clase dreadnought, y uno de los más rápidos, en principio no tendría ningún problema para superar a cualquier buque francés o inglés, pero en esos días había sufrido algunos problemas con las calderas y no estaba en condiciones de arriesgar mucho. Aún así, ese mismo día el Goeben bombardeó el puerto francés de Philippeville en Argelia, mientras que el Breslau hizo lo mismo en Annaba. A medio día, Souchon recibió órdenes directas del Almirante von Tirpitz de partir hacia Constantinopla, aunque dichas órdenes fueron enviadas sin el permiso del Kaiser.

Persecución del Goeben y  Breslau.

Persecución del Goeben y Breslau.

La situación estratégica del Viejo Enfermo de Europa respecto a su posición en la guerra no había sido aclarada por sus líderes políticos. No hacía mucho tiempo que los Jóvenes Turcos, encabezados por Enver Pasha habían alcanzado el poder con la intención de reformar y modernizar el decrépito Imperio Otomano. La diplomacia alemana llevaba meses intentando persuadirlo de unirse al Pacto Tripartito, y al menos Pasha se mostraba dispuesto, pero el resto de su partido no estaba tan seguro, sabiendo que dicha alianza les enfrentaría a Rusia, uno de sus principales enemigos, que hacía décadas que tenía a Constantinopla en la mira. Una vez iniciado el conflicto, resultaba más apremiante, especialmente para Alemania, tener a Turquía de su lado.

Con esas consideraciones en mente, Souchon puso rumbo al Bósforo, canal de entrada a la milenaria ciudad, no sin antes recalar en Messina para abastecerse de carbón, y siempre bajo la atenta vigilancia de la Armada Británica que, aún no oficialmente en guerra, no podía atacar al Goeben. El día 4 de agosto, con la veda abierta, los buques británicos fueron incapaces de dar alcance a su enemigo, másEnver_pasha rápido y poderoso que ellos, y seis días más tarde los cruceros alemanes entraban en los Dardánelos. Su llegada causó una conmoción política entre los otomanos, aún indecisos y empeñados en mantener su neutralidad. Pero la presencia en Constantinopla de dos buques de guerra de uno de los contendientes amenazaba dicha neutralidad, algo que los agregados militares de la Entente no dejaban de recordar al gobierno. Al final, a sugerencia de un asesor turco, se decidió llevar a cabo una operación nada ordinaria que permitiría a los barcos quedarse.

Unas semanas antes del comienzo de la guerra, Inglaterra había confiscado dos acorazados turcos que habían sido recientemente construidos en los astilleros de Newcastle, con la excusa de que sería peligroso trasladarlos en esos convulsos días, pero a nadie se le escapaba que los buques le vendrían muy bien a una armada a punto de entrar en guerra. La decisión de Churchill de requisarlos, como podía esperarse, no gustó nada al gobierno Otomano, que había hecho una suscripción popular para pagarlos, y levantó una ola de antipatía hacia el Reino Unido, que como podremos ver, tuvo un peso considerable a la hora de tomar la decisión de entrar en la guerra. Cuando un miembro del gobierno turco sugirió “comprar” los barcos alemanes recién llegados, la idea gustó a todos, menos a los aliados, por supuesto, y el 16 de agosto, el Goeben y el Breslau pasaron a formar parte de la Marina Otomana con los nombres de Yavuz Sultan Selim y Midilli respectivamente. Pero no todo quedó ahí.

Es verdad, las naves ya eran propiedad del Imperio Otomano, pero las tripulaciones siguieron siendo las originales alemanas, a las que se uniformó con kepis turcos tocados con el tradicional fez. Peor aún, el Almirante Souchon, todavía al mando del Goeben aunque al servicio del Imperio Otomano, se llevó a este buque, al Breslau y a dos barcos turcos al Mar Negro y bombardeó las ciudades rusas de Sebastopol, Odessa y Feodosia, provocando la declaración de guerra de Rusia, Inglaterra y Francia al Imperio Otomano.

Palestina bajo mandato británico.

Palestina bajo mandato británico.

