La gran mayoría reconoce la figura de Mussolini el dictador, de Mussolini el payaso, de Mussolini el fundador del fascismo. Hay suficiente material escrito sobre cada una des estas facetas de su vida. También hay mucho sobre su carrera política, aunque esta está inevitablemente sesgada, como todo lo que tocan esas malas artes. Algo menos se conoce de Benito Mussolini el mujeriego, que lo fue. Mussolini fue desde su juventud un gran cliente de los prostíbulos y, a pesar de tener mujer e hijos, siempre tuvo al menos una amante. Pero si hay una faceta de este personaje que rara vez se trata en sus biografías, es la de Mussolini el bully, el matón del colegio, el violento alborotador sindical. Hagámosle justicia entonces.
El pueblo del Duce
Benito Amilcare Andrea Mussolini nació en Dovia di Predappio, en la región de Emilia Romagna. Durante su largo periodo como dictador, Predappio fue conocido como El Pueblo del Duce, y en la actualidad sigue siendo lugar de peregrinación para los fascistas. En los primeros años de sus infancia, la familia de Benito vivió en una casa provista por el estado, dado que su madre era la directora del colegio local.
Buena parte del futuro del dictador italiano le vino de cuna. Su padre Alessandro, de profesión herrero, era un conocido socialista. De hecho, los tres nombres de su primogénito, fueron elegidos en homenaje a tres figuras de la izquierda mundial de la época, el mexicano Benito Juárez, y los socialistas y anarquistas italianos Andrea Costa y Amilcare Cipriani.
El joven Mussolini creció en un ambiente familiar altamente polarizado. Por un lado su padre socialista y anti-católico, y por otro su madre, maestra de escuela y católica. El dilema siempre ocuparía la mente de Benito, que dio tumbos entre ambos bandos. Pero hoy no hablamos de política.
Estudiante problemático
Según afirmaron algunos de sus contemporáneos, Mussolini tenía problemas de aprendizaje, que se tradujeron en castigos por parte de su padre. A su vez, el niño aprendió a descargar su rabia contra los más débiles. No había cumplido los 12 años cuando fue expulsado por primera vez de un colegio por haber apuñalado a un compañero con una navaja.
El incidente de la navaja se repitió en la siguiente escuela, y al menos una novia lo acusó de causarle cortes con el mismo instrumento. No sólo eso. A muy temprana edad, Mussolini organizó una banda de maleantes que golpeaban y robaban a otros niños.
Uno de los pasatiempos favoritos de Mussolini el bully, era pellizcar a los niños durante la misa, para hacerlos llorar. Algo mayor, cuando ya no estaba obligado a ir a la iglesia, se quedaba afuera y lanzaba piedras a las ventanas para interrumpir el servicio.
Alessandro Mussolini había enseñado a su hijo a desafiar a la autoridad, pero la táctica se le fue de las manos. Benito nunca dejó de utilizar la violencia para conseguir lo que quería, ni en su vida personal, ni en su carrera política. La amenaza siempre fue su táctica.
Mussolini revolucionario
De alguna manera, Benito consiguió enderezar sus estudios para graduarse por la mínima y obtener una plaza como maestro. Era 1901 y tenía 18 años. La carrera de magisterio duraría poco, pues al año siguiente, y para evitar el servicio militar, Mussolini escapó a Suiza.
Primero trabajó en una cantera, pero fue despedido a las pocas semanas pues no hacía más que protestar. Pasó por varios empleos más en diversas ciudades sin encontrar empleo estable, hasta que encontró su “llamada”.
Hijo de socialista, y socialista convencido él, Benito había bebido desde la infancia en las ideas revolucionarias de la época. En los círculos italianos de Berna, pronto se vio atraído por la vida del revolucionario, intento en derrocar a las democracias liberales por medio de la violencia, y de las malas artes.
En 1903 fue arrestado por primera vez por la policía suiza. Su delito,precisamente promover la violencia en una huelga. El futuro Duce pasaría varias temporadas tras las rejas, siempre por promover o practicar la violencia. Finalmente, en 1904, fue deportado de vuelta a Italia.
