A estas alturas de la historia muchos las han olvidado, pero para las dos o tres generaciones anteriores, las imágenes de los eventos sucedidos en la Plaza Daley aquel 22 de noviembre de 1963 quedarán marcadas en nuestras mentes para siempre. El Presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy era asesinado por al menos un asesino mientras saludaba a las masas desde su descapotable. El misterio continúa sobre quién y por qué lo hizo, y las teorías abundan. Lo único seguro es que mucho hemos aprendido sobre la vida de quien ilusionó a un país y al mundo entero gracias a la desclasificación de documentos, entre otras cosas, las muchas dolencias y roces con la muerte que padeció el más célebre de los Kennedy, tantas, que incluso recibió la extremaunción en cuatro ocasiones.
Un niño enfermizo.
Jack, como era conocido por familiares y amigos, nació el 29 de mayo de 1917, el segundo hijo de Joseph “Joe” Kennedy y Rose Elizabeth Fitzgerald, ambos a su vez hijos de inmigrantes irlandeses que habían logrado el sueño americano. Nada le faltó en su vida al pequeño, excepto salud. A los tres años sufrió su primer susto, cuando enfermó de fiebre escarlatina, que a punto estuvo de llevárselo a la tumba, y aunque sobrevivió, su salud nunca fue completa. Era un chico delgado, pálido y por lo general con poca energía, lo que no le impedía practicar varios deportes. Cuando a los 13 años su padre lo envió a un internado en el vecino Connecticut, Jack se convirtió pronto en el mejor cliente de la enfermería. A los 17, era tal su debilidad que tuvo que ser hospitalizado, y lo médicos pensaron que sufría de Leucemia. Poco después, Joe Kennedy lo internó en la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota para que le hicieran más pruebas. El diagnóstico, colitis, la crónica inflamación del colon.
Segundo susto.
Jack se sobrepuso a la enfermedad y pudo graduarse del instituto antes de matricularse en la Universidad de Harvard en 1936, institución en la que obtuvo la licenciatura en derecho en 1940. Estando en la universidad, John
La noche del 2 de agosto de 1943, después de una misión de patrulla rutinaria, la PT-109 se encontraba flotando en mar abierto. Era una noche calurosa como cualquiera, pero más oscura. Nadie vio venir al destructor japonés Amagiri hasta que fue demasiado tarde. La torpedera fue embestida por el destructor y partida por la mitad. Dos de los miembros de la tripulación murieron instantáneamente y el resto quedó flotando entre los escombros de
Jack congresista.
Poco antes de que acabara la guerra, el hermano mayor, Joe Jr., murió cuando su avión explotó sobre Inglaterra en una misión peligrosa para la que se había ofrecido voluntario. Su fallecimiento cambiaría la vida de Jack, no tanto por el dolor de perder a un ser tan querido, que tambié, pero más importante porque al él pasó la responsabilidad de satisfacer los anhelos del padre de que uno de sus hijos llegase lejos en política. No es que no hubiese considerado la carrera como una opción, pero sin Joe, poco más que se sintió obligado.
Quiso la fortuna que en 1946, un importante congresista por Boston decidió no volver a competir por su escaño para ser candidato a alcalde. En ese mismo distrito había sido diputado John Francis “Honey Fitz” Fitzgerald, abuelo
Un año de vida.
Durante una reunión social en Londres, acompañado de su hermana, JFK sufrió un desmayo. En un primer momento no saltaron las alarmas, pues un muchacho tan enfermizo que apenas pesaba 60 kilos y con su historial
Pero John F. Kennedy vivió esos diez años y unos pocos más, y no sólo eso. Aquel tercer susto le hizo ver la vida de otra manera. Se dio cuenta que nuestro paso por este mundo es efímero y que no podía perder el tiempo, debía dejar su marca en caso de que la enfermedad acabara con él pronto. De vuelta al trabajo, se lo tomó más en serio, se convirtió en un trabajador incansable, en un político capaz, ambicioso. En 1952 daría el salto al senado, y en 1960 a la presidencia, siempre con el dolor a sus espaldas y con la amenaza de una muerte repentina. Trágicamente esta le llegó a los 46 años, y no por problemas de salud, sino por las balas de los asesinos. Jack Kennedy rozó la muerte, jugó con ella y le evitó en varias ocasiones, hasta que finalmente la encontró en Dallas.
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Un muy buen escrito, como siempre. En tu opinión personal. ¿Cual de todas las teorías de su asesinato es la mas acertada?
Saludos.
Hola Juan Pablo,
es muy complicado decidirse por alguna de las decenas de teorías que existen sobre el asesinato de Kennedy, ni yo mismo estoy seguro. Lo que sí puedo decir, es que no creo que Oswald hubiese actuado solo, ni creo que sólo él hubiese disparado. El libro "In the trail of the Assasins" (en el que se basa la película JFK de Oliver Stone), me parece que es el más certero. No creo que hayan sido los soviéticos, ni los cubanos ni la mafia, me parece más bien que fue un trabajo interno...pero ya sabes, es mi opinión. ¿Qué piensas tú?
Muchas gracias por comentar. Un cordial saludo.
Personalmente, también me inclino porque haya sido efectuado desde adentro. No se si sea paranoia, pero algunas veces pienso que en ese país ciertas agencias se convirtieron en monstruos que ni siquiera la cabeza del ejecutivo puede controlar.
Hola Juan Pablo,
siempre hay políticos que quieren aprovecharse de las instituciones de un país para beneficio propio. No me extrañaría nada que este hubiese sifo uno de esos casos. Probablemente algún día sabremos la verdad, probablemente no...
Un saludo.
Excelente
Muchas gracias Nelson! Un saludo... ;)
Hola. Queda mejor en castellano leuCemia que leuKemia. Así no afeas un texto tan interesante de leer.
Ahora mismo lo corrijo Yakov, un error mío... :P
Muchas gracias y un saludo!