Continúa de la Primera Parte
Ayer finalizamos la entrada con el primer encuentro entre Julio César y Cleopatra, la célebre anécdota de la alfombra. Yo mismo escribí que Julio César quedó ipso facto prendado de la joven monarca, pero la realidad es que no sabemos cuáles eran los verdaderos sentimientos de uno hacia el otro, y hasta qué punto fue “amor a primera vista” o un gusto adquirido.
Y ya que estamos en el tema, hay un punto que debo aclarar. Cleopatra se nos ha presentado siempre como una mujer muy bella, al menos por el cine y la pintura, pero las pocas efigies de ella que tenemos de la época nos muestran una mujer aparentemente menos agraciada. Soy de los que piensan que Cleopatra bien pudo ser una mujer muy bella, tal y como nos la describen, y al menos para los estándares de su tiempo.
Los cánones de belleza cambian de generación en generación, imaginaos cómo habrán cambiado en dos mil años. En cualquier caso, la belleza es lo de menos. Cleopatra VII Philopator fue una mujer con una personalidad arrolladora, inteligente y educada, y ello le bastó para seducir a dos de los hombres más poderosos del planeta.
Julio César y Cleopatra padres
Amor o pasión, César decidió que la jovencita estaba de muy buen ver y merecía la pena pasar unas semanas con ella. De paso, aprovechó para estabilizar la situación política en Egipto, enfrentándose y matando a Ptolomeo XIII en la Batalla del Nilo. Cleopatra fue entonces coronada junto con un hermano menor, Ptolomeo XIV.
Mientras tanto, la pareja se había dado varios paseos por el Nilo, disfrutando de la brisa, los dátiles, y de algo más, pues nueve meses después Cleopatra dio a luz a un bebé, al que bautizó como Ptolomeo César (ya sé, nada originales con los nombres). Julio César y Cleopatra eran padres.
Ella dijo que el bebé era hijo de César, claro está, y que este debería nombrarlo su sucesor, pero él se negó. No era sólo que César ya estaba casado en Roma con Calpurnia Pisonis, sino que el niño no era 100% romano. Como premio de consolación, en el año 46 a. de C., Julio César y Cleopatra se llevaron a Ptolomeo y a Cesarión (pequeño César) a Roma, y a ella le levantó una estatua dorada en el templo de Venus.
Nadie contento
A pesar de que Cleopatra, su hermano y Cesarion fueron hospedados en una de las residencia de Julio César fuera de las murallas de Roma, que tuviera a su amante tan cerca era un secreto a voces. Calpurnia, por supuesto, era la primera ofendida, pero no se prestó al escándalo y llevó los cuernos con dignidad. Cleopatra tampoco estaba muy satisfecha, escondida, como la amante sucia, y sin que el padre reconociera a su hijo.
El pueblo tampoco estaba como para celebrar, pues le parecía una afrenta que su general más ilustre tuviese una reina egipcia y no a una romana como concubina. Más descontento aún estaba el senado con Julio César y Cleopatra.
Julio César había demostrado ser capaz de todo, de lo bueno y de lo malo, de conquistar la Galia y duplicar la extensión de la república, pero también de cruzar el Rubicón y romper el orden institucional que había dado 500 años de paz a Roma.
Poco antes había terminado el conflicto entre el mismo César y Pompeyo tras el Primer Triunvirato, y los senadores esperaban que aquel restaurase el poder republicano y el sistema de cónsules elegidos. Lo que más temían es que Gayo Julio César, apoyándose en su popularidad y las espadas de sus legiones, se quisiera coronar rey.
Idus Martiae
Dos años después, las posiciones habían cambiado muy poco. Cleopatra venía y salía de Roma mientras César terminaba con los restos de sus enemigos, los hijos de Pompeyo. Si acaso, César había conseguido centralizar más el poder, y se había hecho recipiente de más honores y títulos, entre ellos el de Dictator, que implicaba su preponderancia de por vida, el 14 de febrero del año 44 a. de C.
Para entonces César ya había planeado una campaña contra los partos, y ya que estaría ausente un par de años por lo menos, decretó que él podría nombrar a los cónsules y magistrados hasta el año 42. Dicha decisión no gustó al senado, cuyas sospechas de que César quisiese convertirse en rey crecían día a día. Aún más revelador fue el hecho de que el oráculo al que consultó César, dijo que sólo un rey podría conquistar a los partos.
Los senadores creyeron que Julio estaba a punto de hacerse coronar y planearon su muerte. El 15 de marzo del 44, en los ides de marzo, el Imperator fue cosido a puñaladas por una docena de senadores. Juñip Cçesar y Cleopatra ya no eran más…
Huída a Egipto
Cleopatra se enteró del asesinato de César un par de horas después del hecho, de boca de uno de los amigos del fallecido, Marco Antonio. Él mismo la ayudó a escapar de Roma en la oscuridad de la noche, temerosos ambos de que los enemigos del César, o los amigos de Calpurnia, quisieran acabar con la “amenaza” egipcia.
Pero la reina y el pequeño Cesarión lograron huir y llegar a Alejandría, donde los próximos años ella se centraría en levantar la economía de su país y restaurar sus tesoros y sus ejércitos. Fueron años de paz y regocijo para Cleopatra, la calma antes de la tormenta, pues muy pronto, Roma y uno de sus generales, volverían a cruzarse en su camino.
Relacionado: Marco Antonio y Cleopatra, ¿amor o interés?
Hola Jesús,
el ideal de belleza de la época podría sorprender a más de uno, algo a tener en cuenta cuando se habla de Cleopatra en nuestros días.
Un abrazo y permíteme felicitarte por el nuevo look del blog, me encanta.
Totalmente de acuerdo Francisco, nuestros gustos cambian de generación en generación, imagínate cuando han pasado cien generaciones desde Cleopatra, cómo habrán cambiado los cánones de belleza…
Muchas gracias por tus halagos al nuevo look, pero ya habrás visto que tuve que volver a cambiarlo por necesidades técnicas. En fin, espero que esta apariencia también guste… 😛
Muchas gracias como siempre, y feliz finde!
Desde que conozco este blog lo sigo con interés y pienso seguir haciendo, pero indicarle que me gustaba más la anterior presentación.
Un agradecido y cordial saludo.
Hola Jalavrez,
muchas gracias por tu fidelidad acompañándonos en esta aventura. Siento que no te haya gustado el nuevo «look», que no es final. Intento complacer a la mayoría, pero no siempre es posible…a ver si los cambios te gustan..
Mil gracias nuevamente y un saludo cordial.
Disfruto enorme leyendo estos parrafos de historia
Mil gracias Sari por tan amable comentario. Un besín.