¿Por qué John F. Kennedy cayó del pedestal? (Un poco, al menos…)

Era el arquetipo del hombre moderno, joven, aristócrata, inteligente y apuesto, muy apuesto. Era la esperanza de una nueva generación surgida de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, un hombre que tomaría el relevo del Presidente Dwight Eisenhower, héroe guerrero del conflicto. Fue el presidente de los Estados Unidos más joven de la historia, que junto a su bella y elegante esposa daría un toque de glamour a la casa Blanca y llenaría de ilusión a los norteamericanos hasta que las balas del asesino cortaron de golpe una presidencia que había tenido sus más y sus menos, una legislatura marcada por grandes cambios y conflictos dentro de la niebla de la Guerra Fría. Pero aquel día en Dallas, la ilusión se tornó en tragedia, la esperanza en leyenda y JFK llegó a ser el presidente más popular de la historia, al menos por un tiempo.

Lo tenía todo para ser un gran líder, dinero, fama, inteligencia, carisma, y un buen equipo de colaboradores. Aún así, ganó las elecciones de 1960 por los pelos contra el aquel entonces Vice-Presidente Richard Nixon. Su discurso inaugural aún reverbera en las mentes de yanquis y extranjeros que aún parafrasean su célebre enunciado “ask not what your country can do for you, ask what you can do for your country” (no preguntes qué puede hacer tu país por tí, pregunta qué puedes hacer tú por tu país). El mundo entero observaba y escuchaba, comenzaba la era de Camelot. No obstante, las cosas nunca salen como se espera, y la presidencia de Kennedy se levantaría con el pie izquierdo.

Fracasos en Política Internacional.

En abril de 1961, tan sólo tres meses en la Casa Blanca y siguiendo un plan desarrollado por la administración anterior, Kennedy autorizó una incursión armada compuesta de exiliados cubanos y apoyada por la CIA. para liberar la isla de la recién implantada dictadura castrista. La mala planificación y filtraciones que llegaron a oídos de Fidel Castro dieron al traste con la invasión. Kennedy se vio forzado a negociar con el dictador para que soltara a los sobrevivientes y a reconocer en público que había autorizado la operación. Fue un fracaso que además dañó las delicadas relaciones con la Unión Soviética y en especial con su líder Nikita Khrushchev, con quien se reuniría tan sólo dos semanas después en la Cumbre de Viena. En los días posteriores a la cumbre, hasta 20,000 ciudadanos de Berlín Oriental huyeron al sector occidental, lo que provocó amenazas soviéticas.

En su propia opinión, Kennedy pensó que Khrushchev le había ganado la partida, y para intentar borrar la imagen de debilidad, en Julio de 1961 anunció en un discurso que aumentaría el presupuesto de defensa en 3,250 millones de dólares y las fuerzas armadas en 200,000 hombres. Tanto la Unión Soviética como los Estados Unidos creían que la guerra nuclear se acercaba y, en agosto, los comunistas reforzarían la división de Berlín construyendo un muro que en la práctica convertiría su sector en una cárcel.

Un éxito.

El 14 de octubre de 1962, aviones espía U-2 de la CIA obtuvieron fotografías que confirmaban la presencia de misiles balísticos en Cuba. Kennedy y sus asesores vieron el hecho como una amenaza nuclear a menos de 100 kilómetros de Florida. La cuestión presentaba al joven presidente un dilema sobre cómo reaccionar, pues un ataque podría provocar una guerra nuclear, pero hacer nada debilitaría considerablemente la posición bélica de los Estados Unidos frente a la URSS. Durante trece días, el mundo se vio al borde del holocausto a manos de las dos grandes potencias mientras la crisis derivaba en un impasse diplomático. Finalmente, Kennedy consiguió que Khrushchev retirara los misiles de Cuba prometiendo de que los Estados unidos no intentarían una nueva invasión de la isla. JFK salió reforzado de la crisis.

Thirteen Days

Política Interna.

Probablemente el mayor de los éxitos de la política doméstica de Kennedy fueron los avances en la lucha por los derechos civiles, en especial de los de la población negra. Ya en la campaña presidencial, el hermano menor de Kennedy, Robert, había conseguido la liberación de Martin Luther King de una prisión en Georgia, aumentando el apoyo de los negros a una campaña en la que el candidato había declarado verbalmente su apoyo a la integración racial. En septiembre de 1962, ante la negativa de la Universidad de Mississippi a aceptar a un estudiante negro, James Meredith, Kennedy envió 3,000 tropas federales para detener los disturbios provocados por los estudiantes blancos que se oponían a la entrada de Meredith, que fue finalmente aceptado.

Un caso similar tuvo lugar en 1963, esta vez en Alabama, donde el mismo gobernador del estado, George Wallace, impidió la entrada a la universidad a dos estudiantes de color. Por medio de un decreto, Kennedy federalizó la Guardia Nacional de Alabama, que obligó a Wallace a retirarse y a permitir la entrada de los alumnos. Esa misma noche el presidente anunció una iniciativa de ley para la completa integración racial que culminaría en la Ley de Derechos Civiles, aprobada poco después de su muerte.

