La muerte de un asesino, o cuando una imagen no cuenta toda la historia.

Es una de las fotografías más conocidas, y terribles si me lo permiten, de la Guerra de Vietnam. El momento en que un oficial de la Policía de Vietnam del Sur, ejecuta a un hombre (aparentemente un asesino) con un disparo en la sien, un momento captado por la cámara del periodista estadounidense Eddie Adams, casi por casualidad.

Fue una imagen que, al ser publicada en los principales periódicos del mundo, causó tal estupor que galvanizó la oposición a la guerra entre los norteamericanos, movimiento que tendría grandes consecuencias en el devenir militar y político del conflicto, y del futuro próximo de la nación más poderosa del planeta.

Pero a pesar de que las imágenes hablan por sí solas, muchas veces no nos cuentan toda la historia, toda la verdad, y la audiencia puede llevarse una idea errónea de lo que ven sus ojos, como sucedió en este caso. Aparentemente, un militar ejecuta a un prisionero o probablemente incluso a un civil. La historia del ejecutado, no obstante, es mucho más turbia.

Soldados llevan al asesino frente a las cámaras.

Soldados llevan a Van Lem frente a las cámaras.

Capturado

La ofensiva del Tet, una de las más importantes campañas militares organizadas por el Viet Cong en contra de Vietnam del Sur y sus aliados, había comenzado dos días antes, el 30 de enero de 1968. Las calles de Saigón resonaban todavía con los disparos, y la destrucción era el decorado. A media mañana de aquel jueves canicular,Eddie Adams un par de oficiales survietnamitas salieron de un edificio con un prisionero agarrado por los brazos, atadas sus manos por la espalda. La cámara de Eddie Adams siguió el cortejo durante unos metros, haciendo click en media docena de ocasiones.

Cuando soldados y prisionero se frenaron frente a él, Eddie preparó su Minolta de 35 mm para un click más. Justo en ese momento, se acercó por su izquierda el General Nguyen Ngoc Loan, Jefe de la Policía Nacional, y apuntó a la sien del prisionero con su Smith & Wesson .38 Special, algo que no llamó la atención de Adams, quien estaba acostumbrado a ver cómo se apuntaba a los prisioneros para asustarlos y obligarlos a hablar.

Muerte en directo

Pero aquel no era un interrogatorio, y antes de que nadie se diera cuenta, sonó un disparo y una bala se incrustó en el cráneo de Nguyen Van Lem, que cayó fulminado sobre el asfalto chorreando sangre. Enseguida Eddie supo que había tomado la foto del asesino en el momento del disparo, pero no dijo nada para no levantar suspicacias. Hizo un par de fotos más del muerto y se marchó tranquilamente.

Tenía la foto icónica que llevaba buscando tres años, y una vez que fue publicada su efecto sobrepasaría cualquier expectativa que él hubiese tenido. La foto de la ejecución se convirtió en un símbolo de la barbarie de la guerra por su brutalidad, y a Eddie Adams le dieron un Premio Pulitzer por ella.

La ejecución del asesino Nguyen Van Lem, Saigón, 1968.

La ejecución de Nguyen Van Lem, Saigón, 1968.

La muerte de un asesino

Nguyen Van Lem no era un santo, sino todo lo contrario. De acuerdo con las investigaciones de la policía, y a la confirmación de su viuda, Van Lem era un operativo del Viet Cong, las fuerzas comunistas invasoras también conocidas como el Frente Nacional de Liberación. Lem había abandonado su hogar poco antes del comienzo de la Ofensiva del Tet, nuevamente de acuerdo con su esposa, y en la madrugada del 1 de febrero fue capturado frente a una fosa común en la que yacían 34 cadáveres, entre los cuales había un puñado de policías, compañeros del General Ngoc Loan, y sus familias. Era pues, un asesino.

Van Lem, a cargo de un escuadrón de la muerte, se mostró orgulloso “obedecer las órdenes recibidas de su jefe de escuadrón de matar a esta gente”. Loan, que acababa de ser testigo de la ejecución de uno de sus mejores amigos y su familia, ejecutó sumariamente a Van Lem.

El cadáver de Van Lem yace en las calles de Saigón.

El cadáver de Van Lem yace en las calles de Saigón.

La muerte de un general

No hay dudas de que Van Lem era un criminal, un asesino, y tampoco las hay de que Loan lo ejecutó sin un juicio previo. No obstante, los expertos en derecho internacional aún no se han puesto de acuerdo sobre si Loan cometió una acción en contra de la Convención de Ginebra, relacionada con el tratamiento de prisioneros de guerra. Según las autoridades de Vietnam del Sur de aquel entonces,

Van Lem no era un soldado regular, sino un espía, un saboteador, además de un asesino, y estos son rutinariamente ejecutados por la mayor parte de ejércitos del mundo. Van Lem no llevaba el uniforme puesto, por lo cual sus actividades no estaban protegidas por la mencionada Convención de Ginebra. Aún así, la ejecución de un prisionero ante las cámaras, por muy asesino que fuese, no es precisamente el mejor de los comportamientos.

