¿Por qué decimos que las cigüeñas traen a los bebés?

La historia de que la cigüeñas cargan en su pico un atajo de pañales con un bebé dentro es bastante antigua. Sinceramente no sé si siga siendo tan popular, pero sospecho que algunos padres aún la utilizan. A decir verdad, los de mi generación veníamos de París, y de preferencia por Air-France. Cosas de la tecnología y de la moda, pero me sentiría más feliz sabiéndome un paquete de la cigüeña.
Creo que queda claro que esta historia tiene un sólo propósito, ocultar a los niños la verdadera forma en que se hacen los bebés. No es fácil explicarlo cuando sabes que no te van a entender, y si te entienden, puede que les causes un trauma de por vida. Lo de la semillita (tiene peligro, como explico al final) no es muy diferente, los niños no lo entienden mejor, y es también una alegoría. En cualquier caso, el cuento existe, y tiene mucho que ver con algunas cualidades del animal. Ellas, por supuesto, no tienen ni idea.

Cigüeña


Las amigables cigüeñas

Verás, nuestra relación con estas salpimentadas aves es bastante buena. La poca carne que podríamos obtener de su caza no es un manjar. Seguro que son comestibles, pero no es una animal que haya estado muchas veces en los menús humanos, Por ello, las cigüeñas no nos tienen miedo, y acostumbran a construir sus nidos en entrenos urbanos, ya sea en las chimeneas o en las torres de las iglesias.
Además, Ciconia ciconia, es considerada un ave de buen agüero, esto es, que trae buena suerte. Una razón de ello puede ser sus hábitos migratorios; otra, sus costumbres familiares.

Costumbres

Sabemos que las cigüeñas son una de esas especies que viajan miles de kilómetros cada año para buscar un mejor clima. Por lo general, abandonan sus nidos en Europa a mediados del verano para viajar a África, y volverán en marzo o en abril. El hecho de que aparezcan cuando el oscuro invierno termina, cuando el mundo reverdece y se llena de vida y color, les ha logrado una asociación positiva.

ciguenas en chimenea
Por otra parte, la gente tiende a creer que las cigüeñas son muy familiares. Se cree, por ejemplo, que son monógamas de por vida. Algo hay de ello, pues tienden a ocupar los mismos nidos año tras año, y a aparearse con la misma pareja. Pero no siempre es así, y en ocasiones cambian de amante.
Otra creencia es que las cigüeñas jóvenes cuidan a sus mayores en el ocaso de sus vidas. La realidad es que son los padres los que tienden a cuidar a sus retoños hasta una avanzada edad (como los humanos en España), y parece que es al revés. De hecho, los griegos tenían una ley que obligaba a los hijos a cuidar de los padres ancianos. Dicha ley se llamaba Pelargonia, del griego pelargos, cigüeña.

Tradición

En cualquier caso, las cigüeñas han tenido buena prensa desde la antigüedad. Para los egipcios, muy dados a la mitología animal, la cigüeña representaba el Ba, el alma. Griegos y romanos las considerabas ejemplos de vida familiar. Los griegos, incluso castigaban con la muerte matar a Cigüeña egipciauna cigüeña. Para los romanos, otra ventaja de estas aves es que su vuelta de África, indicaba el mejor momento para plantar la vid.
Alemanes, holandeses, polacos, lituanos y ucranianos, históricamente han dado la bienvenida a las cigüeñas. Que una familia de cigüeñas construyera su nido en un hogar significaba que ese hogar tendría buena suerte. No sólo eso, ya desde tiempos de los griegos, las cigüeñas eran símbolos de fertilidad.
Nuevamente, lo de la fertilidad tiene mucho que ver con sus hábitos migratorios,. También con las costumbres amatorias de los humanos.

Esos veranos cálidos

Yo pensaría que es en invierno cuando los humanos pasan más tiempo bajo las sábanas, y sí. Pero desde antaño las mujeres saben más o menos cómo controlar sus ciclos, para quedarse embarazadas o no. En algunas culturas, les gustaba encargar un bebé alrededor de la fiesta pagana de la fertilidad, en el solsticio de junio. Los bebés nacían 9 meses después, en marzo, justo cuando las cigüeñas volvían.
Además, si el bebé nace al final del invierno, tendrá varios meses para crecer y ganar peso antes de que volviera el frío. Que las aves llegaran en las mismas fechas era una casualidad, pero no para todos. Ya sabemos que la gente es muy supersticiosa, y hace siglos lo era más. Algunas culturas europeas achacaban los nacimientos de los bebés a las cigüeñas.

