Debates aparte sobre quién fue el primer europeo o asiático en llegar a tierras americanas, sin contar los primeros inmigrantes, claro está, la mayoría de nosotros aprendimos que fue Cristóbal Colón quien abrió América al mundo después de sus cuatro viajes a finales del siglo XV y principios del XVI. Los mismos profesores nos contaron que, sin embargo, el continente había sido bautizado en honor de Amerigo Vespucci, otro explorador italiano que en un principio viajó bajo las órdenes de la corona española, pero que posteriormente navegó bajo los auspicios del rey de Portugal. Lo que al menos en mi caso no me explicaron bien, o no recuerdo, fue la causa por la cual se eligió el nombre de Vespucci, y no el de Colón, quien en la opinión de muchos, debería haberse llevado la gloria.
América o Columbia
Para desenredar el entuerto, tenemos que referirnos a un mapa muy importante, el del cartógrafo alemán Martin Waldseemüller, publicado en 1507 y el primero que conocemos que nombra a una parte del nuevo continente como “America”. Conocido oficialmente como Universalis cosmographia secundum Ptholomaei traditionem et Americi Vespucii aliorumque lustrationes (Cosmografía Universal de acuerdo con la Tradición de Ptolomeo y los descubrimientos de Amerigo Vespucci y otros.), el mapa está impreso sobre 12 secciones de madera de 46 X 52 cm cada una. La intención de Waldseemüller era unificar el conocimiento de la geografía conocida hasta entonces, principalmente basándose en la Geografía de Claudio Ptolomeo de Alejandría, con los recientes descubrimientos, y aparentemente lo consiguió, pero eso no explica el por qué utilizó el nombre de Vespucci, y no el de Colón.
El razonamiento más plausible se basa en el hecho de que un libro escrito por Vespucci, Mundus Novus, llegó a las manos de Waldseemüller. En él, Vespucci proponía por primera vez la idea de que las tierras descubiertas al oeste de Europa no eran parte de Asia, sino un nuevo continente. Sin embargo, el italiano no estaba completamente seguro de su propia teoría, pues a pesar de haber explorado las costas de Sudamérica en un par de ocasiones, aún no se encontraba la punta sur del continente, cosa que haría Magallanes varios años después. Además, Vespucci había nombrado al menos una ciudad sudamericana, utilizando el nombre de otra ciudad conocida en la India, Cananor, que aparecían en el mapa de Ptolomeo, siguiendo la creencia de que Sudamérica era parte de Asia. La ambigüedad mostrada por Vespucci sobre la pertenencia a Asia de los nuevos territorios o su calidad de continente era común a principios del siglo XVI, y Waldseemüller no se propuso resolverla, al menos completamente. A la derecha de su mapa, mostró el extremo este de Asia tal y como aparecía en el mapa de Ptolomeo y en los de Contino y Caverio, esto es, con una península malaya sobredimensionada y con Sipan (Japón) en la esquina nororiental. Al oeste, Waldseemüller mostró los territorios descubiertos de acuerdo a los mapas de Vespucci y de Cristóbal y Bartolomé Colón, pero se atrevió a dar un paso más situando un nuevo mar más a la izquierda, sugiriendo que dichos territorios no eran parte de Asia. Más importante aún para el tema que hoy nos concierne, es que imprimió sobre el trozo de tierra más al sur, el nombre de América.
Cómo llegó Waldseemüller a la conclusión de que América era un nuevo continente y por qué eligió ese nombre es aún un tema de debate. No está del todo claro, pero es probable que el alemán, después de haber leído el Mundus Novus de Vespucci, en el que este describía a tribus y culturas muy diferentes a las que ya se conocían en China y la India, se hubiese decantado por la teoría del nuevo continente, y ya que el autor de dicho libro había sido su inspiración, y no Colón, creyese que el primero merecía llevarse el crédito. En parte tenía razón, pues Colón nunca aceptó en vida haber descubierto un nuevo continente, mientras que Vespucci al menos lo sugirió. En el texto que acompañaba al Mapa de Waldseemüller, cuya autoría se atribuye a Matthias Ringmann, colaborador del cartógrafo, se puede leer además una afirmación innegable sobre el mérito atribuido a Vespucci:
“Hunc in modum terra iam quadripartita cognoscitur: & sunt tres primae partes continentes: quarta est insula: cum omni quamque mari circumdata conspiciatur…Nunc vero & haec partes sunt latius lustratae & alia quarta pars per Americum Vesputium (ut in sequentibus audietur) inuenta est”
(Desde ahora la Tierra se sabe dividida en cuatro parte, las tres primeras continentes; la cuarta es una isla; ya que estaba rodeada de agua por todos sus lados conocidos…hasta ahora estas partes han sido bien ilustradas como antes, ahora la cuarta encontrada por Amerigo Vespucci).
Waldseemüller pudo no haber estado convencido al momento de imprimir su mapa de que se había descubierto un cuarto continente, pero decidió incluir en él todas las teorías consideradas en la época. Sólo una copia del Mapa de Waldseemüller sobrevive, y desde el 30 de abril de 2007 está expuesto en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, después de que esta institución lo haya comprado a sus dueños. Muy probablemente por cuenta propia, decidió darle crédito a Vespucci, nombrando un territorio con su nombre, por ser el autor de Mundus Novus, que ya en el nombre sugiere la teoría del nuevo mundo. Dudo mucho que el cartógrafo alemán hubiese pensado en las consecuencias de su decisión pero, gracias al gran éxito de su mapa, del cual se vendieron más de mil copias, el nombre de América quedó marcado para siempre en la historia.
Hola Jesús,
bueno, creo que estamos todos bastante acostumbrados a referirnos a este continente como América, y pensándolo mejor, mucho mejor este nombre que «Cristobalina». ¡ja, ja, ja!
Mirando el mapa de Waldseemüller, tras ampliarlo, sorprende cómo llegaron a tener tanta exactitud en su elaboración sin satélites ni nada parecido.
Saludos
Hola Francisco,
cincido con la opinión de que a estas alturas no vamos a cambiar el nombre de un continente para corregir un error histórico, si es que hubiese existido. Colon probablemente merecía más mérito, pero también Vespucci fue clave en la comprensión de América como un nuevo continente, y no como parte de Asia. En todo caso, creo que América suena mejor…Cristobalina quedaría bien para una piedra preciosa, no crees?
respecto al mapa de Waldseemüller, coincido contigo en lo sorprendente de su elaboración. Imagínate lo que harían aquellos hombres con las técnicas que utilizamos hoy, maravillas, sin duda.
Mychas gracias por comentar.
Un abrazo.
La traducción del texto en la latín no es muy preciso. Qué diccionario has usado?
Hola Belén,
la traducción no es mía, me la hizo un amigo. Podrías sugerir una mejor?
Mucas gracias por comentar.
Un cordial saludo.
Hola Barcala
increible cuanta gente con grandes inventos ni imaginaron la importancia que irian a tener.
un abrazo
Buenos días Christian,
Suele suceder con todo tipo de descubrimientos o inventos, pocos de sus inductores imaginan las consecuencias que estos pueden tener. En el caso de Waldseemüller, seguro que nunca tuvo ni idea de que su mapa serviría para acuñar una de las palabras más repetidas del mundo…pero así es la historia…
Muchas gracias por comentar. Un abrazo dominguero.