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Cuando hablamos de paraísos o ciudades perdidas, la mitológica Atlántida se lleva el oro en fama y ubicuidad. Hay pocos mitos que hayan capturado tanto la atención del hombre y que hayan permanecido tanto tiempo en el imaginario popular.
Millones de personas alrededor del mundo creen a pie juntillas que la Atlántida existió, que fue un hecho histórico, y que se encuentra sumergida en algún lugar del Océano Atlántico, lista para ser redescubierta.
Incontables son los libros, artículos, películas y documentales que intentan explicar el destino de la misteriosa isla. Incluso muchos historiadores y exploradores, que también creen en su existencia, han dedicado vidas enteras y muchos recursos en intentar encontrarla, sin éxito hasta ahora.
Dudo mucho que la encuentren, pues si consideramos a la Atlántida como una ciudad mitológica, es precisamente porque lo es, un mito. La Atlántida no existió. Al menos, no existe evidencia de que haya existido.
El origen
Existe sólo un documento antiguo que mencione a la Atlántida, y que sirve de fuente para todo lo que ha venido después. Se trata de un libro, un trabajo de ficción, escrito por el filósofo Platón alrededor del año 360 a. de C. En Timaeus, una de las muchas parábolas de Plato escritas en forma de diálogo socrático, hay tres hombres hablando con el sabio, Timaeus, Critias y Hermócrates. Sócrates les describe lo que él considera el estado ideal, y quiere que el resto le cuenten historias basadas en las relaciones de Atenas con otros estados.
Es Critias quien menciona el nombre de la Atlántida. Su abuelo, según el texto, había conocido a Solón, el gran estadista ateniense y uno de los Siete Sabios. Solón había estado en Egipto, y ahí había escuchado la leyenda de la Atlántida.
Un sacerdote egipcio, le contó que 9,000 años antes, una gran civilización que venía de una isla más allá de las Columnas de Hércules (el Estrecho de Gibraltar), había conquistado buena parte de África, hasta Egipto, y de Europa, hasta Tirrenia, en el centro de la actual Italia.
El sacerdote egipcio añadió que los atenienses presentaron batalla a esta civilización, y que lograron vencerlos. Poco después, terremotos destruyeron la Atlántida, que terminó por hundirse en las profundidades.
El texto
Fue el supuesto sacerdote Sonchis de Sais quien contó a Solón la leyenda de la Atlántida. En este fragmento de Timeus y Critias, leemos las palabras de Sonchis.
(La siguiente es una traducción mía de un libro en inglés del teólogo, profesor de griego y traductor Benjamin Jowett).
“Nuestras historias guardan muchas grandes y maravillosas hazañas de vuestro pueblo. Pero hay una que sobrepasa al resto en en grandeza y valor. Estas historias cuentan de una gran potencia que, sin ser provocada, organizó una expedición en contra de toda Europa y Asia, a la cual vuestra ciudad (Atenas) puso fin.
Esta potencia vino del Océano Atlántico, que en aquellos días era navegable, y había una isla situada frente a los estrechos que vosotros llamáis las Columnas de Hércules.
La isla era más grande que Libia y Asia juntas, y estaba en el camino a otras islas, y desde estas podrías cruzar al resto del continente en el otro lado, el que rodeaba al verdadero océano.
Este mar que está dentro del Estrecho de Hércules (el Mediterráneo), no es más que una bahía con una angosta entrada, pero el otro es un mar verdadero, y la tierra que lo rodea puede bien denominarse un continente sin límites.
Ahora bien, en esta isla de la Atlántida había un imperio grande y maravilloso que dominaba toda la isla y varias otras más, y partes del continente, y más allá; además, los hombres de la Atlántida habían conquistado la parte de Libia dentro de las Columnas de Hércules, hasta Egipto, y Europa hasta Tirrenia.
Esta gran potencia, planeaba atacar y subyugar nuestro país y el vuestro y toda la región dentro del estrecho; y entonces, Solón, tu país brilló en la excelencia y la virtud de su fuerza, entre toda la humanidad. Ella (Grecia) fue preeminente en el coraje y talento militar, y fue la líder de los helenos.
Y cuando el resto la abandonó, viéndose obligada a resistir en solitario, y después de verse en peligro, venció y triunfó sobre el invasor y libró de la esclavitud a aquellos que aún no habían sido subyugados, y generosamente liberó a aquellos del resto de nosotros que viven de las Columnas hacia dentro.
Pero después ocurrieron terremotos e inundaciones violentas, y en un sólo día con su noche de mala fortuna, todos vuestros soldados se hundieron en la tierra, y la isla de la Atlántida, de la misma manera, desapareció en las profundidades del océano. Por esta razón, esa zona del mar no es navegable, `pues hay bancos de lodo en el camino, que fueron causados por el hundimiento de la isla.”
¿Qué sabemos de la Atlántida?
Básicamente, esta es la única evidencia, si se le puede llamar así, de la existencia de la misteriosa Atlántida. Un trabajo de ficción que, es verdad, entremezcla algunos hechos conocidos, como que existieron Sócrates y Solón.
Pero no hay evidencia de que Sonchis de Sais fuese un personaje real, y mucho menos de la existencia de la Atlántida. Todas las referencias posteriores al mito de la Atlántida, están basadas en el libro de Platón.
