No hace mucho que en una red social alguien hizo un comentario a mi entrada sobre la teoría de que Hitler fuese judio. Decía el comentarista que el judaísmo es una religión, y no una raza, y que por tanto cualquier clasificación étnica de judíos o no judíos era un disparate. Obviamente le di la razón, en ambos postulados, pues la ciencia hace tiempo que comprobó que sólo hay una raza humana, si acaso dividida en grupos étnicos sólo diferenciados por apariencia física y cuestiones culturales, no biológicas, y porque las políticas racistas de los nazis eran una soberana burrada.
Tal era la confusión entre ellos mismos, que nunca tuvieron claro qué hacía que una persona fuera judía y por ello se inventaron un cuadro clasificatorio cuando aprobaron las leyes racistas de Nuremberg. Para ello hicieron una mezcla entre factores culturales, de herencia y físicos al que harían varios cambios durante la guerra, según las necesidades. El resultado fue que hubo personas que quedaron bajo la clasificación de Mischlinge (cruzados, híbridos, mestizos), y muchas de ellas lucharon en el ejército.
Ironía
En 1939, pocos después del inicio de la guerra, el periódico Berliner Tagesblatt publicó en sus páginas la fotografía de un joven con el uniforme de la Wehrmacht, con el pie de foto “El Soldado Alemán Ideal”. El diario había comprado la imagen al fotógrafo oficial del ejército, que la había hecho durante la invasión de Polonia.
El joven guerrero respondía al nombre de Werner Goldberg, un Mischling que ignoraba que su padre fuese originalmente judío (se había convertido en cristiano para poder casarse). Por lo visto nadie en el organigrama nazi se dio cuenta de la ironía, pues el mismo retrato se utilizó luego en posters de reclutamiento.
Algo parecido sucedió con Hessy Taft, neé Levinsons, una bebé cuya foto fue publicada en la portada de la revista semanal Sonne ins Haus (Sol en casa), elegida por el Ministerio de Propaganda como la imagen del perfecto bebé ario. Aparte de sus padres, Jacob y Pauline, nadie nunca supo que Hessy era judía.
La clasificación de Judíos en el III Reich
Es difícil si no imposible cifrar con exactitud el número de judíos que había emigrado a Europa, desde los tiempos de la Antigua Roma y hasta el siglo XX. Muchos de ellos estaban asimilados después de convertirse al cristianismo y los registros al respecto eran muy pobres. Ya en el siglo XX, y previo a la Segunda Guerra Mundial, se estima que el número de judíos en el continente estaba alrededor de nueve millones, claro está, sin contar a los judíos ya convertidos, que oficialmente ya no lo eran.
Cuando los nazis decidieron decretar leyes discriminatorias contra ellos, se encontraron con que necesitarían ciertos parámetros para distinguir a los judíos de los gentiles, y eligieron el número de abuelos como tal. El resultado fue el cuadro que reproduzco a continuación.
A la izquierda del gráfico se puede ver que los individuos con cuatro abuelos “alemanes” (cuatro círculos blancos), eran “alemanes pura sangre”. Del lado derecho, con tres o cuatro abuelos judíos (círculos negros), eran simplemente judíos.
Más categorías
En la segunda y tercera columnas por la izquierda quedaban los Mischlinge, de segundo grado si sólo tenían un abuelo judío y de primer grado si eran dos. cabe añadir que para que los abuelos fuesen considerados como tal, deberían ser pertenecientes a la comunidad judía (wenn er der Jüdischen Religiongemeinschsft angehört hat), aunque no fueran seguidores de esa religión y ellos no se vieran a sí mismos como judíos.
También eran considerados como judíos en plena regla aquellos Mischlinge de primer grado que pertenecían a alguna congregación judía cuando se promulgaron las Leyes de Nuremberg o se hicieron miembros después; aquellos que estaban casados con otro judío; los hijos de un matrimonio con al menos un miembro judío, después de la prohibición de los matrimonios mixtos (1935) y los hijos resultado de una relación extramarital con un judío posteriores al 31 de julio de 1936.
Los Mischlinge no fueron, salvo en contadas excepciones, enviados a los campos de concentración, pero tampoco se les otorgaron todos los derechos que el resto de sus compatriotas “alemanes purasangre” disfrutaban.
