USS Enterprise Vs. el Imperio del Japón

En la entrada de ayer vimos la primera parte de la historia del USS Enterprise. Seguimos al CV-6 durante su participación en las batallas más importantes del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial y su larga cadena de victorias. Hoy continuamos con ese viaje, revisando las actuaciones del Enterprise durante la segunda mitad del conflicto, hasta que el destino le alcanzó en medio del océano.

Después de la batalla de Santa Cruz, en la que el USS Enterprise fue gravemente dañado, la nave partió hacia Nueva Caledonia. Ahí recibió las reparaciones necesarias antes de volver a la acción. A partir de diciembre de 1942 el portaaviones operó desde la Isla de Espíritu Santo, en la Nuevas Hébridas. Desde ahí participó en la Batalla de la Isla Rennell.

En mayo, el CV-6 volvió a Pearl harbor para recibir, de manos de Chester Nimitz, la Presidential Unit Citation. Era la primera vez que un portaaviones recibía un honor tan alto, dedicado a unidades de las fuerzas armadas distinguidas por su valor y heroísmo. Estando ahí, la tripulación del Enterprise recibió otra importante noticia: volverían a los Estados Unidos por primera vez en años para goar de unas vacaciones, mientras la nave recibía una completa actualización.

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Los cambios

Para el verano de 1943, cuatro nuevos portaaviones de la Clase Essex y seis de la Clase Independence estaban ya luchando en el Pacífico. CV-6 ya no estaba sola, y podía tomarse un buen descanso. Su destino fueron los astilleros navales de Puget Sound, en el estado de Washington.

Entre las grandes reformas, al Enterprise se le construyó una “ampolla” anti-torpedos. Se trataba de un falso casco que, relleno de agua y aire, amortiguaba los impactos de torpedos. También se dotó al buque de un nuevo sistema de radar, más poderoso y moderno, y de nuevas armas anti aéreas, guiadas por radar.

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Hellcats F6F mayo de 1943

Muy importante también fue la adición de un escuadrón con un nuevo tipo de avión, el Grumman F5F Hellcat, el primer avión de combate estadounidense capaz de medirse al Zero japonés. Además, a uno de los escuadrones de bombarderos del Enterprise, se les añadió un nuevo tipo de radar aéreo, que permite a los aviones operar de noche. El CV-6 se convirtió en CV (N)-6.(La “N” por Night, noche).

Vuelta al fregao

A mediados de noviembre el Enterprise estaba ya de vuelta en el Pacífico. Durante los próximos seis meses participó en una serie de ataques coordinados para proteger desembarcos de los Marines. Este fue el caso del Atolón de Makin, y de las islas de Emirau, Yap, Ulithi y Palau.

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Bombardeo sobre Truk.

También en los primeros meses de 1944, Enterprise participó en los bombardeos de Truk, un atolón en el que los japoneses tenían su base de operaciones. A partir de abril de aquel año, aunque todavía ocupado por algunas tropas niponas, Truk dejó de ser una amenaza.

A mediados de Junio, CV-6 fue enviado al archipiélago de las Marianas, para proteger los transportes durante los desembarcos en Saipan, Rota y Guam.

Batalla del Mar de las Filipinas

Entre el 19 y el 20 de junio de 1944, tuvo lugar la batalla entre portaaviones más grande de la historia. Era la quinta de estas batallas después de la del Mar del Coral, Midway, Guadalcanal y las Islas Salomón. También sería la última.

La marina norteamericana se había ya adentrado en el perímetro de seguridad marcado por Japón. Si los yanquis capturaban Saipán, podrían enviar bombarderos pesados directamente hasta Tokio. Era imprescindible detenerlos antes. Se dice pronto, pero no iba a resultar tan fácil.

La Marina Imperial, bajo el mando del Almirante Mineichi Koga desde la muerte de Yamamoto, buscaba inútilmente su Kantai Kassen, la batalla definitiva en la que venciera a la US Navy y obligar a los estadounidenses a negociar. Pero Koga, al igual que el resto del alto mando japonés, no vivía en la realidad.

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Vista parcial de la TF 58.

En los primeros meses de la guerra, Japón disfrutó de superioridad numérica y tecnológica sobre el enemigo. No obstante, la situación había cambiado mucho en tres años, y ahora eran los americanos los que disfrutaban de esa ventaja. La Task Force 58, el grupo de combate que incluía al USS Enterprise, era una de las fuerzas navales más grandes jamás reunidas.

TF 58 estaba dividida en cinco grupos, y contaba con siete de los grandes portaaviones, más ocho portaaviones ligeros.  Además, TF 58 sumaba siete acorazados, ocho cruceros pesados, 13 cruceros ligeros, 58 destructores y 28 submarinos. 956 aviones completaban su armamento.

El Gran Tiro al Pavo

Por otra parte, Japón estaba en inferioridad numérica en todos menos uno de los apartados (cruceros pesados). Sin embargo, el gran problema de los japoneses era la falta de experiencia de sus pilotos, la mayoría recién salidos de la academia. Aquellos primeros veteranos de Pearl Harbor, había sido aniquilados poco a poco en el resto de batallas.

