En un principio, me planteé iniciar esta entrada con un poema dedicado a la Luna, uno de miles, o de cientos de miles que pululan por el universo literario del romanticismo y la melancolía. No hubo suerte, y no por falta de opciones, sino todo lo contrario, simplemente no fui capaz de elegir uno entre tantas bellas líneas que los humanos han dedicado a nuestra bella y misteriosa compañera astral. Sin duda la Luna es una de las mayores fuentes de inspiración para los poetas. Gusta su trasfondo nocturno, su compromiso como guardiana de la oscuridad, su enigmático lado oscuro, y su luz, principalmente su luz, que no ciega como la del Sol, pero que ilumina tanto cuerpo como espíritu. Pero todos sabemos bien que la luna es antes que musa un elemento crucial para nuestras vidas, o al menos deberíamos saberlo pues, aunque en las escuelas nos enseñan la influencia del satélite sobre las mareas, pocos en realidad conocen nuestro grado de dependencia hacia ella. De hecho, si no existiese la Luna, no habría vida sobre la superficie, y a lo más que llegaríamos sería a seres submarinos encerrados para siempre en las profundidades.
Durante siglos ha sido observada, venerada y cartografiada, pero hasta hace unas décadas desconocíamos el origen de la Luna. Existían varias versiones, desde las esotéricas hasta las científicas, pero ninguna soportaba el examen de la evidencia, empezando porque de esta había muy poca. No fue sino hasta que las misiones Apolo recogieron muestras de rocas y polvo en su superficie (380 kilos en seis viajes) que surgió la teoría más plausible sobre su procedencia. Para no hacer el cuento largo, un planeta fallido llamado Theia (algunos le llaman Orfeo) que orbitaba entre la Tierra y Marte, chocó con gran fuerza contra nuestro planeta, aún en formación, fusionándose parcialmente e imprimiéndole a la Tierra una nueva trayectoria y velocidad, además de darle un cierto ángulo de inclinación que sería crucial en el futuro. Los restos de aquella colisión, quedaron como aturdidos girando alrededor y formaron en pocos años un pequeño cuerpo rocoso que es ahora nuestro único satélite natural.
http://www.youtube.com/watch?v=hahpE8b6fDI
Excepto Mercurio y Venus, el resto de planetas del Sistema Solar también tiene lunas, nada hay de extraño en ello, pero son insignificantes en tamaño comparadas con sus gigantes vecinos y sus fuerzas gravitacionales son insignificantes. Lo extraordinario en el caso nuestro, es que la Luna tiene una cuarta parte del tamaño de la Tierra, lo que en comparación lo hace especialmente grande, y extremadamente esencial en el comportamiento de ambos astros. Para empezar, la Luna es responsable no sólo de que tengamos la inclinación que crea las estaciones, sino que también es la que la mantiene en dicha posición. Marte tiene una inclinación similar a la de nuestro planeta, pero no un satélite capaz de estabilizarlo, por lo cual puede cambiar de ángulo de 0 a 90º en pocos millones de años, creando un caos climático sobre toda su superficie. El nacimiento de la Luna y su existencia también han tenido un efecto crucial en la rotación de nuestro planeta, reduciendo su velocidad. Sin ella, los días durarían probablemente las seis horas que duraban antes del choque con Theia, o poco más. Imaginad cómo sería la vida en la Tierra en las mismas condiciones. Una pista, los cambios entre glaciaciones y periodos más tibios serían más cercanos en el tiempo, el nivel del mar subiría y bajaría muchos metros en cuestión de años, inundando y delineando costas, borrando islas, y eso sin contar la dificultad de adaptación a cambios bruscos de temperatura. Sería un cambio climático que por si solo complicaría, y probablemente evitaría, el desarrollo de las especies humanas.
La conflagración que creó la Luna tuvo otro impacto relevante sobre la Tierra. Al fusionar Theia buena parte de su masa, añadió más material sólido y aumentó la superficie total expuesta del planeta, por lo que los océanos redujeron su dominio, y dieron paso a los continentes. Sin la fusión de los astros, la mayor parte de la Tierra estaría cubierta de agua, en un porcentaje más alto que el actual. En todo caso, el escaso suelo emergido sufriría de fenómenos atmosféricos más intensos, que junto con los cambios de temperatura mencionados anteriormente harían la vida humana prácticamente imposible. Y luego está el efecto protector de la Luna sobre nuestro planeta, aunque en este punto hablemos desde la especulación. A juzgar por la gran cantidad de cráteres en su lado oscuro, la Luna bien podría haber servido de escudo a nuestro planeta y, conociendo las consecuencias que para la vida tuvo el impacto de un meteorito hace 65 millones de años, es inevitable concluir que sin nuestro satélite el historial biológico de la Tierra sería muy diferente, si es que algo o alguien hubiese sobrevivido.
