Visitando germanos
En estos días de fiestas navideñas tuve la oportunidad de volver a tierras alemanas, uno de los varios países donde me siento en casa. Aprovechando un claro entre las celebraciones familiares, algo que ya tenía planeado, me escapé durante un día para visitar el Parque Arqueológico de Xanten, en el Estado Federal de Nord Rhein Westfalen, que acoge las ruinas de Colonia Ulpina Traiana, una de las tres principales poblaciones establecidas por los romanos en territorios germanos hace más de dos mil años.
En las próximas tres entradas, escribiré sobre temas relacionados con esta ciudad. Primero, en el artículo de hoy, y como su nombre lo dice, sobre la necesidad de proteger las fronteras del imperio, especialmente de los ataques de los bárbaros; en el segundo artículo estudiaremos más a fondo la historia de la Colonia y sus estructuras y en el tercero os describiré las ruinas que aún podemos visitar en el parque arqueológico y su correspondiente museo, que sobra decir, son ampliamente recomendables.
Expansión
Si revisamos las correrías de Julio César a mediados del siglo I a. de C., recordaremos que el ambicioso general expandió el territorio de la entonces todavía aunque moribunda República hasta abarcar casi todo lo que ahora llamamos Francia y partes de Bélgica. Roma crecía, y lo hacían igualmente sus fronteras, pero esta vez los nuevos territorios ya no estaban protegidos por los Alpes o los Pirineos, ni por la seguridad de los mares. No, esta vez los vecinos eran más incómodos, y más peligrosos, y era necesario protegerse de ellos.
En el año 55 a. de C. el mismo Julio César había cruzado el Rin en una ocasión para enfrentarse a las tribus en la otra ribera, aunque estas prefirieron no enfrentársele directamente. Aún así, César derrotó al líder germano Ariovisto, que se había adentrado en la Galia cruzando el Rin, y para mostrar su fuerza, mandó construir un puente de 400 metros en 10 días, cruzó el río y, como no encontró más enemigos, aprovechó para aliarse con los ubianos y otros puebls germanos, aunque cabe decir que no todas lo hicieron voluntariamente.
En cualquier caso, y en aquel entonces, no toda la Galia había sido pacificada y el Imperator prefirió consolidar sus ganancias antes de emprender nuevas aventuras contra los germanos.
En el 38 a. de C., el General Agripa fundó un nuevo pueblo en la ribera oeste del Rin para proteger la Galia Romana de las incursiones germanas, y mudó ahí a los ubianos. Colonia Agrippinensis fue la primera de las varias poblaciones fundadas por Roma en la zona, y es la actual ciudad de Colonia.
No es país para pacíficos
La paz duró un par de décadas hasta el año 16 a. de C., cuando las tribus germánicas de los sicambrios, los usipianos y los tenterianos atacaron la Galia Romana, derrotaron al gobernador y se llevaron un buen botín. Al Emperador Augusto no le molestó tanto el perder algo de dinero, pero sí le preocupó la seguridad futura de una de sus provincias más rentables y decidió que era hora de hacer algo al respecto, esto es, conquistar a los germanos de una vez por todas.
La estrategia pasaba por atacarla desde tres bandos, desde el Río Danubio por el sur, desde el Rin por el oeste, y desde el Mar del Norte con la Classis, la flota naval romana. Para ello, antes había que romanizar las tierras enclavadas entre los Alpes y el Lago Constanza, tarea a la que se dedicaron los generales Druso y Tiberio, sin mucha dificultad. Para el 15 a. de C., tanto Noricum como Rethia, en la actual Suiza, eran provincias romanas.
La primera fase de la guerra empezó dos años después, habiendo puesto Augusto seis legiones bajo el mando de Druso y construido hasta 50 fortificaciones al lado del Rin, incluidas las que más tarde se constituyeron en las actuales ciudades de Bonn y Mainz, y más importante para nosotros, la que ocupará la entrada de mañana: Castra Vetera.
Continúa: Como mantener a raya a los germanos II
Hola Jesús,
trilogía interesante. ¡Qué envidia de viaje!
