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No odio a los romanos. En realidad, no conozco a nadie que los odie. Llevo décadas estudiando la historia universal, y nunca me he topado con nadie que les tenga rabia, y mira que eran unos cabrones. Desde niño y hasta ahora, pasando por la universidad, mi asignatura favorita siempre ha sido la historia. Y nunca he conocido a nadie que diga – ¡los romanos fueron unos genocidas!
Mi afición por la historia empezó cuando leí un artículo sobre la persecución y hundimiento del Bismarck, lo que me llevó a investigar sobre dos nombres que se repetían mucho en dicho texto: un tal Churchill y un tal Hitler. Ya de adolescente, me aficioné por estudiar a los romanos. Sería ya de adulto que pensé en que los legionarios a las órdenes de Escipión invadieron y conquistaron España. Para algunos, sería razón suficiente como para que yo los llamase genocidas. Pero no, no odio a los romanos.
Por qué no odio a los romanos
Tres razones puedo listar para indicar mi falta de resquemor:
- Los romanos no se van a enterar de que los odio, y a los italianos no les va a importar.
- No todo lo que hicieron fue malo, algunas cosas dejaron que son de agradecer.
- Son mis ancestros, mi cultura es heredera de la suya. Odiarlos sería como odiar a mis abuelos.
- No hicieron nada que no hicieran otras civilizaciones de la antigüedad.
Odiar es inútil
Para empezar, eso de odiar es una soberana pérdida de tiempo. Cuando odiamos, el objeto de nuestra ira ni se entera, y si se entera no le importa. A los únicos que afecta nuestro odio es a nosotros mismos. Nos llena de rabia, de resentimiento, nos aleja de las cosas buenas de la vida, la calma y la diversión.
No obstante, hay gente que vive del odio, de la envidia. Peor aún, hay gente que vive inundado de odio por cosas y personas que vivieron y murieron hace mucho, pero mucho tiempo. Una cosa es estudiar la historia y criticar los comportamientos de los seres más perversos, y otra es vivir como si estos siguieran vivos, aún luchando contra ellos.
¿Que los romanos masacraron a millones de personas? Es verdad, pero eso fue hace tanto tiempo que no veo la razón para odiarlos. Así se movía el mundo en aquel entonces. En todo caso, puedo criticar a sus líderes políticos y militares, y lo hago. Fueron ellos los que tomaron las decisiones. Los soldados sólo obedecían órdenes.
Por cierto, mucho menos voy a odiar a sus descendientes. Primero, porque ellos no tuvieron nada que ver y, segundo, porque yo soy uno de ellos.
Relacionado: Cómo se curaban la resaca los romanos.
Lo bueno que nos dejaron
Siempre es bueno recordar esa mítica escena de la Vida de Brian, en la que los palestinos independentistas se preguntan, ¿qué han hecho por nosotros los romanos? Como español, como europeo, como ciudadano del mundo occidental, no sabría por dónde empezar. Bueno. Sí, por las ciudades.
¿Podría yo odiar a los romanos y al mismo tiempo admirar Mérida? ¿podría criticar a los romanos y sentirme orgulloso de Complutum? ¿Tendría sentido que yo llamara genocidas a los hijos del César y a la vez presumir del acueducto de Segovia? Pues no, sería una hipocresía.
Y qué hay de los caminos, y de los puentes. Yo no puedo echar pestes de aquellos que dotaron a Europa de la mejor red de comunicaciones en milenios. ¿Y el aceite? España es el mayor productor mundial del aceite de oliva, por mucho, y eso se lo debemos a los romanos.
Es verdad que los romanos se cobraron muy bien con el oro de Las Médulas, pero, ¿era mío ese oro? Pues no, en aquel entonces era de los romanos, pues era territorio romano. ¿Voy a ir yo a Italia a llorar para que me devuelvan el oro? No, sería ridículo, y nadie me haría caso.
Imagina entonces si no sería hipócrita de mi parte criticar a los romanos utilizando una lengua heredera del latín. No, no podría, me sentiría estúpido, tanto como aquellos que se quejan del capitalismo desde un iPhone o un iPad.
No podría odiar a mis abuelos
Mis dos abuelos participaron en la Guerra Civil, uno como político en Madrid y el otro como soldado reclutado. El primero no estaría muy contento de que mis ideas políticas no concuerden con las suyas. Lo mismo que yo no estoy de acuerdo con sus postulados. Que uno pudo haber hecho algo malo durante a guerra, es posible, lo ignoro. Ya habrá pagado su deuda. Pero yo no voy a odiar a mis abuelos.
