La tinta aún está húmeda en un artículo de reciente horneada sobre el Triángulo Esclavista, el tráfico de esclavos africanos, capturados por africanos y vendidos a europeos para llevarlos a América. Como suele suceder, la gente comenta en diversos foros, aquí mismo en el blog, o en las redes sociales. Uno de estos comentaristas, nos regaló con unas palabras que merecen ser corregidas. Según él, la esclavitud es cosa exclusiva de los blancos hacia los negros; según él, sólo los europeos habían practicado la esclavitud, y sólo los africanos subsaharianos habían sido esclavos. Cualquiera con un nivel mínimo de conocimientos sabe que esto no es cierto, pero de vez en cuando vale la pena recordarlo para aquellos inocentes víctimas de sistemas educativos anquilosados y manipuladores. En la historia humana, ha habido esclavos de todos los grupos étnicos, de todos los colores de piel, incluso blancos, y de esto no hace mucho tiempo.
La Costa Berberisca
Durante los siglos XIV y XV, el Imperio Otomano se presentó como nuevo jugador en el tablero del poder internacional. Bajo el liderazgo de Mehmet, quien conquistó Constantinopla en 1453, comenzó un periodo de expansión que le convertiría en pocas décadas en el estado más poderoso y extenso del mundo de la época. Selim conquistó buena parte de Persia y Egipto; Suleimán entró en Europa, capturó Belgrado en 1521 y durante el resto de la década se apoderó de importantes territorios en las actuales Rumania, Hungría y Bulgaria, aunque no pudo conquistar Viena en 1529. Al final de su reinado, el Imperio Otomano controlaba buena parte del Mediterráneo (con ayuda de los franceses), incluida la Costa Berberisca, y era uno de los principales actores en las disputas de poder en Europa.
No muy lejos en el tiempo, los reyes católicos Isabel y Fernando culminaron la reconquista con la expulsión de aquellos musulmanes que no quisieran convertirse, y la mayoría cruzó el mar para establecerse en las costas de noráfrica, precisamente la misma Costa Berberisca. A mediados del siglo XVII, rebeliones locales expulsaron del poder a los turcos, que quedaron en posiciones importantes sólo nominalmente. En las provincias otomanas de Libia, Algeria y Túnez, que actuaban con vasta autonomía, no reinaban ni la ley ni el orden, y los piratas pronto comenzaron a actuar desde bases en sus costas.
En un principio no era más que piratería de viejo cuño, esto es, robar y de vez en cuando tomar esclavos, pero esta última actividad, al mostrarse tan rentable, se convirtió en el principal objetivo. Si a esto sumamos la filosofía musulmana de que cualquier infiel es materia de esclavo, el Mediterráneo en poder del Islam fue hogar a la tormenta perfecta.
Esclavos europeos
El principal medio de obtención de nuevos esclavos fueron las incursiones de los piratas a pueblos costeros, en ocasiones secuestrando y esclavizando a todos los habitantes, hombres, mujeres, niños y ancianos. Aquellos que no tenían valor en el mercado por su edad o minusvalías, eran simplemente pasados por la espada. Y no sólo en el Mediterráneo. Los piratas berberiscos llegaron hasta las costas del norte de Europa, Países Bajos, Inglaterra, Islandia e Irlanda. La población de Baltimore de este último país, sufrió en 1631 una de las más infames incursiones. Liderada por un holandés, Jan Janszoon, que se hacía llamar Murad, y con una tripulación de argelinos, otomanos y holandeses, la misión asaltó el puerto y se llevó a 108 de sus ciudadanos convertidos en esclavos. Sólo tres de ellos volverían a pisar Irlanda.
En muchas zonas costeras de España, Francia, Italia y Portugal, los habitantes que sobrevivían a una incursión esclavista abandonaron sus pueblos. Las autoridades intentaban disuadir a aquellos que quisieran establecerse en zonas vulnerables a los ataques piratas. Aún así, se calcula que entre un millón y un millón y medio de europeos fueron esclavizados por los berberiscos entre los siglos XVI y XIX. estas cifras no incluyen a los europeos capturados en el este de Europa, especialmente en los balcanes, y que eran movidos a través del Mar Negro hacia Constantinopla. Las estadísticas muestran que la capital del imperio importó alrededor de 2.5 millones de esclavos blancos por esa ruta. No obstante, los blancos no eran los únicos esclavizados. Para el Islam no hay razas, sólo musulmanes e infieles.
Un conflicto con historia
Los piratas berberiscos llegaron tan lejos que incluso entraron en conflicto con los Estados Unidos. En 1785, los futuros presidentes John Adams y Thomas jefferson viajaron a Londres para negociar el rescate de ciudadanos estadounidenses con el Embajador de Trípoli, Sidi Haji Abdrahaman. Durante las conversaciones los norteamericanos le preguntaron que qué derecho tenían para tomar esclavos así. Él respondió que ese derecho se lo daban las Leyes del Profeta, y que estaba escrito en el Corán que cualquier nación que no se plegara al Islam era pecadora, y que los musulmanes tenían derecho a declararles la guerra y a convertir a sus habitantes en esclavos. Cuando Jefferson fue elegido presidente en 1801, rechazó continuar pagando rescates (política recomendada por España), y ese mismo año comenzó la primera de dos Guerras Berberiscas, entre los Estados Unidos y los territorios musulmanes de Trípoli, Túnez y Argelia. Ambas guerras ganadas por los yanquis.
Todo por servir se acaba. Napoleón entró en Egipto en 1798 y, aunque tuvo que retirarse tres años después al ser derrotado por los ingleses, lo que quedaba de la influencia del Imperio Otomano en el norte de África desapareció. Francia conquistó Argelia en 1830 después de una disputa comercial, y con dicha conquista terminó la piratería berberisca y las incursiones para secuestrar esclavos en Europa.
Para concluir, insisto, la esclavitud no es cosa de una raza u otra, sino de una especie, la humana. Hay esclavos desde el inicio de la civilización, y probablemente desde antes, y los sigue habiendo. Es esclavo el que trabaja forzosamente para alguien sin recibir paga alguna. Pero ahora la esclavitud es más sutil. Todos somos esclavos en cierta forma, del gobierno, claro está, pues nos obliga a trabajar medio año para mantener el estilo de vida de los políticos y sus amiguetes. Antes la esclavitud era un negocio privado, ahora es un monopolio del estado.
Otros enlaces de interés:
Muy bueno, como siempre, sin historia no somos nada. Os espero en planetaanimalsite
Abrazos
Hola Helena,
muchas gracias por tu comentario. Por cierto, ya me he pasado por tu blog, es una maravilla, lo comparto en mi muro para que lo vean mis amigos.
Un cordial saludo.
Muy buena entrada. Te felicito una vez más. Una pregunta: ¿Cervantes no fue también tratado con esclavo cuando lo capturaron?
Hola Asier,
por lo que recuerdo es verdad que Cervantes fue prisionero en el Norte de África, pero no estoy seguro de que lo hubiesen tratado como esclavo. Según su propio testimonio, pasó sus años de cautividad en la cárcel. Eso sí, voy a investigar, que a lo mejor encuentro otra historia interesante…Mil gracias y un saludo cordial.
Hola Jesús;
muy bueno el artículo, pero lo mejor ha sido la conclusión.
Gracias!!
Juan.
Hola Juan,
yo no sé cuántos lo habrán pillado, pero me alegra que al menos uno lo haya hecho… 😉
Muchas gracias y un abrazo!