El hombre que controló el clima.

Mucho antes de que se empezara a hablar del cambio climático, antes de que la contaminación hiciera estragos en nuestro entorno, hubo un hombre al que se le dio la misión de controlar el clima. Parecería una misión imposible, pero eso fue lo que hizo Willis Carrier, y que ya por su apellido, habréis adivinado que lo que logró conquistar fue el clima de fábricas, edificios y hogares, y no el del planeta. No por ello su contribución a la civilización fue menor, pues el aire acondicionado es mucho más que una comodidad en los hogares. Es también, uno de los inventos que más ha contribuido a nuestra actual globalizada civilización.

El primer aire acondicionado, control del clima

El primer aire acondicionado.

Un hombre tranquilo.

Willis Haviland Carrier vio su primera luz en noviembre de 1876, en Angola, Nueva York. Era hijo de un granjero y su esposa, descendientes ambos de los primeros colonos británicos en Norteamérica. El joven obtuvo en 1901 el título de ingeniero eléctrico por la Universidad de Willis Carrier, transformador del climaCornell, y enseguida entró a trabajar para la Buffalo Forge Company, una empresa dedicada a la fabricación de forjados de hierro, pero también de motores, bombas eléctricas y secadores de madera y café. En 1906, la compañía recibió un encargo especial de la Sackett-Wilhelms Lithographing and Publishing Company, una editorial. Su problema residía en que, durante los calurosos meses de verano, el papel se expandía y se encogía, y la tinta de colores que utilizaba no siempre se imprimía en el lugar correcto, rebajando la calidad del producto final. Sackett-Wilhelms buscaba una solución, y los jefes de Willis le encomendaron la misión.

El joven ingeniero se puso manos a la obra visitando los talleres de su cliente, y pronto se dio cuenta que, más que el calor, la culpable del corredero de tinta era la humedad. El problema era que, hasta entonces, nadie había podido inventar un sistema que controlara la humedad. Como buen hombre de ciencias, pensó y pensó, pero fue la naturaleza la que le dio la clave.

Un aparato crucial.

En uno de esos días, esperando un tren en la estación, en un clima en el que la niebla lo cubría todo. Willis pensó que eso quería decir que la humedad era del 100%, un dato seguro, y que si conseguía saturar el aire al 100% de humedad, o sea, recrear la niebla, ya tendría un punto de partida. A partir de ahí, sólo tendría que añadir más aire seco hasta que la humedad bajara al nivel de 55%, el punto requerido por la imprenta.

Carrier con su máquina del clima

Carrier con su máquina.

El primer paso fue construir una caja metálica en la que pudiese “atrapar” el aire, y así poder manipularlo. Instaló dentro un par de ventiladores, un aspersor de agua de jardinería y bucles de calefacción. Utilizó uno de los ventiladores para succionar el aire caliente dentro de la caja y lo enfrió con un ligero spray de agua fría. Al pasar el aire por la cortina de agua, se convirtió en niebla, obteniendo el aire con 100% de humedad relativa. Entonces añadió aire seco a la caja, hasta reducirlo al 55% de humedad, el nirvana que buscaba. Era ya sólo cuestión de soltar ese aire fresco a la estancia de la imprenta y ¡Voila! Había nacido el aire acondicionado, el control del clima.

El clima bajo control.

El cliente estaba extasiado, y los jefes de Carrier también. Durante los próximos años Willis perfeccionó su invento y obtuvo la primera patente, la No. 808,897, el 2 de enero de 1906, por lo que él llamó “Aparato para tratar el aire”, y que servía para humidificar o secar el aire. Ese mismo año descubrió que “la reducción constante del punto de condensación, suministraba una humedad relativa prácticamente constante”, la llamada Ley de la Reducción del Punto de Condensación, por la cual obtuvo otra patente en 1911.

Ahora bien, cuando comenzó la Primera Guerra Mundial, la empresa Buffalo Forge para la que aún trabajaba Carrier, decidió centrarse en la fabricación de material militar, y fue entonces cuando, junto con siete amigos de la empresa, Willis decidió crear la Carrier Engineer Corporation, con un capital de 32,000 dólares. Carrier sigue siendo en la actualidad el líder en diseño y fabricación de equipos de control del clima, una corporación internacional con miles de empleados y miles de millones en ventas. Pero no sólo eso, sino que el aire acondicionado fue un invento que cambió nuestra manera de vivir, de socializar y de vender.

Nuestra civilización y el clima.

El aire acondicionado, obviamente, hizo que cualquier estancia fuese mucho más cómoda. Desde un principio, sus aparatos de clima fueron instalados en fábricas donde hasta entonces Cine con aire acondicionadoera un infierno trabajar; en cines, en tiendas donde los clientes podrían pasar más tiempo comprando cómodamente, y en las casas. Pero el aire acondicionado también permitió que los alimentos fuesen transportados a largas distancias en contenedores refrigerados, abriendo mercados a los productores que antes estaban fuera de su alcance, y reduciendo considerablemente la pérdida de producto por putrefacción.

