No soy un gran lector de cómics, pero sí soy fan de la historia, y cuando salió la película de “300” decidí ir a verla por esta última razón. Sabía que las probabilidades de que fuese históricamente correcta eran remotas, pero eso sucede con el 99% de las pelis, y no vería ninguna si utilizase ese baremo para descartarlas o no de mi lista. En cualquier caso, 300 me gustó, pero más por su célebre colorido y por los efectos especiales que por su homenaje a la historia, que en mi opinión fue injusto.
Además, los productores podían haberse ahorrado algunas de las cientos de escenas en cámara lenta, y de paso algunos abdominales. No obstante, lo que menos me gustó fue que ignoraron al resto de guerreros que aquel verano se batió contra los persas en las Termópilas. Los Espartanos sí que eran 300, pero estaban acompañados por miles más de sus vecinos, y Zack Snyder ni siquiera los menciona en su trabajo.
El poder de una alianza.
En el artículo anterior revisamos las razones por las que Persia decidió invadir Grecia, el intento fallido de Darío en Maratón y los preparativos de su hijo Jerjes para la revancha. Persia, uno de los imperios más extensos de la historia, y mucho mayor y poderoso que las invertebradas ciudades-estado griegas, podría fácilmente conquistar a quien quisiera, al menos en teoría.
No sucedió así, y mucho tuvo que ver la defensa hasta el último hombre que el rey de Esparta, Leónidas, y las tropas bajo su mando, llevaron a cabo en las Termópilas, un estrecho paso al sur de la Península Balcánica entre las montañas y el Mar Egeo.
Atenas había sido una de las instigadoras de la rebelión de las ciudades jónicas, y por tanto uno de los objetivos de Jerjes. Sus líderes lo sabían y comenzaron a prepararse para la defensa después de la Batalla de Maratón en el 490 a. de C. Siguiendo la recomendación de Temístocles, el más destacado de sus generales, los atenienses construyeron una flota para bloquear a la marina persa en el Estrecho de Artemisio.
El problema es que Atenas no contaba con suficientes tropas como para tripular sus barcos y a la vez ofrecer resistencia por tierra, así que las ciudades-estado griegas, a instancias de Atenas, formaron una confederación para la defensa en el 481. Fue el mismo Temístocles quien sugirió defender el paso de las Termópilas.
Leónidas y sus 300 espartanos.
La potencia militarista de la época en el Peloponeso era Esparta, y su rey, Leónidas, el encargado de liderar la defensa contra los persas. El problema fue que en el verano del 480, cuando las fuerzas de Jerjes se acercaban peligrosamente, los espartanos celebraban el festival al Dios Carneus, fecha sagrada que les impedía involucrarse en la guerra. Además, era año de tregua por los Juegos Olímpicos, una razón más para no guerrear.
Aún así, y considerando la gravedad de la situación, el consejo de espartanos decidió enviar una representación de 300 hombres bajo el mando de Leónidas. El Oráculo de Delfos, predijo a Leónidas que, si no respetaba las fiestas de Carneus, moriría en el campo de batalla. Para una misión suicida, el rey espartano eligió sólo a hombres con hijos vivos.
El resto, más de 300.
En el camino hacia las “Puertas Calientes”, se unieron a los espartanos contingentes de otras ciudades. Dependiendo a qué fuente le hacemos caso, Heródoto o Diodoro, entre 5,000 y 7,000 griegos llegaron al paso para ofrecer resistencia. Había lacedemonios, mantineos, tegeatas, arcadios, ilotas, filucios y micenos, aliados cercanos de los espartanos, además de tespios, malianos, tebanos, focidios y locros. Los «300» no eran 300, eran más. Puede parecer una fuerza impresionante, pero nada que ver con el masivo ejército de Jerjes.
Los persas.
