Segunda Parte: Las luces.
Mucho se ha hablado sobre el hecho de que tanto los Estados Unidos como la Unión Soviética se hicieron con los servicios de decenas, sino cientos, de científicos alemanes al final de la Segunda Guerra Mundial, y no es para menos. Dos razones se han expuesto para defender dichas acciones: 1) Evitar que ayudaran a reconstruir la industria armamentística alemana y, 2) prepararse para el inevitable conflicto entre las dos potencias. Con razón o sin ella, éticamente o no, ambas naciones se procuraron las mejores mentes para trabajar en sus respectivos programas armamentísticos, que poco después se transformarían en una carrera por conquistar y dominar el espacio exterior.
Wernher von Braun y sus ayudantes comenzaron a llegar en grupos a los Estados Unidos en otoño de 1945, y fueron repartidos por diversas bases militares, pero pueblo norteamericano no fue informado hasta el 1 de octubre, después de que la Secretaría de Estado se hubiese encargado de limpiar descaradamente sus pasados como colaboradores del Tercer Reich. Finalmente todos fueron agrupados en Fort Bliss, una gran base del Ejército de los Estados Unidos pocos kilómetros al norte de El Paso, Texas. Ahora bien, los hombres continuaban en calidad de detenidos, y durante los primeros cinco años no gozaron de libertad de tránsito, ni se les permitió confraternizar con la población civil. Los prisioneros se quejaban constantemente de las pobres condiciones en las que vivían, y tampoco se les permitió continuar trabajando en el desarrollo de cohetes. Su tarea durante su estancia en Fort Bliss consistió en revelar todos sus secretos y en formar al personal norteamericano que ya estaba trabajando por su cuenta en misiles balísticos. Pero las necesidades de la guerra fría obligaron al gobierno a darles más libertad y a utilizarles en el trabajo para el que habían sido “invitados”.
En 1950, poco después de iniciarse la Guerra de Corea, von Braun y su equipo fueron transferidos a Huntsville, Alabama, directamente para trabajar en la construcción de cohetes para el ejército. Ahí, von Braun desarrolló el cohete Redstone, una modificación de su V2, y el primer misil balístico en llevar una ojiva nuclear. No obstante, en esos días, ni el gobierno ni el ejército de Estados Unidos estaban pensando en viajes espaciales. Fue von Braun quien tomó la iniciativa, publicando en 1952 un artículo magníficamente ilustrado en la revista Colliers, donde escribió: “los viajes interestelares no son el dominio exclusivo de las revistas y películas de ciencia ficción, pueden ser una realidad si nos ponemos a ello”. Luego, el 4 de octubre de 1957, la Unión Soviética puso en órbita una pequeña esfera de metal con un transmisor de radio dentro, el primer satélite artificial de la historia.
Sputnik fue un mazazo a la opinión pública norteamericana, que no entendía como un país considerado atrasado como la URSS había conseguido lanzar el primer satélite al espacio. Al final, la presión popular tras Sputnik obligó a la administración Eisenhower a cambiar de opinión y, el 29 de julio de 1958, el general convertido en político estableció por ley la creación de la Administración Nacional Aeronáutica y del Espacio, NASA por sus siglas en inglés. El equipo alemán al completo fue transferido a la nueva institución civil. Por primera vez desde su juventud, von Braun dejaría de construir armas para dedicarse a sus sueños de explorar el espacio. Era el inicio de la carrera espacial.
El cohete Vanguard de la marina, nacido de un proyecto 100% estadounidense, fue el elegido para lanzar el primer satélite norteamericano al espacio, pero falló estrepitosamente. Von Braun y el ejército esperaban tras bambalinas con su Redstone, y ambos tuvieron éxito. A partir de ahí el alemán sería el líder del desarrollo de la gran mayoría de los vehículos lanzados al espacio, y pronto inició el desarrollo del Saturno V que utilizarían las misiones Apolo, pero durante algunos años más, los Estados Unidos siguieron por detrás en la carrera espacial.
El 12 de abril de 1961, Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en salir del reino de la atmósfera terrestre; un mes después, Alan Shepard daría la réplica norteamericana, también en un cohete Redstone. Hasta entonces la iniciativa había estado en manos de los soviéticos. No obstante, un John F. Kennedy recién llegado a la Casa Blanca, quería devolver el liderazgo a su patria, y envió una carta a diez selectos asesores en ciencia espacial, uno de ellos von Braun, preguntando qué podían hacer los Estados Unidos para ganar la carrera espacial. La respuesta del alemán no se hizo esperar: los rusos nos han ganado la órbita de la Tierra, pero podemos ganarles llegando a la Luna. Poco después Kennedy pronunciaría su famoso discurso prometiendo poner un hombre en la superficie de la Luna, y traerlo a casa sano y salvo, antes de que terminara la década.
Como fue, la predicción de Kennedy se mostró cierta, y von Braun fue indispensable para su éxito. ¿Quién diría que un grupo de científicos que habrían trabajado para los nazis terminarían ayudando a los Estados Unidos a ganar la carrera espacial? Pocos. Pero si hubo muchos que, una vez conocida por el público la realidad de su pasado, protestara. La prensa norteamericana comenzó a indagar y a sacar a la luz las verdaderas historias de los entonces héroes, e incluso uno de los colaboradores más cercanos de von Braun terminó siendo expulsado de los Estados Unidos debido a su pasado nazi. Pero a su jefe se le perdonaron todas sus faltas.
