Segunda Parte.
Un 28 de septiembre como hoy, pero de hace 76 años, pocas horas antes de que expirara el ultimátum alemán que pesaba sobre Checoslovaquia, Neville Chamberlain envió un mensaje a Benito Mussolini vía su yerno Galeazzo Ciano, Ministro de Exteriores italiano, rogándole intercediera ante Hitler para que aplazara el inicio de las hostilidades 24 horas. El Duce accedió, encantado de poder ser parte de una negociación de tan alto nivel, y consiguió que su aliado alemán concediera el aplazamiento, lo que en realidad no era ninguna concesión, pues la invasión estaba programada para el 1 de octubre. Chamberlain también logró la convocatoria a una nueva conferencia en Munich al día siguiente en la que participarían los mandatarios de Alemania, Italia, Francia y el Reino Unido. El documento a “negociar”, supuestamente ofrecido por Mussolini pero en realidad preparado por el Ministerio de Exteriores alemán, era prácticamente el mismo que se le había ofrecido a Chamberlain en Bad Godesberg unos días antes: cesión inmediata de los territorios sudetes a Alemania, que los ocuparía militarmente antes del 10 de octubre, y una comisión internacional que decidiera el futuro del resto, o de los restos, del país sacrificado por los aliados. Chamberlain y Daladier ofrecieron al Presidente Benes la opción de aceptar el acuerdo, o quedarse sólo. Así se las gastaba el “hombre de paz”. El pobre inglés todavía tuvo la ingenuidad de presumir la firma de Hitler en un papel a su vuelta a Londres, proclamando en el aeropuerto que había logrado “Paz en nuestro tiempo”. Ya, parece que no le importó que eso significaba guerra un año después.
¿Qué ganó Hitler con la rendición de Checoslovaquia? Primero, más de tres millones de habitantes, muchos de ellos soldados potenciales. Segundo, las importantes fábricas de armamento de Skoda; tercero, se quitó de encima a un enemigo en la guerra que ya tenía planeada; cuarto, con los nuevos territorios y con la eventual invasión del resto de Checoslovaquia en marzo de 1939, Alemania rodeaba a Polonia en tres flancos, quinto, ganó tiempo para terminar de construir su máquina de guerra con la que desataría la carnicería un año después y, sexto, demostró a Stalin que los aliados estaban dispuestos a ceder en todo con tal de no ir a la guerra y que abandonarían a sus amigos en los momentos cruciales. Este punto es de extrema importancia, pues a partir de ese momento y viendo como Inglaterra y Francia trataban a sus «amigos», la URSS se acercó cada vez más a Alemania, hasta que ambas naciones firmaron un pacto de no agresión en agosto de 1939, días antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial.
¿Qué ganaron los aliados con la rendición de Checoslovaquia? Prácticamente nada. Algunos dicen que tiempo para rearmarse, pero la realidad es que Chamberlain hizo muy poco al respecto, al menos hasta marzo del 39. Al final, ni detuvieron a Hitler ni mantuvieron la paz. Churchill lo resumiría en una frase impecable, como era su estilo: Les dieron a elegir la guerra o la vergüenza; eligieron la vergüenza, y tuvieron la guerra.
Ahora bien, ¿qué hubiese sucedido si Chamberlain no hubiese cedido a todas las exigencias de Hitler? Se abren dos claras opciones: Primera, Hitler invadía Checoslovaquia, la cual se defendería. La Unión Soviética y Francia, que tenían tratados de defensa mutua con el país de Europa Central, hubiesen como mínimo ayudado a su aliado. Francia no hubiese tenido problemas para re-ocupar la rivera del Rin, pues Alemania no tenía suficientes tropas en ese momento para luchar en dos frentes. Muy probablemente, Alemania hubiese perdido, o al menos sacrificado buena parte de su ejército y armamento, y de ninguna manera hubiese estado listo para invadir Polonia en 1939. La otra opción sería el derrocamiento del Führer antes de que la invasión de Checoslovaquia tuviese lugar. Y no me lo invento, la conspiración estaba lista.
No todo eran buenas noticias en el entorno del Führer, de hecho, la oposición más fuerte a la invasión llegó de sus propios generales. El General Ludwig Beck (imagen), jefe del Estado Mayor de la Wehrmacht, llevaba meses bombardeando a Hitler y su equipo con memorándums sobre el peligro de iniciar una guerra en 1938, para la que Alemania no estaba lista. En aquel año, la Wehrmacht estaba formada por 42 divisiones, incluidas las cinco austriacas integradas tras el Anschluss. Además, la mayor parte del ejército era de reciente formación, escasa en entrenamiento y armas modernas. Por otra parte, Checoslovaquia contaba con 38 divisiones, y una importante red de fortificaciones en sus fronteras que hubiesen complicado, y mucho, la invasión alemana. Y luego está el ejército francés, en aquel momento el más grande y mejor equipado de Europa, que podría haber invadido Alemania con un mínimo esfuerzo.