La Carrera Espacial.

Bien conocido es el discurso de Kennedy en el que anunció el desafío de enviar un hombre a la Luna antes de que terminara la década. Aquellas palabras proféticas fueron el impulso necesario al entonces languideciente programa espacial norteamericano. La NASA fue reestructurada y su presupuesto aumentado en 40 mil millones para el desarrollo del Programa Apollo que llevaría a Neil Armstrong a la Luna. No obstante, Lee harvey Oswald (o quien fuese que disparase las balas), impidió que JFK terminara su presidencia. Una ola de simpatía por el héroe caído cruzó el continente, y Kennedy se convirtió en uno de los presidentes más populares de la historia.

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La caída.

Pero poco a poco, su popularidad comenzó a caer a principios de los años 70. La razón, la revelación de varios aspectos de la vida personal de Kennedy, como la ocultación de su mal estado de salud y, en especial, sus múltiples infidelidades a la querida Jackie. Más de una de sus amantes publicaron libros en los que contaban sus escarceos con el presidente, y en un país más bien mojigato, la información cayó como un cubo de agua fría. En 1973, las instalaciones de la NASA en Cabo Cañaveral, que habían sido rebautizadas como Cabo Kennedy a la muerte de este, volvieron a su antiguo nombre. Varias universidades también borraron el nombre del presidente a varios de sus programas.

En la actualidad el legado de Kennedy se ha recuperado en parte y la mayoría de las encuestas lo sitúan entre los mejores diez presidentes. Los años de Glamour y esperanza pasaron a la historia, y sólo un verdadero análisis de los fallos y aciertos en su corta presidencia le mantienen en el corazón de la mayoría de norteamericanos, pero el idilio con Camelot ha desaparecido, probablemente, para nunca más volver.

 

12 thoughts on “¿Por qué John F. Kennedy cayó del pedestal? (Un poco, al menos…)

  1. Hola Jesús,
    no puede negarse que no aprovechara el tiempo. Determinación, buena oratoria, juventud y glamour, entre otras cosas, fueron una mezcla que le catapultaron al poder y después a la leyenda. No deja de ser curioso cómo puede cambiar la Historia por unos pocos votos de diferencia.
    Abrazos

    • Hola Francisco,
      tienes mucha razón al decir que JFK no desaprovechó el tiempo en vida. Participó en la Segunda Guerra Mundial, donde su bote fue hundido por los japoneses y tuvo que rescatar personalmente a varios de sus marineros; fue diputado, senador y presidente, y le dio tiempo a formar una familia. Añádele todo eso a sus escarseos amorosos, y me pregunto, ¿Cómo le dio tiempo para tanto? Sin duda un personaje con sus altas y sus bajas, un hombre para la historia.
      Muchas gracias por dejar unas líneas.
      Un abrazo.

  2. Excelente articulo, de fácil comprensión, y adornado por gráficos descriptivos, ese es el periodismo de hoy, SENCILLO Y COMPACTO, DE FÁCIL LECTURA.

    • Muchas gracias Grados,
      No creo poder considerarme un periodista, pero se agradece el cumplido. Mi intención es contar la historia de una manera sencilla y amena, para poder llegar al mayor número de lectores posibles. Me halaga mucho tu comentario.
      Muchas gracias nuevamente y un cordial saludo.

  3. ¿Y tú qué opinas sobre el atentado, Jesús? ¿Se lo quitaron de en medio? ¿Sirvió de algo el «informe Warren»? Te hago estas preguntas porque no tengo ni idea de qué pensar.

    • Hola Ernst,
      siempre he sospechado que hubo gato encerrado en el asesinato de Kennedy, y no me creo para nada las conclusiones del Informe Warren. hay muchos cabos sueltos, y demasiadas «casualidades. No sé si algún día conoceremos la verdad, pero insisto, no creo que haya sido como nos lo han contado. ¿Has visto la película de Oliver Stone? A pesar de que es un director que no me gusta, sus conclusiones son muy acertadas…
      Un abrazo.

  4. También me gustó mucho «Trece Días», que trata de la crisis de los misiles rusos instalados en Cuba en octubre de 1962. Al igual que en JFK, el principal protagonista es Kevin Costner.

    • Otra que a mí también me gusta. Leí el libro la primera vez cuando estaba en la universidad, y hace poco le di otra vuelta. Unos días tensos y cruciales en el devenir de la Guerra Fría, y que nos salvaron del Holocausto nuclear…Me gustó el trabajo no sólo de Costner, sino de prácticamente todos los protagonistas.
      Muchas gracias por comentar. Ya no sé qué más desearte, ya te envío muchos abrazos… 😛

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