Los soldados judíos
Al igual que en el caso de Werner Goldberg, muchos Mischlinge de primer y segundo grado lucharon con la Wehrmacht durante la SGM, algunos reclutados y otros por decisión propia. Entre los primeros los hubo quienes no tuvieron otra elección y, temerosos de ser identificados o represaliados aceptaron su destino. Algunos otros optaron por desertar y cambiar de bando, objetivo que pocos alcanzaron.
Los voluntarios también podrían clasificarse en grupos, como los que como Werner desconocían su calidad de mestizos y los que lo sabían pero igualmente no querían problemas. No se me escapa que es muy probable que algunos fuesen nazis convencidos, pero al final de la guerra, entre los que sobrevivieron, claro está que nadie iba a aceptarlo.
Aproximadamente 150,000 Mischlinge sirvieron en las fuerzas armadas durante la guerra. Muchos fueron condecorados y la mayoría se distinguió en el servicio, pues entendían que demostrando su valentía serían mejor aceptados como “alemanes” entre sus compañeros. Pocos alcanzaron rangos de importancia, algunos por decisión propia, pues sabían que los ascensos requerían un examen más detallado de su condición “racial” y preferían mantenerse por debajo del radar de la Gestapo.
El Caso Milch
Destaca sin embargo el caso de un Mariscal de Campo Mischling. Erhard Milch era hijo de un judío y una cristiana, pero también era la mano derecha de Hermann Göring, jefe de la Luftwaffe, con quien construyó las fuerzas aéreas nazis de las que luego fue el encargado de la logística.
Para protegerlo, la madre de Milch acudió a los juzgados raciales y aseguró que sus seis hijos eran en realidad el producto de una relación con su propio tío, Carl Brauer, un alemán de pura cepa, y que por ende sus hijos eran “alemanes purasangre” (dichos juzgados se vieron desbordados con casos como este después de las Leyes de Nuremberg).
Göring intercedió entonces ante Hitler y este extendió un Certificado de Sangre Alemana, y luego fue clasificado, contradictoriamente, como “Ario Honorífico”. Al menos una veintena de Mischlinge más alcanzaron rangos significativos en los ejércitos nazis, incluyendo 17 Generales, 8 Tenientes generales y 5 Mayores generales.
Sobrevivientes
De los aproximadamente 150,000 Mischlinge que participaron en la guerra sobrevivieron poco más de mil, incluyendo el puñado de ellos que pudo desertar. Algunos, como Milch (sentenciado a cadena perpetua aunque liberado después de 15 años), fueron juzgados en los tribunales de Nuremberg.
Todos quedarían marcados por la contradicción de haber servido a una maquinaria que perseguía su propia destrucción y la de sus familiares, como Werner Goldberg, cuya familia al completo, excepto su padre, pereció en los campos de concentración. El “soldado ideal nazi” pasó el resto de sus días luchando por la integración de las culturas en su país natal.
Hola Jesús,
no deja de ser escalofriante pensar que por ser de una raza diferente a la de uno mismo querramos exterminarla, pero si todos pertenecemos a la misma ¡LA HUMANA! Hitler y el nazismo estan llenos de contradicciones y esto es buena muestra más de ello. Como siempre, estupendo artículo.
Abrazos
Hola Francisco,
en verdad es muy triste que aún sigamos hablando de «razas», cuando bien sabemos que sólo existe una y que todos somos descendientes de una misma madre. Aciertas como siempre al decir que el nazismo estaba lleno de contradicciones, lo cual sólo muestra que no era más que una mezcolanza de resentimiento, ignorancia y violencia. Me alegro que haya desaparecido…al menos como fuerza política.
Muchas gracias por comentar,. Un abrazo!
La verdad es que el título de «escrito amateur» te sienta bien. Además de escribir, también deberías incurrir en la investigación, para evitar errores como éste:
«…Todos quedarían marcados por la contradicción de haber servido a una maquinaria que perseguía su propia destrucción y la de sus familiares…»
Si hubieras hecho la tarea, sabrías que Hitler no quería exterminar a nadie.
Un saludo.
Ahora resulta que Hitler sólo quería ayudar a los judíos…para reirse si no fuese un tema tan trágico. Anda, a estudiar antes de decir barbaridades, que es lo que necesitan nazis y negacionistas.
