Cinco minutos que hicieron historia.

En el artículo anterior analizamos los antecedentes y preparativos de la Batalla de Midway. Hoy nos centraremos en los detalles de la lucha en sí, en la que una concatenación de errores, casualidades, la tecnología, y el buen hacer de un pequeño grupo de pilotos, hicieron historia en cinco minutos.

Japón tenía la superioridad numérica, casi dos a uno, y Estados Unidos estaba al tanto del ataque. La balanza podía haberse decantado para cualquiera de los bandos. Al final, una serie de aparentemente minúsculos pero cruciales detalles, dieron la victoria a los estadounidenses. Afortunada o no, la Batalla de Midway fue decisiva para decidir la Guerra en el Pacífico.

Midway, hicieron historia

3 de junio

Ambos bandos lanzaron sus aviones en búsqueda del enemigo, Consolidated Catalinas los estadounidenses y H8K’s los nipones. Los primeros tuvieron suerte inmediatamente. A las 9:00, uno de los Catalina encontró al Fuerza de Ocupación Japonesa a unos 900 kilómetros de Midway, y el piloto creyó era la fuerza principal de ataque.

Un escuadrón de B-17 despegó de Midway y a las 15:30 soltaron sus bombas sobre la flota japonesa, sin dar en el blanco una sola vez. A medianoche, otro Catalina consiguió disparar un torpedo contra un petrolero japonés, la única ocasión en que un torpedo daría en el blanco durante toda la batalla.

4 de junio

A las 4:30, Nagumo dio la orden de partida a la primera ola de ataques contra la Isla de Midway. 36 cazas Mitsubishi Zeros escoltaban a 36 bombarderos en picado Aichi y a 36 bombarderos torpederos Nakajima. Su misión, destruir las defensas de Midway y preparar la invasión anfibia planeada para el 7 de junio.

Cuando la estación de radar de Midway registró el ataque japonés, todavía a más de 50 kilómetros, todos los aviones de la isla despegaron. Los bombarderos se dirigieron hacia la flota japonesa, y los cazas se prepararon para la defensa. Estos últimos, 21 F2A Buffalos, ya obsoletos, y 7 F4F Wildcats, el único avión moderno en el arsenal estadounidense, apenas y destruyeron cuatro Nakajimas y tres Zeros. Sólo dos de los Wildcats sobrevivieron.

Zeros atacando Midway

Zeros atacando Midway.

A las 7:10 de la mañana, casi al mismo tiempo que los japoneses atacaban Midway, 6 Bombarderos TBF Avengers y 4 B-26 localizaron la flota japonesa y atacaron. Ninguno pudo siquiera acercarse a los buques, y fueron derribados por  los Zeros que protegían la flota. Lo mismo sucedió con la siguiente ola, también desde Midway, con 16 bombarderos en picado (sólo uno regresó a su base), y 17 B-17. Ningún avión norteamericano dio en el blanco.

El gato y el ratón

Minutos después de que Nagumo lanzaba su primer ataque contra Midway, ordenó el despegue de sus aviones de reconocimiento. Su tarea era encontrar los portaaviones americanos, si es que estaban en la zona. Casi al mismo tiempo, el Almirante Spruance lanzaba sus 10 catalinas desde el Yorktown en búsqueda de la flota japonesa.

Como ya hemos visto, los Catalina tuvieron suerte. No así los aviones japoneses, que tuvieron que lidiar con un problema que les costaría caro. Uno de ellos tuvo una avería, y despegó media hora después. El resultado fue que la búsqueda no estuvo sincronizada, y los aviones no pudieron encontrar los portaaviones estadounidenses. Al menos en un principio.

Consolidated Catalina

Consolidated Catalina.

Cuando los bombarderos del primer ataque a Midway volvieron a sus portaaviones, su líder indicó que no habían podido destruir todas las defensas, y que un nuevo ataque era necesario. Como hasta ese momento no se había encontrado la flota enemiga, en un principio Nagumo pensó en un segundo ataque.

El problema es que los yanquis ya tenían localizada la fuerza de ataque enemiga, y varias oleadas estaban en camino.

El dilema de Nagumo

El Almirante japonés tenía que tomar una decisión. Podía lanzar otro ataque sobre Midway, ya que hasta ese momento no había señales de los portaaviones norteamericanos, y se disponía a hacerlo con su fuerza de reserva, dos escuadrones de bombarderos en picada y dos de bombarderos de torpedos.