Tampoco voy a odiar a los romanos, pues lo más probable es que sea yo descendiente de algún legionario llegado a tierras hispanas hace dos milenios, o de más de uno. Genéticamente, estoy más relacionado con los romanos que con los vikingos o con los eslavos. Culturalmente ni se diga. Que alguno de mis ancestros clavó la espada a más de uno durante la Guerra de las Galias, no es cosa mía. Es historia. Que tire la primera piedra aquel que pueda asegurar que sus antepasados jamás masacraron a nadie.
Todos somos humanos
Esa es la cuestión. Todos somos descendientes de los mismos hombres y de las mismas mujeres. En el pasado los humanos cometieron muchos errores. Podemos y debemos criticarlos por ello, pero eso de llamarlos genocidas cuando murieron hace cinco o veinte siglos es simplemente ridículo.
Recordar es bueno, estudiar el pasado, una de mis asignaturas favoritas. Querer revivir tiempos lejanos para reiniciar el rencor o simplemente para hacerme la víctima no es lo mío. Tampoco voy a culpar a los romanos de todos los males que aquejan a España, como si no hubiésemos estado sin ellos ya bastantes años.
No odio a los romanos ni los voy a odiar. Ya son historia, ya están muertos. Que descansen en paz.
Es una gran verdad maestro Joe, así es la historia de los pueblos, y para entenderla es necesario estar ubicados en su época, en su contexto, un pueblo conquistador por lo militar en muchas ocasiones es conquistado por la cultura, la comida y las tradiciones del conquistado; griegos-romanos, etc. Quejarse del dominio árabe en España, de España en el México antiguo, es una pérdida de tiempo y odiar lo es más. Esos dramas han dejado como consecuencia un reforzamiento genético de los pueblos para que avancen como humanidad. Lo verdaderamente lamentable es no tener conciencia que nuestra condición es trascender a pesar de cualquier contingencia.
Hola Federico,
bien dices que la historia es así, y yo añado que los humanos también somos así. En ocasiones, perdemos el tiempo quejándonos de algo que sucedió hace tiempo, y no nos preocupamos de los males del presente. Creo que es más provechoso y saludable mirar al futuro, sin olvidar la historia, pero sin intentar revivirla. Perdemos nuestro tiempo y nuestro bienestar, y no ganamos nada.
Muchas gracias por tu comentario. Un cordial saludo.
Por supuesto, incluso mejoraron lo de sus coetáneos. Pero hay que decírselo Mary Beard, que últimamente…
Jaja, Mary Beard es una persona muy especial, y por cierto, acaba de sacar libro nuevo y espero comprarlo pronto. Tiene sus cosas, pero conoce bien a los romanos.
Mil gracias y un saludo!
Hola Jesús,
somos lo que somos porque fuimos lo que fuimos. Imagino que en el futuro dirán lo mismo de nosotros. Lo bueno, lo menos bueno, lo malo, lo horrible… todo influyó en lo que somos ahora. ¿Odiar? Yo tampoco los odio pero esto no quita que recordemos todo lo que hicieron para ¿quizás? no cometer sus mismos errores. Por eso coincido contigo en lo apasionante que es la Historia porque tal como dijo un insigni político contemporáneo… «Cuanto más lejos miremos hacia atrás, más lejos podremos mirar hacia delante».
Abrazos y un artículo soberbio, de hecho, no lo odio ¡Ja, ja, ja!
Hola Francisco,
qué le voy a decir a un experto en la historia de los romanos. Bien dices que somos lo que somos por lo que hicieron otros en el pasado. Lo malo es que algunos no aceptan su presente, y miran a la historia, y culpan a personajes de antaño. La verdad es que ya no me preocupa si es verdad o no, da igual, no podemos cambiar la historia, Si no estamos contentos con algo, cambiémoslo, ahora. Ni el presente ni el futuro cambiarán criticando a nuestros antepasado.
Y por cierto, no digo que no debamos criticar los crímenes del pasado, yo lo hago constantemente. Lo que quiero decir es que no debemos dejar que esa crítica domine nuestra vidas ni nos llene de rencor. Ya hay suficientes elementos negativos en nuestra sociedad como para buscaros más en el pasado.
Muchas gracias como siempre por tu valioso comentario.
Un abrazo.