Un abrazo
Realmente fue una experiencia inolvidable Francisco, y una que te recomiendo si algún día te paseas por esos lares. Espero los próximos artículos te ayuden a conocer mejor la antigua Colonia Ulpia Trajana, y el yacimiento arqueológico de Xanten.
Muchs gracias por comentar. Un cordial saludo.
El pueblo germano siempre ha sido dificil de dominar, fornidos y luchadores. Me encanta la Historia y aunque conoizco algo de todo esto, es estupendo de recordarlo. He estado por varias partes de esa región, Düsseldorf, Colonia..Coblenza..Trier, muy interesante, pero es para mi una lástima que se me escapara esa parte de Xanten…Aquisgrán…hay lugares tan hermosos en toda su geografía…Volveré a leer todo y espero el de mañana.
Abrazos,
Hola Rosa,
los alemanes antiguos, como los modernos, son un pueblo muy luchador, como bien dices, y no sólo en la guerra, pues ya los ves en el fútbol cómo se las gastan…;)
Por cierto, yo voy mucho por ahí, pues mi hermana vive en Colonia, a ver si algún día coincidimos y nos paseamos juntos por esas bellas ciudades…yo invito las cervezas…
Muchas gracias por tu comentario, siempre me alegran el día.
Un besín.
Que buen tema Barcala, nos tenés como en una novela mexicana. Esperando el proximo capitulo.un abrazo
Hola Christian,
espero no extenderme tanto como una telenovela :P, lo cierto es que hay mucho que contar, pero como suelo hacer, publico lo que considero lo más importante, de una manera general, pero con la esperanza de picar la curiosidad de los lectores y de que ellos expandan sus conocimientos de otras fuentes.
Ya están publicadas las tres entradas, espero te gusten.
Muchas gracias por comentar. Un abrazo.
Julio César nunca fue Imperator, como dices. Fue un cónsul de la República romana autoproclamado «dictator».
Estimada Isabel,
el título de Imperator durante la República se otorgaba a los generales después de ganar una batalla, y no tenía la connotación política de monarca. Julio César lo recibió, si no me equivoco, en el año 60 a.de C., después de vencer a los lusitanos en las cercanías de Emérita Augusta. Sólo después de César Augusto, quien nunca utilizó el término Imperator, sino el de Princeps, la palabra llegó a significar al Emperador, tal y como ahora lo conocemos.
Muchas gracias por comentar. Un cordial saludo.
Muy interesante la entrada, y sobre todo fascicular estos episodios debido a la prolijidad en los detalles diplomáticos, políticos y bélicos de la época. Efectivamente, la rentabilidad de la Galia Romana resultaba indiscutible, además de la necesidad de controlar las fronteras del norte, más endebles por no contar con ayuda geográfica. Y lo que queda por contar…
http://casaquerida.com/2015/01/07/los-padres-no-son-los-reyes/
Hola Tinejo,
muchas gracias por tu amable comentario y por tu aportación. Ahora mismo me leo tu artículo, que sin duda expandirá mis limitados conocimientos.
Un abrazo y gracias nuevamente.
Gracias a tí por acompañarnos. Seguiremos visitándote con asiduidad.
Abrazos.
Un placer Tinejo, un abrazo!
El plan original de Cayo Julio César era pacificar toda germania y la estepa hasta el mar muerto para aparecer tras Persia. Pero lo mataron antes de cumplir un ambicioso plan que habría cambiado el destino del incipiente imperio, probablemente retrasando (o impidiendo) su caída.
Hola Daniel,
muchas veces he intentado imaginar qué hubiese sido de Roma si César hubiese sobrevivido. Para bien o para mal, creo que el mundo sería diferente.
Muchas gracias por tu comentario, un cordial saludo.
Ojalá Julio Cesar o Trajano hubieran culminado sus planes (aunque seguramente yo o ninguno de los que aquí escribimos estaríamos), en mi opinión la cristianización del imperio y su caída a manos de las tribus germanas hizo retroceder al mundo occidental siglos.