La de 2016 será la elección más triste que se recuerde en mucho tiempo. La calidad de los candidatos deja mucho que desear. Por un lado, un payaso proteccionista más conocido por sus múltiples mujeres, gritos y exabruptos, que por sus políticas. En la otra esquina, una extremadamente ambiciosa, mentirosa y corrupta ex-primera dama. Obviamente, la prensa mundial se ha cebado con el más carismático, y el que dice más estupideces. El mundo está en contra de el del tupé rubio. Pero, ¿puede el sistema frenar a Trump?
En el artículo anterior hablamos del sistema de elección presidencial en los Estados Unidos. Los candidatos no son elegidos Presidente directamente por los ciudadanos, aunque casi. Los votos en realidad eligen un colegio electoral por cada estado, y estos, reunidos en diciembre, elegirán un Jefe del Ejecutivo.
Este sistema hace posible que los miembros del colegio electoral puedan elegir a quien les dé la gana, sin respetar lo que hayan votado los ciudadanos en su estado. La historia nos dice que ha sucedido ya en veintidós ocasiones. Y sí, es posible que vuelva a suceder.
Enemigos en tu partido
Si por algo se ha distinguido el candidato Donald Trump, es por ofender a medio país. En realidad es posible que haya ofendido al 100% pero una mitad no se ha dado cuenta, o les da igual. Hillary Clinton produce tanta simpatía y respeto como un inspector de hacienda o un político corrupto (valga la redundancia). Trump ha hecho tantos enemigos que ni los líderes de su propio partido piensan votar por él.
La prensa ha hecho bien su trabajo, resaltar las muchas deficiencias del candidato republicano, y esconder los delitos de la candidata del Partido Demócrata. Para casi todo el mundo, Trump es un demonio, un hombre peligroso (que lo es). Fuera de Estados Unidos, Clinton es la salvadora. Votar a Trump es ser un idiota, votar a Clinton es lo progre.
Algunos creen, y esperan, que el colegio electoral podría frenar a Trump, aún si él gana la mayoría de votos. Como decía anteriormente, es posible pero muy difícil que ocurra.
Los escenarios
Para que el colegio electoral, o alguno de sus miembros, decidiese cambiar su voto de Trump a Clinton para frenar al primero, este tiene que ganar. La premisa se muestra muy complicada. Trump va por detrás en las encuestas a menos de un mes de las elecciones, y no parece tener ninguna intención de cambiar de estrategia. Trump perdió el primer debate por mucho, y ganó el segundo por la mínima. Las encuestas apenas y variaron después de ambos encuentros.
Sólo unas semanas antes de la cita electoral, un vídeo de hace 12 años ha resurgido. En él, el constructor hace comentarios de mal gusto sobre las mujeres, y de cómo él acostumbra tratarlas. Aparte del ridículo y el oprobio que pueda causar, aún está por ver qué efecto pueda tener en el voto. Irónicamente para este narcisista, las mujeres podrían frenar a Trump.
La situación legal de Clinton también es muy delicada. Se ha demostrado que mintió a las autoridades con respecto a los famosos correos electrónicos que envió desde un servidor personal. A pesar de ello, el Director del FBI no quiso acusarla formalmente, por ahora. Siguen saliendo datos y más correos, pero el poder de los Clinton en Washington es mucho, y parece que nada ni nadie se atreve a ponérseles enfrente.
Se puede frenar a Trump
Pero dijéramos, que por alguna fuerza cósmica, Donald Trump gana más votos electorales en noviembre, y que, técnicamente, sería elegido Presidente. El colegio electoral aún podría frenarlo. ¿Lo hará? Lo dudo mucho. La única posibilidad es que Trump gane por uno o un puñado de votos, y que estos puedan cambiar. Difícilmente, los estadounidenses son muy adeptos a la democracia y a la legalidad. Preferirían sufrir a alguien como Trump que romper o viciar su sistema. Además, la alternativa no es que cause ilusión.
No sería la primera vez que los estadounidenses eligen a alguien con pocas luces. Puedo dar varios ejemplos, pero no quiero meterme en política (¿más?). Lo dicho, conozco bien a los ciudadanos de ese país. Están tan orgullosos de su democracia que no creo se atrevan a romperlo simplemente para evitar que otro inútil llegue a la Casa Blanca.
Casos anteriores
Es verdad que, en el pasado, más de un elector cambió su voto en el último momento, por varias razones. En 1872, por ejemplo, el candidato a la Presidencia Horace Greeley, obtuvo para su causa 63 votos electorales. Había perdido las elecciones, pero se esperaba que sus electores aún votaran por él. El problema es que Greeley murió poco después de las elecciones, y antes de que el Colegio Electoral eligiese a un presidente. Como fue, aquellos 63 representantes, terminaron votando a otros candidatos, y los que votaron por Greeley vieron su voto anulado. No se ùede votar por un hombre muerto.
En otras ocasiones, el voto ha sido de protesta, como sucedió en el año 2000, cuando un elector de Washington DC se abstuvo como protesta por la no representación del Distrito de Columbia en el Congreso. Otras veces ha sido por error. En el 2008, un elector que debía haber votado por Barack Obama lo hizo por John Edwards, y reconoció que fue por error. Los mismo sucedió en 1972 cuando un elector que debía votar a Nixon cambió su voto. En ningún caso, dichos cambios han tenido influencia sobre la elección del presidente.