Las teorías conspiratorias no tardaron en llegar. Medio siglo después de la publicación del Timeus, el filósofo Crantor supuestamente viajó a Egipto para confirmar la leyenda de la Atlántida era real, como él creía.
Supuestamente también, escribió un trabajo en el que dice que habló con sacerdotes egipcios y que vio jeroglíficos contando la historia de la Atlántida. El problema es que no existe ninguna copia de ese libro, y sólo se conocen menciones a dicho documento, hechas ocho siglos después.
Varias historias similares aparecen en otras culturas de la antigüedad, sí. No obstante, estas no concuerdan ni en el tiempo ni en el espacio con la leyenda de la Atlántida.
Platón sitúa a la mitológica isla cercana al Estrecho de Gibraltar, lo que no ha impedido que sus defensores la sitúen en diversos puntos del Mediterráneo, el Atlántico y hasta el Pacífico.
El auge del mito de la Atlántida
Durante el Renacimiento, investigadores europeos retomaron el estudio de los clásicos. Por supuesto, la leyenda de la Atlántida entró en el paquete. A partir de ahí, diversos autores retomaron la idea de un paraíso perdido, que fue impulsada por las corrientes visiones utópicas de la modernidad.
El mismo origen de Utopía, de Thomas More, bebe de la idea de una isla en el Atlántico, habitada por una civilización ordenada, igualitaria y liberal. Pero Utopía es un lugar imaginario, no real. Lo mismo sucede con La Nueva Atlántida, de Sir Francis Bacon, que describe la tierra mítica de Bensalem, en algún lugar del Pacífico Sur cercano a Sudamérica.
Estos y otros trabajos posteriores, han mantenido vivo el mito de la isla perdida. El problema es que muchos creen que se refieren a hechos reales, cuando no son más que relatos de ficción.
El mismo trabajo de Platón no es más que una parábola en la que incluye la leyenda de la Atlántida sólo para incidir en un punto. De hecho, la Atlántida apenas y es mencionada en el párrafo traducido arriba.
El auge de las teorías de la conspiración en el siglo XX, bien aliñado de platos voladores, los Illuminati y el Triángulo de las Bermudas, hizo resurgir el mito de la Atlántida. Mezclando bien todos estos ingredientes, la Atlántida es para muchos un lugar secreto en el que los promotores del Nuevo Orden Mundial esconden armas alienígenas con las que piensan destruir el mundo.
¿Puede estar basada en la realidad?
Puede, sí, por supuesto. Hay muchos ejemplos de islas que han desaparecido súbitamente. Un buen ejemplo, el de Thera, pudo haber servido de inspiración a Platón.
Thera es un volcán situado en medio de las Islas griegas. Hace aproximadamente 3,500 años, Thera formaba una isla volcánica. Una violenta erupción destruyó la isla, y muchas de las poblaciones minoicas en regiones cercanas.
Fue tan poderosa, que hasta Egipto llegaron sus consecuencias. Los restos de Thera son ahora la isla de Santorini. Y seguro hay muchos ejemplos más.
Ahora bien, Platón bien pudo haberse basado en esta y otras historias de islas que desaparecieron. Ejemplos, como digo, le sobraban, pero eso no quiere decir que la leyenda de la Atlántida fuese un hecho real.
Es como si yo escribo una historia sobre una erupción volcánica en Madrid hace 10,000 años que destruyó una antigua civilización, usando como modelo a Pompeya, y algunos se creen que mi historia es realidad porque Pompeya fue realidad. No cuela.
Algunos apuntes
Platón, en la voz de Sonchis de Sais, sitúa los eventos de la Atlántida hace más de 12,000 años. Complicado, pues en aquel entonces no existían ni Atenas, ni los griegos, y ni siquiera Egipto.
Por haber no había ni civilización. Difícilmente los atenienses podían haber luchado contra los ejércitos de la Atlántida. Aún faltaban 8,500 años para la fundación de Atenas.
Pero dijéramos que Sonchis se equivocó en el tiempo y todo sucedió en una época más cercana. Si los griegos participaron en esa guerra, ¿por qué no hay una sola mención de ella? (excepto en la novela de Platón, claro está).
Ningún otro pueblo de la antigüedad hace referencia a esa misma leyenda. Algo extraño cuando se supone que la Atlántida invadió medio África y media Europa.
Más extraño aún es que no se ha encontrado ninguna evidencia de que tal lugar existiese. Puede ser comprensible que hasta hace un siglo la gente creyera en una isla desaparecida en medio del Atlántico. En la actualidad, sin embargo, con la tecnología a nuestra disposición, ya deberíamos haberla encontrado.
Conclusión
Muchos alegan que el hecho de que no se haya encontrado evidencia de la Atlántida no es prueba de que no haya existido. Ya, es verdad, pero con menor razón pueden ellos asegurar que sí existió. No hay evidencia, y el único origen de la leyenda es un trabajo de ficción.
Si a esas nos vamos, no me extrañaría, que los adeptos a las conspiraciones del futuro, insistan en que hace muchos años, en una galaxia muy, muy lejana, existió un malvado imperio comandado por un hombre vestido de negro. ¡Ah! Y seguro dirán que era una civilización alienígena.
hola !!!
acabo de ver un programa TV precisamente sobre el tema, basado notablemente sobre las notas de platon
santorini y el crater de thera, con todo a su alrededor la total destruccion de una civilizacion comerciante y bien avanzada en los rebordes del mediterraneo hasta las costas del actual israel parece bien calar la atlantida de platon
por supuesto, hay otras atlantidas …
saludos
maruchy
Hola María,
qué tal todo? La Atlántida es un tema recurrente en muchos medios. Es un tea que vende, por su misterio, por su romanticismo, por lo fácil que se puede manipular a la gente con medias informaciones, especulaciones y datos falsos. Reconozco que es un tema apasionante, y por eso yo mismo escribo sobre ello, pero creo también que debemos aclarar que todo es un mito. No hay un gramo de evidencia de que haya existido. Lo cual no quiere decir que nunca se vaya a encontrar.
