Menos de 200 m antes de donde la carretera francesa D939 se convierte en la N543 belga, hay un solitario monumento entre los campos perfectamente sembrados de lo que creo son patatas. El monolito conmemora una de las batallas más importantes de la Guerra de Sucesión Española, el 11 de septiembre de 1709, entre las fuerzas aliadas, Austria, Prusia, Países Bajos e Inglaterra, contra Francia. Aunque técnicamente la Batalla de Malplaquet fue un empate, la retirada de los franceses, con la mitad de bajas de los aliados, aumentó la fama de John Churchill, 1er Duque de Marlborough y a quienes los franceses dedicaron la canción en España conocida como Mambrú se fue a la Guerra. Por ese mismo camino, doscientos cinco años después, tropas inglesas volvían a sacudir sus botas camino a un nuevo enfrentamiento, esta vez de la mano de su eterno ex-enemigo, en contra de los ejércitos alemanes que venían de arrasar Bélgica. Sería la primera acción que los británicos veían en el continente desde que cien años antes en Waterloo, tampoco muy lejos de ahí, habían librado la última batalla frente a Napoleón.
Pero aquel 22 de agosto de 1914, ni británicos ni franceses se hacían ilusiones respecto a sus posibilidades contra un enemigo que se había demostrado avasallador a su paso por Bélgica. La estrategia del Plan XVII había fracasado y los franceses no sólo habían abandonado su tan manida offensive à outrance, sino que a duras penas eran capaces de detener a los alemanes tras la desastrosa batalla de las Fronteras. No obstante, estaban listos para intentar frenar su avance con la ayuda de los recién llegados vecinos del norte. No importaba que el Secretario de Guerra Lord Kitchener hubiese enviado sólo cuatro de las cinco divisiones prometidas. Al menos Gran Bretaña se vería por fin involucrada directamente en el conflicto. La misión asignada a la CEB (Cuerpo Expedicionario Británico) era defender la localidad belga de Mons, a poco más de 25 kilómetro de la frontera francesa.
El primer contacto tuvo lugar esa misma mañana, cuando el 4º Regimiento de Guardias Dragón Irlandeses se encontró con una patrulla de caballería alemana en Soignies, una aldea en la carretera que va de Mons a Bruselas. En superioridad numérica, los Dragones atacaron haciendo los primeros disparos ingleses en la PGM, y lograron hacer tres prisioneros. No todo fue regocijo. Nadie esperaba que los alemanes estuvieran tan cerca. Sir John French, el Comandante en jefe de la CEB, se dio cuenta de que un ataque contra fuerzas superiores sería fútil, pero prometió a su colega, el General Lanrezac, Comandante del 5º Ejército francés operando a su derecha, de que podría detener al enemigo al menos 24 horas. French situó a sus tropas por detrás del canal de Mons, construyendo trincheras y parapetos, y se dispuso a esperar a los alemanes. No tardaron mucho en aparecer.
El ataque se inició a las 9:00 del día 23, un domingo como cualquier otro de verano, nacido de la bruma que se disiparía con los primeros rayos del sol. Una lluvia mortal de artillería precedió el avance de la infantería una hora después. El 1er Ejército de von Kluck, que no estaba presente en la zona, tampoco conocía la fuerza del enemigo. De hecho, ni siquiera sabían que los ingleses ya estaban en el continente. Pero si eran conscientes de su superioridad numérica y decidieron mostrarla con la intención de intimidar al enemigo. La infantería avanzó en formación cerrada, con batallones de hasta 150 hombres en columnas de cinco. Al verlos, los británicos abrieron fuego con sus rifles Lee-Enfield, uno de los mejores de la época y capaz de hacer 30 disparos por minuto en las manos adecuadas, y aquellos soldados profesionales del 4º Regimiento de Fusileros Reales, tenía las manos más que entrenadas. La cortina de fuego tuvo un efecto devastador para los teutones. Era tal el ritmo de las balas que creyeron que los ingleses se defendían con ametralladoras. A la media hora de la primera intentona los alemanes se retiraron, pero no tardaron en volver a la carga.
La segunda embestida corrigió algunos de los errores. En lugar de avanzar como bloque sobre un frente relativamente angosto, la infantería alemana se repartió en líneas abiertas ofreciendo un frente más disperso y esta vez con apoyo de la artillería, lo que complicaba mayormente la defensa. En uno de los dos puentes sobre la zona del canal entre Nimy y Oubourg, tuvieron lugar dos casos de heroísmo que ganaron para sus protagonistas las primeras Cruces de Victoria de la PGM, la más alta condecoración al valor del ejército británico. El Teniente Maurice Dease, el oficial de ametralladoras de los Fusileros Reales, se mantuvo en su puesto haciéndose cargo el mismo de la ametralladora cuando el resto del equipo había muerto. El mismo fue alcanzado en cinco ocasiones, pero mantuvo a raya a dos batallones alemanes durante casi una hora antes de fallecer. Segundos después, el Cabo Sidney Godley tomó el relevo y continuó la feroz defensa en solitario ofreciéndose voluntario para cubrir la retirada de sus hombres, Cuando se quedó sin munición, golpeó su arma contra las traviesas del puente para deshabilitarla, arrojó los restos al canal, y se retiró herido hacia la población, siendo ayudado por dos civiles. Fue capturado por los alemanes aquella tarde, y pasaría el resto de la guerra en cautiverio.
A pesar de la heroica defensa, a mediodía la superioridad alemana fue suficiente para cruzar los puentes y formar una línea del otro lado del canal. Sin embargo, el precio en vidas había sido alto, y los ingleses se habían retirado de manera ordenada para formar nuevas líneas de defensa. Al oeste de Mons la situación fue peor para las fuerzas de von Klück, que no pudieron cruzar el río hasta el final del día. En general, no obstante, fueron los ingleses quienes tendrían que aceptar la derrota. Es verdad que las fuerzas de French se habían retirado de sus posiciones iniciales, que las líneas secundarias aguantaban y que los comandantes creían que habían detenido el avance alemán, y algo de razón tenían. Pero por la noche llegaron noticias de que el 5º ejército francés de Lanrezac, luchando al este de los británicos emprendía la retirada. French se vio obligado a hacer lo mismo pues de lo contrario sus tropas podían ser flanqueadas.
A partir del día 24 de agosto, se iniciaría la fase conocida como la Gran Retirada. Los ejércitos aliados, incapaces de detener el asalto alemán, fueron cediendo terreno poco a poco durante diez días, en los que retrocederían más de 200 kilómetros antes de volver a formar líneas defensivas. El único punto positivo es que la retirada se hizo en completo orden, manteniendo las formaciones y sin abandonar equipamientos, una virtud que sería crucial en la próxima batalla.
Otro detalle que he aprendido -además de otros- por supuesto que conocía la famosa canción de Mambrú se fue a la guerra, pero ni pum de donde procedía. Está ganando una batalla trabajando a destajo para que las fechas de PGM, coincidan con las actuales… eres un campeón! Besito se turno….
Hola Rosa,
Mambrú es la castellanización de Marlbourpugh, el antepasado de Winston Churchill que lideró a los aliados en aquella batalla. Un detalla que pensé sería interesante. Respecto a las fechas, es duro, pero lo estamos consiguiendo.
Mil gracias y un besín…;)
Los carreteras citadas al principio del post como d939 no es correcto es la d932 por si alguien quiere ver el monolito desde satélite
Oh! thank you Mark! I used Google Maps, but it is not always exact. I will correct my error ASAP.
Best regards,
Jesús