El hombre que sobrevivió a dos bombas atómicas.

Esta es una historia bien conocida por todos aquellos que han estudiado los trágicos eventos de la Segunda Guerra Mundial, ya sean expertos o aficionados, pero lo es menos por el público en general. Es por ello que, aprovechando la amplia difusión de este blog, no pude resistirme a contarla, pues sigo pensando que es un ejemplo de suerte y resistencia que bien ilustra aquellos infaustos días, y que debe ser conocido por el mayor número de personas posibles. Esta es la historia de Tsutomu Yamaguchi, quien no fue la única persona que sobrevivió a dos bombas atómicas, pero hasta donde he podido encontrar, sí fue el único que fue reconocido como tal por el gobierno de Japón.

Tsutomu-Yamaguchi

Tsutomu Yamaguchi (haz click para ver mejor).

No rendición

El 6 de agosto de 1945, un bombardero estadounidense B-29, bautizado como Enola Gay en honor a la madre del piloto, dejaba caer sobre Hiroshima la segunda bomba atómica de la historia (después de una de prueba en Los Alamos, Nuevo México) y la primera sobre una población civil.

La intención del Presidente Truman y del Alto Mando norteamericano era obligar a Japón a rendirse, ya que a pesar de estar más que derrotado, el emperador había dado la orden a los civiles de luchar hasta el final, y si era necesario, suicidarse como lo habían hecho decenas de miles de sus compatriotas en Saipan.

A las 8:15 de la mañana, a unos 500 metros sobre el suelo, Little Boy hizo explosión provocando una bola de fuego que arrasó el centro de Hiroshima, un importante puerto y base militar.

El empleado responsable

Yamaguchi estaba en Hiroshima enviado por su empresa, Industrias Pesadas Mitsubishi (constructora de los famosos cazas Zero y de barcos de guerra), para trabajar durante tres meses en el proyecto de diseño de un buque cisterna, y aquel era su último día.

De hecho, por la mañana había hecho las maletas y había salido ya en dirección a la estación de trenes cuando se dio Hiroshima después de la bombacuenta de que había olvidado el documento que le permitiría viajar.

Quedó de verse más tarde con su compañeros y volvió a su oficina en los astilleros. Cuando llegaba al puerto, según su propio testimonio, pudo ver en las alturas como caía la bomba sustentada por dos pequeños paracaídas, segundos después, “un gran destello en el cielo”.

Una bomba atómica

El estallido, a tres kilómetros de donde se encontraba, le reventó los tímpanos y lo cegó momentáneamente, dejándolo con graves quemaduras en la parte superior del cuerpo. Cuando pudo recuperarse, se arrastró hacia un refugio anti-bombas para descansar, antes de salir en búsqueda de sus compañeros.

En la estación encontró que ambos habían sobrevivido y los tres tomaron el tren hacia Nagasaki, la ciudad de donde Yamaguchi era originario.

Nadie en Nagasaki (ni en el resto de Japón), sabía de la bomba en Hiroshima. El gobierno había silenciado cualquier información para no causar el pánico y mantener la moral, pues creía que era la única bomba con esa capacidad y los mandos Hongo sobre Nagasakimilitares pensaban seguir luchando.

Yamaguchi consiguió que le curaran las heridas y decidió descansar, aunque nadie le creyó su historia. El día 9 de agosto, a pesar de su condición, se presentó al trabajo y volvió a contar su experiencia, pero su mismo jefe le dijo: “Vamos Tsutomu, sabes que no hay una bomba tan poderosa como para barrer el centro de una ciudad”. Yamaguchi no quiso insistir, pero a las once de aquella mañana, su testimonio sería corroborado.

Dos bombas atómicas

El B-29 bautizado como Bockscar, soltaba una segunda bomba atómica sobre Nagasaki, Fat Man, causando 70 mil víctimas directas, añadidas a las 85 mil de Hiroshima. Estando a la misma distancia del epicentro, esta vez Yamaguchi no sufrió más daños, pero el caos reinante después de la explosión evitó que consiguiera nuevas vendas, y sus heridas se infectaron, causándole una fiebre durante varios días.

Tsutomu Yamaguchi sobrevivió a las dos bombas atómicas, a la guerra y consiguió sanar lo suficiente como para casarse y formar una familia, con la única secuela de la pérdida parcial de un oído.

En un principio el gobierno japonés lo reconoció como víctima sólo de la bomba de Nagasaki, y Yamaguchi, que se consideraba ya muy afortunado, no creyó necesario buscar compensación por la primera bomba.

Sin embargo, ya en edad avanzada, decidió que su historia debía ser contada para que el mundo comprendiera el poder destructivo, físico y moral, de las armas nucleares.

Por fin

A finales del siglo pasado, publicó un libro contando sus experiencias y, en el 2006, participó en el rodaje de un documental dedicado a las 165 “dobles víctimas”, el número de personas que las autoridades calculaban que habían sobrevivido a las dos bombas. El gobierno finalmente reconoció su status de “doble víctima” en 2009, y sería el único en conseguirlo en vida.

Japón se rindió finalmente una semana después de la bomba de Nagasaki. Tsutomu Yamaguchi, recuperado, volvió a trabajar en Mitsubishi y pasó sus últimos años luchando por la abolición de las armas nucleares, siendo incluso invitado a hablar ante las Naciones Unidas. Su discurso no destilaba rencor, sino esperanza, y agradecimiento por la suerte de haber sobrevivido.

El 4 de enero de 2010 falleció de un cáncer estomacal, probablemente el fruto de la radiación. Tsutomu Yamaguchi, el hombre que sobrevivió a dos bombas atómicas, tenía 93 años.

 

2 thoughts on “El hombre que sobrevivió a dos bombas atómicas.

  1. Hola Jesús,
    yo me encuentro entre esos aficionados que desconocían esta sorprendente historia. De hecho, nunca me había parado a pensar que hubiera alguien con tan mala fortuna (o buena, según se mire) de que le caigan dos bombas atómicas y puedan contarlo. Por desgracia, en nuestros tiempos y en nuestro país, hay muchos supervivientes mileuristas que también son en cierta forma, héroes de la sociedad. Y es

    • Hola Francisco,
      Debe haber sido horroroso pasar por lo que este seor y muchos más pasaron, pero al final, creo que lo que cuenta es que sobrevivió, formó una familia y vivió hasta una avanzada edad. Seguro que él lo agradeció, yo lo haría…
      Muchas gracias por comentar.
      Feliz finde!

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