La Atléntida, como los OVNIS, se ha convertido en una industria, una con muchos e incautos consumidores. Creo que a ls er humano le encantan estas historias precisamente porque, aparentemente, no sabemos mucho de ellas. También están los conspiranoicos, que creen que todo lo oculto es real…
En fin, seguiremos hablando de ello secula seculorum…
Mil gracias y un besín.
Si usas los nombres antiguos en español, úsalos todos. No es Timeus ni Timaeus: es Timeo.
Hola, no me gusta traducir los nombres propios, pero tienes´razón en que escribí mal el nombre de Timaeus. Gracias por el aviso!
Un saludo.
Claaarooo… claaarooo… Troya también estaba en una «novela» y ahí esta.
El decir que Platón solo publicó una novela me parece una aberración que no merece ni tomarla en serio…
Hola Troya,
en ningún momento dije que Platón hubiese escrito sólo una novela. Empieza leyendo bien el artículo, y luego hablamos.
Un saludo.
Como en todo relato, el mero hecho de que no todos los aspectos concuerden, o no los interpretemos como debiéramos, no quiere decir que el relato en si sea falso o una fábula. He leido articulos muy similares a este haciendo referencia a Troya y al final Heinrich Schliemann la encontró al oeste de la peninsula de Anatolia.
Es cuestión de tiempo que se logre dar con los restos sumergidos de la Atlantida.
Un saludo.
Hola Fran,
El tema de la Atlántida no es uno en que los aspectos no concuerden, es que no tiene aspectos. Como digo en el artículo, no hay más que una referencia «fuente» que mencione la Atlántida en la antigüedad, y es en un texto de ficción. No hay ninguna prueba, ningún otro dato que confirme siquiera que la Atlántida existió. Cómo podemos encontrar algo que fue inventado por un hombre como un detalle para su libro? Es como si alguien considerara a Utopía como una realidad.
Gracias por tu aportación. Un saludo.
Recomiendo la lectura de estas FAQ sobre Atlantis que enlazo debajo. Es hábito sano (en la verdadera búsqueda honesta de la verdad histórico-científica, esté donde esté, sea cual sea, y caiga quien caiga) conocer las dos caras de la moneda, otros puntos de vistas, el espectro completo (o lo más completo posible) de cualquier asunto… pero, sobre todo, conocer bien las fuentes primarias escritas, arqueológicas, geológicas, sismológicas, etc., para poderse escribir o debatir con un mínimo de fundamento sobre cualquier asunto.
https://www.facebook.com/georgeos.diazmontexano/app/337680106275807/
Espero que la lectura de mis FAQ sobre Atlantis, contribuya en este sentido.
Un cordial saludo,
Georgeos Díaz-Montexano,
http://www.AtlantidaHistorica.com
Buenos días Georgeos,
Estoy de acuerdo contigo en que es un hábito sano conocer las dos caras de la moneda. Para escribir este artículo, me he leído decenas de documentos relacionados con la supuesta existencia de la Atlántida. No sólo eso, lo he discutido con amigos historiadores, y he dado muchas vueltas a toda la información recabada.
Como en muchos otros casos, el de la Atlántida es uno que mezcla medias informaciones, suposiciones y datos falsos.
Buen ejemplo son las preguntas y respuestas que aparecen en el enlace de facebook que amablemente has colgado. Por ejemplo, hablas de «esquema o plan urbanístico de la metrópolis de Atlantis, el cual era circular concéntrico con un canal que unía el centro con el exterior de los círculos o anillos concéntricos», cuando en el libro de Platón, no hay absolutamente ninguna descripción de la mítica ciudad, más allá de que era una isla en el Atlántico.
Habas también de una «antigua tradición que conservaban los egipcios y otros pueblos del Mediterráneo de una antigua cultura floreciente que se desarrolló en una isla muy cercana a las costas de Iberia y Marruecos». No conozco dicha tradición, pero aún cuando existiese, no sgnifica que tenga nada que ver con la Atlántida, es pura especulación.
Mencionas que la Atlántida «aparece en obras de tipo científicas, es decir, en obras de geógrafos, matemáticos, historiadores y filósofos», pero evitas decir que todas esas menciones parten de una sola fuente, Platón, o sea, un libro de ficción. Nadie niega que haya literatura al respecto, pero que la haya no confirma nada.
Mezclas descubrimientos de «petroglíficos, vasijas», etc. Y hasta hablas de un hueso que tiene grabada la palabra ATAL. No veo cómo eso puede considerarse prueba fehaciente de que existió una isla poco más allá de las Columnas de Hércules.
Como en muchos otros casos, el mito de la Atlántida ha sido promocionado como un hecho, utilizando meras especulaciones y basándose en datos circunstanciales que no tienen ninguna base histórica.