Ni tú ni ninguna persona que haya estudiado un mínimo sobre Roma y tenga dos dedos de frente puede odiar a los romanos. Su legado está ahí, y cada vez que abrimos la boca para hablar………………y para comer, su cultura impregna nuestras palabras y nuestros alimentos (el «mulsum» o el «garum», sin ir más lejos). Para conocer sus costumbres y su cultura durante la época republicana recomiendo la trilogía de Santiago Posteguillo sobre la vida de Publio Cornelio Escipión: «Africanus, el hijo del Cónsul», «Las Legiones Malditas» y «La Traición de Roma». La otra trilogía de este autor sobre Trajano ya caerá, pues primero tengo pendiente la biografía de Manfred Albrecht Freiherr von Richthofen, escrita por J. Eduardo Caamaño.
Las ciudades y las obras públicas romanas nos recuerdan cada día que su legado perdura y perdurará «per secula seculorum» (esta expresión no es germánica, que yo sepa). Otras frases y palabras como «Ipso facto», «semper fideles», el «quid» de la cuestión, «quorum», «mutatis mutandi» o «de facto» también nos recuerdan cada día que, sin darnos cuenta, utilizamos expresiones originales en latín. Caray, si hasta el radar «multanova» con el que nos controlan la velocidad al conducir debe su origen a dos palabras del latín.
Y respecto al aceite de oliva ¿qué te puedo contar yo, con un padre (qepd) que era de Baeza y una madre que es de Villanueva del Arzobispo?
En fin, que odiar a los romanos es de cenutrios, que traducido al lenguaje coloquial equivale a «estúpido».
P.D: Baeza no es Baza ni Baena. Baza está en Granada y Baena en Córdoba. Otras dos excelentes comarcas olivareras.
Hola Ernst,
creo que he resumido bien mi opinión al respecto. Soy el primero en recomendar el estudio de la historia, y de criticar a aquellos que cometieron fechorías, incluso hace milenios. Otra cosa es intentar revivir aquellos hechos para explicar situaciones presentes. Creo que mucha gente culpa a nuestros ancestros de lo que sucede ahora, porque no tienen otro argumento.
EN la actualidad veo este fenómeno tanto en Latinoamércia, donde el chavismo ha despertado el odio a los españoles, y en la misma España, donde un partido político no deja de hablar del «36», de la Guerra Civil y de las «cunetas». En mi opinión, son gente a la que el odio les puede, y que no son capaces de mirar adelante para mejorar nuestros países. Les importa muy poco el bienestar de las personas, lo que quieren es simplemente volver al pasado, y cambiar la historia porque no les gusta. Sobra decir lo inútil que es ese ejercicio. El problema es que ese odio es contagioso, y puede llevar a los mismo errores, y a las mismas tragedias de antaño. En fin, espero equivocarme.
Muchas gracias como siempre por tu c¡valiosa participación Por cierto, la primera trilogía de Posteguillo es magnífica, y la segunda, casi tanto…no te digo nada más. 😛 Y ya que estamos, has oído hablar de «Sapiens» de Harari Yuval? De lo mejor que he leído en años.
Un abrazo!
Tus argumentos son sólidos, y los comparto al 100%. Se resumen en tres palabras: «odiar es estéril».
Como te dije, la segunda trilogía de Posteguillo caerá pronto. Ya te contaré mis impresiones sobre la biografía de Richthofen, que promete. Y me apunto el «Sapiens», de Harari Yuval. Tus sugerencias son órdenes para mí.
Respecto al comentario ese que no pega aquí ni con cola: «¿Desde dónde se debe criticar al Capitalismo?» Decirle a su autor que, en primer lugar, el adverbio está mal, pues debe decir «¿Desde CUÁNDO…….?» Y aclararle que el Capitalismo se debe alabar (no criticar) desde que nos ayudó a acabar con el comunismo en casi todo el Planeta Tierra, incluida China, que cada vez es más socialista (los chinos no son tontos).
Un saludo para ese Dakota……………..del Sur y su Monte Rushmore, donde están esculpidos los rostros de cuatro de los más importantes Presidentes de los Estados Unidos de Norteamérica.
Buenos días Ernst,
espero con ansia vuestra opinión sobre la biografía de vuestro excelso compañero. No soy piloto pero sabéis bien que Herr Richthoffen es el protagonista de un periodo muy importante de la historia. Me apetece mucho la verdad, sólo tengo que encontrar huecos. Últimamente tengo tanto que hacer que apenas y leo…y me entra el mono.
Por cierto, quiero hablarte de un proyecto nuevo que estoy a punto de lanzar con mi hermano. Recibirás noticias pronto.
Un abrazo.
Entonces, ¿desde dónde se debe criticar al Capitalismo?
Hola Dakota, no entiendo tu pregunta. No veo la relación entre el odio irracional y la economía.
Un saludo.