El problema es que, justo a las 7:40, cuando se preparaba para lanzarlos, recibió un mensaje del último de los

Chuichi Nagumoaviones de reconocimiento, anunciando que había avistado la flota estadounidense.

Nagumo podía cambiar las bombas en los aviones de su fuerza de reserva para que atacaran a los portaaviones. Pero ese cambio le llevaría a las tripulaciones media hora, y para entonces sus portaaviones estarían ocupados recibiendo a los aviones de la primera oleada sobre Midway.

Para más inri, también tenía que recuperar a los cazas que formaban el paraguas defensivo de la flota, y que ya necesitaban repostar.  

Uno de sus almirantes sugirió a Nagumo lanzar un ataque con los aviones ya listos, pero la doctrina naval japonesa dictaba que un ataque debía hacerse con la mayor fuerza posible. A las 7:53 de la mañana, la flota nipona recibió otro ataque de los bombarderos de Midway y, aunque no causaron ningún daño, Nagumo sabía que volverían.

Cuando a las 8;20 recibió la confirmación de las posiciones del Hornet y el Enterprise, Nagumo decidió esperar a sus aviones, rearmarlos, y lanzar un ataque con toda la fuerza posible. Al final, su decisión no fue crítica, pues los aviones estadounidenses habían despegado a las 7:00, y estaban a punto de llegar.

Con todo

El Almirante Frank Fletcher, Comandante de las Task Force 16 y 17, conocía la posición de la flota de ataque japonesa desde muy temprano. Contaba también con la ventaja de que ni Yamamoto ni Nagumo conocían su propia posición, hasta las 8:40.

Para entonces, varios escuadrones de los tres portaaviones a su disposición se dirigían ya a su destino. No obstante, cuando Nagumo supo de los portaaviones norteamericanos, cambió de rumbo para acercarse a ellos. Decenas de aviones yanquis nunca encontraron al enemigo.

Otro problema para Fletcher es que, como ya he mencionado, muchos de sus aviones eran obsoletos, especialmente los torpederos. Casi todos fueron destruidos, y ningún torpedo dio en el blanco.

En cualquier caso, al mismo tiempo que Nagumo se debatía entre esperar y atacar, llegó una nueva oleada yanqui.

Intrépidos y Devastadores

La Armada Norteamericana contaba entre sus modelos de avión a los TBD Devastators, torpederos, y  los SBD Dauntless (Intrépido), Bombarderos en picado. Ambos modelos operaban desde los portaaviones Enterprise, Hornet y Yorktown.

Douglas TBD Devastator

Douglas TBD Devastator.

Sin embargo, los Devastators llevaban ya más de un lustro de servicio, tiempo en el que la tecnología y el diseño aeronáutico habían avanzado a pasos agigantados. Para la Batalla de Midway, los devastators resultaron obsoletos frente a los Mitsubishi Zeros.

Pero los Dauntless habían entrado en servicio sólo un año antes de Midway, y estaban entre los más modernos aviones de su época. Su velocidad, potencia de fuego y blindaje los convertiría en uno de los aviones más exitosos de la Segunda Guerra Mundial. Aquel 4 de junio, los dos aviones demostrarían sus virtudes y defectos.  

Suerte y talento

45 bombarderos del Hornet no encontraron al enemigo, el segundo grupo, en un principio tampoco, pero viró al norte, y en pocos minutos encontró un rastro importante.

El día anterior, el submarino USS Nautilus había descubierto la flota japonesa. Su primer torpedo falló, pero llamó la atención del destructor Arashi, que pronto se dio a la caza del Nautilus. La flota siguió avanzando, pero el Arashi se quedó para asegurarse de que el submarino estadounidense no causaba problemas. La mañana del día 4, dio la búsqueda por terminada, y navegó a toda marcha para unirse al resto.

Douglas SBD Dauntless

Douglas SBD Dauntless.

La fortuna y el talento se mezclaron entonces como factores decisivos para la batalla. El Teniente Comandante Wade McClusky, a cargo del grupo de bombarderos Dauntless del Enterprise, a pesar de no encontrar al enemigo donde se esperaba, decidió alargar la búsqueda. De pronto, uno de sus pilotos divisó una pequeña línea blanca miles de metros abajo. Esos pilotos hicieron historia.

