Cuando los cocodrilos se aliaron con los ingleses.

(Advertencia: esta es una historia de la que, debido a su naturaleza, no existe evidencia física. Los datos narrados a continuación se basan exclusivamente en los relatos de los testigos, o al menos, de los pocos que sobrevivieron).

La Segunda Guerra Mundial, como su nombre lo dice, abarcó prácticamente todas las regiones del mundo, aunque algunos de los frentes de batalla hayan sido ensombrecidos por otros más conocidos. Entre los primeros tenemos el caso del sureste asiático, donde los aliados, mayoritariamente tropas del Imperio Británico, se fajaron contra los japoneses durante cuatro años en algunas de las acciones más terroríficas del conflicto. Desde que a finales de 1941 fuerzas navales del Imperio del Japón se lanzara en una campaña de conquista por el Pacífico Sur y las colonias británicas en la Península Malaya, ingleses, canadienses, australianos e indios tan sólo pudieron mantener a raya al enemigo para evitar que incluyera a la joya de la corona, la india, entre sus conquistas. Sin embargo, el lento pero imparable empuje de los Estados Unidos fue debilitando poco a poco a las tropas niponas, que para 1945 estaban a la defensiva y veían como todo lo ganado les era arrancado de las manos. En una de esas acciones ocurrieron los hechos supuestos objeto de este artículo.

COCODRILO MARINO

Crocodylus porosus.

 

La Isla de Ramree se encuentra pegada a las costas occidentales de Birmania (actual Myanmar), es más casi una península separada de tierra firme por canales que se mezclan con una ría que una isla per se. Sus poco más de 300 kilómetros cuadrados están cubiertos de manglares, pantanos y riachuelos que los monzones se encargan de mantener inundados y que, junto a las temperaturas tropicales, crean el hábitat perfecto para mosquitos, sanguijuelas y otras ramree islandalimañas. En enero de 1945, una fuerza conjunta formada por las Brigadas de Infantería India 71ª, 4ª y 36ª, así como de Royal Marines, desembarcó en varios puntos de Ramree, defendida por aproximadamente mil japoneses. Con un movimiento de pinza, los soldados aliados obligaron a los japoneses a abandonar su guarnición y adentrarse en los manglares, donde el 26 de enero quedaron rodeados. A partir de esa noche y durante las próximas semanas, los soldados imperiales hicieron numerosos llamados al enemigo para que se rindiese, pero el código de conducta nipón poco más que lo prohibía. Algunos de los testigos escuchaban disparos y los gritos de terror de los japoneses, sin entender en un principio las razones. Pero uno de ellos, el naturalista y Teniente de la Marina Real Canadiense que participó en la batalla, Bruce Stanley Wright, aseguró que los cocodrilos masacraron a buena parte de los aterrorizados japoneses. En su libro Semblanza de la Vida Salvaje Cercana y Lejana, dejó constancia de su testimonio:

“Aquella noche del 19 de febrero de 1945 fue la más terrible que ninguna tripulación de una lancha motora haya experimentado. Los disparos aislados de rifle en el oscuro pantano salpicados por los gritos de hombres heridos machacados en las fauces de reptiles gigantescos y el preocupante y confuso ruido de cocodrilos rotando sobre sí mismos producían una cacofonía infernal que raramente se ha duplicado sobre la Tierra. Al amanecer, los buitres llegaban para barrer lo que habían dejado los cocodrilos… De aproximadamente mil soldados japoneses que se adentraron en las ciénagas de Ramree, sólo veinte fueron encontrados vivos.”