Epílogo

Al finalizar la guerra, Ngoc Loan emigró a los Estados Unidos gracias a la ayuda de Eddie Adams, quien sintió mucho haber destruido la reputación del general. El fotógrafo también dijo:

“ El general mató al Viet Cong; yo maté al general con mi cámara. Las fotografías son el arma más peligrosa en el mundo. La gente las cree, pero las fotografías mienten a veces, aún sin ser manipuladas. Sólo son medias verdades. Lo que la foto no dijo es: ¿Qué harías tú si fueses el general en ese momento y lugar, y hubieses atrapado al presunto villano después de que hubiese hecho volar a uno, dos o tres soldados norteamericanos?”

Todos los protagonistas de esta historia, excepto la viuda de Van Lem, quien aún le llora y sigue esperando recuperar su cuerpo. La foto de la ejecución es ya parte de la historia, pero los antecedentes de sus actores son menos conocidos, y la imagen viene a ser, com decía Adams, una verdad a medias. Un asesino fue ejecutado sin un juicio previo, poco después de que él ejecutara a muchos inocentes, sin juicio previo.

9 thoughts on “La muerte de un asesino, o cuando una imagen no cuenta toda la historia.

  1. Hola Jesús,
    ¡qué historia! No tenía ni idea de lo que escondía esta foto, sin duda polémica. Estoy convencido de que las opiniones sobre la ética y moralidad tanto de sus protagonistas como del fotógrafo pueden ser tan diversas como personas hay. Personalmente opino que Van Lem merecía un castigo por sus asesinatos pero esto no le exime de un juicio previo. Nadie puede saltarse la ley y ejercer la justicia por su propia mano, si esto fuera así, el mundo sería más caótico de lo que ya es ahora. Me ha impresionado tu relato y con tu permiso lo comparto.
    Un abrazo

    • Hola Francisco,
      es una historia terrible, y poco conocida. Yo viví en una ciudad californiana llamada Garden Grove, y casi todos mis vecinos eran vietnamitas, y apoyaban al General Loac. Claro está que todos estos vecinos míos eran refugiados que salieron de su patria tras la victoria del Viet Cong, y por miedo a las represalias. Ahora bien, por más que he buscado, no he encontrado nunca a nadie que defienda al muerto de la foto, sólo que se merecía un juicio, con lo que estoy de acuerdo. Pero que era un personaje deleznable nadie lo discute. El debate continuará durante décadas, posiblemente siglos, y la foto será siempre un icono de una era, junto con otra de la que voy a hablar en estos días. Muy pronto en Ciencia Histórica…:)
      Muchas gracias y un abrazo!

  2. Casualmente ayer vi esa foto, y la famosa frase del fotógrafo. Increíble la historia detrás de ella.

  3. A ese paso el autor Barcala va acabar por solicitar que se le haga un reconocimiento al general asesino por la muerte del guerrillero y pedir para él una condecoración y pensión vitalicia, ya que ejecutó a un rojo asesino. A ver si nos cuenta en otra oportunidad sobre la famosa fotografía de la matanza de My Lai y nos dice que la niña quemada era una chica muy peligrosa, que no era «ninguna santa».

    • Pues no Sr Ruano, no disculpo ni defiendo al general, por eso lo llamo asesino en el artículo. Hablando de la niña quemada, se confunde Vd., pues no tienen nada que ver con la masacre de May Lai. Ya he publicado un artículo sobre esa fotografía, y por supuesto que no la considero una chica muy peligrosa. Sólo una mente enferme podría pensar de esa manera.
      En fin…

    • A este paso van a proliferar como los níscalos los que recibieron el carnet de lector en la tómbola de su pueblo, durante las fiestas patronales. En fin, apuesto a que lees la historia sobre Austerlitz, San Quintín y los Campos Cataláunicos y eres capaz de afirmar que los vencedores fueron los rusos y austríacos, los franceses y Atila respectivamente.

      Monta una «Facultad sobre Interpretaciones Desenfocadas». Te vas a hacer de oro. Para empezar, te propongo varios temas: «de cómo la Wehrmacht conquistó Vladivostok en enero de 1948», «el Compromiso de Caspe y su entorno histórico en el seno de la Dictadura de Primo de Rivera» y «la influencia de los habitantes de Urano en las pirámides de Giza». Este último te va a encantar.

  4. Jesús, fue una suerte encontrar tu blog. Siempre muy interesante. El general Ngoc Loan vivió en USA regentando una tienda de licores. Como en muchas guerras, la propaganda es parte importante de las acciones. La foto, el fotógrafo, hicieron su parte, la interpretación de la misma el resto.

    • Hola Alfonso,
      muchas gracias por tu amable comentario, y bienvenido a Ciencia Histórica. Dices bien que el general Ngoc Loan terminó sus días en Estados Unidos, en California para ser exacto. Yo mismo viví en Garden Grove, una ciudad en el condado de Orange considerada como Little Saigón, por tanto y tanto inmigrante vietnamita. de hecho, la mayoría de mis vecinos eran refugiados. Para ellos, Loan era una persona respetable, no un héroe, pero sí alguien que tuvo que hacer el trabajo sucio.
      Muchas gracias nuevamente por comentar. Un cordial saludo.

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