Nos situamos en los primeros meses de la administración Reagan en 1981. La Guerra Fría quemaba como nunca, especialmente con el recién llegado a la Casa Blanca dispuesto a enfrentarse con el comunismo después de los cuatro permisivos años de Carter. El antiguo líder del Sindicato de Actores estaba decidido a ampliar el alcance y poder de la Inteligencia estadounidense, especialmente en lo que respecta a operaciones encubiertas, para contrarrestar la actividad política y bélica de la KGB alrededor del mundo. Con ello en mente, Reagan nombró Director de la Agencia Central de Inteligencia, la CIA, a su director de campaña, William Casey. La elección tenía sentido, pues Casey había trabajado durante la Segunda Guerra Mundial para la OSS, la precursora de la CIA, y conocía a fondo el mundo de las operaciones secretas.
Una de las primeras operaciones en las que Casey decidió involucrar a los Estados Unidos había sido ya iniciada por Francia en Chad, una de sus antiguas colonias africanas. La estrategia consistía en apoyar al Ministro de Defensa Hissène Habré para que este derrocara al Gobierno de Transición de Unidad Nacional, aliado de Muammar Gaddafi. Francia había ya gastado más de 100 millones de dólares en el programa, que incluía dinero, armas, apoyo político y asesoría técnica. Casey consideró factible la operación y produjo un documento en el que especificaba el tipo de armas, el coste y la duración aproximada. Como le obligaba la ley, Casey tuvo que presentar dicho documento al Comité de Inteligencia del Congreso, algunos de cuyos miembros, no contentos con el proyecto, escribieron una carta de protesta al Presidente. Uno de los miembros del Comité, el Congresista Clement J. Zablocki, filtró la carta a la revista Newsweek, que inmediatamente publicó un reportaje advirtiendo de la posibilidad de que la CIA lanzara una operación en un país africano sin nombrar. El título del reportaje, “Un Plan para Derrocar a Gaddafi.”
A Casey no le hizo mucha gracia la filtración, especialmente por su falta de veracidad, pues el objetivo era Chad, no Libia, pero también porque afectaba a sus aliados Francia y Egipto, también implicados en el plan, y porque alertaba al dictador Libio. La Casa Blanca decidió entonces algo poco acostumbrado, negar en público la existencia de un plan para derrocar a Gaddafi, pero confirmando que existía una carta de protesta sobre una operación en otro país africano, aún sin nombrar. La carrera por encontrar el nombre de dicho país se inició en un clima de confabulaciones, secretos, filtraciones y con una CIA que parecía estar haciendo el ridículo. La Casa Blanca determinó que lo mejor sería filtrar el nombre del verdadero país para evitar confusiones.
En aquellos mismos días Reagan había autorizado otro tipo de operación secreta, pero no a petición de la CIA, sino del Departamento de Estado (Exteriores). El programa se ocupaba de Mauritius (Isla Mauricio), un pequeño país-isla en el Océano Índico a poco más de 1.000 kilómetros de Madagascar, y muy cercano a otra colonia francesa, Reunión. El objetivo era ayudar al Primer Ministro Ramgoolam a volver a ganar las elecciones frente al creciente movimiento marxista en la isla, que si se hacía con el poder, podría ceder bases navales a los soviéticos. Se trataba de una operación “suave”, esto es, sólo dinero. Una operación con amplios beneficios potenciales que si fuese filtrada, no acarrearía grandes contratiempos. El problema surgió cuando los asesores de la Casa Blanca, no muy duchos en Geografía, filtraron el nombre, no de Mauritius, sino el de un país con un nombre similar, Mauritania,
Las diferencias entre Mauritius y Mauritania, aparte del nombre, eran considerables. El primero una pequeña isla en el Índico y el segundo un país grande en el Noroeste africano, justo al sur del Marruecos Español. La prensa y el público supusieron que la intención de la CIA era derrocar al gobierno de Mauritania (como detalle curioso, encontré un artículo de El País, en el que se hacía eco de la noticia, error incluido), a pesar de que este mantenía buenas relaciones con los Estados Unidos. El gobierno mauritano protestó y la Casa Blanca intentó calmar los ánimos, pero sin negar en público la existencia de la operación, al igual que había hecho con Libia, lo cual levantó más sospechas. Finalmente, el nombre de Mauritius fue filtrado como el verdadero objetivo y la calma volvió lentamente a las aguas, pero el daño ya estaba hecho.