En cualquier caso, lo importante es que no existe una sola prueba de que la Atlántida haya existido. Ninguna. se han hecho investigaciones de todo tipo, incluso geológicas, buscando restos de la isla en el mar, y no se ha encontrado nada. la ciencia sólo puede confirmar hechos comprobables, no especulaciones. eso está para la literatura de ficción.
Ahora bien, todo esto no quiere decir que nunca se vaya a encontrar la Atlántida. No Lo único que se puede probar, es que no hay pruebas. El día que aparezca evidencia innegable, entonces ya podremos hablar de una posibilidad histórica. Mientras tanto, hay que seguir tratando a la Atlántida como un mito.
Muchas gracias por tu aportación al debate. Un cordial saludo.
Buen post.
Los mitos suelen ser mezcla de hechos históricos y fantasia.
Puede que los llamados «pueblos del mar» que intentaron invadir Egipto inspiraran parte del mito de la Atlántida.
Hola Alnair,
Bien dices que los mitos mezclan hechos históricos con fantasía, por definición. La cultura humana está llena de ellos, pues son un buen sistema para explicar lo desconocido. El problema es cuando alguien comienza a tratar los mitos como realidades. La gente que no conoce la historia se los cree a pies juntillas, y basan sus creencias en especulaciones, medias verdades y datos falsos. En este caso, tenemos la fuente original, la misma que muchos han utilizado como «prueba» para justificar todo lo que vino después. La cuestión es que esa fuente es un libro de ficción. Y nada más.
Muchas gracias por comentar. Un saludo cordial.
«El mito de la Atlántida es mentira, tan solo conocemos de ese continente por el texto de Platón, pero no tenemos indicios reales ni hemos encontrado restos para corroborar que alguna vez existió. Tal como Troya de la cual solo la hemos oído mentar en el relato mitológico de Homero llamado «La Odisea». Tan real es la Atlántida como Troya».
Michael Wizinsky, profesor de historia en la Universidad de Ohio, 1810
(Situación ficticia, que nadie intente buscar restos o evidencias del profesor Michael, ya que solo existe en este relato «inventado»).
Hola Mike,
el hecho de que se haya encontrado otra ciudad mítica, no quiere decir que otras existan. Es una falacia. De hecho, creo que el hecho de que se haya encontrado Troya y no la Atlántida, ni siquiera utilizando toda la tecnología disponibles, apunta a que una existió, y la otra no. y la otra no.
Un saludo.
¿Oye, y las imágenes captadas desde el espacio en Sevilla? Me da pena que sea un mito siempre me gustó a pesar de mi escepticismo al respecto. Un abrazo
Hola Marina,
según dicen los expertos españoles, esas imágenes no demuestran nada, son simples especulaciones. Se han hecho búsquedas en esa zona, y no han encontrado nada. Además, Platón lo dice claramente, la Atlántida estaba más allá del Estrecho de Gibraltar, y era una isla. En la época en la que se supone que sucedieron los eventos, La zona de Sevilla llevaba siendo tierra firma desde miles de años atrás…pero bueno, todo añade al debate…
Muchas gracias como siempre, saludos!
Gracias a ti!
😉 (y)
Sr. García Barcala:
Usted dice -refiriéndose a mis investigaciones- lo siguiente:
«Como en muchos otros casos, el de la Atlántida es uno que mezcla medias informaciones, suposiciones y datos falsos.
Buen ejemplo son las preguntas y respuestas que aparecen en el enlace de facebook que amablemente has colgado. Por ejemplo, hablas de “esquema o plan urbanístico de la metrópolis de Atlantis, el cual era circular concéntrico con un canal que unía el centro con el exterior de los círculos o anillos concéntricos”, cuando en el libro de Platón, no hay absolutamente ninguna descripción de la mítica ciudad».
Si el ejemplo que usted pone de que mis investigaciones sobre la Atlántida se basan en meras «mezcla medias informaciones, suposiciones y datos falsos» (cuando precisamente he sido el atlantólogo que más ha demostrado luchar quien contra todo ello) es lo que afirma a continuación, de que «en el libro de Platón, no hay absolutamente ninguna descripción de la mítica ciudad», entonces no tengo de qué preocuparme, porque tal afirmación suya (completamente errónea) demuestra que usted jamás ha leído el diálogo del Critias de Platón, donde, precisamente, se describe con todo lujo de detalles no solo la planta urbanística o esquema de trazado concéntrico, alternándose canales (inundados de agua) con anillos de tierra (espacios inter-fosos), rodeando a una isla central (donde se hallaba el templo y el palacio, etc.), sino que se describe muchos otros detalles, sobre los puentes, acueductos y demás edificaciones que se hallaban en cada uno de los anillos de tierra, etc.
Acaba de ofrecer usted, otro ejemplo más, de lo que justo advertía en mi anterior mensaje, y que autocito de nuevo: «Es hábito sano (en la verdadera búsqueda honesta de la verdad histórico-científica, esté donde esté, sea cual sea, y caiga quien caiga) conocer las dos caras de la moneda, otros puntos de vistas, el espectro completo (o lo más completo posible) de cualquier asunto… pero, sobre todo, conocer bien las fuentes primarias escritas, arqueológicas, geológicas, sismológicas, etc., para poderse escribir o debatir con un mínimo de fundamento sobre cualquier asunto.»