Ya escribí un artículo al respecto, así que no voy a repetir lo que sucedió en esa batalla. Sólo merece la pena mencionar que CV-6 salió ileso habiendo participado en todos los enfrentamientos. Como premio, fue enviado a Pearl Harbor para un mes de reparaciones y vacaciones.

La Batalla del Golfo de Leyte

A mediados de octubre de 1944 el CV-6 estaba de vuelta en la acción. Cada vez más cerca de Japón, cada vez más cerca de la victoria. La campaña de reconquista de islas en el Pacífico llegaba a su punto álgido en las Filipinas. El General MacArthur había prometido volver, y para ello necesitaba el apoyo aéreo del Enterprise y la TF 38.

La marina japonesa, acorralada, y prácticamente sin pilotos, busco una victoria a la desesperada. Envió desde sus puertos base a los dos últimos portaaviones, casi sin aviones, para que actuaran como cebo. Esta fuerza debería atraer a los portaaviones norteamericanos mientras otra fuerza naval japonesa destruía los transportes con las tropas de desembarco.

En parte la treta funcionó, pero no lo suficiente. Los pilotos del Enterprise consiguieron causar graves daños a la flota enemiga antes de dirigirse al norte para acabar con los portaaviones-cebo. En este último enfrentamiento, Japón también perdió uno de sus dos grandes acorazados, el Mushashi. Las fuerzas imperiales dejaban de ser una amenaza en los mares.

Iwo Jima y Okinawa

El Enterprise continuó su trabajo protegiendo desembarcos y acabando con lo poco que quedaba de la marina imperial japonesa. La flota norteamericana en el Pacífico era ya tan grande que las rotaciones aumentaban, y CV-6 pasó varias semanas de descanso en Pearl y otros puertos a principios de 1945.

USS Enterprise, Okinawa

El USS Enterprise golpeado por un kamikaze en Okinawa, mayo de 1945. Se puede ver la plataforma del elevador de proa, de 50 toneladas, volando por los cielos.

Entre el 19 de febrero y el 9 de marzo, el Enterprise protegió a las fuerzas terrestres y navales en el desembarco de Iwo Jima. Durante dos días de esta batalla, pilotos del Big E se mantuvieron en el aire durante 174 horas seguidas. La superioridad en el aire era total.

A principios de abril, Enterprise fue llamado a una misión similar, esta vez en la Isla de Okinawa. La larga racha sin daños del Enterprise acabó el 11 de abril, cuando fue golpeado por un kamikaze. Un mes después, habiendo sido reparado en Ulithi, otro kamikaze chocó contra la cubierta, destruyendo el elevador de proa. Fueron tan graves los daños en este último ataque, que el Enterprise fue enviado de vuelta a los astilleros en Bremerton, Washington. Ahí estaba cuando acabó la guerra.

El USS Enterprise vive

Completamente reparado, Enterprise participó en la Operación Alfombra Mágica, transportando soldados estadounidenses de vuelta a su país. También fue objeto de homenajes en todos los puertos donde paraba. No por nada era el buque aliado más condecorado de toda la guerra.

Irónicamente, su éxito y el del resto de portaaviones terminó por acabar con la carrera del Big E.

Viendo cómo este tipo de naves era el futuro, Estados Unidos había encargado ya la construcción de más y mejores portaaviones. Además, la aparición de los jets como aviones de combate, hacían del Enterprise un portaaviones obsoleto debido a su corta cubierta de despegue.

USS Enterprise CV-65

USS Enterprise CV-65

Cuando fue retirado del servicio en 1947, existía un plan para convertir al CV-6 en un museo flotante. Ni ese plan ni otros subsiguientes consiguieron reunir el dinero necesario para comprar la nave. Finalmente, en 1958, el USS Enterprise fue vendido para ser desmantelado. Un triste final para el más grande y el más importante de todos los barcos aliados.

Pero el USS Enterprise aún vive en la memoria de aquellos que sirvieron sobre ella y los que la hemos estudiado. No sólo eso, su nombre no ha muerto. El primero de los portaaviones nucleares, CV-65, botado en 1958, llevó también el nombre de USS Enterprise hasta que fue jubilado en 2012. El próximo portaaviones de la clase Gerald Ford, CV-80, también será bautizado como USS Enterprise.

CV-6 ya sólo es un código en la memoria, un recuerdo del valor de sus marinos y pilotos. Pero hay USS Enterprise para rato.

2 thoughts on “USS Enterprise Vs. el Imperio del Japón

    • Hola Manolo,
      gracias a ti por seguirme, por comentar y por compartir. Más que ilustrar, yo sólo soy un vehículo de divulgación, un intermediario. Los que se merecen todo el crédito son los científicos, y por supuesto, los lectores… 😉
      Mil gracias y un cordial saludo!

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