La realidad es que aproximadamente 500 japoneses habían  logrado escapar el cerco, pero eso aún deja a otros tantos que supuestamente fueron masacrados por los cocodrilos. Nadie duda que algunos si llegaron a ser devorados, después de todo, el sitio ya era conocido entonces y sigue siendo considerado un santuario de uno de los animales más terribles, el cocodrilo de agua salada, que puede alcanzar los siete metros de longitud y casi mil kilos de peso. La disputa se centra en el número de víctimas, pero eso es algo que nunca se podrá comprobar, pues el terreno y la presencia de los depredadores hace casi imposible la búsqueda de evidencia. Para empeorar las cosas, tanto el gobierno británico como el japonés parecen haber corrido un velo de silencio sobre el evento. Los escépticos mencionan la dificultad de reunir a tantos cocodrilos, pero no sería la primera vez que 300 o 400 de estos feroces animales son observados en banquetes frenéticos. Además, sostienen que los japoneses estaban armados y que difícilmente se hubiesen ofrecido voluntarios al menú de los sauros, pero no tienen en cuenta que las bestias en cuestión también contaban con poderosas armas y que actuaban en su terreno, pantanoso para más inri. Al menos dos instituciones de importancia dan credibilidad a los hechos narrados por Wright y otros testigos, la Burma Star Association, organización que reúne a los veteranos de la campaña en Birmania, y el Libro Guinness de los Récords, que reconoce la matanza como “El Mayor Número de Muertes por Ataque de Cocodrilo”.

Sin importar el número exacto de víctimas, muchas de las cuales pudieron haber caído a causa de arañas, mosquitos o escorpiones venenosos, el incidente bien puede clasificarse como una gran tragedia. Probablemente nunca se conozca toda la verdad, pero aún si fueron apenas unas decenas de japoneses los que terminaron en los estómagos de los cocodrilos, he considerado que esta es una historia digna de contar. Por los comentarios conoceré vuestra opinión.

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11 thoughts on “Cuando los cocodrilos se aliaron con los ingleses.

  1. Hola Jesús,
    te has propuesto que no duerma en toda la semana. Si en la anterior entrada ya tuve pesadillas con el Súper-Croc, esta noche no pegaré ojo. ¡Ja, ja, ja! Lo cierto es que la primera foto del Crocodylus porosus es aterradora. No sé si será muy «porosus» pero es que cabe… ¡toda la tribu!. Magnífico relato, una historia desconocida, una historia digna de contar sin lugar a duda.
    Un abrazo y me voy a tomar una pastillita que me ayude a conciliar el sueño. 😉

    • Buenos días doctor,
      espero hayas dormido bien y los sauros no se hayan pasado por tus sueños. Si alguien tiene remedios para dormir no es otro que un galeno…:P
      Una historia tenebrosa donde las haya, sin importar el grado de realidad o ficción. Yo creo que seguro algo pasó, y con eso me quedo, hayan sido 20 o 100 las víctimas.
      La foto del Crocodylus porosusu me la encontré por casualidad y no tiene nada que ver con lo que sucedió en Ramree, pero creo que ilustra muy bien el tamaño de estos monstruos. Eso sí, creo que ni muerto (el cocodrilo) me le acercaría…
      Feliz día y fin de semana Francisco.
      Un abrazo.

    • Oooops, sorry Dess, ni idea tenía de que habías publicado algo sobre el mismo tema…me consuela saber que seguro no te he superado…:P
      Tienes mucha razón, un pedazo de historia, sea cierta o algo exagerada, pero como bien dices, son las mejores. Al menos espero que sirva para que los lectores se animes a buscar información y saquen sus propias conclusiones.
      Por cierto, me has superado en el título, a mí jamás se me hubiese ocurrido algo tan certero…
      Un saludo Señor!

      • En realidad iba a poner, como siempre que coincidimos en tratar algún tema, que hablé en su día del asunto, pero como sé que me ibas a pedir el enlace me adelanté. 🙂

        Como siempre dando por supuesto que hay buen rollo, el día que moleste pues dejo de hacerlo.

        Abrazos.

        • Hey man! por supuesto que tu aportación es bienvenida! Has hecho bien en adelantarte. Si fuera de otro probablemente echaría pestes, pero recuerda que tú eres colaborador de este blog…;)
          No dudes en volverlo a hacer cuando lo creas adecuado…
          Un abrazo!

  2. Habiendo visto esos animalejos en varios sitios de nuestro planeta, no me extrañaría que algo de verdad hubiese en esa lúgubre historia.
    Abrazo de día nublado…

    • Hola Rosa,
      me consta que los has visto, y tocado…y desgraciadamente, muchas personas tienen encuentros no muy amigables con estas criaturas. No es que ellos tengan la culpa, pues somos más bien nosotros quienes invadimos sus habitats, pero siento lástima por aquellos soldados, creo que merecían un final mejor.
      Muchas gracias por comentar.
      Un besito civilizado.

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