Esta vez descaradamente aprovecho la actualidad para publicar un tema que hace tiempo tenía en la lista de pendientes, con vuestro permiso. En los últimos días, hemos escuchado sobre la revelación de que un alto número de coches de la marca había sido equipado con un software que “engaña” a las máquinas que miden las emisiones de uno de esos gases nocivos para la salud. Un presunto fraude reconocido por la compañía ante la presión de la EPA (Agencia de Protección al Medio Ambiente de los Estados Unidos), que ha manchado la reputación del fabricante de automóviles más grande del mundo. Desgraciadamente, Volkswagen no es ajena a la polémica, pues su mismo nacimiento está enturbiado por la fundamental participación de uno de los personajes más perversos de la historia, pero la actual empresa poco tiene que ver con aquella idea nacida de un dictador, y por ello me gustaría aclarar algunos puntos concernientes a su fundación.
Prototipo 1936.
Hace unos días una amiga me preguntó si era verdad que fue Hitler quien dio el escarabajo al mundo, y le respondí que la triste realidad es que sí, pero con matices, ya que, a pesar de que fue él quien promovió la creación de un “coche del pueblo”, (Volks=pueblo, Wagen-Auto) el diseño y construcción corrió a cargo de otro austriaco (aunque nacido en Checoslovaquia), Ferdinand Porsche. Yo había leído en algún sitio que fue el Führer quien supuestamente hizo el bosquejo del escarabajo en una servilleta, pero buscando información para esta entrada, encontré que no hay pruebas fidedignas de que esto fuera así, y sí las hay en el caso contrario.
Siendo justos, tampoco fue Hitler quien tuvo la idea de un coche económicamente accesible para los trabajadores. El mismo objetivo tuvo Henry Ford cuando diseñó su Modelo T tres décadas antes. Un vehículo sencillo, fácil de reparar y barato, muy barato. Otro austriaco, Bela Barênyi, el húngaro Josef Ganz y el checo Hans Ledwinka también habían trabajado con el mismo concepto en los años 20 y hasta el mismo Porsche había construido en 1931 su “Volksauto”, que ya incluía prestaciones como un motor trasero enfriado por aire y una silueta que recuerda al escarabajo, tres años antes de entrevistarse con Hitler.
No obstante, como decíamos anteriormente, Hitler fue el responsable de impulsar el proyecto, para lo cual eligió a Porsche, y a quien dio los requerimientos necesarios: 1) debía transportar a dos adultos y tres niños; 2) con una velocidad máxima de 100 km/h y, 3) debía tener un coste máximo de 990 Reichsmark (el salario medio de la época era de 32 Reichsmark por semana).
Porsche Tipo 12. 1932.
Porsche eligió un equipo de entre los mejores diseñadores del momento, entre ellos a Erwin Komenda, el Diseñador en jefe de Auto Union (actual AUDI) y como no, austriaco. Fue él quien creó la carrocería de “Beetle” con las curvas 
que lo harían famoso, basándose en el Porsche Tipo 12. El primer prototipo se entregó en 1936, y un año después, el gobierno nazi creó la Gesellschaft zur Vorbereitung des Deutschen Volkswagens GmbH (Sociedad para la Planificación de los Autos del Pueblo Alemanes S.A.). Un año después la compañía cambiaría su nombre a Volkswagenwerk, la Compañía del Auto del Pueblo. El 25 de mayo de 1938 se inició la construcción de una fábrica específica para la misión, incluidas casas para los trabajadores, básicamente una ciudad nueva llamada KdF Stadt (Ciudad “Fuerza a través de la Alegría”, en honor a la organización nazi para el ocio de los ciudadanos), y el 20 de abril de 1939 se presentó el primer modelo a Hitler en su cumpleaños.
Pero como ya habréis adivinado por las fechas, la Segunda Guerra Mundial estaba a punto de estallar y, cuando lo hizo el 1 de septiembre de 1939, se suspendió la producción de los Volkswagen para fabricar vehículos militares, empleando hasta 15,000 prisioneros de los campos de concentración. Los pocos que estaban terminados, nunca fueron entregados a sus dueños, y en su lugar fueron repartidos entre los ministerios del gobierno. Terminada la guerra, con la fábrica destruida y Porsche caído en desgracia por su pertenencia al Partido Nazi, Volkswagen parecía destinada a la desaparición.
