Puedes escuchar el episodio entero sin salir de la página:
Hace unos años, explorando con el Google Earth el recorrido del huracán Patricia con destino a las costas mexicanas, me topé con un nombre que me despertó vivencias encontradas de la infancia, Clipperton, un atolón situado en el Pacífico a casi 1,300 kilómetros al sur-suroeste de Acapulco. Fue mi Santa tía Conchita la que marcó ese nombre en mis recuerdos, en una de esas noches en las que disfrutaba contarnos historias de terror bajo la Luna estival y los primos nos deleitábamos en escucharla.
Desde entonces, Clipperton representó para mí una mezcla de terror y tragedia, aunque no estaba seguro de que la historia aquella fuese real. El reencuentro provocado por Patricia, despertó mi curiosidad, y lo que encontré casaba muy bien con aquel horrible relato que no me dejó dormir tranquilo durante varias noches.
Descubrimiento(s).
Es muy posible que la Isla de Clipperton sea la misma descubierta por Álvaro Saavedra en 1527, a la que llamó Isla de los Médanos, y hay un mapa en el Museo Naval de Madrid que así lo establece (la versión francesa dice que no tienen nada que ver). La primera visita registrada se debe al pirata que cedió su nombre al atolón, John Clipperton, quien se dedicaba a atacar y robar los barcos españoles que hacían la ruta de Manila a Acapulco. Se cree que lo utilizó como guarida, e incluso hay rumores de que escondió un tesoro en sus playas.
En 1711, dos capitanes franceses hallaron el lugar, lo bautizaron como Isla de la Pasión y lo reclamaron como posesión francesa, sin pisar tierra. La controversia continuó durante siglos, añadiéndose a ella estadounidenses, ingleses y mexicanos, que consideraban al atolón como herencia de los territorios antiguamente españoles.
En todo caso, en 1858, los franceses volvieron a intentar reclamarla, pero de una manera poco ortodoxa, pues al no poder desembarcar debido a las fuertes corrientes y al arrecife que lo rodea, decidieron hacer la proclamación desde un barco mientras navegaban alrededor del atolón.
Intentos de colonización.
En 1892, y apoyados en la Ley de las Islas de Guano, los norteamericanos se anexionaron Clipperton unilateralmente. Un grupo de mineros llevados desde San Francisco permaneció en la isla durante unos años, construyendo infraestructura y almacenando grandes cantidades del fertilizante natural, pero el clima hostil, la dificultad de llevar provisiones y la falta de un mercado para un guano que se consideraba de poca calidad, los convencieron de que el intento era fútil.
Estados Unidos abandonó su reivindicación sobre la isla y vendió los derechos de explotación a los ingleses. Ni franceses ni mexicanos aceptaron el trato, los primeros enviaron una fragata para marcar territorio y los segundos, a instancias de Don Porfirio Díaz, a la sazón Presidente de México, aceptaron finalmente dar la concesión a la Compañía Británica de las Islas del Pacífico.
Periodo Mexicano.
En 1906 llegaron los ingleses, construyeron un nuevo muelle, una corta vía de ferrocarril y hasta un huerto con vistas a mejorar la vida de los mineros Al mismo tiempo, México envió un contingente de 13 soldados al mando del recién nombrado Gobernador, Don Ramón Arnaud. Don Porfirio Díaz ordenó la construcción de un faro, y para 1910 alrededor de 100 personas vivían en la isla, un grupo que ya incluía a las familias de los militares mexicanos, e inclus{«type»:»block»,»srcClientIds»:[«03ab58e7-89a0-4a25-bb01-93b9dd5d0f2f»],»srcRootClientId»:»»}o a algunos niños nacidos ahí.
Ese mismo año las cosas comenzaron a torcerse. Primero, los ingleses también abandonaron sus intentos de comercializar el guano, aunque dejaron a un representante de la empresa, el alemán Gustav Schulz, quien plantaría media docena de palmeras y sería posteriormente expulsado por Arnaud. Segundo, Don Porfirio fue obligado a abandonar el poder y se inició la Revolución Mexicana, con lo que la posesión pasó a segundo plano y los barcos de aprovisionamiento dejaron de llegar.