Es prácticamente imposible conocer los verdaderos sentimientos de von Braun y sus colaboradores respecto a su pasado nazi. Él mismo insistió durante su segunda etapa que su único interés era construir cohetes para ir al espacio, pero que su inmadurez le había hecho cometer el error de trabajar para Hitler y sus secuaces, y sólo él sabrá la verdad que terminó llevándose a la tumba. Wernher von Braun murió de cáncer pancreático el 16 de junio de 1977. En su lápida puede leerse el Salmo 19.1: Los Cielos declaran la Gloria de Dios, y el Firmamento muestra su Obra. Para algunos, un ambicioso científico que hizo a un lado sus escrúpulos para avanzar su carrera profesional y que sirvió al demonio; para otros, una figura inspiradora, un líder que supo canalizar los enormes recursos materiales y humanos a su disposición para alcanzar las metas más altas, más lejanas. Para un servidor, ambos.
«Para un servidor, ambos.» Sí, porque en la vida real no hay blanco y negro puros, sino infinitos matices.
Totalmente de acuerdo Elena,
Wernher von Braun tuvo sus luces y sus sombras, y no podemos olvidar ninguna de sus etapas al hacer balance de su vida. Cada uno que tome sus propias conclusiones.
Muchas gracias por comentar.
Un cordial saludo.
Meneado! Oye, creo que el widget del Meneame lo tienes mal puesto, me sale siempre una página para logear, te paso el link con la info:
http://communityanalisis.com/agrega-los-botones-de-compartir-de-meneame-bitacoras-divobloogger-en-tu-blog/
Un saludo!
Hola Toni,
muchas gracias por subirlo a MNM, de verdad que es un gran vehículo para conseguir más lectores. Sinceramente soy un poco torpe con las cuestiones tecnológicas, pero voy a indagar en el enlace que amablemente compartes para arreglar el problema. Muchas gracias por llamarme la atención al respecto y, nuevamente, por subirlo…;)
Un abrazo.
De nada Jesús, no te creas que sea yo muy ducho, uno aprende a base de tortas. Un saludo.
Hola nuevamente, y estoy en ello, pero no me aparece en mi menú la opción de «jetpack»…sabes por qué?
Debe ser que explican es una versión más antigua del wordpress. Ves al escritorio, menú configuración, submenú compartir. Donde tienes los botones hay un link que es añadir servicio. Clickea y rellena con la info que te sale en el artículo que te envié. Dime si te funciona bien.
Bueno, ya está, creo que ahora funciona. Muchas gracias Toni!
Hola Jesús,
¿el fin justifica los medios? ¿Se hizo bien en perdonar su pasado nazi a cambio de sus servicios? Puede que en el caso concreto de von Braun la respuesta a la pregunta se pueda decantar hacia el sí pero tampoco sería justo para todas aquellas víctimas del nazismo. Una vez más me acercas un período de la Historia del que desconozco muchísimas cosas. Un gusto leerte, seguirte y admirarte.
Abrazos
Que increible que es la historia. Jamás se imaginó que terminaria haciendo lo que queria, que eran los viajes espaciales con el enemigo.
muy bueno. Un fuerte abrazo barcala.
Ya se sabe, en la política como en la guerra TODO sirve (aquí el amor no tiene plaza). Lo repetido hasta la saciedad, en mi mente no comprendo como unos cuantos poderosos hacen lo que les da la gana, como construir armamento, ganar dinero con ello y siguen víctimas y más victimas como ha sucedido y está sucediento en Paris y Bélgica.
La Historia tiene datos muy importantes y buenos resultados, pero otros están bañados de sangre.
Abrazos,
Hola Rosa,
ya sabes que comparto tu opinión respecto a las guerras, conflictos inútiles por culpa de unos cuantos dirigentes, aunque es el pueblo el que sufre.
Personalmente, siento una atracción científica hacia la figura de von Braun, pero su pasado nazi empaña sus éxitos posteriores y le impide entrar a mi panteón de personajes ilustres. Allá él y su conciencia, pero me gustaría que su ejemplo sirva a científicos futuros como advertencia qde lo que puede suceder cuando se ponen al servicio del demonio.
Mil gracias por comentar. Un besín.
Es un caso difícil de juzgar. Él fue un hombre de su tiempo. Su únoca ambición era conquistar el espacio y er volar sus cohetes. Los americano, no porque no tuvieran campos de concentración ni persiguieran judíos eran mejores personas. Como siempre, persiguieron sus intereses y se trajeron al mejor. Hoy día la herencia está en su arsenal nuclear. Si Richard Brandson contratara a WVB hoy día sería lo mismo para él… Seguiría empeñado en ver volar sus cohetes y mandando al diablo la política. Buena entrada!!
Hola Mantenlo Simple,
estoy de acuerdo contigo. Sólo von Braun sabe qué tanto se sintió atraído por los nazis y qué tanto fue pura ambición profesional. Como le sucedió a muchas otras personas, era muy difícil resistirse al poder totalitario del Tercer Reich, a menos que quisieses abandonar tu patria, y eso si hubieses podido. La historia ya le ha juzgado, y el veredicto es mixto,
Muchas gracias por comentar.
Un cordial saludo.
Un hombre sumamente ambicioso, que logró sus sueños.
Mixto como tú bien dices.
Muy interesante tu artículo.
Un fuerte abrazo.
Hasta pronto.
Hola Stella,
efectivamente, von Braun alcanzó sus sueños, aunque para ello hubiese tenido que sacrificar sus valores morales, asumiendo que los tenía. Por ello me quedo con sentimientos encontrados: logró mucho, pero a un alto precio.
Muchas gracias por comentar.
Un besín.