Estimado Lector,
Gracias a las redes sociales, me he encontrado este documento, un manifiesto publicado por colegas blogueros. Me ha parecido tan certero que decidí compartirlo contigo. Te dejo la introducción, y un enlace para que puedas leerlo completo en el sitio original, lo cual me parece más justo. Si estás de acuerdo con la premisa de este manifiesto, no dejes de compartirlo en tus cuentas de RRSS.
Manifiesto por los Divulgadores
El pasado 7 de octubre, con motivo de la efeméride de la batalla de Lepanto, tuvimos la oportunidad de llevar a cabo una campaña en colaboración con otros blogs e iniciativas relacionadas con la divulgación de la Historia, y que cristalizó en el hashtag #TuiteandoHistoria. Desde luego la ocasión resultó muy enriquecedora y sirvió para conocernos un poco más entre todos, pero también nos invitó a hacer esta reflexión.
Desde determinados sectores del academicismo más anquilosado se suele menospreciar la labor que los divulgadores realizan día a día, considerándola poco menos que una mera diversión para quien la lleva a cabo, pero que pocas veces puede lograr una contribución a la ciencia o la sociedad. Sin embargo su error es mayúsculo si piensan que su labor como científicos es superior. Día a día los divulgadores consiguen acercar aspectos completamente ignorados de la ciencia a los ajenos a la materia, despertando su interés y manteniendo activa la maquinaria. Seamos realistas, ¿cuántas personas han llegado a la universidad interesados por la Historia por haber leído una obra de Eric Hobsbawm? ¿Cuántas personas lo han hecho motivadas por juegos como Age of Empires o películas como Indiana Jones? No debe sonrojar a nadie que los cómics de Astérix y Obélix hayan despertado más interés por la Historia que Hugh Thomas o Edward Hallett Carr. Unas y otras son piezas fundamentales de este engranaje que mantiene viva la ciencia, y en ningún caso se deben entender como realidades enfrentadas.
Estoy de acuerdo. Los divulgadores están más cerca del prójimo, de la tierra. Algunos científicos, volando con deducciones de deducciones, terminan en un viaje alucinógeno, mira sino a los físicos de cuerdas.
Que alguien venga a decirme que Sagan fue frívolo.
No podría estar más de acuerdo Jorge, y me gusta mucho tu analogía. A veces parece que los científicos están en un «viaje»…y sobre Sagan, o ahora Neil DeGrasse Tyson, la ciencia se ha beneficiado enormemente con ellos. Recuerdo haber leído en algún sitio, que durante las temporadas que se emitió Cosmos, las matriculaciones a carreras científicas se dispararon…no me extraña. Un saludo HL, y gracias como siempre por comentar!
Un placer escuchar a DeGrasse Tyson, fue agradable descubrir que fue discípulo de Sagan. Leí Cosmos a los 20, hace un tiempo. También consideré estudiar Cosmografía, pero era todo Matemáticas.
Es bueno recordar a la pobre chica Ann Druyan: http://efectomcguffin.blogspot.com.ar/2014/03/ann-druyan-habla-sobre-ciencia-y.html
Pues mira Jorge, hoy yo he aprendido algo nuevo. No sabía que Neil DeGrasse había sido discípulo de Sagan…ahora entiendo muchas cosas…Gracias!
Ja ja ja, me pareció gracioso el termino de «los ayatolas del fundamentalismo academicista…». Mis saludos cordiales a los divulgadores porque gracias a ellos conocemos un poquito mas de la historia. Gracias.
Hola Carlos,
este artículo me pareció muy bueno y muy justo, por eso lo quise reproducir. El mérito es de la gente de Adabsurdum.
En cualquier caso, muchas gracias por dejarnos estas amables líneas.
Un cordial saludo.