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No más de cien kilómetros al norte de Ámsterdam, en las costas del Mar del Norte, está la Isla de Texel (pronunciado Tessel). Es la más grande, la más hacia occidente y una de las más bellas de las Islas Frisias Occidentales. Paseando por sus pintorescos campos y pueblos, cuesta trabajo creer que ahí tuvo lugar una violenta batalla al final de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, los últimos tiros se dispararon después de que el Almirante Dönitz firmara la rendición.
No sólo es curioso que esta violenta batalla hubiese terminado semanas después de que Hitler se pegase un tiro. Llama la atención aquí que uno de los bandos estaba compuesto de 400 oficiales y cargos de la Wehrmacht, El otro, estaba formado por 800 soldados… de la Wehrmacht. ¿Qué sucedió para que hombres con el mismo uniforme se mataran entre sí? Te cuento.
No somos machos, pero somos muchos
La cuestión se aclara con un simple dato. Aunque los 1,200 luchaban para la Wehrmacht, los 400, en su mayoría oficiales, eran alemanes. Los 800, soldados de a pie, eran georgianos. Estos habían sido capturados en el frente oriental durante la también violenta batalla por la Unión Soviética, y como a todo soldado rojo que no fuera ruso, se les dio la elección: o eran internados como prisioneros de guerra, con el terror que conllevaba, o se cambiaban el uniforme.
Varios miles de georgianos, ucranianos, azeris, y de otras nacionalidades oprimidas por la URSS, eligieron luchar para los nazis. Los 800 de Texel estaban entre ellos. El problema es que en abril de 1945, los nazis ya habían perdido la guerra. Tan pronto como se firmara la rendición, los georgianos serían devueltos a la URSS. No esperaban otra cosa que un castigo por su traición.
Viendo lo que se les venía encima, decidieron hacer algo al respecto. Ejecutaron su plan la noche del 5 de abril, y comenzó la violenta batalla de Texel.
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Paraíso
Esta pintoresca isla ya había sido testigo de una gran batalla, en 1673, durante la guerra Anglo-Franco-Holandesa. Aquel 21 de agosto, la Armada Holandesa rechazó un intento franco-inglés de desembarcar en la isla. En los años 1779, 1794, 1795, y hasta en 1914, durante la Primera Guerra Mundial, la vida en Texel se vio interrumpida por la guerra.
Pero durante la Segunda Guerra Mundial, apenas y vio acción, y para los soldados acuartelados ahí la vida era bastante placentera. Texel, con unos 160 kilómetros cuadrados, es mayoritariamente una comunidad agrícola. Den Burg, en el interior, es el pueblo principal, y hay otros seis en las costas. Sus playas son amplias y de arena blanca. Aparte de las lluvias y los fuertes vientos, todo un paraíso.
La matanza
Poco después de la media noche, ya en la madrugada del 6 de abril, los miembros georgianos del regimiento Tamara (en honor a una reina georgiana), se armaron de cuchillos y bayonetas. Cuando comprobaron que sus compañeros alemanes dormían, se abalanzaron sobre ellos y mataron a casi todos. Otros que estaban de guardia sufrieron la misma suerte.
Al amanecer, los georgianos parecían controlar toda la isla. Su líder, Sjalwa Loladze (imagen) esperaba un desembarco aliado, pero este no llegó.
Uno de los pocos que sobrevivió fue el comandante del regimiento, el Mayor Klaus Breitner. Casualmente, mira por Dios, aquella noche la había pasado con su amante en Den Burg, y pudo escapar a tierra firme. El día 6 por la tarde, volvió a la isla con 2,000 alemanes reclutados entre marinos y algunos hombres de las SS.
Lo que parecía una victoria fácil, pronto se convirtió en una masacre.
La última y violenta batalla de la Wehrmacht
Mejor entrenados y equipados, los alemanes pronto comenzaron a recuperar territorio. Ayudó el hecho de que los georgianos no habían capturado dos baterías navales en sendas costas. Desde ahí, los artilleros castigaron los reductos georgianos.
El trabajo de reconquista no fue fácil, pues eran pocos los combatientes en ambos bandos y la isla muy amplia. La población local escondió y ayudó a los rebeldes, y muchos civiles fueron ejecutados por ello.
La batalla rugió durante seis semanas con una violencia inusitada. Al mismo tiempo, tropas aliadas barrían con los restos del tercer Reich en Alemania, entrando finalmente en Berlín a finales de abril. Nadie pareció acordarse de Texel.