¿Y qué tiene que ver todo esto con la situación actual en Medio Oriente? Me explico. Para el Reino Unido, la entrada en la guerra de Turquía en el bando contrario, significaba que sus posesiones en Egipto y, más importante, la viabilidad del Canal de Suez, eran vulnerables a un ataque turco, algo que Londres no podía permitir. Como fue, a pesar de que el Alto Mando inglés consideraría al problema en el Medio Oriente como un conflicto periférico, se lanzaron tres campañas contra los turcos y su imperio, la primera en Gallípoli, cuya debacle resultó en un baño de sangre australiana y neozelandesa, la segunda en Mesopotamia, fallida también en un primer intento pero exitosa en el segundo, y la tercera desde Egipto hacia Palestina, que redundó en la conquista británica de Jerusalén y Siria en 1917. En noviembre de ese mismo año, el Ministro de Asuntos Exteriores Arthur James Balfour, prometió al líder judío en Inglaterra, Walter Rotschild, el establecimiento en Palestina después de la guerra de un estado judío, que se esperaba fuera pro-británico y que sirviera de “colchón” para los intereses británicos en Egipto. En 1922, la Liga de las Naciones otorgó a Gran Bretaña un Mandato sobre Palestina, siguiendo las líneas de la Declaración Balfour. La promesa tardó varios años en cumplirse, pero finalmente, en 1948, nació el Estado de Israel. El resto es historia.

 

7 thoughts on “De cómo un barco alemán es en buena parte responsable de lo que sucede en el Medio Oriente.

  1. Genial post, siempre es un buen ejercicio el pensar, «y si los acorazados no hubieran llegado a Turquía, la Historia hubiera sido diferente»; quién sabe.
    Como siempre, genial. Muchas gracias.

    • Muchas gracias Jomule, haces una muy buena pregunta. No tengo ni idea de qué hubiese pasado en el Medio Oriente si «los acorazados no hubieran llegado a Turquía», pero sin duda nuestro mundo sería diferente.Lo interesante es que los ingleses tuvieron al Goeben en el punto de mira en más de una ocasión, pero primero no lo atacaron porque no había empezado la guerra formalmente y luego los capitanes se arrugaron un poco. Después de todo, los cañones alemanes tenían mucho más largo alcance…
      Muchas gracoas por tu comentraio. Un cordial saludo.

  2. Con lo hermoso que es visitar todos esos paises en tiempo de paz!!!!!!Siria, maravillosa, Jordania, Turquia y otros… (excepto Israel donde no pienso poner un pie). Repito amigo mio, es un placer leer tus entradas, con tanta aclaración -mucha desconocida por mi- y tanta historia que cambia el rumbo de los paises, en este caso por un buque alemán.
    Ojalá, que viene del árabe, no tengamos que ver más cambios en nuestras vidas, un gran abrazo,

    • Buenos días Rosa,
      Gracias al cielo todavía podemos visitar esos países y admirar sus tesoros, pues la guerra mundial llegó a esas tierras, pero un poco de refilón.No quiero pensar en qué hubiese sucedido si alguien bombardease Constantinopla y sus joyas…y todo como dices, por un buque alemán. La historia nos ha demostrado en diversas ocasiones que el curso de los acontecimientos puede variar enormemente por un pequeño detalle, y este es un buen ejemplo.
      Un beso amiga, y gracias por dejarme tan amables palabras.

  3. Y un claro nexo (otro) de unión entre las dos guerras mundiales, si aquí comenzó a gestarse acabó por ser al acabar la siguiente guerra mundial.

    Abrazos.

    • Hola Dessjuest, yo también soy de los que piensan que la SGM fue una continuación de la PGM. Muchos de los conflictos europeos no fueron resueltos en 1919, y tuvo que llegar Herr Hitler para empujarnos a hacer algo al respecto. Ojalá y alguien hubiese tenido lo que hacía falta para enfrentar los problemas sin tiros, pero entinces la industria editorial y mediática hubiese perdido un gran mercado…no podría imaginar el mundo moderno sin las pelis con los nazis…
      Muchas gracias caballero por vuestros amables comenytarios. Seguimos mañana.
      Un abrazo.

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