¿Cuánto costaba un coche en la URSS?

Hace unos días ví un vídeo en Facebook, cuyo protagonista era el desaparecido Presidente Ronald Reagan. Era una colección de chistes de su etapa en la casa Blanca. El antiguo actor, conocido anticomunista, vacilaba sobre algunos aspectos de la sociedad tras la cortina de acero. Una de las bromas, versa sobre las dificultades para comprar un coche en la URSS, y como no soy muy gracioso, lo traduzco tal cual:

“…sabéis que hay una espera de diez años en la Unión Soviética para la entrega de un coche. Sólo una de cada siete familias soviéticas tienen un automóvil. Debes esperar diez años y hay que pasar por todo un proceso hasta que uno está listo para comprarlo, y entonces hay que pagar por adelantado.

Llega el cliente, pone el dinero sobre el mostrador, y el dependiente le dice. -Vuelva usted en diez años a recoger su coche.

El hombre le pregunta- ¿por la mañana o por  la tarde? Y el dependiente responde – Dentro de diez años, ¿qué diferencia hay?

Bueno, termina el sufrido comprador, – es que en la mañana viene el fontanero.”

Cuánto costaba un coche en la URSS

Elegí este título porque no me cabía el que yo quería. Me hubiese gustado llamar esta entrada ¿Por qué los coches en la Unión Soviética eran más caros usados que nuevos? Porque esa era la realidad. Una anomalía en cualquier mercado, pero con eso de que los mercados en el imperio comunista no respondían a las demandas de los compradores, era de lo más normal.

El gran problema en un estado donde todas las decisiones las tomaban los funcionarios del gobierno, era que dichas decisiones nunca se tomaban teniendo en cuenta las necesidades del mercado. Su misión no era satisfacer al cliente, sino utilizar los medios de producción como herramienta de propaganda y control de los ciudadanos.

Un ejemplo

Dijéramos que a Vasili Komarenko, un empleado de la Agencia Soviética de Noticias TASS, las cosas le iban bien. Casado con una enfermera y con dos hijos, tenía un sueldo aceptable, y buenas relaciones con sus jefes. Un día a Vasili se le ocurre comprar un coche, y conociendo el sistema, se dirige a las oficinas de su sindicato para comenzar el proceso.

Un GAZ Chaika soviético. coche en la URSS

Un GAZ Chaika soviético.

Ahí lo recibiría un tipo con mala leche, que le entregaría una serie de documentos para rellenar. No hacía falta que pusiera muchos datos, pues el sindicato se encargaría de revisar su expediente para ver si el ciudadano Komarenko era un buen comunista. Ganaría puntos si hubiese pertenecido a la organización infantil-juvenil de Los Pioneros. También sumaría si Vasili acudía regularmente a las reuniones del mismo sindicato, y por supuesto, si pertenecía al Partido Comunista. Si no cumplía con dichos requisitos, probablemente ni se le hubiese ocurrido pensar en un coche.

El tortuoso proceso

Pero sí, Vasili era un “buen” ciudadano. No tenía ni una mancha en su historial, y el sindicato aceptó su solicitud, después de un año, claro está. La KGB no era precisamente un dechado de eficiencia. El tiempo que debía esperar para conducir, le habían dicho, sería de siete años. Y tuvo suerte, pues la Agencia TASS recibía como asignación hasta diez coches por año, a repartir entre sus más de 20,000 empleados.

Lada-(vaz)-2105-4, coche en la URSS

Un Lada-(vaz)-2105-4

El día que recibió la noticia, nuestro amigo lo celebró con una botella de vodka barato, pues casi todos sus ahorros habían sido entregados como pago adelantado por su vehículo. Su Zhiguli (conocido como VAZ LADA fuera de Rusia) un modelo inspirado en el Fiat 124, le había costado 8,600 rublos. Era toda una fortuna para Vasili, considerando su salario de 120 rublos al mes. Sería algo así como que un mileurista en España, se comprara un coche de casi 80 mil euros.

Diez años después…

Komarenko no tenía cita ese día con el fontanero. Gracias a Lenin, era un sábado, y la familia entera, con los hijos ya adolescentes, se dirigió al concesionario de Zhiguli para recoger su ansiado automóvil. Era de color amarillo mostaza y los empleados lo había decorado con globos, conscientes de la importancia de la compra. Vasili, Olga, Yuri y Elena ocuparon sus asientos con el mismo cuidado que yo me subiría en una nave espacial. El resto de tíos y primos volvieron a casa en el metro.

Un Zhiguli 1600 (VAZ LADA)

Un Zhiguli 1600 (VAZ LADA), como el de Vasili.