Usted ha demostrado, de nuevo, que no ha hecho los deberes correctamente, que ni siquiera ha leído el diálogo del Critias, y si lo hizo, increíblemente lo olvidó por completo… ¿Cómo se puede entonces pontificar sobre algo, sin ni siquiera leerse o estudiarse con detalle y profundidad el documento, materia, asunto, etc., especialmente desde las fuentes primarias? Sin embargo, usted lo ha hecho. Usted se ha puesto a pontificar sobre que la Atántida es un mero mito inventad por Platón, sin ni siquiera haber leído el Critias, o cuando menos no recordar nada de lo que leería en el mismo, y sin haber conocido todas las evidencias y pruebas indiciarias contrarias a la tesis que usted pontifica, pues, por ejemplo, al parecer no conocía usted mis investigaciones (más que conocidas a nivel internacional) de más de veinte años, con cientos de artículos gratuitos publicados, algunos libros gratuitos, y más de treinta libros publicados.
En la actualida soy reconocido (en muchos países, y hasta por algunos doctores universitarios) como uno de los más serios y rigurososos especialistas en atlantología histórico-científica. Prueba de ello es que National Geographic me ha elegido como el único asesor en esta materia o especialidad (para la parte del Atlántico y la península ibérica que se incluyen en proyectos de documentales), y ha firmado un contrato conmigo, como asesor, y con James F. Cameron (como productor ejecutivo) para una serie de tres documentales sobre la Atlántida. El segundo sale a finales de este año, y el tercero está previsto para dentro de unos tres o cuatro años. Y que conste que jamás había tenido ni el más mínimo contacto, amistad o influencia alguna con nadie de National Geographic ni mucho menos con James F. Cameron o alguien de su entorno.
Ellos, sencillamente, después de varios años estudiado todas las más importantes teorías se convencieron de que era yo (cito palabras textuales) el «mayor experto en la materia». Sin embargo, usted no ha tenido en cuenta mis investigaciones y descubrimientos (que apuntan a lo contrario de lo que usted pontifica), al parecer porque no sabía nada de mi persona, por muy extraño que resulte entender cómo alguien que se dispone a escribir un artículo sobre la Atlántida, no se haya tropezado con ninguna de los centenares de miles de páginas de muchos países, donde se remite a mis investigaciones, y apareciendo muchas de ellas entre las tres primeras páginas de resultados de Google y otros buscadores, con casi cualquiera de los keywords o términos relacionados con la Atlántida que uno utilice. A menos que usted nunca haya usado Google ni otro buscador para buscar información sobre la Atlántida, no se explica cómo pudieron pasarle completamente inadvertidas mis investigaciones sobre esta especialidad.
Usted dice también: «Habas también de una “antigua tradición que conservaban los egipcios y otros pueblos del Mediterráneo de una antigua cultura floreciente que se desarrolló en una isla muy cercana a las costas de Iberia y Marruecos”. No conozco dicha tradición, pero aún cuando existiese, no significa que tenga nada que ver con la Atlántida, es pura especulación.»
Exacto: ese parece ser el principal problema, que usted no conoce ciertos asuntos que son muy relevantes para poder comprender el problema de la Atlántida. En cuanto a que usted le parezca «pura especulación», bueno, es su «pura opinión», que de seguro será compartida por otros, igual que muchos otros compartirán el criterio contrario, o sea, de que son indicios significativos que pueden ser considerados como pruebas indiciarias a favor de la tesis que defiendo, de que la historia sobre Atlantis, no fue una mera invención de Platón, sino una historia basada en antiguas tradiciones (fundamentalmente egipcias, o al menos trasmitidas a Solón por vía egipcia). Con independencia de que tal tradición histórica, o parahistoria, o leyenda, etc., se haya inspirado en una isla y una civilización atlántica real, o no.
Usted dice: Mencionas que la Atlántida “aparece en obras de tipo científicas, es decir, en obras de geógrafos, matemáticos, historiadores y filósofos”, pero evitas decir que todas esas menciones parten de una sola fuente, Platón, o sea, un libro de ficción. Nadie niega que haya literatura al respecto, pero que la haya no confirma nada.
Para empezar ¡no evito nada! La cuestión es que usted se está limitando a unas FAQ, que como supongo sabrá, son conclusiones. No se expone en una FAQ todo el proceso, pero si se tomara el tiempo de leer mis artículos o alguno de mis libros resúmenes o compendios, vería como jamás he evitado nada, al contrario, siempre lo confronto todo, cogiendo al toro por los cuernos, sin miedo alguno. Por otra parte, desconoce usted que no se puede demostrar que todas las referencias a la Atlántida sean basadas en lo que escribió Platón. Esto solo ha quedado clara en algunas, pero hay otras donde no solo no se menciona a Platón, sino que los datos que se ofrecen son diferentes en algunos puntos, lo suficientemente diferentes como para llevar a algunos de los más reputados especialistas en la obra de Platón, y antigua literatura clásica, a la inevitable conclusión de que estas referencias no se basaron en los escritos de Platón, sino en otras fuentes primarias ajenas a Platón o ajenas a Solón, es decir, en una tradición diferente sobre la misma civilización Atlántica. Está claro que usted no conoce nada sobre ello. En mis investigaciones podrá conocer todos los detalles, con las debidas referencias bibliográficas, y con todo el rigor que se exige en este sentido, para que cualquiera pueda verificar por si mismo tantos las fuentes primarias como las secundarias.
