Decía el estimado Benjamín Franklin que la cerveza es la muestra de que Dios nos ama y quiere que seamos felices. ¿Alguien podría decirlo mejor? Yo no. La cerveza es, en mi opinión, la verdadera Ambrosía, el alimento de los dioses, según los griegos. No es de extrañar entonces, que hombres tan dedicados al Señor como los monjes, hagan cerveza en los monasterios. Como agradecimiento y homenaje, digo.
Para que nos vamos a engañar, a la gran mayoría nos gusta el zumo de cebada fermentado. Ya he hablado de ello anteriormente, la cerveza es una de las bebidas más consumida en el mundo, y cada día gana más adeptos. Llevamos milenios bebiéndola, y sin ella es muy probable que la civilización no existiese tal y como la conocemos. La cerveza es, de hecho, el origen de la civilización.
Cerveza en los Monasterios
Y bueno, sí, es extremadamente popular, pero, ¿por qué los monjes en particular hacen cerveza en los monasterios? Hay varias razones, y dependiendo de la fuente una puede ser más importante que otra. Yo sólo las menciono sin un orden en particular, pues además, creo, que cada razón pudo haber sido más importante que las otras en cada monasterio. Todo depende.
- El agua es insalubre. Hervirla para hacer cerveza la purifica.
- La cerveza es muy nutritiva y los monjes la hacían para poder beberla en tiempos de ayuno.
- Es un producto muy popular, y vendiéndola se ganan unos dineros para poder mantener el monasterio.
Higiene
Efectivamente, el tema de la salud es muy importante. Es la teoría expuesta por ya muchos arqueólogos y antropólogos sobre el origen de la civilización. Para hacer cerveza hay que hervir el agua, y eso mata los microbios y los posibles agentes que pueden causar una enfermedad. La cerveza purifica. Hacer cerveza en los monasterios es bueno para la higiene.
Nuestros antepasados no sabían por qué, y puede que los primeros monjes tampoco. Pero sí se dieron cuenta de que los que bebían cerveza enfermaban menos, razón suficiente para consumirla. Lo de que esté buenísima es un bonus.
Recordemos que durante la Edad Media, periodo en el que se popularizaron los monasterios, el agua corriente había dejado de ser algo ubicuo. Los señores feudales estaban muy ocupados guerreando como para ponerse a mantener los acueductos y otras infraestructuras.
La mayoría cogía el agua directamente del río y, considerando que los ríos eran usados como basureros es muy fácil entender que el agua estuviese contaminada.
Nutrición
No es broma. La cerveza tiene muchos de los nutrientes que nuestro cuerpo necesita, y todos los carbohidratos. Se puede beber (perdón, vivir) exclusivamente bebiendo cerveza. Esto es aún más cierto en el caso de los caldos que hacen los monjes en los monasterios.
Para ellos, especialmente en tiempos de ayuno como la cuaresma, la cerveza es la salvadora, pues pueden pasarse varios días sin comer, obteniendo el alimento que necesitan del líquido bendito. Hay monasterios en los que realmente los monjes sólo consumen cerveza durante los viernes y la Semana Santa. Yo creo que por eso cantan tan bien.
Por eso, cuando tu mujer, o tu marido, o tu madre te diga que no bebas tanta cerveza, dile que en realidad estás nutriendo tu cuerpo. No estarás mintiendo. Está científicamente comprobado. También esta es una razón para llevar siempre contigo un botijo de cerveza. No vaya a ser que naufragas en una isla desierta o el mundo se acabe. Al menos sobrevivirás algunos días. Felices días.
Economía
No hace falta ser neurocirujano para saber que un producto popular deja dinero. Los monjes tenían el producto, y los vecinos el dinero. Hacer cerveza en los monasterios es una buena manera de financiar el mantenimiento de esos grandes edificios y a sus muchos habitantes (antes, que ahora hay pocos monjes). Fabricar cerveza en los monasterios es rentable.
Los hombres de Dios pronto se dieron cuenta de que podían hacer varios tipos de cerveza, pasando el agua varias veces por la cebada fermentada. Así surgieron los “Enkel” (ahora se usa Blonde), “Dubbel”, “Tripel” (simple, doble y triple), siendo la primera la más suave de todas. Los monjes tendían a vender la primera, quedarse con la segunda, y dar la tercera a los pobres. Por lo general, todas las cervezas hechas por monjes en los monasterios son fuertes, con un mínimo de 4º, peor con la mayoría entre 6º y 8º.
En la actualidad, aún son muchos los monasterios que fabrican cerveza, y otros productos como el queso y los dulces. Los beneficios no sólo se usan para mantener el monasterio, sino para las obras de caridad típicas de las diferentes órdenes.
Cistercienses
Y ya que hablamos de órdenes, tenemos que fijarnos en la más célebre de todas en lo que a cerveza se refiere. Los Trapistas hacen algunas de las mejores cervezas del mundo, y son los únicos monjes fabricantes de cerveza que cuentan con su Denominación de Origen.
Todo empezó en 1098, cuando un grupo de monjes benedictinos en Molesnes, Francia, decidió fundar su propio monasterio no muy lejos de ahí, en Citeaux. El nombre original de esta ciudad romana era Cistercium, por lo que los monjes comenzaron a ser conocidos como la Orden Cisterciense.