Beck y otros generales lo sabían y, a pesar de que la mayoría de oficiales no buscaba el derrocamiento directo de Hitler, si estaban en contacto con el General Hans Oster, segundo Jefe del servicio de inteligencia del ejército (Abwher) y con el diplomático y también espía Hans Gisevius, quienes ya planeaban un putsch sobre la figura del Führer. Cuando Beck fue relevado en agosto de 1938 por su oposición a la invasión de Checoslovaquia, su sustituto, el General Halder, fue informado de la conspiración, y en un principio la apoyó, pero se echó para atrás cuando en Munich Chamberlain cedió ante Hitler, quien por fin se ganó el respeto de sus generales y acabó con cualquier intento de golpe de estado. Ergo, Chamberlain no sólo dio a Hitler territorio, armas y hombres, sino que terminó con la posibilidad de derrocar al Führer desde dentro.
Conclusión.
Chamberlain cedió ante Hitler porque temía una nueva guerra, pero no entendió que la guerra sucedería tarde o temprano, y que cualquier cesión sólo hacía más fuerte a su potencial enemigo. Como se demostró, Hitler mintió cada vez que dijo que después de Checoslovaquia no pediría más territorios y, a pesar de que llevaba años proclamando la conquista de Europa, Chamberlain le creyó. Ingenuo, como poco, cobarde, probablemente, pero no cabe duda que la traición de este señor en Munich fue determinante en el inicio y desarrollo del conflicto más sangriento de la historia. Aún así, todavía hay muchos que defienden a Chamberlain, según ellos, por sus intentos de lograr la paz, y califican sus acciones como un “error”. Si, pudo haber sido un error, pero uno que costó 50 millones de vidas.
El Duce como muchos otros cayó en las redes de su admirador de quien deseaba ser su doble, Hitler, pero como ya sabemos por desgracia, a pesar de su aspecto, digamos imponente, sabia manejar a todos los dirigentes como si fuesen marionetas y el pueblo italiano (como los españoles) se exaltaron y siguieron al Duce como corderos. La frase de Churchill es sentenciosa y muy clara definiendo las calamadidades que vendrían. La Historia, a pesar de los horrores que nos describe del pasado, es interesante.
Beso de domingo algo pasado por agua..
Hola Rosa,
que razón tienes, como siempre. El Duce, a pesar de haber sido el ídolo de Hitler, terminó como su marioneta, por no decir esclavo. Es lo que tiene la manipulación, el histrionismo de algunos políticos. Churchill, con todos sus defectos, que fueron muchos, fue el único líder que entendió la perversa naturaleza de Hitler, pero nadie le hizo caso hasta que ya era demasiado tarde. Un mal momento para la humanidad que, gracias a Dios, hemos sabido sobrevivir, pero que algún día, me temo, aún se puede repetir.
Mil gracias por tu comentario, y espero no te mojes mucho. Un besín dominguero.
Los errores se pagan y la Historia está ahí para que se conozcan. Acabo de enterarme de lo malo que fue el miedo.
Voy a ser un asiduo de tu «Ciencia Histórica». Estoy seguro que me servirá para enterarme de muchísimas más cosas interesantes.
Un saludo
Muchas gracias Grojol,
es un placer tenerte como lector y espero seguir convenciéndote de volver.
En la pestaña de Grandes Éxitos podrás ver algunos de nuestros artículos más leídos, seguro te resultarán entretenidos.
Gracias nuevamente y un cordial saludo.
No lo dudes, volveré a disfrutar.
Un saludo
😉 Un abrazo.
Ciertamente no puedo dejar de comentar tu blog, me disculpa si soy molesto. Ahora bien; ¿ Tú crees que existe cierta semejanza con lo descrito aquí y el dialogo entre la oposición y el gobierno de Venezuela? Lo digo por eso que dicen por allí (la historia es cíclica y que los humanos somos los únicos que nos topamos con la misma piedra una y otra vez). Cuando citaste a Churchil me recordaste lo de la mesa de la unidad en el palacio de Miraflores. «Les dieron a elegir entre la guerra o la vergüenza; eligieron la vergüenza, y tuvieron la guerra.» ¿ Crees que hay posibilidad de dialogo aquí?
jeje, no molestas en lo más mínimo mi estimado. Ahora bien, no se si soy la persona adecuada para comentar, pues no conozco los hechos que mencionas. Se que entre Chavez y Maduro han llevado a Venezuela a una situación más que grave, pero desconozco cualquier tipo de negociación con la oposición. Buscaré algo, y si lo encuentro, te aviso.