El 5 de mayo los alemanes ya controlaban nuevamente la isla, y comenzaron las ejecuciones. Prácticamente todos los georgianos capturados fueron obligados a cavar sus propias tumbas. Luego fueron ejecutados. Casi 100 holandeses civiles sufrieron la misma suerte.
La masacre sólo se detuvo el 20 de mayo, cuando un destacamento de tropas canadienses llegó a Texel para aplicar los términos de la rendición y capturar a los alemanes.
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Los números
Durante las seis semanas de violenta batalla, murieron 812 alemanes, 565 georgianos y 120 holandeses. Sobrevivieron 228 georgianos, muchos escondidos en casas de los civiles. Tanto impresionaron en su defensa al General canadiense que escribió una carta al Alto Mando Soviético pidiendo clemencia para ellos.
Se puede decir que, conociendo el tratamiento que Stalin solía dar a sus propios soldados, con estos georgianos sí mostró clemencia. Probablemente porque eran sus paisanos, no los ejecutó, sino que sólo los envió al gulag. A la muerte del carnicero en 1953, los sobrevivientes fueron liberados y honrados como héroes.
Epílogo
Actualmente hay un cementerio para los muertos georgianos en Texel, cruzado por hileras de rosas rojas. Todavía en tiempos de la URSS, fueron condecorados póstumamente como Héroes de la Unión Soviética. Desde la independencia de Georgia, han recibido los mismos honores de su patria.
Los habitantes de Texel no han olvidado aquel levantamiento, aquella violenta batalla. Para el resto del mundo apenas y existe y no es de extrañar. Como le sucedió a las víctimas del Wilhelm Gustloff, era tanta la barbarie en los últimos días de la guerra que no todo llegaba a oídos de la prensa.
En días como este, me alegra que en la actualidad tengamos esta herramienta llamada internet. Así podemos contar esta y otras trágicas historias. Así podemos recordar a las víctimas olvidadas de aquel conflicto.
Gracias x compartir .saludos y que sigan los èxitos..
Muchas gracias a ti José Rodolfo por tus amables palabras. Espero como tú, que los éxitos continúen…;) Que por esfuerzo y cariño no faltará…
Un saludo!
Hola Jesús,
desconocía esta sangrienta batalla e incluso de la existencia de la isla de Texel, que, por otra parte, me da la sensación de que es un lugar digno de visitar. Una barbarie más de las innumerables que se sucedieron en la Gran Guerra, aunque en este caso sorprende cómo se desarrolló.
Abrazos y sí, ¡gracias internet!
Hola Francisco,
en aquellos días de finales de la guerra sucedieron tantas cosas, tantas tragedias, que muchas se perdieron o quedaron olvidadas. Yo tuve la suerte de conocer a una persona que me contó esta historia y pensé que le gustaría a los lectores. Creo que no me he equivocado… 😉
Como bien dices una barbarie más en la guerra, con un twist extraño.
Muchas gracias y un saludo.
La «Operación Market Garden», iniciada el 17 de septiembre de 1944, podría haber evitado esta masacre, pero falló, y el frente se estabilizó muy al sur de la isla de Texel, concretamente a la altura de Nimega. De este modo, la totalidad de Holanda no fue liberada hasta bien entrado el mes de mayo de 1945.
«Market Garden» pasó a la historia como la chapuza de Bernard Law Montgomery. Una más, concebida por este mariscal, el desastre absoluto de la estrategia y la táctica.
Un abrazo.
Buenos días Don Ernst,
Market Garden fue un total desastre, uno más del sobrevalorado, inepto e inflado Mariscal inglés. Le debo un artículo a este personaje, y en especial a esta operación. Tendré que escribirlo un día que esté sosegado y de buenas, porque si no…Y sí, si Montgomery no hubiese fallado en Holanda, Texel se hubiese liberado antes, y algunas vidas alemanass se hubiesen solvado…malas ideas se me vienen a la cabeza… 😛
Caballero, muchísimas gracias por su valiosa aportación, y por recordarme una de las peores operaciones militares que recuerde. Dentro de poco en este mismo canal. Un abrazo.
Una historia mas desconocida para muchos, felicidades, es una buena nota, esperemos este tipo de artículos no dejen de publicarse.
Hola Barón,
en verdad es poco conocida, más que nada porque ocurrió en un momento en el que había muchas batallas, y muchas noticias…se perdió en la «niebla de guerra»… 😉
Muchas gracias por tus amables palabras.
Un cordial saludo.