Dos siglos más tarde eran la orden más poderosa de Europa, e incluso uno de sus miembros fue nombrado papa, Benedicto XII, en 1335. Pero todo lo que sube tiene que bajar. Para finales del siglo XIV los cistercienses habían cedido el liderazgo a los jesuitas. Pero no dejaron de hacer cerveza.
Trapistas o trapenses
A mediados del siglo XVII, un grupo de monjes cistercienses inició una reforma en sus estatutos. Dichos reformadores habitaban el monasterio de La Grande Trappe, en Normandía, Francia. Aquellos que les siguieron fueron conocidos como los Trapistas. Como eran muy estrictos en el servicio a Dios, los Trapistas decidieron que su cerveza tenía que ser de la mejor calidad, y pronto su fama como cerveceros se expandió por el continente.
Tal era el renombre adquirido por los Trapistas, que para mediados del siglo XX les habían surgido muchos imitadores, en algunos casos empresas comerciales que vendían cerveza “Trapista”, sin serlo. En 1962, un grupo de ocho monasterios Trapistas fundó una asociación. Esta consiguió que se les reconociera el apelativo «Trapista». Sólo once monasterios en el mundo pueden utilizarlo. Tienen hasta un logo.
Reglas
Para que un monasterio pueda vender su cerveza, u otros productos, con la D.O. de Trapìsta, debe cumplir con ciertas condiciones:
- El producto debe producirse dentro de las muros o en las proximidades de la abadía.
- El producto debe ser producido por o bajo la supervisión de la comunidad monástica y la operación debe estar subordinado al monasterio y su cultura monástica.
- Los ingresos serán usados para el sustento de los monjes y para el mantenimiento del monasterio. Lo que sobre debe destinarse a obras sociales.
(Fuente: Wikipedia)
Seis de ellos están en Bélgica, dos en los Países Bajos, uno en Austria, uno en Italia y uno en Estados Unidos. Sus caldos son tan buenos que sus nombres merecen una mención: Chimay, Orval, Achel, Engelszell, La Trappe, Rochefort, Westmalle, Westvleteren, Spencer, Tre Fontane y Zundert. Las tres últimas son recientes, 2012, 2013 y 2014, respectivamente. Mi favorita, Chimay. Esta última, por cierto, desde 2009 tiene la primera y única mujer al frente de una cervecería trapense.
En resumen
Hacer cerveza en los monasterios es una tradición muy antigua que aún se mantiene. Las razones para que los monjes se dedicaran a la fabricación de este líquido divino son varias. Destacan las características salubres y nutritivas de la cerveza y la economía. Haciendo cerveza en los monasterios ganamos todos.
Descatcan los monjes Trapistas, pero no son los únicos. Yo he bebido caldos dignos de una misa y una penitencia en otros monasterios. Ejemplos, el Kloster Andechs, no muy lejos de Munich, o el de Weltenburg, también en Baviera.
Ya sabes, no dejes que la parienta o el pariente te riña cuando bebes una cerveza. Es nutritiva, salobre, y si es de monasterio, estás ayudando a una obra caritativa. No hay pierde, pocas cosas tan buenas puedes hacer como beberte una cerveza hecha en un monasterio. Una Bebida santa.
¿Salobre o salubre? 😉
Como sea, la cerveza ciertamente era menos peligrosa que el agua de aquella época, pero eso no significa que sea buena para la salud. De hecho, nada que contenga alcohol lo es:
https://midietacojea.com/2016/08/23/alcohol-moderacion-causa-cancer/
Lo cual no me va a privar de tomarme una buena cerveza (o un buen vino) en alguna ocasión especial, pero la bebida cotidiana para mi es el agua. Potable, se entiende 😉
Saludos,
Ricardo
Hola Ricardo,
debe de ser salubre, pero si me lo dices es porque en algún lugar he escrito salobre. Gracias, ahora busco y lo corrijo. Ahora bien, respecto a los beneficios del alcohol, creo que en moderación es bueno, especialmente para el espíritu, para la relajación, y muy importante, para las relaciones humanas, que también tienen su efecto en la salud. Desde luego que todo exceso es malo, y de ninguna manera condono ni promuevo el abuso del alcohol. Yo ya bebo poco, pero pocos placeres encuentro tan potentes y tan sencillos de lograr, que tomarte una cañita bien fría. Me volvería loco sin una de vez en cuando… 😛
Muchas gracias nuevamente por tu colaboración. Un cordial saludo.
Don Jesús, ante todo deseo expresarle mis más sinceras felicitaciones por su artículo y agradecerle toda la información. Es evidente que usted quería decir «salubre», sinónimo de «saludable», ya que «salobre» significa «que tiene sabor a sal». Un pequeño lapsus sin importancia, de los muchos en los que todos incurrimos diariamente. Estoy absolutamente de acuerdo con su ponderado punto de vista sobre el alcohol, que tan civilizadamente expresa en su respuesta a Ricardo (elpingüinotolkiano – que también demuestra tener un gran sentido común). ¡Gracias de nuevo y vengan esas cañitas!
Hola Miguel,
a menudo cometo errores de este tipo, la vista me falla. Tengo la fortuna de tener un hermano catedrático de literatura, y es él quien me hace ver mis errores, normalmente. Lo que pasa es que el martes era cumpleaños de su hija, y no me pudo leer hasta más tarde… 😛
Respecto al alcohol, creo que lo he clarificado y estamos de acuerdo, todo con moderación, y sin tomárselo tan en serio…salud!
Muchas gracias por tus amables palabras. Un saludo!