Hace una veintena de años, trabajando de camarero en los estates, me tocó servir a un grupo de adolescentes neozelandeses. Pertenecían a los Boy Scouts y estaban en California para un encuentro mundial. Hablamos de muchas cosas, de cómo yo también fui Scout durante muchos años y de mis gusto por la comida. Al final, en lugar de dejarme una propina, me dedicaron su haka.
No podía creerlo, nunca había visto algo así. Quedé a-no-na-da-do, y me sentí tremendamente orgulloso. Los chavales, unos 20, se formaron en el aparcamiento y comenzaron con el ritual. Gestos, gritos, mientras uno de ellos lideraba la haka. Al final les pregunté qué era exactamente y amablemente me explicaron. En esta entrada te cuento lo que recuerdo, mezclado con lo que he aprendido desde entonces.
Los Maoris
Los pueblos polinesios son un grupo de etnias repartidas por las islas del Pacífico Sur. El nombre proviene del griego πολύς, νησος, polis y nesos, muchas islas. Estas incluyen desde el archipiélago de Hawaii hasta Nueva Zelanda, pasando por decenas de islas e islotes repartidas por un área de más de 30 millones de kilómetros cuadrados.
En la segunda mitad del siglo XIII, varias oleadas de indígenas polinesios llegaron en canoas a lo que ahora es Nueva Zelanda. Con el tiempo, y debido a su aislamiento, desarrollaron sus propias costumbres y dialecto, que en la actualidad conforman la cultura maorí. Con una población aproximada de un 1,500,000, los maoríes son el grupo más grande de polinesios.
Choque de culturas
Abel Janszoon Tasman fue el primer europeo en encontrarse con Nueva Zelanda. Este explorador holandés, empleado por la Compañía de las Indias Orientales, divisó la isla sur el 13 de diciembre de 1642, poco después de haber descubierto Van Diemen’s Land, en la actualidad llamada Tasmania.
Pocos días después, miembros de su tripulación intentaron desembarcar para buscar agua dulce, pero fueron rechazados por guerreros maoríes. Cuatro holandeses y un nativo murieron, antes de que Tasman abandonara el intento. Pasarían más de cien años hasta que otro europeo visitara el archipiélago.
Fue el turno del Capitán James Cook. En una serie de tres viajes entre 1769 y 1779, el célebre explorador visitó Nueva Zelanda, confeccionó mapas muy exactos de las islas, y contactó con los nativos. A partir de ahí y durante medio siglo, marineros, comerciantes y misioneros establecieron pequeños asentamientos: En un principio, el reducido número de visitantes blancos no representó una amenaza para los maoríes, pero los problemas no tardaron en llegar.
Finalmente, en 1840, maoríes e ingleses llegaron a un acuerdo, y firmaron el Tratado de Watangi, en el que Nueva Zelanda pasaba a ser parte del Imperio Británico, con la condición de que los maoríes mantuvieran la propiedad de sus tierras. Esa es una breve historia, ahora hablemos de la haka.
El curioso origen de la haka
La mitología maorí nos cuenta que el origen de la haka es sagrado. El dios Ra tenía dos esposas, una era Hine-raumati, la “esencia del verano”, La segunda, Hine-takurua, la “esencia del invierno”. Como es natural, Ra yació con su esposa Hine-raumati, la del verano, y de ese episodio nació Tanerore.
La leyenda nos dice que fue Tanerore, quien al nacer se sacudió a manera de homenaje, y esa sacudida representa la luz trémula del verano en esas latitudes. El temblor también simboliza los gestos manuales de la haka.
La primera haka humana
A pesar de que en la actualidad se conoce como un ritual mayoritariamente masculino, la primera haka mortal se la debemos a un grupo de mujeres.
Había un jefe maorí, Tinirau, a quien le mataron una ballena que tenía como mascota. Enfadado y con ganas de venganza, Tinirau envió a un grupo de mujeres que actuaban como sus guardaespaldas, a buscar al culpable.
