De cómo los surfistas y las abejas colaboraron en la Carrera Espacial.

No es de extrañar que un proyecto de dimensiones mastodónticas como llevar al hombre a la Luna requiriese de la participación de expertos en los más diversos campos. Ingenieros de todas las ramas para construir los cohetes, informáticos para diseñar el software, astrofísicos para calcular las trayectorias, electricistas, médicos, nutricionistas y, por supuesto, surfistas y abejas, fueron empleados por los centenares de empresas que participaron en la aventura más grande de la corta historia humana. Queda muy claro que los primeros de la lista anterior serían indispensables, pero, ¿surfistas y abejas? ¿cuál fue su labor? Os cuento brevemente.

Surfistas

Para que el sueño humano de caminar en otro mundo fuera de nuestro refugio terrestre y de su gravedad, hacía falta un vehículo muy potente. Wernher von Braun, el experto en cohetes nazi reciclado para la NASA, diseñó con su equipo el Saturn V, la más grande y poderosa máquina que el hombre hubiese construido nunca. Hacia 1962, von Braun y sus expertos, ya habían decidio construir un cohete en etapas, para que los enormes tanques de combustible necesarios para despegar y luego poner en órbita la nave, pudiesen ser soltados al agotarse y no tener que arrastrarlos durante todo el viaje. El Saturn V que iría a la Luna tendria tres de estas etapas, la primera, con cinco motores F1, los más potentes jamás construidos; que se desprendería del cohete tan sólo unos minutos después del despegue, una vez consumida su carga; la segunda, con cinco motores J-2, encargados de poner a la nave en órbita, y la tercera, el Módulo Columbia, la más reducida nave que llevaría a los astronautas y al Módulo Eagle con el que se llevaría a cabo el alunizaje.

Saturn V en el Centro Espacial Johnson, Clear Lake, Texas.

Saturn V en el Centro Espacial Johnson, Clear Lake, Texas.

Cada sección sería construida por una empresa diferente, que a su vez se apoyaría en decenas de compañías más pequeñas, y que luego NASA ensamblaría finalmente en sus instalaciones de Cabo Cañaveral. A la North SATURN 2ND STAGE (S-II CONCEPT)American Aviation (NAA) se le encargó que fabricara la segunda etapa del bólido (S-II), de la cual más del 90% de su espacio estaba originalmente ocupado por los dos enormes tanques de oxígeno e hidrógeno líquido. Sin embargo, debido a las necesidades del proyecto, se le pidió a la NAA que redujera el peso y el tamaño de la S-II, y la solución fue eliminar el espacio entre los dos tanques y fabricarlos unidos con sólo una delgada separación de aluminio. El problema fue que el hidrógeno líquido debe mantenerse a una temperatura apenas 20º por encima del cero absoluto, por lo que debería estar bien aislado. Los ingenieros de la NAA acudieron a un invento de las abejas para utilizarlo como aislamiento.

La estructura en forma de panal es una de las más resistentes y ligeras que se encuentran en la naturaleza. Desde tiempos de los antiguos griegos, Euclides y Zenodoro habían demostrado que la forma hexagonal es la más eficiente manera de aprovechar el espacio y los materiales, además de que tiene altas prestaciones de compresión. Una capa de aislante en forma de panal fue elegida para el aislamiento de los tanques de la S-II, y se hicieron las pruebas pertinentes, sin  éxito. Por alguna razón, la capa de aislante se despegaba del aluminio, sin importar el adhesivo que se utilizara, y los ingenieros nuevamente tuvieron que acudir a otros expertos, los surfistas.

La sede de NAA en la que se construía la S-II estaba en Seal Beach, California, que por casualidad es una de las Estructura de panalcapitales del surf en la costa oeste (y no muy lejos de mi Alma Máter, en Long Beach). Alguien se dio cuenta que las tablas de surf utilizaban también la estructura de panal, y que los fans del deporte de las olas eran unos expertos en el manejo de dicho aislamiento. La NAA contrató entonces a varios melenudos playeros y les pidió que diseñaran la mejor manera de aplicar el aislamiento de panal a los tanques. Lo que ellos recomendaron fue que, en lugar de aplicar la capa ya fabricada, se esparciera el material como spray, y que la espuma formaría las celdas hexagonales de manera natural. El remedio funcionó. La NAA pudo terminar la S-II que llevaría a un total de 24 astronautas a nuestro satélite.

El trabajo de los surfistas con la NASA fue mantenido en secreto durante algún tiempo, hasta que la historia surgió en una entrevista a uno de los ingenieros. Dijo este, “sin la ayuda de los surfistas difícilmente hubiésemos podido terminar nuestra sección a tiempo para cumplir la meta auto-impuesta por Kennedy de poner a un hombre en la Luna antes del final de la década”. Eso sí, había una queja, y es que cada vez que las olas se lucían en la playa y eran ideales para el surf, el absentismo de los improvisados científicos se disparaba. Nadie es perfecto.

2 thoughts on “De cómo los surfistas y las abejas colaboraron en la Carrera Espacial.

  1. Antes que nada, no quiero electrodomésticos ni reservar hoteles. Es poco serio que ofrezcas baratijas, Barcala. ¿Has probado con Justin Bieber?, está de saldo. ¿Has probado AdBlock – Chrome Web Store – Google?
    ¿Fue Herr von Braun quien dijo algo como que USA creyó que estaba viajando al lejano oeste?
    Lo de imitar a los animalitos lo dijo Ray Bradbury.

    https://dl.dropboxusercontent.com/u/46389612/asurftata.jpg

    • Hola Pajuerano,
      te lo diré de una manera amable. No vendo baratijas, ni nada. Sólo alquilo parte del espacio en mi blog a una empresa que. a su vez, lo alquila a las compañías que se quieren publicitar. De esa manera, yo obtengo unos pequeños ingresos, que me ayudan a mantener esta página Creo que de esa manera los lectores pueden seguir teniendo acceso a contenidos de calidad sin tener que pagar por ello, o prefieres que cobre por leer?
      Muchas gracias y un saludo.

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