En 1945, no obstante, KdF Stadt, ya rebautizada como Wolfsburg, quedó en la zona de ocupación asignada a los británicos. Un oficial del Cuerpo real de Ingenieros y Mecánicos Eléctricos, Ivan Hirst, fue puesto a cargo de las 
instalaciones con la tarea de, ya fuese desmontar la fábrica y transportarla al Reino Unido, o echarla a andar de alguna manera. Hirst eligió lo segundo y pidió que se pintara un vehículo de verde para presentárselo a los altos mandos británicos, que sorprendentemente hicieron un pedido de veinte mil unidades. A pesar de que la producción debía detenerse cuando llovía debido a la falta de ventanas, la fábrica fue capaz de producir mil unidades en 1946. Como detalle, cabe mencionar que el Volkswagen fue ofrecido a todas las grandes compañías de automóviles occidentales, incluyendo a la Ford, pero todas lo rechazaron aduciendo de que un coche tan feo no tenía posibilidades comerciales. En 1948, la propiedad de la Volkswagen pasó a manos del gobierno de Alemania federal y del gobierno regional de Baja Sajonia, que aún conserva un 20% de las acciones. Un antiguo ejecutivo de la Opel, Heinrich Nordhoff, sería el responsable del éxito que Volkswagen cosecharía en las décadas siguientes.
Irónicamente, la familia Porsche comenzó a adquirir acciones de Volkswagen en los años 80, y para enero de 2009 ya era el accionista mayoritario y meses después, en mayo, las dos compañías anunciaron su fusión. Esta misma semana, después de que fuese anunciada la renuncia debido al escándalo del Consejero Delegado de Volkswagen, Martin Winterkorn, la compañía anunció que sería sustituido por Matthias Müller, jefe de la División de Autos Deportivos de, casualmente, Porsche. El hijo pródigo vuelve a casa.
Comentario.
Volkswagen es una empresa que ha demostrado durante 70 años que es capaz de diseñar y fabricar vehículos de calidad a buen precio, y millones de clientes lo confirman. El fraude perpetrado por algunos de sus dirigentes es un golpe importante a su reputación y sin duda no quedará sin castigo, de hecho, la compañía ha anunciado que se hará cargo de todas las multas que procedan y que indemnizará a los compradores de los vehículos trucados. Sin embargo, los pecados de los responsables no deberían afectar a los millones de trabajadores alrededor del mundo que día a día y con una gran ética laboral producen los millones de Volkswagen que pueblan nuestras carreteras.
Volkswagen tardará en recuperar la confianza del mercado, pero confío en que con el tiempo los consumidores sabrán separar la culpabilidad de unos cuantos ejecutivos de la inocencia de los trabajadores de a pie. Que paguen los responsables del fraude, y no los que ni enterados estaban.
(Este artículo no ha sido patrocinado ni impulsado por nadie, excepto por un servidor.)
Hola Jesús,
de actualidad máxima el artículo de hoy y pienso como tú cuando dices que probablemente son los propios empleados de la empresa, nada más y nada menos que más de 375.000, los que más sufrirán los efectos de esta crisis. Seguro que se resolverá y los usuarios no deben de perder la confianza en esa empresa pues, aunque yo no conduzco un VW todos los que conozco que utilizan uno están encantados. Con los años esto se olvidará aunque la lección deberá quedar bien aprendida.
Saludos
Hola Francisco,
desde hace tiempo tenía preparado algo sobre la historia de VW, y me pareció un buen momento para publicarlo pues quería aprovechar para entrar en la defensa de los trabajadores. Es una empresa con un origen turbio, pero que ha sabido quitarse la piel original y mudar a uno de los mayores y mejores constructores de automóviles. Confío en que saldrá de esta.
Muchas gracias por comentar.
Un cordial saludo.
Como trabajador de la Red Comercial de Volkswagen en España, sólo puedo agradecerle este magnífico artículo y las consideraciones que incluye en el comentario que cierra el mismo. Sus palabras de apoyo nos vienen muy bien para estos días que nunca merecimos.
Hola Enrique,
a pesar de que nunca he tenido ningún VW, tengo una especial predilección por los escarabajos, pues me crié en Puebla, México, y conozco a mucha gente que ha trabajado o trabaja en esa planta. Me parece injusto que los errores de unos directivos puedan afectar al resto de trabajadores, y como ya tenía algunas notas sobre la historia de la marca, quise aprovechar para enviar un mensaje de apoyo. Ojalá y llegara a manos de los responsables…
Muchas gracias por tu amable comentario.
Un abrazo y mucho ánimo!