Solemos decir que las dos únicas cosas seguras en la vida son los impuestos y la muerte, y no voy a ser yo quien lo niegue. Pero si alguien me pregunta, la muerte puede ser algo menos doloroso, pues si nos llega después de una larga vida, al menos podemos pensar en el descanso eterno, el final de una etapa, o el comienzo de otra. Lo peor de los impuestos, sin embargo, es que en la mayoría de los casos no terminan con nosotros; no, nos dejan lo suficientemente vivos para que el respectivo estado pueda seguir exprimiéndonos, para que unos cuantos sigan viviendo del cuento. Casualmente, en el artículo anterior ya hablaba del masoquismo humano, de cómo parecemos disfrutar del sufrimiento, del maltrato, y creo que los impuestos son otro buen ejemplo de ello, pues aunque seguramente mienten, todavía hay gente que dice pagarlos con gusto. En todo caso, la entrada de hoy no pretende ser una lección ética ni una diatriba en contra del robo legalizado del estado (bueno, casi), sino un simple recordatorio de algunos de los impuestos más llamativos y célebres de la historia, una colección de barbaridades políticas que nos enseñan, una vez más, que no hemos cambiado mucho a lo largo de los milenios.
Obligaciones entre ríos.
Prácticamente cualquier propiedad o servicio en Mesopotamia estaba gravado con un tributo. Ya que no existía la moneda, los mesopotámios debían pagar al estado buena parte de sus ganancias en especie, una vaca, una oveja, o un porcentaje de sus cosechas. Además, el jefe de cada familia debía “colaborar” con su mano de obra en trabajos para el estado, con suerte, recoger una cosecha, con menos fortuna yendo a la guerra, esta última una tradición heredada a muchas de las civilizaciones futuras.
Fritanga faraónica.
En el Antiguo Egipto, al menos durante un tiempo, el pueblo estaba obligado a comprar el aceite de cocinar directamente del monopolio estatal, y el precio, obviamente, incluía el impuesto. Además, estaba prohibido reusar el aceite.
El Dinero no Apesta.
Con esta frase el emperador Vespasiano de Roma defendía su peaje sobre la orina, que debían pagar aquellos que la recolectaban para usarla como detergente en las lavanderías.
Cuando un esclavo era liberado por su dueño, el esclavo debía pagar un impuesto sobre su libertad.
¿Así como me lavo?
Durante la Edad Media, algunos gobiernos europeos establecieron un impuesto sobre el jabón, considerado un artículo de lujo. En Gran Bretaña, dicho gravamen no fue eliminado hasta 1835. A finales del Siglo XVII, Inglaterra instituyó un impuesto sobre las ventanas, lo que obligó a los constructores a eliminarlas para ahorrar dinero a sus dueños. En Amsterdam, el impuesto de la propiedad se basaba en el ancho de la fachada de una casa, y es por ello que buena parte de los edificios en esa ciudad son altos y estrechos.
Donde más duele.
También en las Islas Británicas, un impuesto gravaba las chimeneas, por lo que la gente solía cubrirlas con muros falsos de ladrillo. También existía una tasa sobre los ladrillos, que nuevamente empujó a los constructores a buscar una manera de ahorrar dinero, esta vez fabricando ladrillos más grandes.
¡Aféitate!
En 1805, el Zar ruso Pedro el Grande se sacó de la manga un impuesto por barba, literalmente. Su intención en este caso no era tanto la recaudación (siempre dicen eso), sino forzar a los miembros de la corte a lucir una cara limpia y afeitada, más “europea”.
No chinos.
Canadá creó en 1885 un impuesto sobre la cabeza de cada inmigrante de origen chino, con la intención de limitar su entrada en el territorio. Dicho impuesto fue reemplazado en 1923 por una ley que simplemente prohibía su entrada en Canadá, con contadas excepciones.
Impuesto para sosos.
La Francia pre-revolucionaria tenía un impuesto sobre la sal llamado la Gabelle, que algunos atribuyen como una de las razones de la revolución en 1789. Otra tasa sobre la sal, esta vez en el Imperio Británico, dio pauta a la rebelión iniciada por Mahatma Gandhi.
Aunque no la uses.
El Reino Unido, al igual que otros países, cobra un impuesto especial por cada televisor, con el cual financia la Televisión Pública. Lo raro es que los ciegos también pagan dicho impuesto, aunque con un descuento del 50%.
Gravar el Sol.
Recientemente, el Estado Español ha creado un impuesto sobre la energía producida por paneles fotovoltaicos caseros. En Turkmenistán, el simple hecho de tomar el sol conlleva un canon, aunque no sé cómo lo pueden medir.