Después que se hundió el imperio romano, en occidente hubo una «edad oscura» en la que todos peleaban contra todos y la población cayó espectacularmente. En aquella época la guerra era una cultura, por lo que, de todas formas, muchos iban a acabar bajo las espadas. Pero los romanos no sólo hicieron puentes y acueductos, sino algo mucho mejor: saneamientos. Las vidas que salvó sólo con eso, de seguro compensan con creces aquellas que masacraron.
Asi es Luciano,
los romanos dejaron muchas cosas buenas, y oras muchas malas, pero así era el mundo de antaño, más violento que el de ahora. Pero ya sabemos, no podemos juzgar a nuestros antepasados con los principios del presente. Es injusto, e inútil.
Muchas gracias nuevamente por tu valiosa aportación. Un cordial saludo.
En el caso de los romanos es evidente que cuesta odiar algo que queda muy lejos, pero en temas más recientes la memoria sigue divida.
El odio aparece cuando hay dos relatos diferentes, enfrentados y casi siempre inamovibles. El caso más concreto que he vivido con pena ha sido sobre las posturas ante la Conquista de América. Por un lado los que niegan la mortandad de los indígenas, minimizándola hasta lo anecdótico, incluso dando a entender aún debieran estar agradecidos porque los conquistadores les llevamos la civilización y la cultura. Por otro, los que hablan con trazo grueso poniendo únicamente de esta mortandad y desastre. Es decir, se observa una tendencia a polarizar el debate. Ahí se desatan los odios, no porque se odie a sus protagonistas, sino porque nadie quiere ceder ante su versión monolítica del relato.
Sobre la Guerra Civil española y la dictadura para qué vamos a hablar, pues a las heridas siguen abiertas y la objetividad casi es un ejercicio imposible.
Hola Regus,
creo que cualquier extremo es negativo, y en este caso mi opinión no es diferente. En el caso que mencionas de la Conquista de América, mi experiencia es la siguiente. Yo me crié en México, y en aquel entonces, hace un par de décadas, no existía ese discurso de que los conquistadores cometieron un genocidio. Nunca, a nadie escuché una palabra de rencor u odio hacia España. Es un fenómeno novedoso, y triste, alentado por los intereses ideológicos de algunos individuos. Obviamente, está todo basado en una mentira que se ha demostrado como tal en innumerables ocasiones. Pero como suele suceder en estos casos, no hay evidencia que abra los ojos a los fanáticos, a los menos instruidos.
Por otra parte, es verdad que la reacción en España ha sido ir hacia el otro extremo, minimizando, como bien dices, y en algunos casos, lo ocurrido durante la Conquista. Personalmente, creo que la verdad está más en el centro, ni hubo genocidio ni los conquistadores fueron unos santos. Aún así, lo que ha sucedido en España es una reacción defensiva a los ataques nóveles. Es básicamente un contraataque que no hubiese existido sin un ataque previo. No por ello es más adecuado, pero sí más comprensible.
Ojalá y este desaguisado no vaya a más y desaparezca con el tiempo. No beneficia a nadie.
Mucha sgracias por tu valiosa colaboración. Un cordial saludo.
Es que es de cajón. Es una estupidez odiar a una sociedad porque en algún momento de la historia hicieran algo muy malo. Al menos no cuando hablamos de tantos años atrás. Es hipócrita valorar la ética de otras sociedades según los valores de la sociedad moderna, porque ni tú mismo sabes qué habrías hecho de haber crecido y de haber sido educado en esa sociedad.
Se mira todo desde una perspectiva muy cómoda como es el presente. Pero llegará un momento en el que dejemos de ser presente para ser pasado y tal vez sean otros los que nos juzguen a nosotros, a cómo tratamos al medio ambiente, por ejemplo.
Hola Pascual,
no hace falta decir que estoy totalmente de acuerdo. Es una pérdida de tiempo y esfuerzo odiar, y más a gente que murió hace muchos años. Odiar a sus descendientes me parece más estúpido. Pero ya sabes, hay gente para todo. ..
Muchas gracias por tu comentario. Un cordial saludo.
Pues aunque suene surrealista, sí hay quien odia a los romanos. En foros se puede leer a gente lamentándose de su labor y ponderando lo que hubiera ocurrido si ellos no hubieran irrumpido en la Historia. Por ejemplo, algún comentarista de este vídeo de Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=HSU9dI3Ho-0
Muy buen comentario Machafato, siempre hay gente así, a quien el odio les ciega y no pueden ver la historia como una sucesión de hechos. No, para gente como Ann Onime (que no se me escapa el nombre), todo es negativo. Pero en fin, ya tiene dos problemas. Yo prefiero ver lo positivo de esta vida… 😉
Muchas gracias por tan importante colaboración. Un cordial saludo.