La familia Komarenko ya tenía coche, un privilegio que en la URSS pocos podían presumir. Aquella soleada mañana, Vasili condujo orgulloso por las avenidas más importantes de Moscú. Rodeó el Parque Gorki e incluso se atrevió a pasear al lado de las murallas del Kremlin. Se gastó el cuarto de tanque de gasolina que venía de serie, y un cuarto más. Después, dejó a la familia en casa para llevar su nuevo tesoro al garage. A Olga le dijo – nos vemos en hora y media.

Poco uso

¿Una hora y media, pues a dónde iba a aparcar? En la calle ni de loco. Cualquiera sabía que dejar un coche a la intemperie, y más uno nuevo, significaba que a la mañana siguiente lo encontraría sin ruedas, espejos, antena o limpiadores. No, Vasili había comprado tres años antes un garaje (por el que tuvo que esperar cuatro años), en las afueras de la ciudad, el único sitio donde existían. Ahí permanecería su coche, hasta el próximo fin de semana que los Komarenko lo utilizarían para viajar a su Dacha a 250 kilómetros de la capital.

Garages en las afueras de una ciudad rusa.

Garajes en las afueras de una ciudad rusa.

La mayoría de ciudadanos  con coche en la URSS haría lo mismo. Apenas lo usaban para salir de la ciudad. Costaba tanto trabajo, tiempo y dinero comprarlo que los trataban como verdaderas joyas.

Además, estaba el mantenimiento, gasolina y partes, que por la misma razón de la planificación comunista no eran fáciles de encontrar. De hecho, era muy común que las familias guardaran piezas de coches que se encontraran, por aquello de que nunca se sabe cuándo podían necesitarlas.

Más caros, usados

Puede parecer un locura, pero un coche en la URSS duplicaba su valor en el momento mismo de la entrega, La razón es que al precio original, había que añadirle la dificultad del proceso y los muchos años que uno había esperado para conseguirlo, y el tiempo es oro. Aquí y en Rusia. Nadie se deshacía de un coche hasta que este se cayera a pedazos. El mercado de autos de ocasión era prácticamente inexistente y, si algún día, una familia desesperada se veía en la necesidad de vender su coche, había miles de compradores, y los precios se disparaban.

Comprar un coche en la URSS era algo que ocurría una vez en la vida. Cualquiera que lo conseguía, mimaba a su Volga, LADA o Moskovich como un verdadero tesoro. Por ello, aún es posible ver muchos de ellos circulando por las calles de Moscú. Eso sí, mucho costaba comprar un coche en la URSS, pero era una buena inversión. La mejor, probablemente.

5 thoughts on “¿Cuánto costaba un coche en la URSS?

  1. que tontería propagandística de la era reagan, pensé que no quedaría incautos creyendo esas patrañas, el país que construyó miles de tanques, aviones y armamento durante la guerra más terrible que haya existido, el país que en 1952 ya había mandado al espacio a tres perros, el país que tuvo el primer satelite en órbita, el primer hombre y mujer en el espacio, el primer país en llegar a la luna… no iba a poder construir un carro compacto para cada uno de sus habitantes si lo hubieran necesitado?? jaja

    • Hola drome,
      se te olvida mencionar que la URSS también fue el país de los Gulags, de los muros, de la persecución y la inexistencia de libertad. Además, fue un régimen que vivió de la propaganda, todo era una pantalla, lo que se demostró cunado se desmoronó en 1991. Los soviéticos sí construyeron coches, nadie lo niega, pero eran de calidad muy inferior a la mayoría de los coches occidentales, y como puedes haber leído, nunca construyeron los suficientes.
      Un saludo.

    • Ya me extrañaba a mí que el frente soplapollas comunistoide no apareciera por aquí en forma de Dron sin hélices (o Drome). Sólo te ha faltado decir que la llegada a la Luna se filmó en Hollywood, cretino, así que el Sputnik, la perra Laika, Gagarin y la de la escoba (Valentina Tereshkova) ya sabes por dónde te los puedes meter.

      De todos modos, coincido contigo, Jesús, en que estos lameculos del comunismo animan el cotarro, y a fe que lo hacen.

  2. Curioso, este artículo coincide con el regreso a Cuba de la práctica de otorgar autos a los médicos. Aquí, el proceso era similar, tenías que ser un profesional con años de servicio y méritos para adquirir uno. Si en La URSS que se fabricaban eran escasos, imagínate en Cuba.

    • Hola Roger,
      lo poco que conozco sobre los coches en Cuba es que son famosos los modelos de los años 40 y 50 que aún circulan en as calles de tu bella isla. Son un tesoro, y un monumento al ingenio de los cubanos, que los reparan y mantienen con partes fabricadas por ellos mismos. hace unos años vi un documental llamado Los Reyes del Reciclaje, sobre como los cubanos han aprendido a aprovechar lo que tienen a su disposición para hacer funcionar el país. Imagínate el día que Cuba se abra al mundo!
      Muchas gracias, mucha suerte y un cordial saludo.

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