Como suele suceder en cuestiones de números, y en especial en épocas tan antiguas, las cifras del ejército persa varían dependiendo de la fuente que las menciona. Heródoto establece hasta dos y medio millones de persas (sólo soldados, más una cantidad parecida de personal de apoyo), pero pocos historiadores modernos creen esa cifra posible.
Estudiando la capacidad logística de los persas es prácticamente imposible que pudiesen transportar tantos hombres. El consenso actual estima que pudieron ser entre 200 y 250 mil persas, entre ellos 10,000 de los reputados Inmortales, los que llegaron a las Termópilas. En cualquier caso, una fuerza de cuidado.
Defensa hasta el último hombre.
Dejaré los detalles de la batalla para una entrada futura, y la mayoría conocéis el desenlace, pero creo necesario un resumen. Después de que Jerjes enviara a sus emisarios ofreciendo una salida pacífica al conflicto y Leónidas la rechazara, envió una segunda, exigiendo que los griegos entregaran sus armas, a lo que el rey espartano respondió, “ven a buscarlas”. Enfadado, Jerjes envió todo lo que tenía, pero escalonadamente, pues en el estrecho paso de apenas 100 metros no cabían muchos soldados.
Durante dos días las embestidas persas se toparon con los escudos y lanzas griegas, un sacrificio que no le importó a Jerjes, que creyó que poco a poco acabaría con el enemigo. Ni siquiera sus Inmortales lograron romper la barrera de hoplitas. El problema fue que los griegos apenas y sufrían bajas. Entonces, en la noche del segundo día de batalla, Jerjes recibió una noticia que cambiaría su suerte.
Un tal Efialtes, griego del que sabemos muy poco, traicionó a sus compatriotas ofreciendo información a los persas a cambio de una recompensa. Dijo a Jerjes que había un sendero que pasaba por las montañas que llevaba a la retaguardia de los griegos, y se ofreció él mismo a guiarlos.
En la madrugada del tercer día, los focidios que bloqueaban ese camino, se dieron cuenta de que venían los persas, y se retiraron a una posición más defendible, pero los persas los pasaron de largo y se dirigieron hacia su objetivo. Un corredor avisó a Leónidas, que inmediatamente se dio cuenta del peligro y reunió a su consejo de guerra. Asediados por dos flancos, la batalla estaba perdida, sólo quedaba el sacrificio.
300 salvan a 5000.
La muerte no sería en vano. Leónidas recordó la predicción del Oráculo de Delfos sobre su propia muerte, y se resignó a ella, pero no quería que el resto de sus tropas también pagara con su vida. Hasta donde sabemos, ordenó a muchos de sus aliados que se retiraran para que pudiesen luchar otro día y, también aparentemente, otros decidieron abandonar por su propia cuenta.
No obstante, hubo otros muchos que optaron por quedarse a luchar hasta el último hombre. Junto con los 300 espartanos, o los que quedaban, permanecieron 700 tespios, 400 tebanos y pequeños grupos de distintos orígenes, un número cercano a 1,500 hombres. Pocos sobrevivieron a la masacre, y Leónidas no fue uno de ellos. Al menos le quedaría la satisfacción de que algunos lograrían escapar.
La Batalla de las Termópilas es una de las acciones militares más renombradas de la antigüedad, y sin duda el papel de leónidas y sus 300 espartanos merecen todos los homenajes por su sacrificio. Pero los 300 no estaban solos, y de vez en cuando hace falta recordar al resto de aliados griegos que pagaron con su sangre la defensa de su patria. Ahora bien, entiendo el título de la película, 300 vende más que 7,000.
Y por cierto, no fue el final de la guerra…continuará la próxima semana…
Mucho se ha escrito sobre las Termópilas, una zona que, por cierto, no ha conservado la orografía que tenía en el año 480 a.C., debido a la erosión y otras causas. Tengo una obra de la Editorial Osprey bastante buena sobre aquel episodio de la Segunda Guerra Médica, la más importante, de largo, de las tres que libraron los persas contra la Hélade (en su sentido amplio, no homérico).
