D-42 a 46: El MIlagro del Marne. Orden de Batalla.

Segunda Parte.

En los últimos días ya hemos hablado de cómo el cambio de dirección del 1er Ejército de von Kluck y su descuido al ofrecer su flanco derecho ofreció a los aliados una indiscutible oportunidad para frenar la retirada y pasar a la ofensiva. Lo que no he mencionado fue el estado en el que se encontraban sus tropas, exhaustas después de recorrer casi 150 km en cuatro días. El delirio que les esperaba al llegar a París, el elixir de la victoria, era el único combustible que impulsaba a los soldados a continuar día y noche la intensa marcha. La mala noticia, era que no sabían que ya no se dirigían a la Ciudad Luz, sino a una batalla más. Además del alto número de bajas sufridas en las últimas semanas, un cuerpo se había quedado sitiando la ciudad de Amberes, donde el Rey Alberto se había atrincherado con los restos de su ejército, y otro en la fortaleza de Maubeuge. El 2º Ejército de von Bülow no estaba en mejores condiciones, habiendo sufrido grandes pérdidas en la Batalla de Guise y sin reservas para sustituirlas; el 3er Ejército de von Hausen, el de menor tamaño, formado por tropas de reclutas menos experimentadas, no estaba preparado para un enfrentamiento como el que estaba a punto de iniciar.

Por primera vez desde el inicio de la guerra, Joffre contaba con una superioridad numérica, 650.000 franceses y 50 británicos contra 535.000 alemanes. Contaba también con la ventaja de estar en su propio territorio y con más que adecuadas líneas de suministro, algo que los alemanes ya echaban de menos. Su servicio de información era también superior al del enemigo, y tanto aviones de reconocimiento como agentes en el campo pintaban una imagen muy certera de las posiciones e intenciones del enemigo. Los alemanes estaban totalmente perdidos al respecto, no sólo creían que los franceses huían despavoridos y derrotados, sino que, cuando alguien se dio cuenta del error, las deficientes comunicaciones no lograron corregirlo a tiempo.

Posiciones de los ejércitos el 5 de septiembre de 1914.

Inicio de las hostilidades.

El Mariscal Joffre había dado la orden de iniciar las hostilidades la mañana del 6 de septiembre. La batalla tendría dos ejes principales, uno de norte a sur donde el recién formado 6º Ejército al mando del General Manoury atacaría el flanco derecho de von Kluck, y otro de este a oeste, con los ejércitos 4º, 5º y 9º a cargo de los generales de Cary, Foch y d’Esperey respectivamente, además del Cuerpo Expedicionario Británico que atacaría oblicuamente desde el suroeste.

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El 6 de septiembre los franceses atacan.

Todo planeado y preparado, pero ya sabemos que el destino no sabe de fechas ni horarios, y los acontecimientos obligaron a los aliados a adelantar el inicio del ataque. El día 5 por la tarde, el 6º Ejército de Manoury avanzó hacia el este desde París y se encontró con el IV Cuerpo de Reserva Alemán. Fue una pequeña escaramuza, pero el hecho alertó a von Kluck que, después de todo, debía temer por su flanco derecho, lo que le obligó movilizar tropas desde el frente para protegerlo. El problema es que, al hacerlo, abrió un hueco entre su propio ejército y el de su vecino von Bülow, precisamente la jugada que los aliados esperaban y que estaban dispuestos a explotar. Entre los días 6 y 8, la distancia entre ellos creció hasta alcanzar los treinta kilómetros, hecho que fue comunicado a Joffre por los aviones de reconocimiento, y el Mariscal dio la orden de ataque.

El BEF y el 5º Ejército francés aprovechan la brecha entre el 1º y el 2º Ejércitos alemanes.

El BEF y el 5º Ejército francés aprovechan la brecha entre el 1º y el 2º Ejércitos alemanes.

El BEF (Cuerpo Expedicionario Británico por sus siglas en ingles) avanzó a partir del día 6, cruzó el Río Petit Morin y capturó los puentes cobre el Marne y estableció una cabeza de puente de 8 kilómetros. El 5º Ejército de d’Esperey también avanzó en la brecha y consiguió cruzar el Petit Morin el 8 de septiembre, obligando a von Bülow  a replegar su flanco derecho y alejándose aún más del 1er Ejército de von Kluck. Al día siguiente, el 5º Ejército volvió  a cruzar el Marne y tanto el 1er como el 2º Ejército alemán tuvieron que retirarse. Mientras tanto, el 9º, 4º y 3er Ejércitos franceses rechazaron los ataques del 3er alemán, que estaba a la ofensiva, pero al ver que sus colegas se retiraban, von Hausen se vio obligado a hacer lo mismo. El 10 de septiembre, todos los ejércitos alemanes al oeste de Verdun se retiraban hacia el Rio Aisne, con los aliados en persecución.

Los alemanes se retiran.

Los alemanes se retiran.

Los Taxis de París entran en acción.

Los alemanes intentaron un contraataque en el este frente al 6º Ejército, con el que esperaban abrirse camino hacia París, y que seguía siendo el punto más débil de las líneas aliadas. El día 6 por la mañana, 10.000 tropas de regulares argelinos, habían llegado a París por tren desde Marsella, el problema era hacerlos llegar al frente justo cuan do los alemanes estaban a punto de reventar las líneas. El General Gallieni, con el dinamismo que le caracterizaba, requisó entre 600 y 100 taxis de París con sus conductores para transportarlos. La mayoría de los taxis eran Renault AG1, modelo Landualet, con una capacidad para transportar cinco soldados y el conductor a una velocidad de 25 km/h. A dos viajes cada uno, y con el medidor activado, sumaron una cuenta total de 70.012 francos, que fueron pagados puntualmente por la Tesorería Francesa.

Renault Type AG1

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Debacle.

Por primera vez en la guerra los alemanes se habían retirado; por primera vez entendieron que el enemigo no era tan débil ni sus mandos tan incompetentes como creía el alto mando. El 9 de septiembre, cuando el 1º y 2º ejércitos estaban a punto de ser rodeados, el Comandante en Jefe, Helmuth von Moltke, sufrió un ataque de nervios y sus ayudantes tuvieron que hacerse cargo de ordenar la retirada a un punto donde pudieran reorganizarse. El 13 de septiembre, von Moltke si tuvo la energía para decirle al Kaiser – Majestad, hemos perdido la guerra.

6 thoughts on “D-42 a 46: El MIlagro del Marne. Orden de Batalla.

    • Hola Pep, muchas gracias por tu colaboración. En Francia algunas personas se tomaron la victoria en el Marne como un verdadero milagro, sin explicación terrestre. Yo creo que como en otros casos, no es más que la reflexión del miedo y la falta de entendimiento de la población en general. Eso sí, si a ellos les satisface, todos contentos. Lo importante es que los aliados lograron detener el avance alemán, y con ello cambiaron el rumbo de la historia.
      Gracias nuevamente y un cordial saludo.

  1. No se me hubiero ocurrido que lo que relatas pudiera suceder, el traslado en taxis.
    Espléndidas historias, como siempre.
    Un abrazo y hasta pronto.

    • Hola Stella,
      utilizar los taxis fue una ocurrencia de último minuto y creo yo un poco a la desesperada, pero funcionó. Los refuerzos llegaron justo a tiempo para frenar un contraataque alemán que hubiese podido cambiar el signo de la batalla. Hace muchos años, vi una película francesa que contaba la historia, pero nunca supe el nombre, y no he podido encontrarla en youtube. A ver si un día tengo suerte.
      Muchas gracias por tu comentario, feliz semana!

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