Francis Galton, el sorprendente primo de Darwin.

En inglés se suele usar el término “Renaissance Man” (Hombre Renacentista), para describir a una persona que domina varias disciplinas de la ciencia y el conocimiento. En castellano podemos llamarle polimatías, el que aprende mucho.  Pues bien, Francis Galton era un polimatías.

En la actualidad es casi imposible que una sola persona destaque en varias ciencias a la vez, dado el alto nivel de conocimientos que hemos alcanzado. La mayoría se especializa en una materia, o en una parte de ella. Otros pocos saben algo de muchas asignaturas. Pero saberlo casi todo de todo ya no se da en nuestra era.

Pero hace 150 años, Francis Galton demostró que en la época victoriana aún era posible. Galton era un experto explorador, geógrafo, meteorólogo, inventor, sociólogo, psicólogo, antropólogo, estadístico y genetista. Por si fuera poco, fue el creador de la eugenesia, palabra que él inventó.

Sir Francis Galton

De casta le viene al galgo

Francis nació en el seno de una familia acomodada, y educada. Era nieto de Erasmus Darwin, el naturalista, y de Samuel Galton, ambos socios fundadores de la Sociedad Lunar de Birmingham y miembros de la Royal Society. El conocimiento se respiraba en el hogar del niño nacido en 1822.

A los dos años, Francis Galton ya sabía leer y a los cinco lo hacía en griego y latín. Con seis años ya conocía a los clásicos y escribía sobre ellos. Como a muchos niños prodigios, la escuela le vino pequeña, y a los 16 años abandonó, matriculándose en la universidad para estudiar medicina, y luego matemáticas.

No cabe duda que la inspiración para muchos de los proyectos de Francis Galton surgieron del libro de su más famoso primo. El Origen de las Especies abrió muchos y nuevos campos de estudio, en una época en el que la investigación científica ya estaba de moda.

Convencido de que Charles tenía razón en eso de la evolución, Francis decidió buscar más evidencia, especialmente la que atañe a la evolución de los humanos.

Francis Galton, la medida del hombre

El primer capítulo de El Origen de las Especies (1859), trata sobre la variación y domesticación de animales. Mucho antes de llegar a su teoría de la Selección Natural, Darwin había observado que los humanos practicaban la “Selección Artificial”. Básicamente, es la Eugenesiapráctica milenaria de elegir los mejores ejemplares de un animal, y cruzarlos para procrear una mejor manada.

Si podíamos hacerlo con animales, pensó Francis Galton, por qué no con humanos. Durante el resto de su vida, Galton trabajaría para inventar las técnicas para investigar y medir las características físicas de los humanos. A ese conjunto de técnicas las bautizó como Eugenesia.

Ahora bien, más que estudiar el aspecto físico de la herencia, como su primo Charles, Francis decidió centrarse en la herencia de habilidades. Esto es, Galton quiso averiguar si la inteligencia se hereda igual que el pelo rubio o los ojos verdes.

Para ello, y como buen científico, Galton se puso a medir, a reunir estadísticas. En el proceso, Galton creó técnicas de recopilación de información, como los cuestionarios. Inventó aparatos para medir la cabeza, la nariz, y las hojas de cálculo en las que se vaciaba toda la información.

Galton aprovechaba cualquier oportunidad para reunir información. Por ejemplo, en una feria rural, se encontró con que había un concurso en el que los visitantes debían adivinar el peso de una res.
Después del concurso, Galton pidió a los organizadores que le cedieran todas las papeletas de todos los concursantes, para medir qué tanto se habían aproximado al peso real del animal.

Hijo de tigre, tontito

Empíricamente, Galton llegó a la conclusión de que las familias que contaran con un miembro que hubiese alcanzado el éxito, tenían más probabilidades de procrear hijos con éxito. Creía que si un hombre de éxito se casaba con una mujer de éxito, sus capacidades intelectuales serían heredadas por los hijos de la  pareja.

Para poder probar su teoría, reunió ingentes cantidades de información biográfica de decenas de familias inglesas. Pero los resultados no fueron concluyentes. Notó que la característica de la “eminencia”, desaparecía después de tres generaciones.

Galton no logró probar su teoría, pero la investigación sirvió a otros para alcanzar otros descubrimientos. Desgraciadamente, décadas después, los nazis aprovecharían los estudios de Galton para probar la supuesta superioridad nazi.

Judíos estudiados por Galton

Judíos estudiados por Galton.

Con los años, Galton llegó a la conclusión de que las características intelectuales se ùeden heredar, pero que también estas sufren adaptaciones por parte del ambiente y la sociedad. En cualquier caso, él fue el primero en estudiar el tema.

Galton publicó decenas de libros y más de 300 artículos científicos. Muchos de ellos fueron publicados bajo los auspicios de alguna de las muchas sociedades científicas a las que pertenecía.

Sin embargo, en la actualidad el trabajo de Galton que más se valora fue la invención de los métodos de medición y recopilación de información. Por si fuera poco, y al haber estudiado también matemáticas, Galton nos dejó las fórmulas y métodos de estimación y análisis de estadística.

Lo curioso, es que el primo de Darwin es recordado por otro logro.

Elemental, mi querido Galton

Durante décadas, Francis Galton estudió a los seres humanos y coleccionó grandes cantidades de información. Lo que buscaba eran diferencias y similitudes, y entre las primeras, encontró unas muy curiosas.

Desde hacía siglos, los humanos habían descubierto que cada uno de nosotros tiene un distintivo único: las huellas dactilares. Tales de Mileto ya habla de ellas, hace más de 2,500 años.

A mediados del siglo XIX, un agente del gobierno británico en la India, William Herschel, se dio cuenta de que las huellas dactilares podrían servir como instrumento de identificación. Especialmente entre los analfabetas, firmar un contrato con una huella dactilar no sólo era sencillo, sino más seguro que una firma.

Clasificación de huellas dactilares

Clasificación de huellas dactilares.

En 1880, el doctor y misionero escocés Henry Faulds, sugirió que las huellas dactilares también podían utilizarse para resolver crímenes, tal y como lo hacemos hoy. El problema tanto para Herschel como para Faulds era la falta de un banco  de huellas con el cual comparar.

Entra en escena Francis Galton, quien había recopilado, estudiado y clasificado cientos de huellas dactilares. Fue él quien por primera vez encontró patrones, y los clasificó para su comparación. Fue él quien transformó la ciencia forense. Su sistema es el que aún utilizan los policías de todo el mundo.

El sorprendente Francis Galton

El legado científico de Galton da para muchas entradas. Su contribución a varias ciencias, y en especial a los métodos y técnicas de investigación, destaca incluso en una época en la que la ciencia dio grandes pasos.

Nuestro amigo es uno de esos personajes poco conocidos, dejados a un lado por la historia, pero no así su trabajo. Cada vez que un investigador de mercado hace una encuesta, en cada ocasión que un policía echa polvo sobre unas huellas, el espíritu de Galton resucita.

Y hay más. Como colofón, Francis Galton fue el primero en crear un mapa de predicción del tiempo. Sï, esos que ahora vemos en  la tele, los inventó él. Esa historia, no obstante, te la contaré mañana, ya que es los suficientemente interesante como para merecer su propia entrada.

3 thoughts on “Francis Galton, el sorprendente primo de Darwin.

  1. Tu blog siempre enseñando de una manera amena.Muy interesante los trabajos Galton
    Un abrazo..

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