Buenas noches Roberto.
FElicitaciones !! que bueno encontrarse con artículos como este ojalá que más personas lo leean y sobre todo los jóvenes que debemos saber del pasado de una historia en común que nos une, probablemente estos antecedentes serán los que nos ayuden a no volver a esos errores..
Muchas gracias Mariela,
Mi esperanza es que cada vez más gente se interese por la historia, y yo quiero poner mi granito de arena. Me alegra mucho recibir comentarios como el tuyo, que agradezco mucho, me animas seguir trabajando por la divulgación.
Muchas gracias y un cordial saludo.
Muy interesante , no sabia que el 38 ya hubieran planes dentro del alto mando de la Wermachat para liquidar a Hitler,
Hola José Luis,
es verdad, pero el complot se vino abajo tras la «victoria» sin batalla de Hitler en Munich. A partir de ahí, su popularidad subió como la espuma gracias a las victorias en el campo de batalla, hasta que las cosas se torcieron. Hitler fue el blanco de 37 atentados, y los sobrevivió todos, por desgracias.
Muchas gracias por comentar. Un cordial saludo.
Muy buena entrada, me gusta tu blog.
Un saludo
PD: me encantaría que te pasases por mi blog y me dijeses qué te parece http://umagah.wordpress.com/
Hola Umagah,
me acabo de pasar por tu blog y me han encantado tus relatos, los recomendaré a mis lectores.
Muchas gracias por pasarte por este humilde blog y por dejarnos un comentario.
Un cordial saludp
Muchas gracias, me gustó mucho tu «humilde blog»
Un saludo
Gracias a tí Umagah, este blog no sería nada sin vosotros.
Un cordial saludo.
Hola Jesús,
tanto este como el anterior post me han ayudado a comprender un poco más ese momento de la Historia. Una de las cosas por las que se han de valorar a nuestros representantes políticos es por las decisiones que toman ante determinados hechos. En este caso, ese «error» como lo calificas tuvo consecuencias dantescas. Teniendo la Gran Guerra tan cercana en el recuerdo deberían haber visto «de que pie calzaba Hitler». Sin duda, un gran error.
Un abrazo.
Hola Francisco,
la Conferencia de Munich fue uno de los momentos más consecuentes de la historia, tristemente, el inicio de la tragedia de la Segunda Guerra Mundial. Como en otras muchas ocasiones, los políticos de la época no estuvieron a la altura, y no supieron, o no quisieron ver lo que se cernía sobre Europa y el mundo. Es triste recordarlo, pero necesario.
Gracias por comentar Doctor.
Un saludo.
Buen y atinado artículo Jesús, pero es que el asunto de la Conferencia de Munich todavía tiene más delito si se conoce un discreto episodio.
Hace unos años me leí seguidas las memorias de Von Manstein, Guderian y Von Rundsted (las de este último no autobiográficas) de la Editorial RBA, y ahora no recuerdo en cual de ellas se citaba la conspiración de Beck. Tan decididos estaban estos generales alemanes de derrocar a Hitler, que uno de ellos viajó de paisano y de incógnito a Londres entrevistándose allí con varios gerifaltes británicos (Halifax-Churchill-Chamberlain) llegando a un acuerdo: Si inmediatamente después de que Alemania invadiese los Sudetes Inglaterra y Francia le declaraban la guerra, la cúpula militar germana representada por este general (maldita sea que no recuerdo su nombre) se comprometían a dar un fulminante golpe de estado para derrocar a Hitler y a su partido nazi, alegando ante la opinión pública que lo hacían para evitar una guerra que Alemania no podía ganar evitando de paso una nueva ruina nacional. A cambio sólo pedían a los aliados que no tomasen ninguna represalia contra Alemania y la firma de un tratado de paz inmediato.
Los ingleses aceptaron, rubricando el acuerdo con un apretón de manos y el honor de la palabra de los presentes.
No obstante cuando Hitler se dispuso a invadir los Sudetes, los británicos con Chamberlain al frente se volvieron atrás firmando los acuerdos de Munich de 1938, faltando a la palabra que le dieron a aquel general alemán. Los generales alemanes se quedaron estupefactos de que los aliados le permitiesen a Hitler invadir tranquilamente Checoslovaquia, y de que faltasen a la promesa hecha en la reunión clandestina de Londres.