La Luna no es sólo el pasado y el presente, es también el futuro de nuestro planeta y de la especie humana. Debido a la fuerza centrífuga y a la fuerza gravitatoria de otros astros como Júpiter y el Sol, nuestro satélite se aleja irremediablemente a unos dos centímetros por años. Lo único positivo es que la huída es lo suficientemente lenta como para evitar que perdamos a nuestro vecino, pues tardaría tanto que para entonces el Sol ya habría engullido a la Tierra. En todo caso, la Luna será sin duda nuestro escalón primario cuando decidamos visitar y colonizar otros mundos ya que su débil fuerza de gravedad permitirá el despegue de sondas espaciales con mucho menos esfuerzo, combustible y coste. Pero es probable que muchos de nosotros no veamos tales hazañas, así que, mientras tanto, dediquemos tiempo a observar, admirar y conocer a nuestro querido satélite, después de todo, no estaríamos aquí sin él.
La primera parte de tu escrito muy bueno, sí, romántico, suave… quien no ha mirado a la luna y se ha quedado embelesado?????
La segunda parte muy científica e interesante, aunque algunas cosillas las sepamos, no las recordamos y otras, al menos yo, las desconozco. Gracias.
Beso de luna lunera…
Hola Rosa,
la Luna es enormemente inspiradora, al igual que las estrellas, pero estas están más lejos e influyen poco en nuestras vidas. Yo no sé qué haría sin ella a la hora de conquistar algún corazoncito…;)
Desde el punto de vista científico, no podríamos vivir sin ella, así de simple, y me alegro, pues no me gustaría pasar mi existencia sin verla.
Muchas gracias por comentar, te deseo una buena semana.
Un besín terrestre.
Hola Jesús,
hablo desde la ignorancia pero quizás deberíamos investigar más en cómo colonizar la Luna, en un futuro no muy lejano, que en ir a Marte. Creo que sería más barato y práctico. Por otra parte, al leer lo que comentas de su influencia sobre las mareas me has recordado algo que durante años decimos los que nos dedicamos al arte de partear: cuando hay Luna llena las embarazadas rompen la bolsa de las aguas con más frecuencia. No sé si puede llegar a tener algún tipo de base científica pero puedo asegurarte que es una sensación generalizada entre los ginecólogos.
Un gran artículo y saludos luneros (bueno de domingo todavía) 😉
Hola Francisco,
según tengo entendido, al menos NASA quiere volver a la Luna para intentar establecer una colonia ahí, y utilizara nuestro bello satélite como base de lanzamiento. Respecto a las embarazadas, algo he oído, y también algo relacionado con el ritmo menstrual de las mujeres, pues se cree que algo tiene que ver con el hecho de que los cazadores de la antigüedad salían siempre en Luna llena, por lo que las mujeres no necesitaban ser fértiles en esos días. La coincidencia entre el periodo de rotación de la luna y del ciclo menstrual parece confirmarlo.
Pero ve tú a saber…;)
Muchas gracias por tu comentario.
Un saludo terrestre!
De ahí la dificultad de encontrar vida extraterrestre, y no digamos aún, inteligente. Fíjate en la inmensa casualidad que significa el choque fortuito que pone las cosas en su justo término, en nuestro caso funcionó, en cuántos no habrá podido ser?
Hola Jomule,
es lo que llamamos las condiciones «ricitos de oro», por lo difícil que es que varios parámetros coincidan en el tiempo y en el espacio. Nuestra Tierra es el mejor ejemplo, pues no tendría vida si no estuviera lo suficientemente cerca del Sol, pero no demasiado; que tenga un núcleo metálico para que su campo magnético nos proteja de la radiación solar; que tenga agua, y que su satélite sea tan grande y esté tan cerca.
Como bien dices, no hemos encontrado vida fuera en este sistema solar, pero considerando los billones y billones de planetas ahí fuera, la estadística nos dice que es muy posible que algún tipo de vida exista, en algún lugar del universo. ¿La encontraremos? dudo que en nuestras vidas, pero nunca se sabe…
Muchas gracias por tu comentario. Un cordial saludo.
Isaac Asimov tiene un libro titulado «La tragedia de la Luna». Entre los diversos ensayos de ese libro destaco dos: uno que se llama igual que el libro en el que argumenta los problemas que tuvo la humanidad para evolucionar por culpa de la Luna, refiriéndose a que por culpa de la Luna nos costó mucho tiempo darnos cuenta de que el Universo no es geocéntrico y eso retrasó nuestra evolución: de no existir la Luna se habría descubierto antes que giramos alrededor del Sol y la humanidad sería distinta a lo de hoy.
El segundo ensayo se llama «El triunfo de la Luna» y, para compensar el anterior, pone argumentos por los cuales hemos de estar agradecidos a la Luna por existir, el primero de ellos las mareas, que según el autor fueron las causantes de que la vida saliese del agua y colonizase la tierra firme, por lo tanto sin la Luna no existiríamos.
Me parece que comentar estos ensayos viene de perlas con esta entrada del blog. Enhorabuena y gracias por él.
Hola Terrio,
he leído La Tragedia de la Luna, y como todos los escritos que conozco de Sagan, vale la pena leerlo. Ahora bien, no soy un experto en cuestiones evolutivas, ni en las astronómicas, pero es posible que el gran divulgador tuviese razón al achacar a la Luna la distracción que no nos permitió darnos cuenta de que la Tierra no era el centro del universo, aunque yo me inclino más por la simple falta de conocimiento, y la religión.