La decisión de Leónidas tuvo una capital importancia en el desarrollo de esa guerra. Las tropas que se salvaron de la masacre en el desfiladero llegaron a luchar «otro día», y esos «otros días» liquidarían esa guerra a favor de los griegos.
La primera de esas batallas se libró un mes después en Salamina, una batalla muy popular y conocida. Platea y Mícala (junio de 479 a.C.) no lo son tanto, aun teniendo como tuvieron mucha más importancia estratégica que Salamina.
Un abrazo.
Hallo Ernst!
Mencionas un hecho importante sobre el efecto del tiempo sobre la zona de la batalla. Es cierto que ya no está en el mismo sitio donde el estrecho estaba hace 2500 años. Ahora el lugar exacto se encuentra a unos 20 metros debajo de la superficie, pues ha sido cubierto por los sedimentos del Río Spercheios, que también ha alejad ese punto de la costa varios cientos de metros.
La Segunda Guerra Médica, como bien dices, fue la más importante de las tres, pero si me lo permites, creo que fue más que eso, la guerra más importante que pelearon los griegos antiguos. De eso precisamente voy a hablar este fin de semana, de Salamina, PLatea y Mícala. No esperes sorpresas, pues ya sabes de qué va la cosa… 😛
Mientars tanto, hoy os dejo otrp tema de interés (creo).
Un abrazo y gracias por tu aportación.
Hola Jesús,
sin duda que vende más ese título y aunque la película merece la pena de verse, en mi opinión, podrían haberse ceñido un poquito más a la Historia porque muchos de los que la han visto pueden quedarse con falsas ideas de lo que realmente sucedió. En cuanto a lo de los abdominales… ¡Ja, ja, ja! se pasaron tres pueblos (o cuatro).
Un abrazo y buen fin de semana.
Hola Francisco,
los productores de películas las hacen para que la gente las vea, y para eso, y con tanta competencia, hay que darles un título atractivo. No critico a 300 tanto por el nombre, sino por la falta de mención del resto de guerreros que lucharon y dieron su vida en las Termópilas. Me pareció una omisión grave para la historia, precisamente por el gran éxito que tuvo el film. No es el fin del mundo, pero no les costaba nada hacer al menos una breve mención de los aliados griegos.
Puede ser que no tuvieran la «tableta de chocolate», y por eso no los sacaron… 😛
Mil gracias como siempre y un abrazo:
Preciosa tu entrada! A mí también me gustó la película porque en parte representaba lo que me imaginé cuando siendo una niña leí la historia de los 300. Y sí, en los libros se menciona la participación de los otros griegos que no siendo expertos guerreros como los espartanos, se unieron a defender su patria… Muy justo mencionarlos y de qué manera tan bonita lo hiciste.
Un gran abrazo desde Australia!
Hola Alejandra,
antes que nada, muchas gracias por tan amable comentario, y me alegra volver a saber de ti. 😉
La película de los 300 tiene su cosas buenas, es entretenida, para empezar, y ns recuerda un hecho histórico de suma importancia. Sólo me quejo de que hubiesen ignorado al resto de griegos que, junto con los espartanos, dieron su vida en las Termópilas. Me alegra y me halaga que te haya gustado.
Mil gracias nuevamente y un besazo a las antípodas!
Hola, 300 esta basada en un cómic, q especialmente no busca ser exacto históricamente.
Hola 300,
yo creo que el cómic sí busca contar la historia, a su manera claro está, y es comprensible. Aún así, creo que Miller podía haber hecho una mención al resto de aliados. Es como si yo cuento en un cómic la Segunda Guerra Mundial, y obvio completamente a los soviéticos…
Muchas gracias y un saludo.
Gracias por ilustrarnos! Un abrazo
Gracias a ti por pasarte por este blog, el trabajo se hace con mucho cariño, y con vosotros en mente…Mil gracias, como siempre!