En cuanto a su afirmación de que el libro de Platón es una mera obra de ficción, bueno, es su mera opinión personal, que me consta es la misma que la de todos los escépticos que piensan del mismo que usted. Pero tal mera opinión, no es ninguna demostración. Porque nadie ha podido probar, científicamente, más allá de cualquier duda razonable posible, que la historia que Platón nos ha legado sea una mera ficción o invención «ex nihilum» (como algunos aún creen). Nadie ha demostrado que Platón mentía descaradamente cuando advierte en varias ocasiones, que era una historia verdadera (alethinon logon), basada en antiguas tradiciones (ek palias akoês) la cual estaba registrada en los apuntes que su tío-pentabuelo Solón trajo de Egipto, tras haber consultado fuentes egipcias, donde al menos dos sacerdotes (Sonjis de Sais y Psenofis de Heliópolis, como acredita el historiador Plutarco) afirmaron que se trataba de «una historia verdadera, basada en antiguas tradiciones», y así vemos al mismo Sócrates (que para Platón era sagrado, y jamás lo usaría para exponer tamaña falsificación histórica), afirmando que se trataba de «una historia verdadera, no de un mito inventado (o fabricado)».
Usted dice: «Mezclas descubrimientos de “petroglíficos, vasijas”, etc. Y hasta hablas de un hueso que tiene grabada la palabra ATAL. No veo cómo eso puede considerarse prueba fehaciente de que existió una isla poco más allá de las Columnas de Hércules.»
Bueno, no me sorprende que usted no sea capaz de verlo (como seguro no lo verán ninguno de los escépticos convencidos de que todo fue una mera invención de Platón, (así funcionan las creencias y convicciones), sin embargo, importantes expertos y algunos doctores universitarios (en los prólogos de mis libros y en publicaciones realizadas por los mismos puede constatarse), sí han visto tal relación, a tal punto que el Instituto de Paleografía de Oslo, Noruega, le pareció convincente, y decidió incluir mi interpretación como la única explicación factible en la ficha técnica de dicho hueso, en la exposición permanente, auspiciada por la Academia de Ciencias de Oslo, sobre Historia de la Escritura que se mantiene en la Bibiloteca Nacional de Oslo, y también otros expertos de varias universidades de Canadá, EE.UU, Noruega e Israel, contratados por National Geographic para valorar mis investigaiones, han terminado viendo cómo mis descubrimientos y argumentos pueden ser considerados, al menos como pruebas indiciarias a favor de la existencia de una cultura atlántica que sería la misma en la que se inspiraron las fuentes egipcias y que llegó a Solón, y gracias a tal valoración de expertos internacionales consultados como asesores es que National Geographic decidió contratarme como ‘Historical-Atlantolgy Adviser for National Geographic’, para una serie de tres documentales sobre Atlantis, producidos por James F. Cameron, como ya indiqué antes.
Así que ya ves, mientras usted no ve como mis hallazgos y argumentos (que aún no ha estudiado siquiera) pueden considerarse una prueba (lo de fehaciente lo ha añadido usted, yo no he usado tal término) que puede apoyar la posibilidad de que haya existido una isla con su respectiva cultura marítima frente a las Columnas de Hércules, otras importantes instituciones científicas y expertos de varias universidades, sí han visto que mis argumentos y hallazgos pueden ser considerados -cuando menos- como pruebas indiciarias de calidad a favor de la existencia de tal isla y antigua cultura marítima atlántica.
Usted dice: «Como en muchos otros casos, el mito de la Atlántida ha sido promocionado como un hecho, utilizando meras especulaciones y basándose en datos circunstanciales que no tienen ninguna base histórica.»
Estamos completamente de acuerdo, salvo que tal criterio no se aplica a mi caso. Y si cree lo contrario, le invito entonces a que lea algunos de mis libros (estoy dispuesto a regalarle al menos uno de los compendios), o bien mis artículos gratuitos (son muchos, pero al menos lo más importantes, los cuales podría indicarle), y después de conocer bien mi obra, o al menos hacerse una idea lo más completa posible de la calidad de los argumentos, datos, referencias, y fuentes primarias que he consultado durante los últimos veinte años de mi vida, entonces, si aún cree que se me puede meter también en ese mismo saco de los que utilizan «meras especulaciones, basándose en datos circunstanciales que no tienen ninguna base histórica.», en tal caso, entonces le invito a que lo exponga y desarrolle como es debido, con todo el rigor histórico-científico, y con mucho gusto analizaré su exposición y la responderé con igual rigor y seriedad.
Usted dice: «En cualquier caso, lo importante es que no existe una sola prueba de que la Atlántida haya existido.»
Debería matizar: «Hasta donde yo conozco, no existe una sola prueba de que la Atlántida haya existido». Se le ha olvidado matizarlo, pues es más que probable que usted no conozca todo lo que se ha investigado sobre la Atlántida. Usted no conoce ninguna prueba de la existencia de la Atlántida, pero es posible que otros sí conozcamos alguna prueba (de hecho más de una), al menos indiciaria, de que sí pudo haber existido una isla delante de Gibraltar, justo en ese espacio que se expande entre Iberia, Marruecos, Canarias y Madeira, que es la zona donde claramente Platón sitúa la isla, o al menos el comienzo de la misma por su extremidad oriental.
Usted afirma: «…se han hecho investigaciones de todo tipo, incluso geológicas, buscando restos de la isla en el mar, y no se ha encontrado nada. la ciencia sólo puede confirmar hechos comprobables, no especulaciones. eso está para la literatura de ficción.»