Apoyo institucional robado
En 1914 el Gobernador Arnaud consiguió ir a México y entrevistarse con Victoriano Huerta, en ese momento el hombre fuerte del país, quien le prometió un barco de suministros. En la única batalla naval del conflicto revolucionario, los rebeldes hundieron al susodicho barco, pero ni el general Huerta ni los habitantes de Clipperton supieron de su suerte.
También en aquel año estalló la Primera Guerra Mundial, por lo que el tráfico marítimo disminuyó hasta mínimos. Los 13 soldados, 6 mujeres y sus hijos comenzaron a sufrir los estragos del abandono. Por cierto, también quedó en la isla un personaje extraño, Victoriano Álvarez, encargado del faro que vivía como ermitaño en sus dominios y apenas se relacionaba con el resto.
Se desata la tragedia.
Sin los pertrechos de tierra firme, y después de que el huerto hubiese sido destruido por una tormenta, los habitantes comenzaron a pasarlas canutas para sobrevivir. Sólo disponían de pescado, aves y sus huevos, y tres cocos por semana, la única fuente de vitamina C, que se repartían exclusivamente entre las mujeres y los niños.
La falta de este aditivo causó el escorbuto en los hombres, que uno a uno fallecieron y eran enterrados en las playas, 15 en el año de 1915. Un día de octubre del siguiente año, Arnaud creyó divisar un barco en el horizonte y decidió coger una lancha e intentar alcanzarlo con los tres hombres restantes.
Alucinaciones
Probablemente el barco no fue más que una alucinación provocada por la desnutrición extrema y, cuando los tripulantes se dieron cuenta, intentaron rebelarse contra Arnaud. Desde la orilla las mujeres fueron testigo de la pelea, que terminó con los cuatro hombres en el agua, ahogados.
Ese mismo día llegó un huracán que destruyó las últimas chozas del asentamiento. Mientras, en el único sótano, Alicia Rovira, la esposa (ahora viuda) de Arnaud, daba luz a su cuarto hijo.
El Rey de Clipperton.
Al poco tiempo apareció el farero Victoriano Álvarez, y no creo que por casualidad. Llegó hasta donde estaban las mujeres y los niños, cogió todas las armas y las arrojó al centro de la laguna, excepto un rifl. Este anunció entonces que a partir de ese momento sería el rey de Clipperton. Les dijo que todos los presentes serían sus súbditos y quedaban a su servicio.
Una madre y su hija rechazaron su proclamación y fueron prontamente violadas y asesinadas por Álvarez. El resto sufriría sus caprichos durante varios meses. La primera, Altagracia Quiroz, de 20 años, quien sirvió de concubina involuntaria hasta que Álvarez se cansó de ella y la sustituyó por Rosalía Nava, de 13 años. Luego a Tirza Randón, también de 20 años y la más rebelde del grupo.
Sobra decir que la vida en Clipperton pasó de Guatemala a Guatepeor, un infierno para las indefensas jóvenes y sus niños. Aparte de los abusos sexuales, recibían palizas constantes, y Álvarez les racionaba la comida. Es obvio que este sufría de algún tipo de desorden mental probablemente por su aislamiento en el faro, algo común entre el gremio, pero nos es imposible hacer un diagnóstico certero. No es de extrañar que las mujeres planificaran su muerte.
La Isla Maldita
La mañana del 17 de julio de 1917, Álvarez devolvió a Tirza al grupo. También anunció a Alicia Rovira, a quien no había violado todavía, que debía presentarse al día siguiente en su choza, para vivir con él. Ambas mujeres sabían que se les presentaba una oportunidad, y no pensaron en desperdiciarla.
