Malinali, Malinche, Malintzin, Doña María. Pocas veces una persona ha sido conocida por tantos nombres. Pocas veces en la historia una sola persona tiene tanto poder sobre el destino de tantos. Ese es el caso de esta joven, nacida en una familia noble, esclavizada por su propia madre, y convertida en esposa y traductora del conquistador de Mesoamérica.
La Malinche, como yo la conocí de pequeño, es un personaje controvertido. Para algunos, fue una mujer que traicionó a su pueblo. Otros creen que fue alguien que se dio de bruces con el destino y no pudo más que hacer lo necesario para sobrevivir. En mi opinión, ni una ni la otra. Simplemente fue una mujer que fue reaccionando a las vicisitudes de la vida. Poco poder tuvo para cambiar el destino, y cuando lo tuvo, hizo lo mismo que hubiese hecho cualquiera, o casi cualquiera. Yo creo que ya es hora de ir dejándola en paz.
De casta le viene al galgo
La fecha de nacimiento de Malinche no está clara, pero tuvo que haber nacido a finales del siglo XV o principios del XVI. Sabemos que vino al mundo en algun lugar en las fronteras del Imperio Azteca con los antiguos territorios mayas. Su madre era una mujer noble y su padre guerrero, que casó bien, pero que murió joven.
Siendo aún niña, la madre de Malinche se volvió a casar, y tuvo un hijo varón de ese segundo matrimonio. Ya que se prefería al varón sobre las mujeres, y para no hacerle sombra a su nuevo hermanito, Malinali fue vendida como esclava por sus propios padres. Ese era el !paraíso social» que los malvados españoles «destruyeron con la conquista».
La joven pasó de una tribu a la otra, hasta que terminó como esclava del halach uinik (cacique) Tabscoob, señor de Potonchán.
Regalo
Quiso el destino que no muy lejos de Potonchán, en el actual estado de tabasco, desembarcara Hernán Cortés con sus huestes. Era el 12 de marzo de 1519, y a los vecinos mayas no les gustó mucho la idea, y se lo hicieron saber a los españoles. También llamaron a más aliados en la zona, y se prepararon para la guerra. El día 13, entrando por el Río Grijalva (en aquel entonces Río Tabasco), Cortés intentó desembarcar en el pueblo, pero se encontró con un muro de flechas.
Un regimiento español llegó por la retaguardia, y los indígenas se vieron forzados a hacerse fuertes en el pueblo. Al día siguiente tuvieron lugar más escaramuzas, y en todas vencieron las armas de fuego sobre las lanzas. El señor Tascoob finalmente se rindió, y envió regalos a Cortés. Oro, plata, piedras preciosas, unas mantas, y 20 jovencitas. Malinali era una de ellas.
En un principio Cortés cedió a Malinali a uno de esu lugartenientes, pero cuando este volvió a España, la joven pasó al servicio de Cortés como intérprete. El haber vivido con tribus diferentes, había enseñado a Malinali las dos lenguas principales de Mesoamérica, el náhuatl y el maya. Malinali, a quien los españoles llamaban Doña Marina, no tardó en aprender también el castellano.
Mientras tanto, Malinche traduciría del náhuatl al maya, y Don Jerónimo de Aguilar, que había vivido con los mayas en Yucatán, lo haría del maya al castellano. Todo esto lo sabemos gracias a Bernal Díaz del Castillo, quien acompañaba a Cortés en su expedición, y quien casi medio siglo después nos dejó su Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España.
Hacia Tenochtitlan
Tan sólo un mes permaneció Cortés en Tabasco, antes de marchar hacia lo que ahora es Veracruz, donde los “adelantados” Grijalva y Montejo ya habían tomado contacto con los habitantes de la zona. El 21 de abril de 1519, llegó Cortés a la isla de San Juan de Ulúa, y al día siguiente, un Viernes Santo, el futuro conquistador fundó la Villa Rica de la Vera Cruz, el primer ayuntamiento español en la América continental.
Al poco tiempo comenzaron a llegar los enviados de Moctezuma, el emperador de los aztecas. Viendo las riquezas de los regalos que traían, a Cortés se le hizo agua la boca. Ya venía con el apetito de fama y fortuna. El oro azteca se le presentó como un buffet.
Cortés también se dio cuenta de que los aztecas no eran precisamente los más populares del barrio. Eran la cultura y la fuerza militar dominante, y se habían ganado la enemistad del resto de tribus a pulso. Los españoles no tardaron en darse cuenta de que esa enemistad vecinal sería una baza muy valiosa.
Como fue, el Imperio Azteca cayó ante las enfermedades y las armas de fuego en 1521. Pero eso es otra historia. Aquí estamos para hablar de la Malintzin.
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Amor de Malinche
Volviendo con Malinalli, o Doña Marina, como la llamaban los españoles. Desde un principio Cortés entró en contacto con los enviados del emperador Moctezuma. Todos están de acuerdo en que la intérprete fue crucial en el inicio de la relación. No sólo traducía de un idioma a otro, sino que explicaba a los españoles las vicisitudes culturales de los nativos.
La Malinche también sirvió a Cortés en otras capacidades. No se sabe exactamente en qué momento el español tomó a la niña como mujer, pero en 1522, ella anunció alegremente a Cortés que estaba esperando un hijo suyo. El ya conquistador de Tenochtitlan, construyó una casa para ella en el pueblo de Coyoacán (aún existe). El niño Martín Cortés fue puesto bajo el cuidado de un español y posteriormente enviado a España.