Era la estela del Arashi, que navegaba a toda marcha y sin zigzaguear para unirse a su flota. McClusky pensó que, si seguía al destructor, encontraría a los portaaviones.

Cinco minutos que hicieron historia

Mientras tanto, a las 10:00, un escuadrón de Devastators del Yorktown iniciaba su ataque contra la flota japonesa. Veinticinco de los veintiséis aviones fueron derribados por los Zeros del paraguas defensivo. Los Devastators no consiguieron ningún blanco, pero su sacrificio no fue en vano, y también hicieron historia.

A las 10:20, justo cuando la batalla rugía, mientras los Zeros estaban distraídos con los Devastators, por detrás llegaron los Dauntless, y en segundos se posicionaron para dejar caer sus bombas.

Bombarderos que hicieron historia

El primer blanco elegido fue el portaaviones Akagi. En desorden, media docena de bombarderos cayó en picado sobre el buque. Tres bombas dieron en el blanco. Dos sobre la cubierta, destruyendo los aviones que estaban a punto de despegar, y una se coló por el ascensor de proa, entrando en las bodegas inferiores y haciendo estallar bombas y combustible. En cuestión de minutos el Akagi quedó desahuciado por las llamas.

Medio minuto después, otro grupo de Dauntless se lanzó sobre el segundo portaaviones, el Kaga. Nuevamente, dos bombas golpearon la cubierta, y una entró en los hangares. Las explosiones resultantes dejaron al Kaga inutilizado y navegando a la deriva.

Eran las 10:28 cuando los bombarderos yanquis, esta vez del Yorktown, encontraron su siguiente blanco, el Soryu. En un patrón muy similar, cuatro bombas acabaron con los aviones que se disponían a despegar, y provocaron más explosiones.

En cinco minutos, tres de los cuatro portaaviones japoneses habían sido destruidos. Los pilotos estadounidenses hicieron historia.

Contraataques

Nagumo, a pesar de ver su poderosa flota destruida, aún tenía el Hiryu y sus aviones. A las 11:00 dio la orden de despegue, esperando aún rescatar el día si lograba hundir al menos dos portaaviones norteamericanos.

Una hora después, 18 bombarderos Val y 5 cazas Zeke, encuentran el Yorktown. Tres bombas dan en el blanco y el portaaviones se convierte en un infierno, además de apagar casi todas sus calderas. No obstante, sus equipos de emergencia trabajan a destajo y en menos de dos horas lograrán apagar todos los fuegos, y poner al buque en marcha.

El Yorktown en llamas

El Yorktown en llamas.

Poco antes, a las 11:30, un escuadrón de aviones de reconocimiento del Yorktown había partido en búsqueda de los buques japoneses sobrevivientes. A las 13.30, uno de ellos encuentra el Hiryu, y el Almirante Spruance lanza 24 bombarderos en picado del Hornet. Al mismo tiempo, Nagumo enviaba una nueva oleada.

A las 14:30, los bombarderos japoneses, sin saber que el Yorktown había sido reparado, creen que es otro portaaviones, y vuelven a atacarlo, esta vez con torpedos. Cuatro dieron en el blanco, y el Yorktown comenzó a escorar. Media hora después el Almirante Fletcher dio la orden de abandonar el barco.

Finalmente, a las 17:00, los bombarderos del Enterprise y el Yorktown atacaron al Hiryu, dando en el blanco con tres bombas. El Hiryu estalló en llamas, y pronto fue abandonado. Los cuatro portaaviones de Nagumo se hundirían esa misma tarde o al día siguiente.

Bajas

En la Batalla de Midway cinco minutos hicieron historia, pero la lucha se extendió por casi tres días. Al final, 3,500 japoneses habían perdido la vida, frente a 307 estadounidenses. La Fuerza de Ataque nipona perdió cuatro portaaviones y dos cruceros pesados. La US Navy contó sus pérdidas con un portaaviones y un destructor.  

La Batalla de Midway fue una victoria sin paliativos para los norteamericanos. En una única acción, habían reducido a menos de la mitad la fuerza aeronaval del enemigo. A ello hay que añadirle los cientos de pilotos muertos, los más experimentados que tenía Japón. Aquellos cinco minutos hicieron historia precisamente porque dejaban a los agresores heridos de muerte.