No he leído el segundo ensayo que recomiendas, pero lo haré este mismo finde, y espero comentarlo en alguna entrad futura.
Te agradezco mucho tu comentario y tu valiosa aportación.
Un cordial saludo.
Tengo una duda, desde la ignorancia:
Para que sea más barato y que cueste menos esfuerzo salir desde la luna a otros lugares, ¿no necesitamos primero llevar todo ese material y naves hasta allí?
¿No sería redundante?
o lo estás planteando desde la posibilidad de que se colonice a nivel de sacar materiales y construir allí gran parte de los componentes de la misión?
Un saludo.
Hola Fran,
es verdad que para poder lanzar una nave desde la luna antes tenemos que llevar todo el material, pero eso podría hacerse en varios viajes, y ya sabemos cómo. Pero tienes mucha razón en algo, podríamos aprovechar los materiales existentes en nuestro satélite. de hecho, justo hace unos días, he leído sobre un proyecto que utilizaría impresoras 3D para construir los módulos de una base espacial en Marte, y creo que lo mismo podríamos hacer en la Luna. Al menos nos ahorraríamos en ladrillo.
Muchas gracias por tu interesante aportación, un cordial saludo.
Y yo pensando que salvo las mareas y servir de carnaza a teorías conspiratorias anti NASA de poco más servía la Luna 🙂
Abrazos mozo.
Pues ya ves my friend, la luna no es sólo queso y miel, también es dadora de vida. Pero da igual, como bien dices, siempre habrá conspiranoicos que crean que ahí se guardan los más grandes secretos de la CIA…por ejemplo, Jimmy Hoffa…
Muchas gracias por su amable comentario caballero, le deseo a Vd. el mejor de lso fines de semana…
Si me permites la intromisión elijo por tí. La Luna -El Hacedor J. Borges.
La luna mujer y madre de tantas ilusiones, metáforas y versos.
En la sencillez de sus estrofas…
Poema Maternidad de José Pedroni
Mujer: en un silencio que me sabrá a ternura,
durante nueve lunas crecerá tu cintura;
y en el mes de la siega tendrás color de espiga,
vestirás simplemente y andarás con fatiga….
Para que en tus comentarios se sientan las palabras de dos sudamericanos.
Relato espléndido y como siempre, te estoy siguiendo.
Un abrazo y hasta pronto.
Precioso el poema Stella, no sé cómo no se me ocurrió acudir a tí cuando buscaba uno para mi entrada…pero bueno, para eso están los comentarios.
No podría haberlo dicho mejor que Borges, la luna es madre de ilusiones, metáforas y versos, una de las grandes inspiradoras de la humanidad, por algo será, pues sin ella no podríamos vivir, literalmente…;)
Muchas gracias por tu espléndida aportación, buscaré el poema para leerlo todo, y guardarlo entre mis tesoros…
Un besín algo lunático…
Es lo que pasaría si Venus tuviera su luna lo que pondría interesante la visión del hombre en el cosmos. como dirían los americanos, si venus hubiera tenido una luna visible desde la tierra, piensa en las consecuencias.
Hola Redhead,
sinceramente no tengo idea de lo que hubiese sucedido si Venus tuviese una Luna como la nuestra, pero sospecho que la Tierra sería un mundo muy diferente. Mejor nos quedamos como estamos…;)
Muchas gracias por comentar. Un cordial saludo.
Me encontré tu blog y llevo dando vueltas por él un par de horas, y seguiré explorándolo. Gracias por ayudarme a mí y a los que nos pasamos por acá por saciar nuestra sed de nuevos conocimientos!
Saludos,
Carlos
PS: La foto que tienes al comienzo del artículo no es en realidad tomada desde la Luna, el Apolo 8 estaba en órbita. Encontré una confirmación de ello aquí (no sé en realidad que tan confiable sea la fuente, pero yo ya lo había oido/leido por otros sitios): http://www.universetoday.com/115235/what-does-earth-look-like-from-the-moon/
Y, de paso, me encontré con esta foto, parecida y también bastante interesante: http://www.nasa.gov/multimedia/imagegallery/image_feature_623.html
Más saludos
Hola Carlos,
muchas gracias por tu amable comentario, y seguiremos haciendo un esfuerzo para contar historias de interés. Por cierto, es verdad que la foto no está tomada desde la superficie lunar, pues fue hecha por la tripulación de Apollo VIII y estos no alunizaron. Lo que quise decir es que lo que se ve abajo, es la superficie de la Luna.
Gracias nuevamente por el comentario, la puntualización y tus interesantes enlaces.
Un cordial saludo.
«En el majestuoso conjunto de la creación, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y dé vuelo desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la luna». (G. E. Bécquer)
Hola Manuel,
gran colaboración, me encanta el poema, pero reconozco que lo desconocía. Buscaré más sobre él…
Un abrazo y gracias nuevamente.