Sabemos, también según Díaz del Castillo, que Cortés volvió a utilizar los servicios de Malinalli como intérprete en una expedición a Centroamérica. Y poco más. La historia de la Malinche termina de manera algo confusa. Su rastro se pierde alrededor de 1529, y se cree que murió durante una epidemia. No obstante, hay quienes creen que vivió muchos años más.
Las críticas
Según Díaz del Castillo y los documentos aztecas de la época, la ayuda de Malinche fue crucial en la conquista. Siempre estaba cerca de Cortés, está en los códices. Y he ahí el problema. Para muchos, ya que la Malinche participó como intérprete entre Cortés y los aztecas, ella es en parte culpable de la conquista. Para esos mismos, es una traidora.
Pero vamos a ver, ¿cómo iba la Malinche a traicionar a los aztecas cuando ella no era azteca? No pudo haber traicionado a su pueblo porque el azteca no era su pueblo. En todo caso, ella era totonaca, o maya, pero nunca azteca. Además, es muy posible que los aztecas oprimieran a su pueblo con tributos. Más que su pueblo, eran el enemigo.
Seguro habrá quienes digan que la Malinche, al ser nativa del continente,debió haberse puesto del lado de los aztecas. Yo no lo veo así. Si los chinos vienen y atacan a los franceses o a los portugueses y me llevan a mí de intérprete, yo no tengo por qué ponerme del lado de mis vecinos. Soy, al igual que la Malinche, sólo un intérprete.
También se critica a Doña Marina por haber yacido con Cortés. Pero, ¿en serio cree alguien que ella pudo elegir? Recordemos que para cuando se unió al conquistador, no tenía más de 20-21 años, y había pasado la mitad de su vida como esclava. Dudo mucho que supiera distinguir claramente entre un amo y otro. Dudo aún más que tuviese otra opción.
Víctima de las circunstancias
Malinalli Tenépatl, cuyo nombre podríamos traducir como “hierba parlanchina”, fue en parte una víctima de su tiempo, de las circunstancias. Digo en parte porque tampoco es que hubiese terminado mal. La Malinche se encontró sin querer en el centro de un conflicto entre dos culturas, ninguna de las cuales era la suya. Su suerte fue decidida por otros, no voluntariamente aceptada. La guerra no era su idea.
Actualmente, en México se llama «malinchista» a alguien que prefiere lo extranjero en lugar de lo nacional. Básicamente, es lo contrario de chovinista. Injusto, como poco, pues ya hemos visto que la Malinche no eligió a los españoles, sino que fue entregada a Cortés como regalo. No era cuestión de gusto, sino lo que le tocó.
En cualquier caso, si la Malinche se hubiese negado a traducir a Cortés, éste hubiese encontrado a otro u otra voluntaria. Ella lo habrá visto como un empleo, una garantía de poder seguir viviendo. Aceptó porque era lo mejor para ella, dadas sus circunstancias. No traicionó a nadie. Cualquiera hubiese hecho lo mismo.
Por cierto, he mencionado varias veces el libro, Verdadera Historia de la Conquista de la Nueva España. Soy consciente de que dicha historia representa el punto de vista de los españoles, pero es que es casi lo único que tenemos de ese periodo. Español o no, es altamente recomendable.
Os dejo un enlace... Historia Verdadera De La Conquista De La Nueva España. Antología (El Libro De Bolsillo – Historia)
asi que hablas chino y nos dejarias a los franceses con las tablas en la cabeza eh ??? malinchito 🙂
Jajaj, no, es que los chinos hablan francés. Y sí, si no es mi bronca, yo no me meto…es lo que tenemos los intérpretes, nos entra por un oído y nos sale por el otro…Un besín María!
Digo, que los chinos hablan inglés… 😛
Lo de la «verdadera historia», depende mucho de del enfoque. Si es una «verdad» eurocentrista, pues será su verdad, se respeta pero no se comparten vuestras «verdades». El vencedor siempre cuenta la historia para ocultar sus errores. Gracias por la información.
Hola Nine,totalmente de acuerdo. Que Díaz del castillo haya llamado a su libro «Historia verdadera», no quiere decir que todo sea verdad. Como digo en el artículo, es su punto de vista, que es de esperar tenga un sesgo. Recomiendo leerlo, porque es una de las pocas fuentes de información que tenemos de esa época, pero deberíamos leerlo conscientes de quién lo escribió.
Muchas gracias por tu vailosa colaboración. Un cordial saludo.
Tu criitica a esa cultura cuando dices,»sus propios padres la vendieron como esclava» esta hecha con una optica actual, e igualmente aplicaria a Cortes, que tambien la trata como objeto, ya que «al principio la cedio a uno de sus lugartenientes».Saludos
Hola Carmen,
en aquel entonces, al menos en España, la esclavitud ya estaba mal vista, tanto que estaba prohibida. Eso sí, coincido contigo en que Cortés no se portó mucho mejor con Malinalli, al menos al principio, pues como bien sabemos, la cedió como un objeto. Por ese comportamiento, Cortés debe ser y es criticado.
Muchas gracias por tu amable comentario. Un cordial saludo.