Puedes escuchar el episodio aquí sin salir de la página:
Todos hemos oído alguna vez hablar del súper-continente Pangea (del griego “toda la Tierra”), la estructura geológica que reunía a toda la superficie terrestre emergida sobre los mares cuya ruptura dio lugar a la actual configuración continental. Ya fuese en la escuela o en la universidad, aprendimos que las placas tectónicas sobre las que vivimos se mueven empujadas por fenómenos geológicos subterráneos. Dichos fenómenos empujan las grandes masas continentales ya sea para unirlas o para separarlas.
Se calcula que cada ciclo de construcción o ruptura de un súper-continente dura unos 500 millones de años. Siendo la edad de nuestro planeta 4.300 millones de años, queda claro que Pangea no fue la única súper-estructura, sólo la más famosa. Ahora bien, aunque los expertos no están totalmente de acuerdo con el tamaño, configuración y duración de los ancestros de Pangea, de lo que no hay duda es que existieron, y tienen nombres.
No sólo existió Pangea
En otro artículo ya hemos hablado del por qué y el cómo las placas tectónicas se mueven, y de Alfred Wegner, el primero en sugerirla existencia del movimiento. Así, me salto mayores explicaciones y voy directo al grano. Creemos que después del nacimiento de nuestro planeta, pasaron varios cientos de miles de años hasta que la litósfera (“esfera de piedra”, la corteza terrestre) se enfrió lo suficiente. Y nacieron los océanos, dejando trozos de tierra emergida. De esos trozos nació Vaalbara (o Vaalhala) hace unos 3.100 millones de años.
Qué forma tenía es casi imposible de confirmar debido a su antigüedad, pero se cree que al menos dos cratones (trozos de litósfera que han permanecido homogéneas desde entonces), el de Kaapval en Sudáfrica y el de Pilbara en la esquina noreste de Australia, formaron parte de Vaalbara. Por ello las cuatro últimas letras de esos cratones forman el nombre del súper-continente. Vaalbara se rompió hace aproximadamente 2.800 millones de años.
De Kenorland a Pangea
Según algunos geólogos, 100 millones de años después se formó Kenorland. No hay consenso sobre su existencia, y menos sobre el nombre. Su ruptura hace aproximadamente 2.500 millones de años, resulto en los proto-continentes de Laurentia, Báltica, Australia y Kalahari, cuya aparición es más aceptada. A Kenorland le sucedió Columbia, nacido hace aproximadamente 1.800 millones de años. Roto entre 300 y 500 millones de años después. Se cree que Columbia incluía ya casi todos los bloques continentales actuales, pero con una configuración diferente, obviamente.
La existencia de Rodinia (del ruso “Patria”) es comúnmente aceptada en la actualidad, a pesar de que no fue sugerida hasta los años 70 del siglo pasado. Su cercanía en el tiempo y el hecho de que sus cratones son más fáciles de distinguir, le confieren una evidencia científica más certera, lo cual no evita debates sobre los detalles.
Rodinia nació hace aproximadamente 1.100 millones de años, y podría ser un súper-continente más. Pero se cree que su ruptura, hace 750 millones de años, aceleró el proceso de evolución de la vida que desembocaría en la llamada Explosión Cámbrica.
Asimismo, creemos que el rompimiento, junto con una mayor actividad volcánica, pudo haber influenciado el advenimiento de un periodo de temperaturas bajas, la criogenia, durante el cual la Tierra pudo haber estado cubierta de hielo en toda su superficie. Después de Rodinia se sucedieron varias configuraciones. Según las diferentes versiones, formaron Pannotia y Gondwana, dos grandes continentes en lugar de uno. Lo que si queda claro es que de la unión de estos dos nació el más reciente y conocido de todos los súper-continentes: Pangea.
La geografía
Y bueno, algunos os estaréis haciendo la pregunta del millón: ¿Cómo sabemos que estas estructuras existieron y su supuesta configuración? La respuesta no es sencilla. Me atreveré con los puntos básicos, que creo pueden ser suficientes para comprenderla.
En el caso de Pangea es mucho más fácil, pues los “trozos” que quedaron forman nuestros actuales continentes. Aún quedan piezas que son relativamente fáciles de unir como si de un rompecabezas gigante se tratara. Por ejemplo, las esquinas noreste de Sudamérica y sudoeste de África. Pero más importante, es el registro fósil de especies iguales encontradas en varios de los continentes, tanto de animales como de plantas.
La composición del suelo y su orogenia (forma, antigüedad y composición de las montañas) ayudan a encontrar regiones que en el pasado formaron un mismo territorio. Para el resto de súper-continentes, los científicos utilizan mediciones electromagnéticas y radioactivas en muchas partes del globo. Las comparan entre sí, hasta obtener cratones con iguales resultados. En cualquier caso, seguimos investigando y aprendiendo.
No es una ciencia fácil, y queda mucho por aprender, pero el debate se centra ahora en los detalles, en cómo un determinado trozo de territorio pudo estar en uno u otro lugar durante un periodo, y no tanto en el concepto. Los súper-continentes existieron, con nombres o configuraciones distintas. Seguramente volverán a existir, pues el movimiento tectónico continúa, y no debemos tenerle medo.
Hola Jesús,
cuando dentro de miles de años vuelvan a estar otra vez unidos todos los continentes de la Tierra formando un nuevo Pangea, podremos decir que todo el mundo está verdaderamente unido. La única pega es que no lo veremos ni nosotros ni nuestros hijos y en la actualidad, al paso que vamos, creo que es quien lo diga peca de inocente. ¡Lástima, solo nos une la red de redes!
Abrazos
Hola Francisco,
los continentes tardarán unos cuantos millones de años en volver a juntarse, por lo que no tenemos que preocuparnos. De hecho, yo creo que es una lástima, pues no veas lo que nos ahorraríamos en aviones… 😛
Muchas gracias y un abrazo!
Hola,
Me da la impresión de que las imágenes de Kenorland y Rodinia muestran exactamente la misma configuración.
Un saludo.
Hola Paul,
es muy posible que sean iguales, pues el debate es tan extenso que no hay una certeza de cómo fueron aquellos súper continentes. Eso sí, probablemente yo podría haber elegido mejor…
Muchas gracias por comentar. Un cordial saludo.