Cuando llegó el momento, Tirza, Alicia y el hijo de esta, Ramón, de siete años, se presentaron en la choza. El tirano cuando asaba un pájaro. Contrario a su costumbre estaba de buen humor, pero cuando vio aparecer al grupo en lugar de a una sola mujer se contrarió. Entonces preguntó a Tirza qué estaba haciendo ahí. Ella no respondió y tampoco le hizo caso cuando le ordenó que se marchara con el niño. En su lugar,
Tirza se dirigió a la choza del farero mientras Alicia lo distraía. Dentro, había ocultado un martillo, y con él en mano, aprovechó que Álvarez no estaba mirando para colocarse a sus espaldas. A una señal de Alicia, Tirza dejó caer el martillo sobre el cráneo de su verdugo.
Muerte en Clipperton
Álvarez cayó al suelo, herido pero no muerto, de hecho, consiguió levantarse y coger un hacha que tenía a mano. Aún sin prestar atención a Tirza,
salió corriendo tras Alicia. Pero ella huyó al tiempo que gritaba a su hijo para que cogiera el rifle y corriese hacia el resto del grupo de mujeres y niños. Pero el Rey de Clipperton no tuvo más oportunidades. Tirza le dio alcance y le asestó un nuevo golpe con el martillo. Fue probablemente el definitivo. Pero la rabia acumulada durante meses llevó a la joven a coger un cuchillo y a asestarle una docena de puñaladas que le desfiguraron la cara.
Quiso el destino que, mientras Ramón corría por la playa, avistó un barco a lo lejos. Se trataba del USS Yorktown, un crucero norteamericano. Había sido enviado a la isla para asegurarse que los alemanes no la estaban utilizando como base para submarinos. El primer intento de los estadounidenses para desembarcar terminó en fracaso y la lancha tuvo que volver al barco. Las mujeres, desesperadas y desilusionadas, hablaron de pegarse todas un tiro para acabar con su miseria. Pero su suerte cambió cuando el capitán del Yorktown envió una nueva misión. Finalmente, cuatro mujeres y siete niños fueron rescatados y provistos. Su calvario de cuatro años había terminado.
Sin dueño
El grupo de sobrevivientes de Clipperton fue llevado al puerto de Salina Cruz, en México, donde vivía el padre de Alicia Rovira. Para proteger a las mujeres, el Capitán Harlan Page Perrill decidió no mencionar nada sobre la muerte de Álvarez, cuyo cuerpo habían encontrado sus hombres en la choza. pasarían 17 años antes de que nadie se atreviese a hablar sobre el asunto. La historia de la tragedia de Clipperton, se convertiría entonces en material de leyenda entre la población mexicana.
No obstante, y por fin, en 1931, el Rey Víctor Emmanuel de italia, a quien Don Porfirio y los franceses habían encargado un arbitraje para decidir la soberanía del atolón. Vittorio Emmanuelle decidió que Clipperton pertenecía a Francia, a pesar de que nunca un ciudadano de ese país había puesto pie en el islote.
Epílogo
México aceptó resignada la decisión, al menos oficialmente, y Francia no se preocupó más de Clipperton hasta después de la Segunda Guerra Mundial, cuando primero pensó en hacer pruebas nucleares ahí, y luego utilizarla como depósito de residuos nucleares. En ambas ocasiones, la intervención de México y de los Estados Unidos detuvo los planes.
Clipperton es en la actualidad un territorio abandonado, visitado en raras ocasiones por misiones científicas y curiosos. Sigue siendo un lugar hostil al ser humano, y seguramente fue golpeado por el huracán Patricia la semana pasada. Pero nadie en México olvida las desgracias que sus habitantes temporales sufrieron. Tampoco el sacrificio de sus hombres por mantener y defender un atolón que, aunque pequeño y falto de valor, consideran suyo.
Exelente relato.