La Kido Butai, la más poderosa armada hasta entonces reunida, había sido decimada. Fue la peor derrota japonesa en 300 años. A partir de ese momento los aliados ganaron la iniciativa, y contaron sus victorias por batallas. Hicieron historia. Era sólo cuestión de tiempo para que Japón se rindiera, pero no sería fácil. Sólo ante las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki aceptaron lo inevitable.

2 thoughts on “Cinco minutos que hicieron historia.

  1. La secuencia de los hechos es bastante clara y el cúmulo de casualidades producidas el 3 y el 4 de junio de 1942 favorecieron a la USNavy. Tuvieron suerte, pero también la buscaron.

    La película que glosa esta crucial batalla del Pacífico se estrenó en 1976, está protagonizada por un elenco de actores espectacular y fue dirigida por Jack Smight. En ella se repasan con precisión milimétrica los prolegómenos del combate, desde el «Raid de Doolittle» el 18 de abril de 1942, y cada fase de la batalla hasta que USS Hornet y el USS Enterprise («Lucky E») regresan a Pearl Harbor. Es una película muy recomendable, que se rodó con asesores de ambos bandos y que no incurre en el típico patrioterismo de otras producciones.

    Una de las casualidades que favorecieron a la USNavy fue la avería de la catapulta del crucero Tone, que retrasó, como bien explicas en el artículo, el lanzamiento de uno de sus hidroaviones, precisamente el que tenía asignado el sector donde se encontraban las Task Forces norteamericanas. Si Nagumo hubiera recibido esa información a tiempo, otro gallo habría cantado.

    Otro episodio que favoreció enormemente a los bombarderos en picado norteamericanos fue el del destructor Arashi, perteneciente a la Fuerza Móvil de Nagumo. Si no se hubiese rezagado en su intento de cazar al USS Nautilus, McClusky, Dick Best y el resto de pilotos de los SBD jamás habrían localizado los portaaviones japoneses. Por otra parte, los daños que causaron las bombas que alcanzaron al Akagi, el Kaga y el Soryu se multiplicaron a causa de los aviones que abarrotaban las cubiertas, las mangueras con gasolina en los hangares y las bombas y torpedos que no se habían bajado a los pañoles, debido al cambio de órdenes de Nagumo. También destacas el sacrificio de los torpederos, que no sólo obligó a los Zeros a volar a baja cota, dejando el camino libre a los Dauntless, sino que impidieron que Nagumo lanzara antes su ataque.

    En resumen, que todos los planetas se alinearon en contra de la Marina Imperial Japonesa aquel 4 de junio de 1942, si bien hace pocos días localicé por casualidad un libro del estilo de esas mamarrachadas que aseguran que las pirámides las construyeron los marcianos. En él se afirma que lo del hidro del Tone no influyó, que no había aviones preparados en las cubiertas de los portaaviones japoneses cuando apareció McClusky, que los japoneses apenas perdieron pilotos en la batalla, que los escuadrones torpederos de la USNavy atacaron antes de lo que está documentado y que su sacrificio fue inútil, y que en junio de 1942 había fuerzas comprometidas en el Mar del Coral (batalla librada un mes antes). En fin, un auténtico desastre revisionista sin pruebas, una bazofia y una bacalá infumable. Menos mal que uno tiene buenas fuentes (Osprey entre ellas). Como localicé ese churrilibro de rebote, he intentado hallarlo de nuevo, pero no he tenido suerte. A ver si doy con él y repaso todas las falacias que contiene.

    Por cierto Jesús, aunque en el anterior artículo pusiste un enlace a la batalla del Mar del Coral, realmente te redirige a la Caza del Pavo de las Marianas. He repasado todos tus artículos sobre la SGM y creo que sería interesante que publicaras un artículo sobre esa batalla, pues fue una importante antesala de Midway y tuvo bastante importancia tanto táctica como estratégica.

    Un fuerte abrazo.

    • HolaErnst,
      no sé cuantas veces me habré visto la película Midway, con Charlton Heston, Henry Fona, Hal Holbrook, y muchas estrellas más. La veo al menos un par de veces al años, y por supuesto, la vi unos días antes de escribir estas entradas. Es ampliamente recomendable, pues explica mejor que yo los eventos de tan importante batalla, desde los preparativos hasta el final, incluyendo lo que vivían los japoneses.
      Me gusta tanto que voy a tener que verla otra vez… 😛
      Mil gracias como siempre por tus valiosa colaboración. Conoces el tema mejor que la mayoría, y nos viene muy bien a todos aprender.
      Un abrazo!

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