A más de uno se le quedará la cara de póquer al leer el titular, pero como podréis ver en el contenido de este artículo, no estoy exagerando. Sí, ya sé, a mí también me cuesta creer que un hombre sin estudios y a todas luces no muy atractivo, ni musculoso, ni elegante, ni precisamente amable, pudiese conquistar a tantas féminas, pero debemos tener en cuenta de que el Führer era un hombre muy rico y muy poderoso, y bien sabemos que ambas cualidades convierten a cualquier palurdo en un personaje muy sexy. Desde el mismo pedestal en el que lanzaba expletivos en contra de los judíos, de la democracia y del capitalismo, Adolf Hitler conquistó los corazones de miles, probablemente millones de mujeres, algunas de las cuales llevarían sus pasiones hasta extremos impensables al tiempo que su platónico amado conducía a Europa, y a Alemania, a la destrucción.
Hasta donde llegan los datos conocidos, el futuro dictador de Alemania no tuvo ninguna relación sentimental en su juventud. A lo más que llegó, fue a enviar poemas a una joven de Linz, Stefanie Rabatsch, de la que supuestamente estaba enamorado. No obstante, siempre envió los poemas sin firmar, y Stefanie no se enteró de la identidad de su admirador secreto hasta muchos años después. August Kubizek, el único amigo de Hitler en su adolescencia, escribió luego que Adolf se sentía bastante incómodo en la presencia de mujeres, y que en realidad no recordaba haberlo visto nunca a solas con una joven. Y así hasta que le llegó la fama y el dinero.
Salvando sus ocultas relaciones con Geli Raubal, su sobrina (se pegó un tiro en el apartamento de Hitler en 1931), y Eva Braun (intentó suicidarse en 1932, aparentemente sólo para llamar la atención de su Führer), no hay evidencia de que Hitler hubiese intimado con ninguna otra mujer. Sin embargo, eso no quiere decir que ellas no buscaran sus afectos y atenciones. Incluso una aristócrata inglesa, Unity Miltford se obsesionó tanto por él que consiguió entrar en el cerrado círculo personal del Canciller, y lo describió en una carta a su padre como “el hombre más grande de todos los tiempos”. Finalmente, cuando se dio cuenta de que Hitler prefería a la joven Braun, Unity (casualmente nacida en el pueblo canadiense de Swastika) intentó suicidarse, y terminó sus días enferma, y deprimida en 1948.
El séquito de seguidoras de Hitler fue aumentando su popularidad, en parte por la atracción típica que otorga el poder, en parte, podríamos decir, por el estilo hipnotizante e histriónico del cabo austriaco. Hombres y mujeres se dejaban llevar por la demagogia de un mesías que prometía resolver todos sus problemas, pero en ellas, esa admiración fácilmente se convertía en pasión. Ya en el poder, en los años en los que todo parecía ir bien y cuando Hitler aparecía en público, se observaban escenas de histeria entre las jóvenes y las no tanto que podían tocarlo. Gritaban, lloraban y se tiraban de los pelos como posesas, actos dramáticos que volverían a repetirse algunas décadas después con las adolescentes enloquecidas por los Beatles.
El Canciller alemán estaba muy al tanto del poder que ejercía sobre las mujeres, y lo cultivaba como una de las características más del culto a la personalidad que buscaba implantar. Hitler quería que los alemanes lo vieran como un hombre entregado en cuerpo y alma a la causa, casado con Alemania, y una mujer a su lado, según él, tan sólo podría restarle puntos. Eva Braun era uno de los secretos mejor guardados del estado nazi. Nunca apareció en público con ella y nadie aparte de su círculo más cercano, supo siquiera que la mujer existía hasta después de la guerra. Para muchas mujeres alemanas, Hitler era el codiciado “soltero de oro”, al que también muchas intentarían conquistar, proyectando en él sus fantasías románticas.