Todos los países, individuos y organizaciones implicados quedaron mal parados, especialmente la CIA, que no es que tuviese una buena reputación, pero debido a este asunto su imagen sufrió aún más. Todas las operaciones fueron canceladas, aunque en Chad los franceses conseguirían finalmente su objetivo. En Mauritius, Ramgoolam perdió las elecciones ante el MMM (Movimiento Militante de Mauricio), pero al año siguiente ese se escindió y su rama socialdemócrata se mantuvo en el poder con el apoyo de Ramgoolam. Los soviéticos no consiguieron su base en el Índico.
Y ahí queda para todos aquellos que protestan por lo que estudiamos en la escuela. La Geografía es tan importante como cualquier otra materia, y muy posiblemente, no conocerla, puede algún día provocar otro altercado como el de 1981, o incluso una guerra.
Bueno, y supongo que antes era tan común confundir dónde estaban las fronteras que más de una vez hubo guerras por la disputa de territorios. Todo porque no tenían GPS…
Y no te equivocas José Luis, si ha habido casos en los que un error de mapas lleva a dios países a enfrentarse. Un trocito de tierra más ha sido la causa de la mayoría de las guerras…
Muchas gracias por comentar. Un abrazo.
Hola Jesús,
leyendo lo que explicas me hace pensar en el «juego» tan peligroso que hacen los políticos con los países y con las personas que en ellos viven. Cuántas y cuántas veces habremos estado tan cerca de una guerra y la gente que la sufre sin enterarse de ello. Y cuántas veces se podrían haber evitado muchas de ellas. Es horrible y da realmente miedo, mucho miedo.
Un abrazo
Buenos días Francisco,
Desgraciadamente, en la mayoría de países, tenemos sistemas políticos en los que la preparación o la capacidad de una persona no priman en la elección de un líder. Es horroroso ver como en todo el mundo se aupan al poder individuos sin la más mínima educación, pero eso sí, que saben hablarle muy bien al oído a los ingenuos ciudadanos. Como bien dices, muchas veces toman decisiones que pueden ser desastrosas para su país, o para el vecino, sin que ellos sufran las consecuencias. Queda mucho por saber aún de la histria de la Guerra Fría, y que no te extrañe que algún día nos enteremos de otro momento en el que el mundo pudo haber reventado por un pequeño error.
Muchas gracias por comentar. Un abrazo.
Y YA QUE TOCAMOS EL TEMA DE UN GOBERNANTE INEPTO Y COMO PUEDE DESTROZAR UN PAIS, LES RECOMIENDO CONOCER LO QUE SUCEDE EN VENEZUELA, SE SORPRENDERAN.
Jeje, te entiendo perfectamente, y no me sorprende. La ideología que maneja esta gente, si puede llamársele ideología, no es más que el expolio y la opresión, anatemas del progreso. Ahora bien, y a pesar de que los casos no son comparables, en España no es que nos haya ido tan bien en la última década…
Muchas gracias por comentar. Un cordial saludo.
Una pequeña anécdota. Los estadounidenses o americanos (como ellos malamente se autonombran) son famosos por su ignorancia geográfica. En una ocasión una persona dentro de EUA llamó a una aerolínea preguntando si tenían vuelos a Nuevo Mexico (un estado que forma parte de las 50 y tantas estrellas). La respuesta: No viajamos al extranjero. En ese tenor, la gran mayoría de los estadounidenses no sabían en que parte del mundo estaba Granada, que su flamante actor/presidente había ordenado invadir para aplastar a los simpatizantes comunistas y aliados de la URSS en 1983. Saludos.
Hola Abelardo,
hace algunos años, viviendo en Texas, conocí a una chica joven que pensaba que España era parte de México. Más tarde, en California, mis compañeros universitarios si nos tenían bien localizados.
Dices muy bien que los estadounidenses son célebres por su mal conocimiento de la geografía, y sobra evidencia al respecto, empezando por las anécdotas que nos contamos. Ahora bien, por mi experiencia trabajando con adolescentes españoles, puedo decirte que no estamos mucho mejor aquí. Desgraciadamente, los planes de estudio de las últimas dos décadas han restado importancia a algunas materias, y se han preocupado más por exaltar la geografía local de sus comunidades, olvidando que el mundo es un ente mayor. Lo peor es que no parece que las cosas vayan a mejorar. Los intereses políticos priman sobre los académicos, y mientras nos siga dirigiendo una panda de inútiles igual de inútiles serán los esfuerzos por mejorar la educación.
Al menos los yanquis no invadieron Granada…
Muchas gracias nuevamente por comentar. Un cordial saludo y feliz domingo!