Seguramente mis lectores conocerán muchos más tipos de impuestos ridículos, como si no lo fueran todos. El hecho es que, desgraciadamente, los impuestos son parte de nuestra civilización, y llevan muchos siglos con nosotros. Por supuesto, el deporte de la evasión fiscal es directamente proporcional a la carga impositiva de un estado, y creo que bien podía añadirse a la frase de Benjamín Franklin: lo único seguro en esta vida es la muerte y los impuestos…y la evasión fiscal.
Hola Jesús,
¡ja, ja, ja! Increíbles, curiosos y escandalosos algunos de ellos. Incluso en en el siglo XXI podemos encontrar algunos desconcertantes como el que tienen previsto instaurar en Dinamarca e Irlanda a las flatulencias de las vacas ya que el 18% de los gases del efecto invernadero provienen del ganado doméstico. Y en Japón, que están valorando la propuesta del economista Takuro Morinaga al sugerir que los hombres más guapos y solteros paguen el doble de impuestos que los que no lo son tanto, pues se sabe que los “agraciados” tienen menos hijos. Espero que finalmente no acaben por instaurarse…
Un abrazo
Hola Francisco,
creo que los políticos son muy buenos a la hora de imaginar nuevos impuestos. Me llama muchísimo la atención el que mencionas sobre las vacas, que muy posiblemente reduzca el número de cabezas en ese país, y que sólo encarecerá más el nivel de vida. Y no sé que pensar sobre el de Japón, me cuidaré de no ir, no vaya a ser que me quieran cobrar una tasa antiguapura… 😛
Muchas gracias doctor por tu amable comentario. Un abrazo.
Siempre un placer leer tus artículos.
Que carcajada!!!! será posible? Ni idea Francisco…
En Puebla quieren aprobar con 12 años de cárcel a quienes pinten grafiti. Otro asunto curioso es que si deseas que pavimenten tu calle, tú tienes que pagar los postes de luz de la comisión federal primero, luego hacer tus guarniciones y banquetas y debes reunir a tus vecinos para que no construyan en la banqueta o en la calle, si no, el gobierno no pavimenta. 1) Si ya pagamos impuestos, ellos deben dotar de servicios, 2) ellos son responsables de que los vecinos no invadan las banquetas, 3) ellos deben cubrir el gasto de los postes de luz (el negocio es suyo), 4) ellos deben poner las guarniciones porque están en el área que donamos de terreno para la calle, por tanto es zona pública. Concluyo: son ratas.
Hola Jose,
ya conoces a los gobiernos, lo de menos son las excusas, lo importante es el hacerse con más propiedad de los trabajadores. En México y en China, el estado busca una razón de ser, y por ello se inventan prestaciones y servicios que en la mayoría de los casos la gente bien se podría pagar si el mismo estado no les robara su dinero. Pero imagínate si no hubiese impuestos! muy probablemente tampoco habría estado, y eso algunos no lo pueden permitir.
Muchas gracias por comentar. Un abrazo.
¿Porque los politicos no pagan los mismos impuestos que los demas ciudadanos.? Sera porque son mas guapos,o mas feos,o mas sinvergüenzas.
Hola amigo,
me quedo con la última opción, son más sinvergüenzas…ellos no pagan porque son seres privilegiados, para eso estamos nosotros, para mantenerlos, que es el único objeto de los impuestos.
Muchas gracias por comentar.
Pues sí, aunque haya personas que no crean que los impuestos existieran desde la antigüedad, no es cierto, siempre han existido asi como la picardía de «mangarse» alguna cantidad en beneficio propio. Eso ha sido así, lo es y lo será. Lo vergonzoso es que pagamos impuestos y realmente no se aplican a lo que realmente es necesario… o mucho sinvergüenza que esquiva a pagar a hacienda miles de € por no decir millones… A mi no me molestaría pagar si realmente se aplicara para TODAS las personas y se emplearan justamente.
Hola Rosa,
no tengo evidencia fehaciente, pero sospecho que los impuestos son tan antiguos como la misma civilización, Creo que es naturaleza humana que unos intenten aprovecharse del trabajo de otros, y en mi opinión, de eso se tratan los impuestos, lo que pasa es que ahora los disfrazan de «medidas sociales» y «prestaciones», pero a poca gente se le ocurre pensar que probablemente esas prestaciones no serían necesarias si el gobierno no confiscara buena parte de nuestros salarios.
En fin, creo que mi diatriba no servirá de mucho. Los impuestos han estado y creo que estarán siempre con nosotros.
Muchas gracias por comentar.
Un besito libre de impuestos.
Reblogueó esto en Divagaciones ¿irreales?y comentado:
Desde que el hombre existe, los impuestos existen y algunos siempre estan pensando en aumentarlos y sacar nuevos.