Crucialmente para nuestro estilo de vida, el clima controlado también permitió que se construyeran edificios de más de 20 plantas, donde los vientos obligaban a tener las ventanas cerradas, transformando para siempre el paisaje urbano. Y qué sería de los ordenadores sin los sistemas de aire acondicionado, pues nada, que se sobrecalentarían y no podrían funcionar. Seguramente no podríamos tener los servidores gigantes que controlan internet, y que nos permiten comunicarnos en estos momentos. El siglo XXI como lo conocemos no existiría sin el hombre que controló el clima.

unidades de aire acondiiconado

Willis Carrier estuvo casado tres veces, pero nunca tuvo hijos. Su legado consiste en uno de los inventos que más han definido nuestra estilo de vida actual. El aire acondicionado está en todas partes, y no cabe duda de que nuestra civilización no sería los mismo sin él. En estos meses en los que el terrible calor ya se ceba sobre el hemisferio norte, hay muchas razones para acordarnos de este inventor estadounidense y de su gran contribución al mundo. ¡Muchas gracias Willis!

10 thoughts on “El hombre que controló el clima.

  1. Hola Jesús,
    lo cierto es que ese primer aparato de aire acondicionado impresiona, es más grande que muchas casas de hoy en día. Un gran invento que agradecemos infinitamente millones de personas cada año. Me extraña que no le concedieran un Premio Nobel, creo que se lo mereció.
    Abrazos fresquitos

    • Hola Francisco,
      jeje, en verdad es un monstruo, pero bien sabes que los aparatos de aire acondicionado han evolucionado hasta el punto de caber en un coche. Lo que me planteo es, cómo hacíamos de pequeños para subir a toda la familia en un compacto, sin aire, y viajar varias horas hasta la playa o la montaña? Es cuestión de costumbres. Yo he pasado varios años aquí en Madrid sin aire acondicionado, y sufrí, pero sobreviví. Ahora, ya no quiero volver a las tinieblas… 😛
      Mil gracias por comentar. Un abrazo.

  2. Y no veas lo que le agradecemos en mi tierra su invento al Mr. Carrier. Ya estamos en los 40º. Pronto alcanzaremos las marcas habituales veraniegas (47º ó 48º) en Teodosio, Adriano o Trajano street (estas tres calles son un pista muy clara de cuál es mi ciudad).

    • Dear Herr Udet,
      soy uno de sus más grandes fans. Sin Carrier y su invento, mis visitas a las costas españolas serían escasas, y de noche. Lo gracioso es que yo nací en un puerto quasi tropical todo el año, y viví muchos años en la calurosa California, no sé cómo lo logré…
      Ya antes me habías dado pistas sobre la ciudad en la que vives, ahora me lo confirmas…el infierno!
      Un abrazo.

  3. Por cierto, te envié un correo el 8 de junio con horarios de los Reds. El remite es caiesevilla2………..

    • Hola Ernst,
      gracias a ti he vuelto a seguir un poco la MLB, y a nuestros Rojos! Ayer le ganamos a los Padres, pero seguimos en último lugar. Voy a empaparme durante el verano para conocer mejor a los jugadores, y para ver qué podemos hacer para la próxima temporada…esta no tiene remedio…
      Mil gracias y un abrazo!

  4. Hola Jesús:

    Como restauré mi ordenador hace un par de días no sé si se borró mi comentario a esta noticia.

    Aquí en mi tierra deberíamos hacerle una Novena con misa solemne al Sr. Carrier. Pronto alcanzaremos las marcas habituales en esta época del año (45-46 grados Celsius).

    Te envié un correo el 8 de junio con horarios de los Reds. Si quieres te envío otros nuevos.

    Un fuerte abrazo.

    • Hola Ernst,
      si tu comentario no parce por aquí es porque no lo tengo. Tardo mucho en responder, pero siempre lo hago (por cierto, me he propuesto en el verano responder mucho más rápido… :P) Estamos a 29 de junio, y en Madrid, hasta ahora, se puede dormir sin la ayuda del Sr. Carrier, pero estoy seguro que prono nos solidarizaremos con vosotros, que vivís en el infierno eterno. Mi padre (madrileño) decía que el calor sólo se soporta de dos maneras, estando borracho o loco. Me cuesta trabajo elegir…
      Un abrazo fresquito…

  5. Bueno, aquí el infierno se soporta bien. Tenemos el infierno y el Cielo en la misma ciudad, jejeje.

Comments are closed.