Es incorrecto: La ciencia no ha buscado en todos los rincones bajo el mar, ni se ha dedicado a buscar ruinas de la Atlántida. Sólo se ha buscado en unos pocos puntos, y de hecho, de un modo muy limitado y en ciertas expediciones privadas (no institucionales) de autores que esperaban hallar evidencias de la Atlántida, para colmo en lugares que ni siquiera tienen nada que ver con lo que claramente se describe en el Critias y en otras fuentes, incluso ajenas a Platón.
De hecho, en el área donde realmente Platón ubica la isla Atlantis, jamás (hasta ahora que recién comenzamos la búsqueda con National Geographic, de acuerdo a mis hipótesis) se había realizado ningún estudio arqueológico y geológico dirigido a buscar restos de posibles edificaciones o ruinas bajo el mar, y restos de alguna posible isla o tierra sumergida, en el área que antes he señalado, que según lo que leemos en Platón y otros autores (incluso por vía ajena a Platón) es donde, de haber realmente existido tal isla y cultura (como siempre matizo en mis investigaciones) deberían hallarse restos de tal isla y civilización marítima. De modo que su anterior afirmación es absolutamete falsa. Es una mera afirmación generalista que no se corresponde para nada con la realidad de los hechos.
En cuanto a lo que dice sobre que «la ciencia sólo puede confirmar hechos comprobables, no especulaciones. eso está para la literatura de ficción.»… Bueno, en eso también estamos de acuerdo, solo matizando que lo de especulaciones no está bien integrado en esa afirmación, pues precisamente lo que puede hacer la ciencia es comprobar (o refutar) especulaciones, pues que son si no todas las hipótesis, hasta tanto no se confirmen científicamente… pues eso, meras especulaciones… Es por tanto un error creer que las especulaciones solo pertenecen (o deben solo pertenecer) a la literatura de ficción. Nada más incierto. La ciencia nace de la especulación. De hecho, sin ella no puede haber ciencia, pues la especulación es la madre de toda ciencia, mientras que la experimentación es el padre.
Finalmente usted dice: «Ahora bien, todo esto no quiere decir que nunca se vaya a encontrar la Atlántida. No Lo único que se puede probar, es que no hay pruebas.»
Me gustaría señalar el error de conceptos que acaba de exponer cuando sentencia: «Lo único que se puede probar, es que no hay pruebas».
Esta afirmación es una falacia. Me explico, para probar algo es menester disponer de pruebas, por tanto, es un completo absurdo decir que «se puede probar que no hay pruebas». Si no hay pruebas, no se puede probar nada. Así de simple. La ausencia de pruebas no constituye una prueba de nada. Solo indica lo que es, ausencia de pruebas, y nada más que eso. Es decir, que si no tenemos pruebas de algo, no podemos probar ese algo, pero tampoco podemos probar que no hay pruebas. Nadie puede probar que no existen pruebas. Pensemos en un ejemplo muy sencillo. Hay cientos, miles, de casos de asesinatos que no se han podido aún resolver por falta de pruebas suficientemente claras o precisas como para poder cerrar un caso, pero obviamente las pruebas existen, porque es imposible que nadie cometa un crimen sin dejar ni la más mínima prueba o evidencia. Esa es una máxima en criminología, y nadie duda de ella. Que no se hallen pruebas sobre un determinado asesinato, no implica que no existan tales pruebas, lo único que significa es que con los medios y conocimientos actuales, no hemos sido capaces de hallar tales pruebas. En resumen, que no se ha realizado un correcto y eficaz trabajo de investigación, por las limitaciones que sea. Nadie se presenta en una corte judicial «para probar que no hay pruebas». Eso es mera retórica falaz, aunque pueda haber alguno que otro abogado que recurra a ella. Se puede señalar que no hay pruebas, pero no se puede decir que se ha probado que no hay pruebas, porque (en el caso de los asesinatos) estás existen, sin ninguna duda, en alguna parte debe quedar alguna, aunque sea una, aunque aún no haya sido hallada.
En el caso que nos atañe ahora mismo, la posible existencia de una isla en el Atlántico, delante de Gibralttar, entre Iberia, Marruecos, Canarias y Madeira, donde se desarrolló una importante cultura marítima, los que no conocen evidencia científica probatoria (como es su caso), pueden sostener que ellos no conocen «evidencia innegable» que confirme la existencia de tal isla y tal cultura Atlántica, y hacer tal afirmación, de este modo, sería correcto, sin dudas. Pero es del todo incorrecto y falaz, pontificar que «lo único que se puede probar es que no hay pruebas». No, probar implica siempre hallar pruebas, por consiguiente, lo único que se puede probar (en caso de que aparezcan tales pruebas) es que hay pruebas, en este caso, a favor de la existencia de tal isla y cultura marítima Atlántica. Pero mientras no aparezca pruebas, no se puede probar nada, ni a favor ni en contra. Lo único que se puede decir, mientras no aparezcan pruebas verdaderas o evidencias a favor de la existencia de tal isla Atlántica y su cultura marítima, es que no existen pruebas, aún, que confirmen sus existencia. Solo eso.
Es importante que sepamos cómo manejar los conceptos adecuadamente, y sobre todo, tener una clara idea epistemológica de los procesos y conceptos implicados en la demostración científica de cualquier cosa. Cuando no se tiene nada claro todo esto, se cae con mucha facilidad en absurdas contradicciones y falacias comunes carentes de sentido común.