El presunto asesino de la ballena era Koe, un tahunga, una especie de chamán. El problema es que las mujeres no conocían a Koe, y sólo sabían que tenía la dentadura deformada, con los dientes alineados de forma dispar. Las mujeres cazadoras perpetraron un plan.
Al llegar a la aldea de Koe, salieron a verlas los hombres. Entonces se pusieron a hacer gestos exagerados con la cara, la lengua, brazos y piernas, gritando al mismo tiempo, de una manera, dijéramos, ridícula. Su intención era hacer reír a los hombres, para poder ver su dentadura y distinguir a Koe de los demás.
La estratagema funcionó, y Koe fue llevado ante Tinirau, quien lo ejecutó. Con el tiempo, la haka se convirtió en un ritual representado por los guerreros maoríes, para intimidar a su adversarios antes de una batalla.
De ritual guerrero a celebración
Los maoríes ya no están en guerra con nadie, y en las últimas décadas han conseguido que sus compatriotas de ascendencia europeos les reconozcan sus costumbres. Ha sido tal el éxito de la integración que incluso los neozelandeses blancos consideren la haka como parte de su propia cultura.
Por supuesto, les el deporte el que ha llevado a la haka por el mundo, en especial el rugby. EL equipo nacional, conocido como los All-Black, no empieza un partido sin realizar su haka frente al rival. Abajo te dejo un vídeo con una de las más famosas haka, la Ka-mate.
Hay haka para todos
Pero la haka no es exclusiva de los equipos deportivos. Cada grupo, organización, unidad militar, institución o asociación tiene su haka (he visto al príncipe Harry haciendo su haka). Un ejemplo que se hizo viral hace un par de años es el de la haka dedicada por los alumnos de una escuela a su profesor fallecido. Más recientemente, me encontré con otra para un profesor que se jubilaba.
Tengo que confesar que las haka me emocionan. Desde aquella primera que vi en Anaheim hasta la de los maestros, los sentimientos me embargan. Difícilmente se puede encontrar un homenaje tan potente, tan cargado de respeto y admiración. Yo quiero una cuando me muera.
Voy terminando
Hay muchas haka, incluso en otros pueblos polinesios, como los de la isla de Tonga, que también la presentan en sus partidos de rugby. Sería imposible para mí mencionar todas, pero te dejo aquí un trozo de una, la del vídeo, y su traducción. Espero la disfrutes, y te emociones.
Ka mate, ka mate! ka ora! ka ora! Ka mate! ka mate! ka ora! ka ora! Tēnei te tangata pūhuruhuru Nāna nei i tiki mai whakawhiti te rā Ā, upane! ka upane! Ā, upane, ka upane, whiti te ra! | ¡Esto es la muerte! ¡esto es la muerte! ¡Esto es la via! ¡Esto es la vida! (o: puedo morir o puedo vivir) Bis Este es el hombre peludo Que trajo el Sol y lo hizo brillar ¡Un paso hacia arriba, otro paso hacia arriba! Un paso hacia arriba, otro… ¡El Sol brilla! |
Hola Jesús,
¡ostras! Lo cierto es que no sé que da más miedo, si los hombres danzando y gritando como posesos o la imagen de las mujeres haciendo haka. ¡Ja, ja,ja! Como se suele decir, no te acostarás sin saber algo nuevo, hoy he aprendido algo más que desconocía.
Un abrazo
Hola Francisco,
la primera vez que ves una haka, la verdad es que asusta. Es difícil comprender lo que dicen, pero los gestos te dicen que no están muy contentos contigo, que quieren bronca. Lo bueno es que ahora las haka son casi un símbolo de competencia, pero no violenta. De hecho, me encanta verlas, especialmente cuando son de homenaje, como las que le hicieron recientemente al fallecido Jonna Lomu.
Muchas gracias por comentar, y feliz semana!