Aún así, puede suceder…
La polarización política y la pésima calidad de los dos candidatos, pueden hacer de esta carrera una muy ajustada. Es posible que uno de los candidatos llegue al número mágico de 270, y el otro se quede con 268. En dicho caso, bastaría con dos electores díscolos para cambiar el sentido de las elecciones.
Pero hay otro cortafuegos. El Congreso tiene la capacidad de objetar a los votos electorales, y de esa manera, elegir al candidato que más les guste. Nunca se ha dado este caso, y si ocurriese, marcaría un precedente muy peligroso. Tampoco creo que se arriesguen.
Es posible frenar a Trump, como también es posible frenar a Clinton, extremo que casi nadie menciona. Frenar a Trump es tan deseado por una mitad del electorado como frenar a Clinton es para la otra.
Al final será presidente quien reciba más votos electorales en noviembre. Trump y Clinton pueden no ser los mejores candidatos, pero tampoco es que sean tan peligrosos. No tienen tanto poder como la gente cree. Además, el Congreso y la Suprema Corte de Justicia están ahí precisamente para frenar los excesos de cualquier presidente. Bendita sea la Separación de Poderes.
Bendita sea.
Es tranquilizador que pongas paños fríos.
La verdad que, más allá del show, la política de fondo es siempre más o menos la misma.
En estos días se conoció recién que nuestra ex presidente «nacional y popular» firmó un contrato servil y corrupto con Chevrón.
La ¿demócrata? Clinton dijo en octubre 2011: «“Queremos que Pakistán asuma un rol de líder porque los terroristas que operan fuera suponen una amenaza también para los paquistaníes” (… )“Nuestro mensaje es muy claro: vamos a luchar, vamos a negociar y vamos a construir y ellos pueden ayudar o dificultar las cosas, pero nosotros no nos vamos a parar”».
Y sigue el show.
Que tengas un lindo sábado.
Harrison Ford es un imbécil, prefiero el spot de De Niro.
Ooops, pues yo soy un gran fan de Ford, ahí sí que no vamos a estar de acuerdo…ahora, sus ideas políticas, la verdad ni las conozco… 😛 El spot de DeNiro es muy bueno, muchos cojones…
Un abrazo!
Puedes conservar tu sombrero de Indiana Jones, no es para tanto. Pero es imprudente que un adulto que es escuchado por much@s aliente el voto en blanco. Sobre todo en una situación tan inflamable como la de USA donde un Trump «insinuó» que podrían matar a su rival.
Es bueno que haya un referente como De Niro. Casi que me emocionó su transparencia.
Ha trascendido en la Blogosfera que viviste 10 años en la soleada y somnolienta California. No encuentro tus crónicas de viaje.
Buen día!
Hombre, yo no aliento el voto en blanco, al menos no en Estados Unidos. Sólo he hablado del sistema electoral, y de la situación de los dos candidatos más conocidos. Y pueden ser los más conocidos, pero no los únicos, también está Gary Johnson del Partido Libertario. Tiene muy pocas probabilidades, pero al menos es otra opción a Trump y CLinton. Y sí, he dicho que viví en California una década, creo que fueron 9 años y medio para ser exactos. Ahí estudié la carrera, y pasé muchas grandes aventuras. Si no encuentras mis crónicas de viaje en la red, es porque entonces apenas y existía internet…Un saludo HLJorge!
Hola Jorge,
teniendo los políticos que tenemos en España, no debería yo criticar a los de otro país. La verdad es que en la mayoría de países están igual, una clase política vergonzante, inútil, a la que poco o nada le importa la suerte de los ciudadanos. En fin, que no es mi intención meterme en política, sino hablar un poco de la historia del sistema electoral estadounidense. Pronto estaremos hablando mucho sobre el tema.
Muchas gracias y un saludo.
Al hilo de lo que expones en el último párrafo de este magnífico artículo, no olvidemos que todo presidente de los EE.UU. puede verse sometido a responsabilidad por delitos graves a través del «impeachment».
Andrew Johnson (1868) y Bill Clinton (1998-1999) resultaron absueltos, pero Richard Nixon se vio obligado a dimitir en 1974 a raíz del «impeachment» derivado del «escándalo Watergate».
Un abrazo.
Así es, mi estimado Caballero del Aire. Aunque alguno de estos dos llegue a la Casa Blanca, siempre pueden ser despedidos por el Congreso. Como bien dices, Nixon renunció antes de que le echaran, y Johnson y Clinton sólo se salvaron gracias a que el Senado requiere una mayoría de 2/3. Al menos Johnson debió su proceso a una cuestión política. Lo de Clinton fue por mentiroso…
Mil gracias y un abrazo!
Hola Jesús,
yo soy más de Clinton que de Trump, en esto no tengo muchas dudas así como tampoco que el «rubio peligroso» no saldrá elegido. Aquí si hay alguien ganador son los periódicos, las televisiones, los periodistas, los debates… Estas elecciones serán recordadas no tanto por los candidatos y lo que han hecho (o dejado de hacer) sino por «cómo» no se ha de llevar una campaña electoral.
Abrazos
Hola Francisco,
yo ni de uno ni de otro. Me pasa como en España, no me convence ninguno, son para mí prácticamente lo mismo. Pero bueno, es cosa de los useños, que ellos decidan, y que ellos sufran las consecuencias o disfruten las mejoras. Lo mejor de sus sistema, es que pueden echar al presidente en 4 años. Aquí, ni con agua caliente… 😛
Muchas gracias por tu aportación, un abrazo!