Ni tan blanco ni tan negro, habría que ahondar en la sociedad alemana de esa época para conocer la realidad. No olvidemos que siempre los vencedores en las guerras eran los que se arrogaban la potestad de ser los dueños absolutos de la verdad. De las bombas de fósforo arrojadas en Dresden no habla casi nadie, y tantas otras matanzas masivas de civiles inocentes a mano de los aliados. Vivo en Argentina, y estoy seguro que luego de la guerra de Malvinas en 1982 los ingleses prácticamente nos representaban como un pueblo bárbaro y sobresaliendo de nuestra boca colmillos chorreando sangre. Bárbaros no; estúpidos sí, elevados a la máxima potencia, basta con ver lo que son quienes nos gobiernan. Saludos
Hola Saturnino,
Conocemos muy bien la realidad de la sociedad alemana en la época nazi, hay suficiente documentación y decenas de miles de testigos que ilustran las vicisitudes que el pueblo tuvo que sufrir a manos de sus conciudadanos.
Respecto a eso de que los vencedores son los dueños absolutos de la verdad, es un viejo y conocido cliché, pero uno que no refleja la realidad. La historia la escriben todos, perdedores y ganadores, sólo cuando se apoyan en hechos comprobables. Si se basan en rumores o prejuicios, no son historia, sino charlatanería. Como decía anteriormente, los años del Tercer Reich nos dejaron un legado documental imposible de negar. Los mismos alemanes registraban y guardaban todo con un orden difícil de imitar, y poco queda a la especulación.
Sobre Dresden, te puedo decir que he leído al menos media docena de libros sobre el tema, he visto decenas de documentales y leído cientos de artículos. Puede que en un principio si se hubiese ignorado, pero en las últimas décadas parece todo lo contrario, que algunos se empeñan en hablar exclusivamente de ello. También puedo decirte que los ingleses no consideran «bárbaros» a los argentinos, ni les guardan mucho rencor por la guerra de 1982. Yo viajo mucho a Londres y tengo amigos ahí, y sí, creen que las Malvinas les pertenecen (yo creo lo contrario), pero también creen legítimo que Argentina luche por ellas.
Te agradezco mucho tu comentario, siempre es bueno conocer otros puntos de vista.
Un cordial saludo.
Buenos días, es la primera vez que pongo una objeción a uno de sus artìculos, cuando dice: que es imposible saber los judìos que habìan emigrado a Europa, desde los tiempos de la antigua Roma, bien creo que los judìos nunca emigraron, cuando el general Tito destruyó Jerusalèn, según historias, se llevó uno o dos millones de judìos prisioneros a Roma, para posteriormente repartirlos por todo el imperio Romano, y cosa curiosa, en Extremadura estuvieròn en las Hurdes, valle de Jerte, la Vera, (de donde procedo) y otras partes, todavía recuerdo, que mi madre preparaba postres, que con el tiempo supe que eran judìos. Y como cosa curiosa cuando la Inquisición se metió con ellos, hay un pueblo donde todavìa conservan los instrumentos de tortura, con esto quiero decir que hace cien años esa parte de Extremadura, era una autentica selva con àrboles cuyo grosor no los abarcaban seis hombres, y toda la sierra estaba llena de castaños y nogales, de lo cual deduzco si hace cien años era mas selva que bosque, ¿como sería dos mil años atrás?. Sería completamente inhòspito esos lugares, pues hasta allí los mandaron, creo recordar que para romperles el espirìtu de unidad como pueblo, esto seguro que lo sabe mucho mejor que yo. Gracias por su tiempo, me gustan todas sus publicaciones. Un afectuoso saludo.
Hola Jesús,
creo que tienes razón, los judíos no emigraron voluntariamente, al menos no la mayoría, sino que fueron obligados a abandonar su tierra. Ignoraba del detalle que mencionas sobre su presencia en el Valle del Jerte, e intentaré informarme más la próxima vez que vaya a esa bendita tierra. El legado judío en España es muy rico, y siempre hay algo que aprender.
Muchas gracias por tu amable comentario.
Un cordial saludo.
Sumamente interesante tu escrito.
Gracias por compartir.
Un fuerte abrazo.
Hola Stella,
llevaba ya tiempo con la idea, pero me gusta espaciar las entradas con temas relacionados. Me alegra y halaga que te haya gustado.
Mil gracias y un besín.