Aquí estos militares comprobaron que los políticos, a diferencia de ellos, no eran hombres de honor. Una enseñanza la cual, como todas las que regala la historia, es todavía vigente.
Un cordial saludo.
Hola Silverman,
sabía que los miembros de la conspiración habían enviado a un hombre para contactar con los ingleses, y sabía también que estos les habían dado la espalda, prefiriendo negociar con Hitler, pero no sabía que habían firmado un documento. Una de las cosas que me gusta de la interacción con los lectores, es lo mucho que aprendo con vosotros. Muchas gracias por tu interesante aportación.
Un abrazo.
Hola de nuevo Jesús.
No firmaron ningún documento, los generales alemanes estaban incurriendo en un delito de alta traición, fue un acuerdo de palabra. El inconveniente es que los políticos no suelen tener palabra…
Resulta difícil comprobar ahora cómo no apoyaron claramente a Checoslovaquia y le declararon la guerra a Hitler cuando este invadió los Sudetes, sabedores de la inferioridad de la Wehrmacht y de que sus generales tenían previsto un golpe de estado para derrocar a Hitler y sus secuaces.
Realmente parece ser que el nivel de persuasión del ex-cabo austriaco era notable; y que sus contrapartes eran muy ingenuos.
Un saludo.
Hola SIlverman,
yo no podría haberlo dicho mejor. El gran embaucador que fue Hitler se encontró con una panoplia de políticos demasiado crédulos, y así nos fue…
Un saludo maestro!
Grande como siempre… desde hace un par de meses leo todos y cada uno de los artículos que publicas, a cada cual más interesante…
Muchas gracias amigo/a,
me das ánimos para seguir adelante, y por el mismo camino.
Un cordial saludo.
¿Mussolini marioneta de Hilter? ¡¡Pero si fue al revés!!. En realidad fue Hitler, quizás desde un papel de mayor elevación política, histórica, personal, el que se convirtió, por «lazos de camaraderia y alianza» en una auténtica marioneta del Duce. Muy a su pesar, conste. La participación de la Italia fascista en la guerra fue tan desastrosa que obligaba constantemente al führer a «remediar» los errores italianos que incluso se pueden considerar como de una verdadera falta de espíritu combativo y de valor. Alemania, Hitler, perjudicando seriamente sus intereses nacionales, se convirtió en una «niñera» de los italianos, que se caracterizaban en algunos momentos por una extrema cobardía. Hasta puso en serio peligro a sus hombres más valerosos en la misión del Gran Sasso sin valor militar o político alguno, con un Mussolini absolutamente destrozado al comprobar que el espíritu «romano» del pueblo italiano no existía. Alemania no solo luchó contra los aliados, podemos deducir entonces. En algunas «batallas», el Duce se quejaba amargamente que el resultado era de «cinco generales prisioneros y uno muerto». En Debar Tabor, sobre cuatro mil hombres, las pérdidas fueron de dos italianos muertos y cuatro heridos….¡¡¡¡permítanme que explote en carcajadas!!! ¡¡Marioneta!! ¡¡Asi se escribe la historia¡¡
Hola Eduardo,
creo que estamos hablando de lo mismo. Tu escrito apoya nuestra opinión de que quien realmente mandaba al final de la guerra era Hitler, y Mussolini no era más que una sombra al servicio de su antiguo fan. Hitler incluso tuvo que rescatar a Mussolini y formar un gobierno marioneta en el norte de Italia.
Gracias y un cordial saludo.
http://wp.me/p1Bx0Z-fC
En el enlace anterior están mis nominaciones al Versatile Bloguer Award y tu blog está en ellas.
¡Enhorabuena!
Muchas gracias Grojol, es un honor recibir este premio que comparto con mis lectores. Un abrazo.
el error mas grande ha sido el tratado de versalles en 1919, fue el embrión de todo esto y de otras guerras ocurridas posteriormente. Saludos
Gracias por esos conocimientos sobre el error que pudo cambiar la historia
Muchas gracias a tí, amigo/a, por leer y comentar. Un cordial saludo.
Que desperdicio eso es lo que pasa cuando hay la dominación extranjera que no tiene nada que perder con sus decisiones
Hola Robinson,
no entiendo muy bien tu comentario sobre la «dominación extranjera», podrías expandirlo?
Muchas gracias y un cordial saludo.