La historia

Las cigüeñas tienen un importante lugar en la cultura europea. Entre las primeras menciones Hans Christian Andersenestán tres fábulas del griego Esopo: La Zorra y la Cigüeña, El Granjero y la Cigüeña, y Las Ranas que Pedían un Rey, todas con las grandes aves de protagonistas.
Luego, en el siglo XIX, el célebre autor danés Hans Christian Andersen, escribió el cuento Las Cigüeñas. En él, las cigüeñas deciden llevar bebés a las casas de los niños que se portaban bien. Un bebé muerto a los niños que se portaban mal. Como todos los cuentos “infantiles” de la época, un poco macabro. Pero a partir de ahí, el mito se extendió por el mundo occidental. Lo que empezó siendo un mito ancestral, fue ascendido al podio de la literatura.

El cuento que no caduca

En las últimas décadas, muchos padres han preferido contarles otra historia a los niños, acerca de cómo vinieron al mundo, o de cómo vienen sus hermanitos. Está la que mencioné de Francia, la de la “semillita” que Papá pone dentro de Mamá. Es muy posible que algunos intenten decirles la verdad, pero no creo que sirva de mucho.
Seguramente, en culturas que desconozco, hay otras historias similares. Lo que importa es que es muy difícil explicarle a los niños las cuestiones de la reproducción sexual, y requieren analogías aptas para su edad, para su mundo inocente y reducido.
Aün no soy padre, pero si llego a serlo algún día, tendré que recurrir a las mismas historias. O puedo inventarme la mía. Si así fuese, sin duda estaría relacionada con los midiclorianos, e iniciaría con la frase, “hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana…”

Nota: Prometí explicar el peligro que tiene contar historias de semillitas. Cuando etenía unos cinco o seis años, mi Madre me pilló tragándome las semillas de una sandía. Inocente y joven ella, me dijo que no lo hiciera, porque podría nacerme un árbol de sandías en la cabeza. Craso error.

Me gustaba tanto esa fruta, que quise tener mi propio árbol. Comencé a comerme todas las semillas de sandía que me encontraba. Peor aún, extendí la práctica a otras de mis pasiones, las aceitunas y los melocotones. Hasta que mi Mamá se dio cuenta y me aclaró todo.
Aunque parezca extraño, nunca he tenido problemas del estómago debido a mi estrafalario consumo. Me sigo tragando las semillas de sandía, y sigo esperando mi árbol.

8 thoughts on “¿Por qué decimos que las cigüeñas traen a los bebés?

  1. Hola Jesús,
    vamos a ver si lo entiendo. Entonces, toda mi vida es una farsa… Lo de traer bebés a este mundo es cosa de las cigüeñas ¡Ja, ja, ja!
    Abrazos plumíferos

    • Jajaja, sabía que tendrías algo que decirme… Bueno, yo creo que vosotros sois como cigüeñas, ayudando a traer a los niños. Lo malo es que no podéis volar…imagínate que pudieses emigrar al sur todos los inviernos… 😉 Ya en serio, vuestro trabajo es fundamental para la sociedad, y aunque probablemente no tan romántico, mejor que el de las cigüeñas…al menos os ponéis guantes. 😛
      Mil gracias y un saludo!

  2. Creo que a los niños hay que decirles la verdad progresivamente, sin cuentos, en un lenguaje asequible a la edad. Somos de una generación de muchos tabúes y errores, por miedo al castigo o represión. La diferencia esta en que mientras en casa tenemos «miedo» de decir las cosas, detrás de la puerta, se mata, se viola, etc. Las cosas claras pero con mucho amor !!!

    • Hola Sebastian, yo también creo que debemos decirles la verdad. El problema surge en casos como este. Si intentas hablarles de espermatozoides, ADN y gametos los vas a dejar más confundidos. Cuando tengan la capacidad de entender esos términos y temas, no veo nada de malo en explicarles la realidad. Antes, no sé…:P
      Muchas gracias por comentar. Un cordial saludo!

Comments are closed.