Muchas gracias Ángel, lo he escrito con mucho cariño…Un cordial saludo!
conocía del Atolón, pero esta historia de los mexicanos, para nada. Con estos antecedentes, deberían reclamarla. Creo que hasta una peli hay de esta historia. Saludos y siga con esta calidad de investigaciones, amigo Barcalá
Hola Carlos,
Clipperton es un lugar de cierta forma maldito, y poco habitable, y creo que por eso su historia es poco conocida. Al gobierno mexicano no le gusta mucho que le recuerden el desaguisado, pero yo creo que más que centrarnos en el islote y su jurisdicción, la historia de los seres que ahí vivieron y murieron merece ser conocida. Yo he puesto mi granito de arena…
Muchas gracias nuevamente Carlos por tu amable comentario. Un abrazo!
me encanta esta historia 🙂 especialmente tu manera de contarla … desde aqui envio a tu tia Conchita un fuerte abrazo, donde quiera que se encuentre, por haber llenado tu imaginacion de este «cuento para dar miedo» 🙂 … y a tu mente que supo conectar a Patricia con el resto …..
Hola María,
como cuento en la entrada, conocí la historia cuando era niño, pero siempre pensé que mi tía Conchita había exagerado. Ahora veo que no. Le pasaré tus saludos esta misma tarde… 😉
Mil gracias como siempre por tu amable comentario. Te deseo un feliz domingo y te mando un besín.
Muy muy interesante relato
Muchas gracias Margaret, la historia es muy apasionante, yo sólo soy el cuenta-cuentos… 😉
Feliz domingo!
Ameno e interesante relato.Muchas gracias por compartirlo
Muchas gracias a tí Jorge por dedicarnos unos minutos. Como siempre, contamos la historia con cariño.
Feliz domingo!
Interesantisimo articulo que describe una pagina desconocida y cargada de tragedia de la Historia Mexicana.
Hola Augusto,
ya estamos por aquí. EN verdad es una historia muy interesante, aunque trágica, y poco conocida fuera de México. Eso, y pensar en las víctimas, fue lo que me empujó a dedicarle unas líneas en Ciencia Histórica. Me halaga mucho que te haya gustado, y ta agradezco no sólo que me hayas leído, sino por compartir en las redes sociales.
Muchas gracias nuevamente y un abrazo!
sin duda, queramos mas a Mexico
Hola Jesús,
pues da para una película y de las buenas, tiene todos los ingredientes para convertirse en un gran éxito. Lo disfruté como se merece además de haber aprendido algo que me era del todo desconocido.
Abrazos
Hola Francisco,
hay una película dirigida por Emilio «El Indio» Fernández (uno de los grandes directores del cine mexicano) y con Pedro Armendáriz como protagonista. No la he visto, pero he leído que está sólo basada en los hechos, y que se enfoca más en la valentía de los mexicanos al defender la isla de un ataque francés, que nunca sucedió. pero coincido contigo, y espero que algún día alguien se anime con el proyecto, después de todo, tiene todos los ingredienets para un buen drama, o thriller… 😉
Muchas gracias por comentar. Un abrazo fuerte.
Tremendo relato y muy bien contado, como todos. Un lujo de blog.
Muchas gracias Icástico, me halagas! creo que el éxito de este blog es el cariño que le pongo, y el hecho de que escribo como me sale, como si se lo estuviese contando a un amigo. Espero poder seguir por este camino, conquistando a la audiencia con cada artículo, y siempre agradecido con vosotros… 😉
Muchas gracias y un abrazo!
Excelente artículo y un gran trabajo de investigación. Mis felicitaciones por la calidad de este blog. Te sigo. Por cierto, lo de la película mexicana basada en estos hechos, aquí: http://cinemexicano.mty.itesm.mx/peliculas/isla_pasion.html
Muchas gracias
Hola Alberto,
muchísimas gracias por tu amable comentario. mensajes como el tuyo son el combustible que me empuja a seguir trabajando por este camino, con más empeño y cariño, si puedo. La historia de Clipperton, como escribo en el artículo, la conocí desde niño, pero la verdad es que no me la creía del todo. Fue investigando para esta entrada que me di cuenta de que era verídica, y toda una tragedia. Espero que este humilde homenaje sirva para que más gente la conozca, pues creo que vale la pena sacarla de la oscuridad. Por cierto, que he buscado la película del Indio Fernández pero no la he encontrado. ya le he pedido a mi familia en México que me la busque, espero haya suerte.
Muchas gracias nuevamente por tu amable comentario. Un abrazo y un cordial saludo!