Ejemplo de las pasiones que levantaba, están las miles de cartas dirigidas al Führer durante casi dos décadas por sus fans. Muchas de ellas fueron encontradas en los archivos de la antigua Unión Soviética y otras recuperadas por un oficial norteamericano que las encontró en las ruinas de la Cancillería en 1945 y las guardó hasta 1991, cuando las publicó en un libro. Basta con algunas frases para ilustrar los sentimientos de sus autoras:
“Mi querido dulce como el azúcar Adolf…”
“¿No sería posible que pasáramos algunas horas juntos en Navidad o Noche Vieja?”
“Estoy haciendo una copia de la llave de mi habitación para tí. Debemos tener cuidado, así que ven temprano, toca el timbre de mi casera y pregunta si estoy en casa. Si todo sale bien, mis padres (que podrían ser tus suegros) dirán que puedes venir cuando quieras, y podremos pasar la noche juntos ¡en casa de mis padres!”
“Dulce gatito, Adolf de mi corazón. Te beso tiernamente cariñito, y que el Dios todopoderoso te proteja…”
Algunas de estas cartas estaban acompañadas de regalos, pañuelos bordados, fotografías, flores secas, y todo tipo de invitaciones, de las inocentes y de las menos. Su destinatario rara vez las leía, pues casi por sistema eran archivadas por Rudolf Hess, líder del partido nazi en los años 30, y por Frank Bormann, su sucesor hasta 1945.
Bien conocidas son las facetas de Hitler como pintor frustrado, como activista revolucionario, demagogo, dictador y genocida. Añadamosle ahora el mote de consagrado rompecorazones. Definitivamente, el amor es ciego.
Hola Jesús,
El poder y la fama. Qué complicados somos los humanos! O tal vez qué simples somos.
Gracias por tu artículo. Me llamó la atención lo de «dulce como el azúcar» y lo de “Dulce gatito». Pero más me llamó la atención que mencionas obsesión, suicidio y depresión. Sin duda este hombre ejercía una fuerza extraña sobre muchos/muchas.
Esta humanidad!
Lidia
Hola Lydia,
los humanos somos un poco raros, y somos capaces de sucumbir a lo peor por muy poco. EL caso de la admiración que las mujeres sentían por Hitler no es raro entre los poderosos. Pero sí, llama mucho la atención las frases de ternura, especialmente porque las inspiró un hombre muy cruel.
Muchas gracias por tu comentario. Un cordial saludo y feliz finde!
Muy interesante, pero más que rompecorazones parecía un mata-mujeres jejeje
Hola Enrique,
tienes mucha razón, es llamativo que con tantas mujeres y hombres que asesinó, alguien pudiese sentir amor por un hombre tan perverso.
Muchas gracias por comentar. Un cordial saludo.
Hola Jesús,
había oído hablar algo de sus dos amoríos pero nunca me hubiera imaginado todo lo que explicas. Por cierto, es un verdadero placer leer tus narraciones, consigues que me traslade allí mismo, junto al Führer (bueno, preferiría que fuera cerca de alguno de sus amoríos), mejor que en una película.
Abrazos
Hola Francisco,
Hitler fue un personaje muy complejo, pero siempre me ha llamado la atención que pudiese inspirar sentimientos positivos tan poderosos. Es lo que tiene la fama, creo…
Y muchas gracias por tu amable comentario. La admiración es mutua, pues tu blog es para mí uno de los mejores en nuestra materia, y es un modelo a seguir.
Muchas gracias nuevamente y un abrazo!
No comment !
Jeje, me has dejado picado Christian. EN mi opinión, es un caso muy complejo, muy triste a la vez, y muy humano…vé tú a saber!
Muchas gracias caballero. Un saludo.
Hola jesus,es verdad q hitler era homosexual?
No hay pruebas de ello Hugo. Nadie puede decir ni que sí ni que no, simplemente no lo sabemos…
Gracias por comentar K! Un abrazo.
Amo tus artículos, sobre todo los de la II Guerra Mundial, es un tema que me encanta.
Hola Sandy,
la SGM fue el evento más importante de la historia humana, y ocurrió en un momento en el que fuimos capaces de registrarlo todo. Como tal, es una fuente inagotable de anécdotas, tristes y amables, que nos recuerdan de ese oscuro periodo y sus enormes consecuencias. En este caso, quise ver uno de esos aspectos interesantes, a la vez que gracioso.
Mil gracias por comentar. Un besín.