Como si me hubieras leído la mente. Hace tiempo que estaba dándole vueltas a hacer un post así. Enorme el artículo.
Un apunte. En toda (o mucha parte de) Holanda, aparte del tamaño de fachada, también existía el impuesto sobre las ventanas. De hecho el tener las ventanas grandes era un símbolo de ostentación. Los artesanos y comerciantes más pudientes se hacían construir las casas así, y por eso los barrios centrales de muchas ciudades (como Dordretch o la propia Amsterdam) tienen esas fachadas con esos ventanales enormes. Curiosamente, ese impuesto, hasta donde yo sé, también existía en Baleares, pero no consigo encontrar un link donde lo clarifíque.
En cualquier caso, muchas gracias por el post. Muy instructivo como siempre =)
Hola Fernando,
no sé si en Baleares también había un impuesto sobre las ventanas, pero sí en la Inglaterra del siglo XVII y, como bien dices, en Amsterdam. Los gobiernos siempre buscan nuevas maneras de confiscar la propiedad de los ciudadanos, y estos siempre buscan maneras de protegerla, con efectos a veces «simpáticos»…
Muchas gracias por tu aportación y tu amable comentario.
Un cordial saludo.,
Me parece desacertado el alegato que realiza contra los impuestos basándose en cómo sociedades que no tienen nada que ver con las actuales imponían cargas fiscales a los individuos que las componían, ¿no cree?. Además, si muchos impuestos historicamente han sido desproporcionados no debemos obviar que nadie esta dispuesto a dar sin recibir continuadamente; debe existir un «beneficio» en el trasfondo, al menos culturalmente entendido como tal, ya sea económico, social e incluso religioso para el contribuyente.
Estimado Carlos,
los impuestos de la antigüedad, como los de ahora, sólo son una manera de robar parte de su propiedad a una parte del público para dársela a otra. Los que están a favor de los impuestos, es porque quieren disfrutar del dinero de otros. No hay de otra.
Muchas gracias y un saludo.
En Perugia el pan no lleva sal porque el papa les puso un impuesto abusivo sobre la sal: http://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_la_Sal_%281540%29
Hola G2,
es lo que tienen los impuestos, que empobrecen a la población…
Un cordial saludo.
Sobre la tele: En Alemania antes se pagaba un impuesto en funcion de si se tenia television, radio, internet… para pagar la television y radio publicas. El hecho de tener un portatil o movil con «posibilidad de conectarse a internet» (aunque no lo tuviera contratado) era motivo para pagar el impuesto.
Todo el mundo decia que no tenia tele, ordenador ni telefono con acceso a internet. Lo curioso es que muchos tenian contratado internet en casa.
Solucion: gravar a TODAS las viviendas, independientemente de que tengan o no algo en casa.
Hola FJavier,
yo viví hace un par de décadas en Alemania, y me resistí a pagar el famoso impuesto porque jamás veía la tele alemana. Eso sí, muchos de mis amigos me reclamaban…el Síndrome de Estocolomo le llamamos… 😉
Muchas gracias por comentar. Un saludo.
En Irlanda, existe el mismo impuesto sobre la tele, aunque ahora lo quiere ampliar a broadcasting. Si no lo pagás, viene un inspector a tu casa a chequear que no tengas tele.
Objeto de eterno debate el de los impuestos. Pero comento para hacer notar una errata en el texto. No existe ningún país llamado Turmequistán, seguramente te refieras a la disparatada dictadura de Turkmenistán, la tierra de los turcomanos, cuyo presidente vitalicio tiene estatuas de oro de su imagen por todas partes y oscurece su pelo en los billetes para que los años no pasen por él, al menos sobre el papel (perdón por el chiste malo). Saludos y a seguir así, gran blog.
Hola Ainur, no sé por qué se me pasó el error, pero ya lo he corregido. Muchas gracias por hacérmelo notar. Y por cierto, tiene razón en que la dictadura de Turkmenistán es una de las más estrafalarias de las que aún sobreviven en la antigua Unión Soviética. A ver para cuándo se acaba.
Un cordial saludo.
Hola Jesus,
En Alemania, también tenemos la tasa sobre la sal. Era tan básico ante la invención del congelador y de las latas y nunca podemos dejarla. Me encanta siempre nuestra tasa sobre la cava: una invención del imperador Wilhelm para financiar a las naves de su ejército. Siempre la vamos a pagar, incluso por la sidra, cuando utiliza el mismo corcho. Esta fantasía no conoce límites: aquí puedo comprar un asno con 7% de IVA y un caballo con 19%.
Gruß aus Göttingen
Robert