Para concluir este punto. Lo correcto sería que usted dijera, que hasta el momento, o hasta dónde tengo conocimiento (mejor así), no existen pruebas o «evidencias innegables» que confirmen la existencia de la isla Atlantis…. Esta afirmación sí sería correcta, desde un punto de vista epistemológico.
Y en cuanto a lo que dice después: «El día que aparezca evidencia innegable, entonces ya podremos hablar de una posibilidad histórica. Mientras tanto, hay que seguir tratando a la Atlántida como un mito.»
Bueno, de nuevo otra falacia común. Perdone usted, pero el día en que aparezca evidencia innegable (como usted mismo puntualiza) de la existencia de la Atlántida, se podrá hablar ya de una realidad histórica, no de una mera «posibilidad histórica», porque es de mero sentido común, que si algún día se hallan pruebas científicas o evidencias innegables de la existencia de la Atlántida, entonces ya ha sido demostrada históricamente. Ya no se trata de una mera posibilidad histórica. Una posibilidad histórica ya lo es desde hace muchísimo tiempo. Lo que resta es que algún día pueda ser confirmada tal posibilidad histórica, como un hecho histórico. Esa es la diferencia.
Un cordial saludo,
Georgeos
Buenos días Sr. Díaz,
cuando recibí unos de sus mensajes en Facebook, enseguida me di cuenta de que me recordaba a otros muchos. Me recordaba al tono, al estilo y al fondo de otros comentarios que ya me han hecho en estas páginas. Un lenguaje aparentemente muy educado, lleno de palabras sofisticadas, de párrafos, muy,pero muy largos.
También hay mucho autobombo. Habla Vd. de cómo es «reconocido» internacionalmente, «como uno de los más serios y rigurososos especialistas en atlantología histórico-científica.» Pero obvia Vd. que la «atlantología» no existe como ciencia. De hecho, es un concepto que apenas existe en su imaginación. Ningún científico serio a reconoce como una ciencia, ninguna universidad le da esa categoría. De hecho, si uno busca en Google el tema «atlantología», prácticamente todo lo que aparece son escritos suyos. Se ha montado Vd. una serie de páginas web que se refuerzan mutuamente. Se auto-cita Vd. constantemente, y Vd mismo habla de sus trabajos, de sus publicaciones, de su materia.
Muy típico de la charlatanería, es crear revistas, asociaciones y demás para apoyar las farsas. Por ejemplo, aparece una «Sociedad Internacional de Atlantología Científica», que no es más que otra página suya. Por cierto, en alguna página se cambia Vd. el nombre a Georgeos Díaz-Sánchez Montexano, y ya he leído también como utiliza Vd. varios nombres para editar páginas de Wikipedia.
Si algo hay de Vd. en la web, son precisamente críticas.
Hay otra página que se anuncia como «Historia National Geographic recomienda nuestro portal de Atlantología Científica», pero entrando en ella se encuentra uno con su foto, su nombre, y sus varios perfiles, nada sobre NG. Así hay varias páginas. Y por cierto, el CSIC le mandó a callar muy educadamente cuando Vd. sugirió que científicos españoles estaban buscando la Atlántida en Doñana. Un buen «zasca».
En fin, que nadie aparte de Vd. se toma en serio sus teorías, por algo será. No hay evidencia, no hay nada sobre la Atlántida que no provenga de Platón.
No sé si Vd se crea sus propios cuentos o si lo hace simplemente para ganarse unos cuartos a costa de los menos informados. EN el primer caso, sus esfuerzos son loables, pero debe Vd. informarse mejor, debe Vd. entender que nadie le toma en serio, y por algo será. Si Vd. sólo intenta burlarse del público, sólo merece el escarnio de la sociedad. La educación es uno de los pilares más importantes de la civilización, y jugar con ella es, o debe ser, un delito.
Estaré muy agradecido si enlaza mi artículo al suyo que dice piensa escribir. Al menos algunos podrán ver la otra cara de la moneda, y enterarse de quién es Vd.
Y le recuerdo, no hay evidencia alguna sobre la existencia de la Atlántida, no la hay, nada, cero, zip. Investigue Vd. las verdaderas fuentes científicas, y deje de auto-citarse y de llenar la web de sus propias páginas y escritos. Eso es precisamente la major manera de descubrir a un charlatán.
Un saludo.
Pocas veces he visto respuestas de tu parte tan acaloradas. Parece que la discusión subió un poco de tono.
Interesante artículo, by the way
Hola Víctor,
la verdad es que no es la primera vez, hay peores. EL caso es que considero que la educación es uno de los pilares de la sociedad, y no se debe jugar con ella. Este señor. que se auto-cita constantemente y se las da de experto, está engañando a sus (pocos) lectores. No hay una sola evidencia de que la Atlántida haya existido, y ningún científico se toma en serio los escritos y las teorías del Sr. Díaz-Montejano. No puedo permitir que gente así siga publicando charlatanería pura y dura, pues siempre hay algún incauto, y asi se distorsiona la historia.
Probablemente hay mejores maneras de tratar con gente como el caballero en cuestión, pero debido a mis limitaciones, las desconozco. Jugar con la educación sólo merece mi escarnio.
Muchas gracias por tus palabras. Un cordial saludo.