Agitador profesional
De vuelta en Italia,Mussolini se acogió a una amnistía, pero tuvo que hacer el servicio militar. Libre del ejército en septiembre de 1906, volvió a dar clase por una corta temporada. Los próximos años los pasaría dando tumbos geográficos. Una temporada en Trento, ciudad italiana dentro del Imperio Austro Húngaro; en Milán, y finalmente unos meses de vuelta en Predappio.
Mientras tanto Mussolini no dejó de escribir para diversas publicaciones, incluyendo el semanario Lotta di Classe (Lucha de Clase) del que él mismo era editor. Sin ser un intelectual, su retórica agitadora le ganó un puesto como colaborador en el panfleto L’Avvenire del Lavoratore (El Futuro de los Trabajadores). Pero más que escribir, su misión era organizar reuniones, protestas, y promover la revolución socialista. Esto es, se convirtió en un bully político.
Para 1911 Benito Mussolini ya era un personaje bien conocido por las altas instancias del Partido Socialista. Algunos de sus colegas lo veían como una fuerza importante, un hombre con brío. El joven agitador dejaba en evidencia a los viejos socialistas que ya se habían acomodado en el sistema de partidos y se habían olvidado de la revolución. Otros lo veían como un hombre peligroso, demasiado adepto a la violencia.
Conflicto con el Partido Socialista
Irónicamente, un hombre al que le gustaba tanto la violencia, se opuso en más de una ocasión a la guerra. No sólo había intentado burlar el servicio militar, sino que luchó abiertamente contra el gobierno italiano cuando éste luchó en 1911 contra los turcos. Durante una protesta contra la guerra, Mussolini fue nuevamente arrestado y pasó cinco meses en la cárcel. Claro está, eso le ganó puntos en el Partido Socialista. No hay revolucionario que se precie que no haya pasado unos meses en el tambo.
En 1914, tras el inicio de la Primera Guerra Mundial, Mussolini volvió a alinearse con el partido y a favor de la neutralidad de Italia. En agosto de 1914, incluso escribió un artículo titulado, “Abajo la Guerra. Permanecemos Neutrales”. No obstante, pronto iba a cambiar de bando, y la separación tendría importantes consecuencias para la historia de Italia. Pero eso ya es otra historia.
Mussolini el bully
Benito Mussolini fue un hombre que llegó muy lejos en la política, y que terminó pagando sus errores con la vida. Fue un personaje carismático que levantó pasiones positivas y negativas por igual. Pero si hay algo que lo definió durante toda su vida, fue su gusto por la violencia, por el maltrato y el abuso físico de las personas. Sin importar su ideología, Mussolini era un niño malcriado que se creía con derecho a todo, y si alguien se lo negaba, era cuestión de tomarlo por la fuerza. Lo demostró de niño, de joven y más tarde como dictador, era un bully común y corriente. Eso sí, fue otro que mató por la espada, e igualmente murió. En sucesivos capítulos revisaremos otras etapa de su vida: un bully con poder.
Gracias por acercarnos un poco la vida de Mussolini, la verdad es que toda la historia de su dictadura y por extensión, de su vida, ha quedado siempre completamente eclipsada por la de Hitler.
Hola Pascual,
Bien dices que la historia de Musssolini siempre ha sido eclipsada por Hitler, y con razón. Jamás defendería al fundador del fascismo, pero de ninguna manera cometió tantos y tan atroces crímenes como el Führer. Como digo en el artículo, Il Duce no era más que un matón de barrio, un bully al que le gustaba el poder, pero sin la megalomanía ni el racismo de Hitler. El peor error de Mussolini, sin duda, fue precisamente aliarse con el alemán. Si hubiese entrado en la guerra del lado de los aliados, quién sabe hasta cuando hubiese reinado…
Mil gracias como siempre por tu interesante aportación. Un cordial saludo.